jueves, 28 de marzo de 2024

La arrogancia de los ignorantes

 

Contemplar a los integrantes de este gobierno sentados en la bancada azul, con una actitud a veces chulesca, en ocasiones irreverente, y siempre con una manifiesta falta de respeto hacia la oposición y el resto de integrantes de la Cámara, causa asombro e indignación a partes iguales, a la vez que cabe la duda de si saben lo que se traen entre manos, si son competentes para llevar a cabo las altas funciones que les corresponden, si a la larga no pagaremos todos la incompetencia de unos pocos.

Con unos modales hooligan en ocasiones, gesticulantes y soberbios siempre, con continuas confidencias entre ellos, cuando no risas y gestos de descalificación y burla – ahí la vicepresidenta primera, sin lugar a dudas, se lleva la palma - cubriéndose con las manos para que no les lean sus intrigantes e inconfesables  secretos e intimidades varias, la imagen que dan es de una absoluta falta de seriedad, máxime teniendo en cuenta que se trata de los componentes del gobierno de un país.

Cuando al presidente y a su vicepresidente primera se une el superministro, intrigante y siniestro en extremo, así como el inefable ministro de transportes, auténtico buldog gubernamental, el mayor despropósito está servido, dando la impresión de que entre los cuatro manejan la SL que parecen haber montado con algo tan serio y trascendental como es el gobierno, dando la impresión de que se trata de una sociedad de intereses que han montado desde que llegaron a un acuerdo de inmunidad por los votos necesarios para asegurarse primera la investidura y después una gobernabilidad que se les está complicando.

Con la que se les viene encima, una vez aprobada la amnistía, a sabiendas de que más pronto que tarde les van a reclamar la independencia de Cataluña,  anticonstitucional por más señas, con unos presupuestos prorrogados, unas elecciones catalanas y vascas a las puertas, una alarmante falta de poder territorial que les asfixia y condiciona poderosamente, con una deuda colosal, un paro galopante con el mayor porcentaje de desempleo de Europa, con las empresas y el capital extranjero negándose a establecerse en un país que presenta una inseguridad legal y jurídica evidente, con el vecino del sur, al que tanto mima el presidente,  rearmándose hasta el punto de obligarnos a reforzar militarmente Las Canarias, así  como una conflictividad política manifiesta, ¿quién nos asegura que este gobierno pueda ser lo suficientemente competente para hacer frente a tantos desafíos?

No dan esa impresión, no son serios ni sensatos, no parecen respetables, sencillamente porque  a su vez no respetan, porque su única obsesión es mantenerse en el poder a toda costa, no importa las muchas cesiones que han llevado a cabo para ello, y las muchas que tendrán que afrontar para seguir en sus puestos, siempre a los mismos - olvidándose de otras Comunidades que más ayuda necesitan - por lo que continuarán en cualquier caso, ya que la soberbia, el ego y la falta de escrúpulos, ya no es prerrogativa única del jefe del ejecutivo, se ha hecho extensible a todo el gabinete.

Entonces a qué viene ese aire de seguridad arrogante que continuamente exhiben, esa absurda ironía mal intencionada que con frecuencia muestran, esos aires de superioridad, esas maneras de gobernar sin respeto hacia el poder judicial y a todo lo que se interponga en su camino.

 Da la impresión de que se consideran dueños y señores de un corralito que manejan a su antojo, con unos aires de un indisimulado autoritarismo al que parecen haber cogido el gusto, una vez que se han instalado en una posición de fuerza que no les corresponde – se olvidan que son los representantes de los ciudadanos - que ejercen con una absoluta desmesura, sin respeto por las más elementales reglas de la democracia como son la separación de poderes y el acatamiento y la sumisión absoluta a las instituciones del Estado Social y de Derecho. ¿De qué se ríen éstos arrogantes? La ignorancia es atrevida.

A la espera de la DUI inminente

 

Lo han conseguido, como no podía ser de otra forma, como sólo unos pocos podían dudar. La ignominia se ha consumado. Inmunidad por votos, borrón y cuenta nueva a cambio de gobernabilidad, de una insaciable satisfacción personal, de ambición sin límites de un personaje sin escrúpulos y de una infinita soberbia, que ha permitido que un perseguido por la justicia, fugado por más señas, le marque los tiempos a todo un gobierno de un País soberano, que ha sido ninguneado, humillado, chantajeado  y menospreciado, en una acción mercantilista de compra venta de votos.

Algo que no obstante siguen tratando de disfrazar como si se tratara de una actitud valiente que persigue la “convivencia” y la “pacificación” de Cataluña, cuando lo que han perseguido siempre (jamás hablaron de la amnistía antes de las elecciones), ha sido por su “conveniencia”, léase por mantenerse en el poder, tan evidente y manifiesto, que nadie, salvo que esté instalado en el dogmatismo más obsesivo, puede negar a estas alturas. Mientras tanto, el intrigante y siniestro superministro  Bolaños, con un insoportable aire triunfalista, ha afirmado que la ley es intachable, que ha sido avalada por la Comisión de  Venecia (que aún no se ha pronunciado, salvo la filtración oportunista, sesgada y parcial llevada a cabo por el gobierno), dónde el susodicho superministro, textualmente se ha “autofelicitado”, algo que ha causado hilaridad e indignación a partes iguales.

Se han rebajado de tal forma, los han visto tan débiles y sedientos de poder, que los han manejado a su antojo, hasta el punto de ceder de tal vergonzosa forma, que los han invitado a diseñarse una amnistía a medida, es decir, una auto amnistía, que no obstante, no les satisface por completo, ya que se han adelantado a manifestar que “la amnistía no va a procurar la reconciliación social de Cataluña, dando por zanjadas las pretensiones secesionistas de sus promotores: tenemos la amnistía, vamos a por la autodeterminación.” Y están en ello, ya que han aprobado una iniciativa legislatura popular por la independencia de Cataluña, que preconiza la declaración de una DUI, es decir una declaración unilateral de independencia, que en cuanto recojan las cincuenta mil firmas preceptivas, irá al pleno, y, sin duda, será aprobada.

¿Y qué harán entonces? Patético, bochornoso y sumamente vergonzante, que no obstante, y conociendo a este gobierno, seguro que seguirá dando de comer a aquellos que una y otra vez le muerden la mano, todo por mantenerse en un poder que cuando llegue el momento y le reclamen el referéndum de autodeterminación, no se atreverán a contrariarlos, por lo que a lo sumo, les pedirán que lo hagan, pero sin hacer ruido.

 No se cansan de hacer el ridículo, no les importa quedar en una sonrojante evidencia, todo por permanecer en un gobierno manejado por el títere jefe, que sabiendo de su capacidad de manejar la situación, no cejará en su empeño hasta conseguir la independencia, algo que el jefe del ejecutivo no le puede negar, salvo que se vea obligado a desalojar su poltrona, a la que ha demostrado una fidelidad eterna, que no puede traicionar, por lo que nada podemos adelantar, aunque sabemos que la Constitución no permite semejantes aventuras a lo que no obstante, seguro que alguna alternativa encontrarán para concederles un deseo más, en este caso un capricho que no les pueden negar, no se que se enfaden de verdad, y nos dejen a pan y agua.

Y es que dada la extrema debilidad que siempre han mostrado ante ellos, los han acostumbrado a conseguir todo cuanto han querido y eso tiene su coste que no es otro que una cesión continua ante este niño mimado en que han convertido al titiritero y su gente, todo por conseguir perpetuarse en el poder un presidente que ha perdido definitivamente los papeles y que no está dispuesto a renunciar a sus privilegios a costa de un País que está descubriendo poco a poco a un personaje soberbio y sin escrúpulos dispuesto a sacrificar lo que sea necesario para mantenerse en el poder,  caiga quién caiga, salvo él, al que nadie en su silenciado partido osa hacerle frente, tal es el ninguneo al que lo ha sometido.

jueves, 14 de marzo de 2024

Lo volverán a hacer

 

Este inefable y singular gobierno, parece tener una indudable componente masoquista que no puede disimular por mucho que lo intente y trate de convencer al personal, lo que resulta increíble, que la amnistía es por convivencia, por la pacificación, la normalidad y la estabilidad de Cataluña, cuando todos sabemos desde hace ya demasiado tiempo que es por conveniencia, es decir, inmunidad por votos, y no hay más, porque la paz, la normalidad y la estabilidad están más que aseguradas por aquellos lares, por lo que deberían dejar de lado ya esas pamplinas que ya nadie cree, y centrarse en gobernar para todos, algo de lo que se han olvidado con ese fanático y compulsivo afán por favorecer a quienes manejan de verdad los hilos de esta legislatura.

A cuyo mando está el titiritero mayor desde sus cómodos aposentos desde dónde gobierna, no en la sombra, sino a plena y deslumbrante luz del día, mientras contempla cómo con cuantos más desaires se prodiga hacia sus valedores en La Moncloa, más los tiene a los pies de los caballos, humillándose otra vez, y las que hagan falta para que sigan luchando por su auto amnistía, que no abandonen que sigan reclamando cuanto deseen, pero que no los dejen solos en su batallar por concederles “su” amnistía.

Y a eso se dedican, a incordiar continuamente mientras el gobierno ofrece una y otra vez la otra mejilla, obediente, masoquista en extremo, mientras el titiritero afirma en sus últimas declaraciones, en modo incendiario, que conseguirán la amnistía, pero que no crea el ejecutivo que por ello van a dejar de luchar contra la “ofensiva represora”, hasta lograr la independencia, algo para lo que están preparándose y a lo que no renunciarán nunca, preparándose, como ha afirmado, “para la confrontación y la unilateralidad”.

Ya lo dijeron cuando afirmaron que lo volverían a hacer, algo que ya han puesto en marcha con la iniciativa popular para declarar la independencia que ya ha admitido a trámite la mesa del Parlament, en un paso más hacia la declaración unilateral de independencia, un pulso más a este gobierno imprevisible, que ignoramos cómo responderá, pero que conocida su trayectoria en estos menesteres, posiblemente aplicarán una vez más acendrado masoquismo buscarán alguna mejilla más, y les concederán lo que pidan para que reflexionen un poco, para que se tranquilicen, o se pondrán de rodillas si es necesario una vez más, en lugar de actuar de una vez con una firmeza de la que son absoluta y decididamente incapaces.

Y es que dada la extrema debilidad que siempre han mostrado ante ellos, los han acostumbrado a conseguir todo cuanto han querido y eso tiene su coste que no es otro que una cesión continua ante este niño mimado en que han convertido al titiritero y su gente, todo por conseguir perpetuarse en el poder un presidente que ha perdido definitivamente los papeles y que no está dispuesto a renunciar a sus privilegios a costa de un País que está descubriendo poco a poco a un personaje soberbio y sin escrúpulos dispuesto a sacrificar lo que sea necesario para mantenerse en el poder,  caiga quién caiga, salvo él, al que nadie en su silenciado partido osa hacerle frente, tal es el ninguneo al que lo ha sometido.

En cualquier caso, no corren vientos favorables para un partido que ve cómo las aguas turbulentas de los escándalos políticos le están cercando con las corruptelas de las mascarillas, que le están salpicando, y dónde la presidenta del Congreso, tan fiel ella a su presidente, está siendo señalada también por este motivo cuando presidía Las Baleares. Si a todo esto, sumamos la falta de poder territorial del partido, La Moncloa va ser el último reducto dónde atrincherarse un presidente, que aún así, no rendirá jamás su fuerte, aunque si para continuar ha de hacer más concesiones y ofrecer más mejillas al titiritero jefe, las buscará donde sea preciso. El poder, por encima de todo.

Cuarto lantero cuarto trasero

 

Siempre recordaré a mi madre asando el cordero en la cocina económica de la casa del pueblo, siempre en la fiesta, mayo y septiembre, o con motivo de alguna celebración especial, siempre cordero, en la amplia cocina de la casa, en los hornos clásicos de leña que poseían algunos vecinos, en el bar, en el cocedero del panadero, y en algún otro adonde la gente llevaba la carne para que se la asasen, o por encargo, pero siempre cordero, el clásico cuarto de asado, el cordero, o simple y llanamente, el asado.

Recuerdo las bodas que se celebraban en el pueblo, en la cochera, dónde instalaban unos largos tablones apoyados en unas borriquetas, sobre las que se depositaban los cuartos de asado, bien lanteros, bien traseros, en sus correspondientes tarteras de barro, acompañados por las hogazas de pan y las jarras de Ribera, como en los pueblos de alrededor, adónde mi padre me llevaba con él cuando le invitaban a alguna boda, algo que solían hacer con frecuencia debido a que era el secretario del ayuntamiento de varios pueblos, y siempre le invitaban, y yo con él, que siempre me reservaba la pata del cuarto lantero – menos carne, pero más sabrosa que el trasero – algo que, curiosamente he mantenido hasta hoy, que sigo conservando esa agradable costumbre.

Nuestro cordero lechal, esa maravilla gastronómica tan nuestra, tan castellana, y sobre todo, tan segoviana, basada en la degustación de una deliciosa y tierna carne de cordero, procedente de los pastos de la zona de Riaza y Sepúlveda, entre otras, si es que de  nuestra provincia hablamos, asada de una manera sencilla y artesanal como mi madre hacía, con apenas un poco de manteca y añadiendo algo de agua de vez en cuando, todo ello en un sencillo horno de la cocina de casa que nada tenía que envidiar a los asados de los clásicos hornos de leña tan habituales en los pueblos por aquel entonces.

Pero siempre cordero, nunca cochinillo, que no recuerdo jamás haberlo probado entonces, no lo conocía, jamás lo vi por aquellos lares, y hablo de los alrededores de las zonas antes citadas, dónde hoy sigue siendo menos habitual que el cordero, pues basta con recorrer con la vista las mesas ocupadas de los mesones y restaurantes, no digamos ya los figones, para contemplar cómo el cordero ocupa casi todos los manteles.

 De ahí mi sorpresa al contemplar cómo se identifica cada vez más, Segovia con la tierra del cochinillo, cuando yo considero que es el cordero el rey indudable de la gastronomía segoviana, por encima del cochinillo, con todos los respetos hacia ese delicioso manjar, que no obstante, con perdón, pienso que no puede competir con el perfumado y exquisito sabor de un excelente cordero asado.

En absoluto pretendo ningunear al exquisito  manjar que representa el cochinillo en nuestra admirable gastronomía, de ninguna manera, y pido perdón a quienes se sientan ofendidos por ello, ya que solamente quiero manifestar el hecho de que cada día es más habitual contemplar en los medios de comunicación, como se asocia Segovia con el cochinillo, cuando de hablar de su gastronomía se trata, dejando en ocasiones en la irrelevancia al cordero, algo que he venido observando con tal frecuencia, y desde hace ya tanto tiempo, que, discúlpenme por el atrevimiento, quizás ignorante, y siempre apasionado y subjetivo, no he podido mantenerme al margen a la hora de comentar esta apreciación, que repito, puede estar equivocada, algo que lamentaría profundamente, ya que aprecio enormemente nuestra tierra segoviana, su dilatada y limpia historia su rica cultura, su inmenso patrimonio, su refinada y suculenta gastronomía, su gente.

La imagen del horno de leña con la  puerta abierta, dejando ver su luminoso interior así como su contenido de tarteras de barro con los cuartos de asado repartidos por el amplio espacio disponible, así como la del asador introduciendo la pala bajo la tartera para extraer del horno el cuarto ya asado,  posee para mí ingentes connotaciones casi siempre festivas, así como su inconfundible aspecto dorado, su intenso, delicado y aromático olor, que me conducen inexorablemente a mi infancia, en un viaje en el tiempo que rememoro siempre que tengo la suerte de disfrutar  de este regalo para el paladar y para el resto de los sentidos, que acompañado de un buen Ribera del Duero, como con el sabroso cochinillo, y culminado con ese desconocido y delicioso ponche segoviano, tiene la virtud de trasladarnos a ese séptimo cielo que tiene su residencia en nuestra incomparable tierra de Segovia.

viernes, 1 de marzo de 2024

El feudo presidencial

 

Jamás en este país se había dado un gobierno de un talante presidencialista tal, que relegase al resto de los componentes del mismo a un lejano y oscurantista lugar, siempre controlado y supervisado minuciosamente, por el que todo ha de pasar, como si de un tupido filtro se tratara, como la tela de araña que urdida a su alrededor impidiera el más leve indicio de actividad, que pudiera darse sin su expreso y tácito consentimiento, movimiento que en todo caso sería detectado de inmediato por sus fieles servidores siempre atentos a cualquier intento de subvertir el orden establecido, algo impensable, a sabiendas del alto coste que ello acarrearía a quién osase cometer tamaño desafío.

