Lo
han conseguido, como no podía ser de otra forma, como sólo unos pocos podían
dudar. La ignominia se ha consumado. Inmunidad por votos, borrón y cuenta nueva
a cambio de gobernabilidad, de una insaciable satisfacción personal, de
ambición sin límites de un personaje sin escrúpulos y de una infinita soberbia,
que ha permitido que un perseguido por la justicia, fugado por más señas, le
marque los tiempos a todo un gobierno de un País soberano, que ha sido ninguneado,
humillado, chantajeado y menospreciado,
en una acción mercantilista de compra venta de votos.
Algo
que no obstante siguen tratando de disfrazar como si se tratara de una actitud
valiente que persigue la “convivencia” y la “pacificación” de Cataluña, cuando
lo que han perseguido siempre (jamás hablaron de la amnistía antes de las
elecciones), ha sido por su “conveniencia”, léase por mantenerse en el poder,
tan evidente y manifiesto, que nadie, salvo que esté instalado en el dogmatismo
más obsesivo, puede negar a estas alturas. Mientras tanto, el intrigante y siniestro
superministro Bolaños, con un
insoportable aire triunfalista, ha afirmado que la ley es intachable, que ha
sido avalada por la Comisión de Venecia
(que aún no se ha pronunciado, salvo la filtración oportunista, sesgada y
parcial llevada a cabo por el gobierno), dónde el susodicho superministro,
textualmente se ha “autofelicitado”, algo que ha causado hilaridad e
indignación a partes iguales.
Se
han rebajado de tal forma, los han visto tan débiles y sedientos de poder, que
los han manejado a su antojo, hasta el punto de ceder de tal vergonzosa forma,
que los han invitado a diseñarse una amnistía a medida, es decir, una auto
amnistía, que no obstante, no les satisface por completo, ya que se han
adelantado a manifestar que “la amnistía no va a procurar la reconciliación
social de Cataluña, dando por zanjadas las pretensiones secesionistas de sus
promotores: tenemos la amnistía, vamos a por la autodeterminación.” Y están en
ello, ya que han aprobado una iniciativa legislatura popular por la
independencia de Cataluña, que preconiza la declaración de una DUI, es decir una
declaración unilateral de independencia, que en cuanto recojan las cincuenta
mil firmas preceptivas, irá al pleno, y, sin duda, será aprobada.
¿Y
qué harán entonces? Patético, bochornoso y sumamente vergonzante, que no
obstante, y conociendo a este gobierno, seguro que seguirá dando de comer a
aquellos que una y otra vez le muerden la mano, todo por mantenerse en un poder
que cuando llegue el momento y le reclamen el referéndum de autodeterminación, no
se atreverán a contrariarlos, por lo que a lo sumo, les pedirán que lo hagan,
pero sin hacer ruido.
No se cansan de hacer el ridículo, no les
importa quedar en una sonrojante evidencia, todo por permanecer en un gobierno
manejado por el títere jefe, que sabiendo de su capacidad de manejar la
situación, no cejará en su empeño hasta conseguir la independencia, algo que el
jefe del ejecutivo no le puede negar, salvo que se vea obligado a desalojar su
poltrona, a la que ha demostrado una fidelidad eterna, que no puede traicionar,
por lo que nada podemos adelantar, aunque sabemos que la Constitución no permite
semejantes aventuras a lo que no obstante, seguro que alguna alternativa encontrarán
para concederles un deseo más, en este caso un capricho que no les pueden
negar, no se que se enfaden de verdad, y nos dejen a pan y agua.
Y es
que dada la extrema debilidad que siempre han mostrado ante ellos, los han
acostumbrado a conseguir todo cuanto han querido y eso tiene su coste que no es
otro que una cesión continua ante este niño mimado en que han convertido al
titiritero y su gente, todo por conseguir perpetuarse en el poder un presidente
que ha perdido definitivamente los papeles y que no está dispuesto a renunciar
a sus privilegios a costa de un País que está descubriendo poco a poco a un
personaje soberbio y sin escrúpulos dispuesto a sacrificar lo que sea necesario
para mantenerse en el poder, caiga quién
caiga, salvo él, al que nadie en su silenciado partido osa hacerle frente, tal
es el ninguneo al que lo ha sometido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario