miércoles, 24 de junio de 2015

OTRO GOBIERNO ES POSIBLE

Mientras La Comunidad Europea y el Fondo Monetario Internacional, nos piden más esfuerzos y más sacrificios, a base de abaratar el despido, subir el iva, y otras penosas medidas, que como siempre recaerían sobre las clases más humildes y desfavorecidas, la recién elegida alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, reunió a su equipo de gobierno, y juntos salieron a la calle a detener unos desahucios que estaban programados para ese día, y que finalmente lograron paralizar.
Simultáneamente, otra ilustre alcaldesa, procedente de la Magistratura, también recién elegida, en este caso de la ciudad de Madrid, Manuela Carmena, apenas tomar posesión de su cargo, ha llevado a cabo una serie de medidas, todas ellas dirigidas a mejorar la vida de los ciudadanos de Madrid, de los más necesitados, primero y del resto de la población después.
Casi al mismo tiempo, la gran banca, a través de uno de sus máximos representantes, lanza unas severas advertencias, que suenan a veladas amenazas, en el sentido de que los radicalismos de las candidaturas ciudadanas, pueden perjudicar la buena marcha de la economía, así como de una recuperación de la que ellos alardean, pero que no acaba de de trasladarse a la vida de los ciudadanos
Hartos de escuchar esta canción, tan repetidamente sostenida, la ciudadanía ha decidido apagar la emisora que transmitía tan cansina y tan cacareada melodía, al tiempo que cambiaban de frecuencia el dial, para dar una oportunidad a nuevas y recientes voces que han surgido en ese mundo de las ondas ciudadanas, donde el mensaje es otro, muy distinto y distante del tan acostumbrado hasta ahora, con nuevas ofertas y nuevos aires que han llegado a la gente, y con las que se han sentido más conformes, no sólo por su tono, sino sobre todo por su contenido social.
Nuevos comportamientos, nuevos aires, más refrescantes y novedosos, vemos en los nuevos regidores de las llamadas Candidaturas Ciudadanas, que están aportando un aire desconocido, diferente y reconfortante para un nuevo tiempo, ante el que las gentes muestras su cara de sorpresa, y por supuesto, también de agrado y admiración, ante unos comportamientos a que nos tenían desacostumbrados los anteriores gobernantes.
Contemplamos cómo los nuevos alcaldes y concejales se desplazan en metro o en autobús, como la alcaldesa de Madrid. Nos sorprendemos ante algún alcalde como el de Valencia dirigiéndose en bicicleta a su puesto de trabajo. Nos admiramos ante otros, como el de La Coruña, llevando primero a sus hijos al colegio para después acercarse andando a su trabajo. Nada de coche oficial, y de gastos superfluos e innecesarios, que son más que un gesto ante la audiencia, una actitud digna de elogio y aplauso, y un importante ahorro para unas arcas municipales, en su mayoría exhaustas ante tanto despilfarro.
La mayoría se han rebajado el sueldo, han prescindido del exceso de colaboradores y de personal elegido a dedo, han suprimido tanto coche oficial y tantas prebendas varias, lo cual reporta una importante disminución en tanto gasto superfluo, abusivo y excesivo como venían soportando los ayuntamientos.
Son algo más que un brindis al sol, mucho más que un gesto ante la galería. Son otras formas de gobernar, de entender el servicio al ciudadano. Es aplicar la dignidad y la honradez a su trabajo. Bienvenidos.

