martes, 11 de marzo de 2008

CONFESIONES VATICANAS

Lo último en tecnología punta vaticana: a partir de ahora podremos confesarnos por E-Mail. Increíble, pero cierto. La anquilosada, obsoleta y prepotente iglesia católica, ha salido de las cavernas donde está sumida en su habitual ostracismo de siglos y ha brindado a sus fieles seguidores– cada vez más infieles – la oportunidad de dar un salto de un millón de años, utilizando los medios tecnológicos más avanzados en comunicación.
Para ello ha elaborado una lista de los últimos pecados homologados por Ratzinger, Rouco y compañía, que nos ponen al día de los asuntos pecaminosos que afectan al sujeto pecador. Dicha lista podremos descargarla desde Internet para a continuación marcar los que nos correspondan y enviarla en el formato que prefiramos. A renglón seguido, y dada la inmediatez de la informática, la absolutoria respuesta será inmediata previa comprobación de que los datos que has introducido de tu tarjeta de crédito son correctos y de que, claro está, tienes saldo para abonar la penitencia que te corresponda y que estará en función de la gravedad de los pecados cometidos. Los que prefieran el tétrico y siniestro confesionario tendrán que hacerlo con la lista en la mano – con perdón – con el objeto de estar al día y no dejarse ningún pecado o pecadillo por falta de información
De un paso habremos resuelto la falta de personal de la iglesia para llevar a cabo esta labor en los confesionarios tradicionales y habremos resuelto de una vez la financiación de la Iglesia católica que de esta forma dejará de vivir a costa de los no católicos, porque los demás supongo que estarán de acuerdo con sufragar sus gastos ya que son los que utilizan sus servicios.
Esta versión, a medias novelada, viene a cuento debido a la publicación de una lista de pecados modernos publicada por la iglesia católica – quién si no – que actualiza los pecados veniales y mortales que los débiles humanos tendemos a cometer. Lo último de lo último, son los relacionados con la manipulación genética y el medio ambiente.
Pues bien. Imaginemos que hemos cometido un importante atentado contra el medio ambiente. Al estar en la lista como pecado – imagino que mortal - simplemente nos confesamos y ya está, libres de pecado y tan tranquilos. Definitivamente – afortunadamente diría yo - la iglesia Católica continúa en las cavernas.

lunes, 3 de marzo de 2008

EN LA CATEDRAL

No existe emoción comparable ni experiencia humana parecida a la que se experimenta ante la arrebatadora, hermosa e incomparable contemplación de la imponente y serena belleza de una catedral.
La soberbia estampa que ofrecen sus centenarios y colosales muros integrados por magníficos sillares de piedra salpicados de hermosas vidrieras y luminosos rosetones armonizan majestuosamente con los estilizados y delicados arbotantes y los formidables contrafuertes que adosados a ellas dan al conjunto un aire de hermosa proporcionalidad que arrebata y desborda los sentidos ante la contemplación de tanta belleza destinada a la eternidad y que nos permite aún un atisbo de esperanza en el ser humano capaz de concebir y crear tan hermosas obras.
Elevamos la vista y contemplamos sus esbeltos muros coronados por las estilizadas y espigadas torres que culminan en bellísimos pináculos de una belleza que sobrecoge por sus formas imposibles, frágiles y delicadas que parecen extenderse hasta el infinito.
No parece obra de humanos, sino de dioses. Pero fueron los admirables maestros arquitectos, escultores, canteros, albañiles, carpinteros y tantos otros representantes de venerables oficios que hace decenas de siglos, mil años en algunos casos, colaboraron con su sabiduría y su paciencia a la creación de estos magníficos y soberbios ejemplos del amor por la estética y el arte que afortunadamente el hombre ha sido de capaz desarrollar.
Sobrecogidos, contemplamos el tímpano de la entrada, las bellas arquivoltas preciosamente esculpidas con diferentes motivos y el parteluz hermosamente decorado de la puerta principal que nos introduce en un instante ante la inolvidable visión de la soberbia grandeza de sus naves dispuestas en crucero con las bóvedas surcadas de hermosas nervaduras que dispuestas radialmente se cruzan entre ellas, a veces en caprichosas formas concurriendo armoniosamente en los pilares que soportan el peso de las bóvedas.
El viajero, extasiado ante tanta belleza, eleva la vista desde la base de las colosales columnas que soportan todo el conjunto hasta las bóvedas de la nave central, recorriendo emocionado los bellísimos arcos ojivales y de medio punto, deleitándose con la contemplación de la hermosa precisión de los ajustes de la piedra que los componen y en su hermosa disposición.
Se desplaza el emocionado viajero hasta una de las naves laterales, contemplando el triforio y los hermosos y luminosos vitrales del claristorio que dan al conjunto un majestuoso aspecto que se queda grabado en su mente para siempre. Avanza religiosamente deteniéndose ante cada una de las bellas capillas, auténticas ermitas algunas de ellas por su tamaño y contenido que merecen una visita detenida.
Llega a la girola o deambulatorio - prolongación de las naves laterales - que rodea el altar mayor y que nos conduce a la otra nave lateral. Nos detenemos al llegar al transepto o crucero en el punto donde se cruzan las dos naves principales. Elevamos la vista y la dirigimos hacia la cúpula, majestuosa, gigantesca, de una belleza indescriptible que nos llena de una profunda emoción.
Al bajar la vista nos encontramos con el retablo profusamente decorado donde se encuentra el altar mayor del templo y al girarnos, divisamos el espléndido coro, zona reservada para el clero que se encuentra rodeado de una preciosa sillería tallada en madera, - las misericordias – obra de venerables artesanos escultores de la talla en madera.
Abandona el viajero la catedral con un nudo en la garganta y la impresión de que el tiempo se ha detenido entre sus muros. La contemplación de tan serena y majestuosa belleza le ha llenado de tal forma que necesita reposar y repasar cuanto sus ojos han visto y su corazón ha gozado