domingo, 23 de mayo de 2021

Luna

Ese absurdo e injusto mundo, presenta a veces unas caras, que por mucho que acostumbrados estemos a contemplarlas, nunca dejarán de sorprendernos, hasta el punto de que no nos resultarán increíbles por negativas, bárbaras y crueles, sino por infrecuentes, si no se dan con una asiduidad determinada, que suele ser lo habitual para colmo y desgracia de este loco lugar del universo, donde la vida se abre camino de una forma grata y sorprendente, y donde a veces, su destrucción parece ser el camino elegido por quienes no sienten por ella el menor de los respetos exigidos hacia esa maravillosa explosión de luz y de energía que representa tan singular acontecimiento que sin duda, no constituirá algo exclusivo de nuestro hermoso planeta Tierra.

No obstante, hasta tal punto se implica el ser humano, que nuestra mente, tiende a rechazar por instinto toda vulneración de las leyes que la determinan, toda violencia y opresión, por inhumanas, unas veces, otras, por que representan la pura maldad, y las más, porque nos aconseja que giremos la cabeza, a la que suele acompañarle una cara, cuyos ojos no soportan visiones espantosas, ya sea por escrúpulos varios, por cansancio de lo mismo, o por una elemental e hipócrita decencia, que suele estar absolutamente injustificada, ya que obviamos, simplemente, lo que no que remos ver, lo que molesta a nuestra área de comodidad y confort, en la que estamos instalados.

Y así, frente a nuestro televisor que nos protege de la proximidad y el peligro de lo que nos asusta contemplar, nos incomoda, o nos desagrada, somos capaces de soportar la mirada, debido a que lo que vemos no es lo suficientemente duro ni nos parece tan próximo, como para cambiar de canal, y de esta forma, llegamos a seguir los hechos relatados, con una cierta curiosidad, no exenta de una morbosidad no reconocida, por lo que todo ello, nos lleva a comentar los acontecimientos que por lejanos, parecen no afectarnos.

Es como si la pantalla ejerciera de escudo defensor, cuando en realidad, todo lo que vemos, está teniendo lugar en nuestro pequeño mundo, más o menos lejano, quizás, hasta en nuestro propio País, o en cualquier otro lugar, que a estas alturas, y con tantos medios de comunicación físicos y tecnológicos, que las distancias se han visto drásticamente reducidas, hasta el extremo, de que de una u otra forma, lo que nos parece tan distante, tan lejano, en realidad, está a la vuelta de la esquina.

Los sucesos que han tenido lugar en esto días del florido mes de mayo en las ciudades de Ceuta y Melilla, sobre todo en la primera de ellas, con una auténtica invasión, sobre todo de jóvenes del otro lado de la frontera, es decir, de África, los hemos vivido como si de una dramatización escénica se trataran, siguiendo en la pantalla durante interminables horas, cómo miles de personas, la mayoría menores de edad, cruzaban la frontera a nado, con riesgo de sus vidas.

Y lo han hecho, salvando apenas unos metros que separan dos mundos, dos continentes, dos países, rodeando un simple espigón de cemento, una valla metálica, niños incluso, de meses, atados a la espalda de sus madres, que exhaustos, han conseguido llegar a la playa, en unos casos, y en otros, han sido recogidos por los agentes de policía, soldados y voluntarios de la Cruz Roja, que han llevado a cabo una ingente, preciosa y preciada labor para salvar sus vidas, que no obstante no ha podido evitar la muerte de dos de estos parias de la tierra, que en plena juventud, han dejado su vida a unos pasos de su país, por cruzar la muralla prohibida.

Luna, una joven voluntaria de la Cruz Roja, ha sido una de las personas que han derrochado esfuerzos sin nombre para recoger y ayudar a estos jóvenes, sufriendo una vejación vergonzosa, con críticas feroces, crueles y desalmadas, por el hecho de recoger y abrazar a uno de ellos, consolándolo ante la desesperación, el miedo y el llanto de este joven, que acababan de rescatar del mar, y que los malvados, amparados en el anonimato de las redes, han interpretado como un gesto, por parte de la víctima, con connotaciones sexuales por increíble que parezca.

