En
una de sus biografías, Bruce Springsteen habla de sus primeros pasos en el pueblo
dónde nació, de la casa de su bisabuela donde vivía con sus abuelos sus padres,
su hermana Virginia y su perro Saddle, cómo
su padre tuvo que dejar la escuela a los dieciséis años para ponerse a trabajar,
cómo a los diez años se conocía todas las grietas y recovecos de las calles de
Freehold, Nueva Jersey, cómo en ellas se sentía Aníbal cruzando los Alpes o un
soldado atrapado en un cruento combate en plena montaña, un lugar dónde la
gente vive sus vidas, sufre con dolor, disfruta de los pequeños placeres, y
juega al béisbol, en esta población de infarto que engendra revueltas raciales,
odia a los diferentes te estremece el alma, genera amor y odio y te rompe el
corazón.
Mi
madre, decía, leía novelas románticas y escuchaba los últimos éxitos
radiofónicos. Me dio todo el cariño que no supo darme mi padre, el cual me
explicaba que las canciones que escuchaba en la radio, formaban parte de un
plan gubernamental para que te casaras y pagaras impuestos. Era un misántropo que
rehuía a la mayor parte de la humanidad. Cuando iba a por él al bar, lo
encontraba al final de la barra. Según decía, el mundo estaba lleno de
estafadores en busca de un dólar. Éramos muy pobres, aunque nunca nos faltó lo
más elemental para vivir. Nunca salíamos
al pueblo y no conocí el interior de un restaurante hasta que tuve veinte años.
Así
habla de su infancia este fenómeno de masas, que para suerte de los que amamos
la música, continúa activo, como tantas otras figuras de este noble arte que han
decidido continuar sobre las tablas más allá de lo que el cuerpo aguante, en un
ejercicio de admirable y respetable valor, que tantos celebramos, y que no está
exento de un íntimo goce que los hace disfrutar a ellos tanto como a quienes los
seguimos escuchando desde que los oímos por primera vez, agradecidos por
aquellos gloriosos vinilos que atesoramos ahora como oro en paño en un lugar
privilegiado de nuestra discoteca.
Según
él mismo afirma, antes de dedicarse profesionalmente a la música jamás tuvo un
trabajo remunerado con un sueldo mensual fijo, nunca tuvo una nómina que le
garantizase unos ingresos con una segura y cierta frecuencia, sobrevivía con
algunos trabajos esporádicos que le surgían, y más adelante con los ingresos
que obtenía con las bandas con las que actuaba puntualmente en bares y clubs,
que le obligaban a viajar por todo el territorio nacional.
Y así,
contaba cómo sin carnet de conducir y apenas sin experiencia alguna en el
manejo de los automóviles, los miembros del grupo se turnaban para cruzar el
país en una destartalada furgoneta, conduciendo toda la noche, comiendo algo sin
apenas detenerse, conducía uno y dormía el resto, para de esta forma poder llegar
a actuar allá dónde conseguían algún contrato, por muy lejos que estuviera.
A
Bruce Springsteen se le conoce por The Boss, es decir, el jefe, sobrenombre que
se lo adjudicaron en los primeros tiempos con la E Street Band. Él se ocupaba
absolutamente de todo, tanto en términos musicales como administrativos que
afectaban a la banda, así como de recaudar el dinero y de pagar a sus
componentes, por lo que cuando alguien les preguntaba por alguno de éstos temas,
siempre respondían “habla con el jefe”, dando
origen al Boss, nombre por el que es conocido universalmente.
Su música
es reconocible de inmediato, yendo del rock más puro a las baladas más clásicas,
con una envidiable capacidad para conectar de inmediato con un público de lo
más variopinto que invariablemente llena los estadios y los espacios dónde
actúan por gigantescos que sean. Siempre con un arrollador éxito que le ha
acompañado siempre en su larga trayectoria profesional por todo el mundo. Born To
Run, The River, Born in the USA, Tunnel of Love, Human Touch, The Rising, son algunos
de sus más celebrados álbumes, de lo que han vendido millones de discos por
todo el mundo.
Ha
publicado más de sesenta álbumes, en una carrera musical que afortunadamente
para sus millones de seguidores en todo el mundo aún tiene mucho recorrido. De
carácter afable, próximo y comunicativo a todos los niveles, Bruce,
Springsteen, el Boss, el Jefe, es, posiblemente junto con Elvis, el más popular
de los cantantes de rock de toda la historia de la música.
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