miércoles, 17 de junio de 2015

ADA Y MANUELA

La mayoría de la población de este País, después de la última convocatoria en las urnas, de una forma clara y serena, propia de una democracia moderna, aún tiene que digerir y asimilar unos resultados sorprendentes en las elecciones municipales y autonómicas que han tenido lugar, en una España que es capaz de todo, incluso de demostrar a quien quiera abrir los ojos y la mente con suficiente capacidad de entendimiento y una mínima dosis de objetividad, que está dispuesta a llevar a cabo un cambio político sin precedentes.
Un cambio que ha decidido y protagonizado, voluntaria y resueltamente, una ciudadanía que se ha mostrado valiente y ejemplar en todos los sentidos, y ha resuelto cambiar un statu quo, que ya duraba demasiado tiempo, y que ha juzgado como obsoleto, después de tanto tiempo soportando un omnipresente bipartidismo que no podía representar a todos los sectores de una población tan variopinta, tan diversa y con tantas y tan múltiples sensibilidades, que de ninguna forma podían sentirse representadas con el actual estado de cosas.
Si a todo ello añadimos la convulsa situación política y social en la que llevamos inmersos, con la corrupción de una clase política desprestigiada, un paro desmedido, el sufrimiento por los recortes sociales y laborales, así como por los dramáticos desahucios a la orden del día, y la falta de expectativas para una juventud sin futuro, el desenlace era fácil de intuir ante semejante panorama.
Se ha materializado en las urnas, con unos resultados que han superado las expectativas más arriesgadas, en una debacle de los dos grandes partidos, fundamentalmente del que sustenta al gobierno, que ha sufrido una pérdida de 2.500.000 votos, mientras que la oposición se ha dejado 800,000 en el camino.
Las candidaturas ciudadanas han recogido todo el descontento de un importante sector de la población y se han erigido en los depositarios de la confianza de casi la mitad de los votantes. Algo más que significativo, que denota el hartazgo de los ciudadanos y su terminante y decidida intención de castigar a unos y de otorgar su favor a otros, en un cambio radical que ha dejado asombrados a propios y extraños.
Vislumbrar la más que segura probabilidad de que Manuela Carmena y Ada Colau, gobiernen los dos principales ayuntamientos de España, Madrid y Barcelona, respectivamente, constituye, además de una grata sorpresa, un soplo de aire fresco y una ilusionante e inequívoca señal de que algo está cambiando.
Dos mujeres, dos esperanzas de que algo nuevo y diferente está a punto de suceder, para contento y satisfacción de tanta gente que lleva esperando un cambio de esta dimensión, se erigen como protagonistas de esta situación, junto con otras muchas personas de la misma capacidad, que ocuparán cargos de relevancia.
Manuela, procedente de la carrera judicial, magistrada durante muchos años, es una persona próxima, afable, sencilla, noble y de un carácter agradable, humano y sensible, capaz de extender la mano a su oponente que trataba de desprestigiarla: ambas somos abuelas, le dice; seguro que podemos entendernos.
Ada, luchadora incansable siempre en pro de los desahuciados, por los que tanto ha luchado y tanto ha conseguido, es una persona inteligente, capaz, sensata, con una enorme capacidad de trabajo y una disposición admirable para luchar contra todo tipo de injusticia y abuso que pueda cometerse contra los ciudadanos.
Dos personas muy valiosas, en las que se han depositado muchas esperanzas. Suerte para ambas.

martes, 16 de junio de 2015

LORCA Y LA MÚSICA

Federico García Lorca es conocido en todo el mundo como uno de los grandes poetas y dramaturgos de nuestro País. Sin embargo, muy pocos de sus lectores y admiradores, saben que Lorca fue un músico excepcional, dotado de un enorme talento. Fue un excelente pianista, reconocido así por todos los entendidos en esta disciplina artística, como su gran amigo el compositor Manuel de Falla, con quien compartió su pasión por este arte que tanto los unió, y por el que llevaron a cabo un ingente y valioso trabajo que repercutió poderosamente en ese mundo.
Estudió música hasta los dieciocho años, y según palabras suyas de aquella época, en la que ya empezaba a brillar por la poesía, él, ante todo, se consideraba músico. Sin duda hubiera seguido ese camino, que en cualquier caso nunca abandonó, si no hubiera muerto su admirado y muy querido profesor que le impartía las clases. También se afirma en este sentido, que si hubiera conocido antes a Falla, seguramente se hubiera decantado por la música, para la que poseía unas dotes innatas, como para cualquier arte. Tales eran sus capacidades naturales, adornadas por una extrema y exquisita sensibilidad.
Ya desde pequeño, en su casa, la música todo lo envolvía. Sus cuidadoras y las criadas, cantaban nanas y canciones populares que él escuchaba con auténtica fruición – según contaban sus hermanos Isabel, Concha y Francisco -, que de inmediato cantaba, y que jamás olvidó, tal era su formidable y portentosa memoria que le acompañó toda su vida, hasta el punto de que él mismo decía que nadie en el mundo sabía más canciones que él, acostumbrado como estaba a buscar, recoger y guardar en su prodigiosa mente cuantas melodías escuchaba.
Sus padres, y sobre todo su madre, les inculcaron el amor por la cultura. Se preocuparon siempre por procurarles una educación integral, y sobre todo con Federico, que ya despuntaba desde muy pequeño, por su afición a la música y por una sensibilidad artística y una inmensa capacidad para elaborar preguntas y respuestas rápidas e incisivas, así como por una inteligencia natural que no pasaba desapercibida para nadie, todo ello en un ambiente familiar que favorecía su desarrollo intelectual y artístico.
Con la Barraca, el teatro ambulante que él dirigió por toda España, llevó a cabo la representación de obras de los clásicos españoles del siglo de oro. Siempre introdujo canciones populares, y algunas suyas en dichas obras. Lo hacía de una sabia forma, en el momento justo, hasta el extremo de que la gente era capaz de captar la perfecta armonía entre el texto y la melodía, algo que él manejaba de una forma genial.
De tal forma llevaba a cabo la interacción entre música y texto, que en sus celebradas obras de teatro, cuidaba hasta la alternancia entre las voces masculinas y femeninas para lograr una perfecta conjunción armónica, ya que él estaba convencido de que, letra y melodía, van necesaria e indisolublemente unidas en un drama, algo que llevó siempre a cabo y que los espectadores captaban por puro instinto. Con la Argentinita grabó cinco discos con canciones populares, acompañada por Federico al piano. No tenemos sin embargo ningún registro con su voz.
Su poesía es pura musicalidad. Ritmo y cadencia envueltos en unos aires melódicos plenamente conseguidos que logran una conjunción perfecta. Federico, además del piano, tocaba la guitarra. Con frecuencia iba a las cuevas del Sacromonte y al barrio del Albaicín, donde le acompaña con frecuencia Falla, y allí, con los gitanos, tocaba y aprendía con virtuosos de este hermoso instrumento musical. Recogió canciones y letras en un formidable esfuerzo de investigación, ayudado por Falla, que le llevó a recopilar ingentes cantidades, la mayoría de las cuales memorizó, y que después él cantaba en las reuniones con amigos, así como recitaba poemas, cantaba canciones o leía sus obras de teatro.
Amaba el Cante Jondo, profundo, que surgía de lo más profundo del sentimiento humano, y que él consideró como una de las raíces de la música. Seguiriyas, soleás, martinetes y cañas lo componían. Diferenciaba claramente el Flamenco – sevillanas, peteneras, malagueñas -, del Cante Jondo, ya que consideraba que aquél, era una deformación o desvirtuación de éste.
Su poesía, ha quedado para siempre, no sólo en los libros de poemas, sino en la música de casi todos los cantautores que se precien de serlo. Es el Federico universal, tocado por el duende del que tanto habló. Algo que se tiene o no se tiene, que no se puede adquirir. Algo que él poseía y que envolvía toda su poesía, su música y su teatro.

jueves, 11 de junio de 2015

TIEMPO DE PACTOS Y ALIANZAS

Las recientes elecciones autonómicas y municipales, han arrojado unos resultados sorprendentes, tanto para un bipartidismo que ha sufrido un duro golpe, como para las candidaturas ciudadanas, que han o tenido unos excelentes resultados, a costa de los dos grandes partidos, de izquierda unida y de Unión Progreso y Democracia, que han sufrido un duro golpe, sobre todo éste último a punto de desaparecer del mapa político.
Sin lugar a dudas, el PP, es quien ha sufrido una mayor pérdida de votos, pese a haber sido el más votado. Un ganador que ha perdido 2.500.000 apoyos, y que va a dejar de gobernar en una importante cantidad de autonomías y grandes ciudades, lo que constituye un serio revés para quien poseía casi una total mayoría absoluta en todo el País, mientras el PSOE, ha experimentado una pérdida de 800.000 votos, en lo que constituye un pésimo resultado para el partido de la oposición.
Sin embargo, los socialistas, por mor de diversas circunstancias que han concurrido en estas elecciones, y al contrario que los populares, van a cosechar en la práctica unos resultados mucho mejores que el partido en el gobierno, merced a los pactos, coaliciones y acuerdos con las diferentes candidaturas ciudadanas, que sin lugar a dudas, les benefician en perjuicio del partido en el gobierno.
Y sentadas estas bases, comienza el baile, el festival de reuniones de todos con todos, con declaraciones previas de intenciones, con duras condiciones por parte de quienes tienen la llave para abrir esa puerta que conduce al tan deseado gobierno autonómico o municipal, y que está aportando un gran juego, sobre todo a los medios de comunicación, que tienen tema en abundancia para llenar sus informativos.
Pueblos, ciudades y Comunidades, esperando que los acuerdos, pactos y alianzas den su fruto para así comenzar una nueva andadura política, que en la mayoría de los casos, va a ser muy diferente a la actual. Casi todo por decidir en una orgía continua de reuniones, en aras de lograr la consecución de un poder, de una lucha de pactos, abierta como jamás se había visto en la corta historia de esta democracia que no sale de su asombro.
Unos cambios que van a dejar el País irreconocible, con un vuelco que va a obligar a flexibilizarse a PP y PSOE. Aquellos pactando con Ciudadanos y estos con las candidaturas ciudadanas, fundamentalmente Podemos, si quieren tocar poder, allí donde no han conseguido mayoría.
Les imponen condiciones de todo tipo, ante las cuales habrán de ceder, sin lugar a dudas. El PSOE va a ser el que más tendrá que hacerlo, pues ha de vérselas con la izquierda más radical, hasta el punto que ya hay quien habla de que tendrá que dar un giro de ciento ochenta grados, lo cual parece excesivo, aunque quizás no tan alejado de como pueda parecer.
Pero y los ciudadanos, los votantes, ¿qué papel jugamos en esta ceremonia de la confusión? ¿Ya no nos necesitan como de costumbre? ¿Depositamos la papeleta en la urna, y si te he visto no me acuerdo? Esperemos, pero me temo, que en este aspecto, poco va a cambiar.
Unos ciudadanos no se resignan a que el más votado no pueda gobernar, debido a alianzas y pactos entre los numerosos grupos que han obtenido representación, mientras que el resto, en minoría, exigen, y con razón, que tienen derecho a estar representados. Algo nuevo a punto de comenzar. Bienvenido sea.

