Después
de contemplar el panorama político de este país durante estos últimos meses, y
analizando la situación política, siempre desde la más esforzada y voluntariosa
neutralidad, teñida de un inseparable subjetivismo, pero reforzada por una
ausencia total de dogmatismo, que nubla el entendimiento y anula la mente, la
conclusión que se obtiene no deja de ser sumamente desalentadora.
Con
un ejecutivo empeñado en una política de tierra quemada, del fin justifica los medios,
del todo vale para preservar el poder, con una deriva autoritaria, extremista y
radical, que comenzó con una oferta de inmunidad a cambio de los votos
necesarios para garantizarse primero la investidura y después la legislatura
mediante la concesión de una amnistía, que no figuraba en su programa de
gobierno, y a la que recurrió por “conveniencia” que no por “convivencia” como quieren
hacer creer, utilizando un vergonzante acoso y señalización al poder judicial a
través de los jueces que les han puesto trabas, y que ha motivado serias llamadas de atención de
la Unión Europea, en la que han Intervenido incluso ministras, lo que resulta
particularmente inaudito, el gobierno no desiste, sino que continúa su huida
hacia adelante en una carrera que siembra asombro y desconcierto a propios y
extraños.
Con
un presidente cada día más endiosado, más ególatra, soberbio e insultón, con un
partido político desaparecido e irreconocible, el jefe del ejecutivo se permite
ofender a los ciudadanos que no comulgan con él, que son multitud, afirmando
que pertenecen a la “fachosfera”, improperio insultantemente despectivo, que no
tiene parangón en la política de este país, y que lo descalifica como
presidente del gobierno, en una entrevista para un canal de televisión, el inefable
presidente del gobierno ha sido preguntado acerca de la opinión que le merece
la canción que representará a España en Eurovisión “Zorra”, a lo que ha
respondido que está encantado con ella, que representa al mundo cultural, juvenil
y progre, alejado de la “fachosfera” -que asegura huele a naftalina” y que
hubiera preferido el “cara al sol”, en una demostración más de un despectivo
talante que resulta inexplicable en un jefe del ejecutivo.
Con
un comportamiento vulgar y ordinario, impropio de cualquiera, pero más
condenable aún cuando de un presidente del gobierno se trata, se rebaja a un
nivel chabacano y extremadamente grosero y maleducado que resulta imposible de
creer y concebir en un personaje con la responsabilidad que ha de tener alguien
que representa a todos los ciudadanos de España, con una desfachatez tal, que avergüenza
y preocupa por igual, al pensar que alguien tan vulgar y despectivo pueda
ostentar tan alto cargo, dedica ahora todos sus esfuerzos a sacar adelante la amnistía,
rechazada ya en la primera votación, pese a que una aplastante mayoría de los
fiscales del Supremo han votado contra sus intereses y criticado al fiscal
general por favorecer al gobierno.
¿Pero
cómo puede ser tan insensato para manifestarse con ese desdén, con ese menosprecio,
con ese afán despectivo hacia un importante sector de sus conciudadanos?¿Cómo
este personaje que siempre se ha caracterizado por su ególatra soberbia ha
podido llegar a estos extremos? ¿Cómo, pese a ello, puede cometer semejantes
atropellos contra quienes no comulgan con él, en una clara demostración de una
preocupante carencia de sentido democrático? ¿Cómo puede ser tan inconsciente,
tan falto de cultura, educación e inteligencia para cometer estos desmanes? Es
difícil que alguien en su lugar cometa semejantes atropellos, pero la realidad
es muy tozuda, y ahí están las hemerotecas para certificar las fechorías que
aquí se narran, que no tienen otro calificativo que de despectivas, con el
agravante de llevarlas a cabo con sus ciudadanos, algo absolutamente condenable,
denunciable, y simple y llanamente rechazable.
Imposible
encontrar respuestas a tantas preguntas como aquí planteamos, porque están
fuera de todo lo razonable, de toda lógica humana, y
sensata, salvo que la dignidad de quién ofende se encuentre bajo mínimos, y la
honestidad y la honradez las desconozca hasta tal punto, que sea capaz de
cometer estos atropellos sin sonrojo alguno, porque no le consideramos capaz de
disculparse, de pedir perdón, por lo que quizás debería mirar a su alrededor,
en su entorno inmediato, dónde quizás descubra que está inmerso en esa
“fachosfera” que tanto le gusta utilizar para insultar a los demás, y aún no se
había percibido de ello, y en cuanto a “zorra”, es muy libre de elegir sus
temas favoritos, porque aunque sobre gustos, no hay nada escrito, deberían
haberle informado que hasta el feminismo reniega de la dichosa zorra, algo que
le hubiera dado pie para desdecirse, o en su caso, haber cambiado de opinión,
algo en lo que es un consumado maestro.
No
obstante, mientras se deleita con el susodicho tema, podía ocuparse un poco de
este país, que está hecho unos zorros, con la cesta de la compra que sigue por
las nubes, una muy alta tasa de paro, un millón de hogares con toda la familia
sin trabajo, y con los agricultores colapsando autopistas y ciudades, porque nadie
les hace caso. Pero claro, está demasiado ocupado con la amnistía, su obsesión
favorita, y con su apego a un poder que no obstante considero se le ha de
quedar pequeño, ya que seguramente le gustaría presidir un país de más altos
vuelos, con más peso en Europa, con más influencia en el mundo, con más
capacidad de decisión, pertenecer al G7, dónde están los grandes con
mayúsculas, y no al G20, que se le queda pequeño y que no está a su nivel, reunirse
con frecuencia con los grandes presidentes, en lugar de limitarse a pasear con
ellos en paralelo durante unos insignificantes treinta segundos, que no le
ningunee ningún rey llamándolo por teléfono desde otro país, en lugar de recibirlo cuando está en el suyo de visita,
para de esta forma, y con un esfuerzo aún mayor de su gabinete de imagen, poder
ganar peso entre los más poderosos, a los que él, a su pesar, siente y lamenta
no pertenecer.
Abandonen
toda esperanza aquellos que aún confían que algo va a cambiar, quienes esperan
que tanta frustración, tanto desvelo no
satisfecho influirá en el ánimo de un presidente que opte por retirarse a vivir
de sus imperiales sueños, y a librarnos de su aires de grandeza que parecen no
tener límite. El poder le subyuga de tal forma, que jamás va a renunciar a él. Sobre
todo mientras muchos le rían sus desagradables gracias y otros le crean el
salvador de un país que no necesita que lo salven, sino que lo representen digna
y honestamente, sin que sus frecuentes cambios de opinión mantengan a este país
y a sus ciudadanos en un continuo e insoportable sobresalto.
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