Rodeado de su guardia pretoriana que ha diseñado cuidadosamente tras un exhaustivo estudio de la táctica a seguir en cada momento, el presidente ha colocado en estratégica posición al intrigante superministro que asume la justicia, la presidencia y las relaciones con las Cortes, en una maniobra que para sí querrían muchos mandatarios que fueron y son auténticos imperátor, auténticos lobos esteparios bajo el disfraz de corderos, con unas disimuladas tendencias absolutistas que no logran engañar más que a quienes se dejan llevar por el dogmatismo propio de quienes justifican a estos personajes cegados por un fanatismo personal que les nubla el entendimiento hasta el punto de justificar cualquier acción, cualquier decisión tomada, que conlleve su perpetuación en tan alto cargo, cuya consecución siempre justificará los medios empleados.

Este superministro encierra en sí mismo un más que considerable poder, basado en el hecho de que a través de él, el presidente ejerce un considerable control de  la justicia y de las Cortes, al tiempo que como ministro de la presidencia lo tiene siempre disponible, siempre a mano para lo que considere menester, como un eficiente y sutil espía, al servicio de sus señor, algo que el susodicho superministro lleva a cabo con una total diligencia y servidumbre, salvo para pedir respeto total hacia el poder judicial y sus representantes los jueces, que como ministro de justicia tiene la obligación de exigir a todos, comenzando por los propios compañeros de gobierno que, por cierto, no se prodigan en exceso, lo que es sumamente reprobable, como lo fue la elección del ministro de transportes, auténtico bulldog del presidente, que como tal lo utilizó cuando lo lanzó contra el jefe de la oposición en el debate del fracasado intento de investidura.

Al mismo tiempo, la vicepresidenta primera, tan elegante ella, tan fiel seguidora de su admirado jefe, siempre dispuesta a batallar por él, con una defensa a ultranza que le hace sentirse acreedora de una seguridad tal, que le expone con harta frecuencia a una ordinaria y vulgar actitud hooligan, cuando debatiendo en sede parlamentaria se considera acreedora de una  ironía  y un sarcasmo que no domina pero que le lleva a pensar – sus gestos la delatan – que se halla en la cima de la oratoria más amena, grácil y portentosamente efectiva, con la que logra destrozar a su  contrincante, a quién no dará tregua ni más salida que una retirada incondicional, tal como ella debe considerar, dada la altiva actitud que suele mostrar al terminar sus intervenciones, como si la victoria más aplastante y arrolladora cayera siempre de su lado, dejando al enemigo desarmado, inerme y derrotado, algo que solamente ella parece percibir.

Con un control total del partido que ha ido diseñando a su medida hasta el punto de desaparecer en cuanto a un mínimo control que sobre él pudiera llevar a cabo, salvo algún verso suelto que no representa ningún serio obstáculo, dispone de una absoluta libertad de acción que le da vía libre para moverse a sus anchas sin que nadie le límite a la hora de llevar a cabo su plan de gobierno basado en una ambición sin límites, que no obstante, pese a que nadie le pone traba alguna, puede constituir un problema a medio plazo, al caer en errores de los que nadie le va a advertir, precisamente por no contradecirle y evitar por lo tanto no salir en la foto.

Si a todo lo expuesto añadimos el control que posee sobre la fiscalía, que pudiera complicarle la resolución de temas como la amnistía, el camino queda despejado para el logro de sus fines, sin inoportunas oposiciones siempre incómodas, con lo que su viaje hacia la consecución de sus objetivos, queda definitiva y clarificadoramente libre como él desea, dueño absoluto del castillo dónde reina y gobierna sin más oposición que él mismo, el único que puede acabar con su imparable carrera, si es que llega a hacerse acreedor de algún error, que como humano, podría cometer, aunque dudo que pueda llegar a ese vulgar estado, impropio del señor feudal que en tan alta estima se considera, incapaz de admitir que la historia pudiera negarle tan alto honor, como el de figurar en sus más brillantes volúmenes, en los que ya, seguramente, considera haber escrito las primeras páginas a la espera de completar tan altas metas como el destino le ha deparado para mayor gloria de tan alto y poderoso señor feudal.

