miércoles, 7 de mayo de 2008

El truncado viaje de Yoani a la libertad

Es Yoani Sánchez una escritora cubana dotada de una exquisita sensibilidad que vierte en los artículos publicados en su blog - ahora clausurado por las autoridades de su país – que ha obtenido el premio literario Ortega y Gasset de periodismo y que no podrá recogerlo aquí en España porque allí, en Cuba, le niegan ese derecho quienes ostentan el poder de decidir sobre la vida y obra de los sufridos ciudadanos cubanos.
Al enterarse del bloqueo de su blog - para los residentes cubanos - Yoani escribió: los anónimos censores de nuestro famélico ciberespacio han querido encerrarme en el cuarto, apagarme la luz y no dejar entrar a los amigos. Triste y demoledor. La libertad por los suelos.
Ese miedo a la libertad está arrinconando a la oscura y denostada revolución cubana y a sus dirigentes, que con medidas como ésta, están consiguiendo que la repulsa por parte de los pocos seguidores que aún les quedaban fuera de Cuba, se esté transformando en desprecio.
De nada han servido los cambios habidos. De hecho, no ha habido cambio alguno, ni los habrá mientras los cubanos se limiten a esperar. El miedo a la libertad por parte de quienes de una forma despótica dirigen el país, es tal, que sienten vértigo cada vez que se encuentran con una situación como la presente en la que una mente pensante y libre como la de Yoani, trata de expresarse libremente y de ejercer la crítica hacia aquellos que se han elegido a sí mismos sin consultar con el pueblo cubano.
¿Cómo pueden denominar revolución a una situación en la que prohíben la más elemental de todas las libertades: la libertad de expresión?. Anulan al individuo, lo someten a la voluntad del estado totalitario y castigan la menor desviación que respecto de las normas que ellos dictan puedan llevar a cabo.
El individuo propiedad del Estado. El Estado propiedad de la verdad absoluta – su verdad, claro está - , no la de Yoani, no la de los ciudadanos cubanos privados de sus derechos más elementales.
Estamos con Yoani y con tantos otros ciudadanos del mundo que se encuentran en la misma situación. Les privarán de su voz hoy, mañana, pero llegará un día en que abandonarán la prisión y alzarán su voz por encima de sus carceleros.

Los delirios de Anasagasti

Este inefable personaje con perenne gesto de señor malhumorado dispuesto siempre al reproche y a la ironía fácil, cuando no al insulto, nuevamente ha salido de la trinchera para expulsar sus demonios contenidos y lanzarlos en tono burlón y despectivo en este caso contra la Comunidad de Madrid, los madrileños, su bandera, su himno, su celebración del doscientos aniversario, su constitución como comunidad autónoma y ya de paso y lanzado que estaba el hombre, contra la nación española, que, al fin y al cabo, según argumenta, son lo mismo con lo que según él, queda cifrada la historia de España en los doscientos años transcurridos desde entonces.
Este señor que montó en cólera contra los chicos de la gasolina cuando quemaron el autobús en el que iba su madre (con toda la razón del mundo), pronto se olvidó de aquel incidente en el que esta vez sí, se volvió contra ellos profiriendo los más sonoros insultos e improperios que imaginarse puedan contra los que protagonizaron semejante intento para volver de inmediato a lo suyo, a la teoría del árbol y las nueces – unos mueven el árbol y otros recogen las nueces - del ínclito Arzallus.
Este oscuro personaje se esconde a veces detrás de su afable aspecto, rostro bonachón y correctas maneras para, de vez en cuando insultar como lo ha hecho en esta ocasión al pueblo madrileño de una manera soez y vergonzante.
Este señor y tantos otros que llevan camino de eternizarse en el poder en Euskadi, deberían volver la vista atrás y contemplar los destrozos que en esa sociedad está consiguiendo el miedo, la violencia, el abandono y la soledad al que someten diariamente a quienes sufren persecución por ejercer la libertad de pensar diferente.
Mirar hacia otro lado, ignorar lo que está pasando, continuar viviendo.