martes, 9 de junio de 2015

INSOPORTABLE CLIMA SOCIAL

Cada vez se hace más insoportable un día a día que se va haciendo más y más monótono, rutinario y decadente, donde las noticias son casi siempre las mismas, sobre todo ahora con un ambiente electoral que parece haberse instalado en la eternidad, sin apenas dar respiro a una ciudadanía, que pese a las indudables intenciones de cambio, comienza a mostrar ya síntomas de fatiga.
Ante tanto trasiego electoral y tanta mal sobrellevada crisis, se está creando un clima social, dónde desde hace años apenas se habla de otra cosa que no sea la corrupción y la política en todas sus vertientes y con todas las variantes habidas y por haber, donde al ciudadano apenas le queda espacio para el fútbol y poco más, con lo que el panorama cultural queda establecido bajo unos mínimos que de ninguna manera debería satisfacer sus necesidades humanas, que van más allá de la política y los deportes.
Leer los periódicos o escuchar la radio, hojear los informativos en televisión o seguir los debates en cualquier medio donde se dieren, es escuchar siempre la misma canción archiconocida ya por una población que se ve obligada no sólo a sufrir las consecuencias de unos ineptos políticos y de la galopante corrupción que generan, sino que además han de soportar la narración permanente de sus intrigantes y perversas azañas.
Por si todo ello no fuera suficiente, las recientes elecciones autonómicas y municipales, han traído una inaguantable suerte de más de lo mismo, pero con el condicionante extra, de que debido a unos resultados francamente sorprendentes - que al menos en este caso le afectan directamente - no hay medio de comunicación, tertulia, red social, informativo, que no se ocupe de ello, casi a tiempo completo.
Lo mismo sucede con las charlas familiares, vecinales, en el trabajo, con los amigos. Todo lo domina y preside la cansina y omnipresente política, en un juego rutinario y mezquino, casi obligado, dadas las circunstancias, que se extiende por doquier, que todo lo contamina y lo ocupa y que no aporta ningún valor al individuo, aparte de la satisfacción de saber ganadora, si así fuere, de su opción ganadora.
Quedará a salvo la complacencia personal de descargar la ira contra los corruptos y manifestar la simpatía e ilusionada esperanza hacia las nuevas candidaturas ciudadanas que han irrumpido con inusitada fuerza en un panorama político que causaba hastío y rechazo y que parece haber dado ahora un giro de ciento ochenta grados, que aunque esperado, ha sido inusitadamente sorprendente y rompedor, con un bipartidismo que parece haber desaparecido para siempre.
Si tenemos además en cuenta que dentro de muy poco tiempo, dentro de este año, todo este tedioso proceso culminará con las elecciones generales, y posiblemente con las tan cacareadas autonómicas catalanas, las perspectivas son francamente desoladoras, hasta tal extremo, que la ciudadanía de este país, se va a erigir en una gigantesca tertulia con debates continuos e interminables que no le darán ocasión de manifestar otras opciones socioculturales, ya bastante limitadas en un presente que todo lo domina la política y sus circunstancias.
Sería sumamente deseable y de todo punto recomendable, si no abandonar tan cansinos y machacones temas, sí al menos tomar un respiro, airear la casa y las mentes de quienes la habitan, y dedicar ese tiempo a nosotros, a nuestras cuitas diarias, a aquello que más directamente nos incumbe, a satisfacer nuestras necesidades y aficiones, ya sean culturales o de otros órdenes, en función de las preferencias de cada uno.
Poner la radio y comenzar el nuevo día con la audición de una delicada melodía o con un hermoso fragmento de una bellísima sinfonía. Escuchar los versos de un delicioso poema o dedicar unos minutos  a un mágico y relajante relato, serían sutiles y bellas maneras de arrancar una nueva jornada, al contrario de lo que nos espera, que suelen ser las tan cacareadas y repetidas noticias de política, corruptelas y miserias varias que en nada ayudan a sobrellevar el  nuevo día que comienza. Desesperante.