No nos hacemos respetar

 

Este país, merced a los gobernantes que padecemos, está logrando que España se convierta en una irrelevancia nacional que causa sonrojo y oprobio a cualquiera que se moleste en analizar la actual situación que arroja una denigrante posición internacional, dónde no se nos contempla como un país serio y respetable, con una democracia dónde la doctrina de la separación de poderes brilla por su ausencia, con una injerencia del ejecutivo en el judicial que causa asombro e indignación al mismo tiempo, señalando, acosando y denunciando a los jueces, en una miserable maniobra, que ha sido motivo de diversas querellas ante las instituciones europeas.

Querellas presentadas tanto por personas físicas como por organizaciones jurídicas y de defensa de los derechos civiles y humanos, que ha motivado varias llamadas de atención al gobierno español, que en una actitud incomprensible, despectiva y altanera, ha hecho oídos sordos de las serias advertencias de la Unión Europea, que contempla cómo se ningunea al poder judicial, y por ende, a una frágil democracia, que sin el respeto debido a la separación de poderes, pierde todo su sentido y su razón de ser.

Si a todo lo expuesto, le añadimos el hecho de que el fiscal general ha dejado de servir al Estado para convertirse en un instrumento más del gobierno, la manipulación más siniestra y vergonzante está servida, algo que debería preocuparnos muy seriamente, pero que  no suele pasar de algún que otro titular, sin profundizar en un tema absolutamente transcendental para un país serio que se haga respetar, algo que comprobamos con harta frecuencia en las relaciones internacionales, cuando se nos ningunea en la persona del jefe del ejecutivo, incapaz de hacerse respetar por nuestro vecino del sur, y adónde una y otra vez regresa, como ahora tiene previsto de nuevo, en una ceremonia de la humillación más absurda y recriminatoria, que no se corresponde con la soberbia que en nuestro país demuestra.

Un ejecutivo empeñado, obsesionado y firmemente decidido a facilitar por todos los medios, incluída la fiscalía, que la amnistía se lleve a término, blindando, protegiendo, y evitando que la justicia se movilice en pos de los que ansía queden al margen de la susodicha medida de gracia, que no es sino inmunidad a cambio de los votos necesarios para el pago de la investidura primero y de la gobernabilidad después, llevando a cabo auténticas medidas esperpénticas en ocasiones, que causan sonrojo e indignación, porque no tienen otro fin que el de evitar que los beneficiarios de la amnistía puedan quedar al margen de ella, algo que perjudicaría las intrigantes intenciones de un ejecutivo que no se detiene ante nada cuando de conseguir sus siniestros objetivos se trata.

Por desgracia, este país suele ser ninguneado con demasiada frecuencia a nivel internacional, como hemos comprobado en diversas ocasiones a la hora de conseguir la extradición de algún perseguido por la justicia, negándonos reiteradamente un derecho que todo integrante de la Unión Europea tiene por el simple hecho de serlo, bastando esa ostentación para lograr la extradición, algo que se nos ha negado repetidas veces, aduciendo que en nuestro país no se respetan los derechos humanos, los derechos de los detenidos, o simple y llanamente no confían en nuestro sistema judicial y en nuestra democracia, algo que jamás le pasaría a cualquiera de los países más respetados y relevantes de Europa.

Y es que no nos hacemos respetar, no nos comportamos como un país serio, damos continuos bandazos sin seguir una línea uniforme, lógica y razonable, como ahora sucede con la vergonzante situación en la que nos ha puesto Suiza, al negarse a informar, que no a extraditar, a petición de un juez español sobre una refugiada sospechosa de pertenecer a “Tsunami”, porque dudan si la petición tiene carácter político, lo que supone una afrenta insoportable, indigna e impropia de un país democrático, que nos tememos no va a ser contestada por este ejecutivo que hará todo lo posible por proteger a esta aspirante a ser amnistiada, o al menos, pocos esfuerzos llevará a cabo para colaborar con el juez que ha solicitado dicha información.

Al mismo tiempo, los compañeros de viaje catalanes que colaboran en la gobernabilidad del ejecutivo, y que siempre dijeron aquello de “lo volveremos a hacer”, parece que van a cumplir su palabra, ya que el Parlament tramita una ley para declarar la independencia de forma unilateral. Para no indisponerse con ellos, el ejecutivo les dirá, que bueno, que vale, que de acuerdo, pero sin hacer ruido, que el gobierno está en siesta permanente, y no quisieran despertarse y tener que darse por aludidos. Definitivamente, no nos hacemos respetar.