lunes, 1 de junio de 2015

LA CIUDADANÍA AL PODER

Algo parece estar cambiando en el panorama político de este País. Las elecciones municipales y autonómicas recientemente celebradas, han deparado unos resultados, que aunque predecibles hace solo unos meses, eran impensables hace poco más de un año.
La principal consecuencia y el cambio más significativo que ha generado esta consulta, ha sido sin duda la desaparición del bipartidismo y el surgimiento con una inusitada fuerza de las candidaturas ciudadanas, que van a ostentar una importante parcela de poder, bien de manera directa, pues van a gobernar en algunas ciudades, bien en coalición con otros partidos que van a tener que contar con ellas para acceder al gobierno.
Algunas de estas Candidaturas, han surgido tan recientemente, que apenas han tenido tiempo de organizarse y de darse a conocer, por lo que lo conseguido tiene un mérito aún mayor, al obtener un importantísimo respaldo ciudadano que no ha dudado en desbaratar el poder hegemónico de los dos grandes que han venido hasta ahora repartiéndose el gobierno.
Y en una ceremonia de la confusión que aún no han podido digerir, han llegado hasta el punto de que algunos representantes de la derecha, ya están interpretando lo sucedido como si de la Toma de la Bastilla se tratara, en un alarde de sentimiento apocalíptico de un estado de cosas que jamás llegaron a pensar. Tan cortos de miras son, que no podían imaginar que tuviera lugar lo que interpretan como una revolución ciudadana.
Constituye una demostración palpable de un deseo ciudadano de cambiar un statu quo establecido, que ya duraba demasiado tiempo, y que quizás no se vuelva a reeditar, lo que supondría todo un vuelco en el panorama político de un país como el nuestro, sin parangón en una Europa que nos mira con los ojos muy abiertos, con una mezcla de incomprensión y sorpresa.
Desde que las manifestaciones de 15 M, iniciaron su lenta pero imparable andadura, ya nada ha vuelto a ser igual en la correlación de fuerzas políticas, que han sufrido un cambio radical, con un giro de ciento ochenta grados que hasta hace muy poco tiempo los dos principales partidos no daban crédito alguno, y que ahora contemplan con incredulidad y suma preocupación, contemplando cómo su segura y rutinaria alternancia en el poder, se ve seriamente trastocada.
Han sido los ciudadanos de una España harta del sufrimiento que viene soportando todos estos años de crisis, los que han decidido con sus votos cambiar un equilibrio de poder que tanto dolor les ha generado, soportando todo el peso de unas terribles medidas económicas y sociales, que han sumido a un importante sector de la población, en la pobreza y la desesperación con un paro insostenible y una legislación laboral que castiga duramente a los trabajadores.
Han sido incapaces de medir las consecuencias de sus actos de gobierno, llegando a menospreciar a una población que ahora se vuelve contra sus gobernantes y contra un sistema bipartidista, que dejaba fuera a los votantes de la oposición, mientras que ahora, con la fragmentación habida, todas las sensibilidades, todos los votantes van a estar representados. Formar gobierno va a ser ahora cosa de muchos, y no solo de unos pocos, es decir, de los de siempre.
La ciudadanía al poder, no va a ser una mera y casi transgresora coletilla revolucionaria. Es la materialización de un deseo de ese pueblo soberano, expresión con la que tantas veces se les suele llenar la boca a los gobernantes al uso. Esta vez, dicha expresión toma carta de naturaleza. Bienvenido sea.