 Esta denigrante posición, aberrante e injusta, por falda y aberrante, les ha valido el repudio y la condena más absoluta por parte de la sociedad, que ha asistido a este triste acontecimiento, a través de los medios de comunicación, como si de un espectáculo televisivo más se tratara, analizando si el intento ha sido una maniobra de las autoridades del país vecino, una invasión como algunos afirman, o se ha tratado de una reacción espontánea de unos ciudadanos procedentes del tercer mundo, huyendo de la miseria, que no obstante, al final, salvo los menores, han sido devueltos al otro lado del muro, que supone, por unos solos metros, un cambio terrible y radical, para el deterioro de sus vidas, al pasar de Europa a África, con todo lo que ello supone para su existencia, en este atribulado e injusto mundo.

viernes, 14 de mayo de 2021

ES DE BIEN NACIDOS

                   Mi madre, La Tía María, con ese título familiar que utilizamos en los pueblecitos por tierras de Segovia, en este caso, Duruelo, dónde nacimos, era una mujer buena, en el mejor sentido de la palabra, buena a carta cabal, buenamente reconocida por todos los que la conocieron, que hablan de ella como la persona que poseía una bondad sin tacha, que se preocupaba por todos los que la necesitaban, y que que acostumbraba a decir aquello de “es de bien nacidos ser agradecidos”, que a mí no se me ha olvidado, que recordaré siempre, y que procuro aplicar cuando la ocasión lo requiere, y que ha surgido ahora, cuando me dispongo a escribir una carta de agradecimiento a las gentes del un pueblo de Segovia, Muñoveros, adónde llegué, con mi familia, al comienzo de la década de los años sesenta.

              Mi padre, Marcelino, fue destinado allí, como secretario del ayuntamiento, dónde ejerció durante diez años, aproximadamente. Mi madre, María, y mis hermanos, Antonio y Pablo, completaban esta familia, que siempre guardó, y guarda, un excelente y grato recuerdo de Muñoveros y sus gentes. Un amigo que conservo de aquellos tiempos, me ha enviado el libro Juan Bravo y Muñoveros, por el que felicito a todos sus colaboradores, al centro cultural Juan Bravo, y al ayuntamiento que ha colaborado en su brillante edición, que ha despertado en mí, numerosos recuerdos de aquella feliz época, intensa en vivencias y amistades que celosamente conservo y que mantendré para el resto de mis días.

Tenía apenas una decena de años, o pocos más, cuando llegué. Uno de mis primeros recuerdos me conducen de inmediato a una entrevista con el inefable Don Basilio, el cura del pueblo, genio y figura, con un fuerte temperamento, y un carácter de tres pares de demonios, con perdón, que igual detenía la misa en cualquier momento para echarnos la bronca a los que armábamos jaleo al fondo de la iglesia, que cerraba las puertas al cabo de unos minutos de comenzada la misa, como nos ocurrió a mí y al alcalde, que en vista de los acontecimientos, decidimos ir al bar a tomarnos algo, para celebrar el año nuevo, ya que, a la sazón, era el primer día del año.

La entrevista con Don Basilio, no tiene desperdicio. Yo, en Duruelo, cobraba dos pesetas por ayudar a misa, lo que por entonces constituía toda una fortuna. De hecho, mi primer reloj, me lo financié con los ahorros de tan rentable, religiosa, y loable labor diaria. Cuando Don Basilio me ofreció entrar en la nómina de monaguillo, que para eso me llamó, pregunté por el sueldo. Como su repuesta fue, que semejante trabajo era oficio de ángeles, mi respuesta inmediata, que pueden imaginar, fue recomendarle a quien debía recurrir entonces. Por supuesto, allí acabaron todas las negociaciones laborales con el Sr. Cura. Jamás ejercí de monaguillo.

Fueron años que jamás olvidaré, durante los cuales disfruté en todos los sentidos e hice mis mejores amigos. No se me olvidan los lugares de encuentro, los bares, en casa de La Bárbara, La Dolores, y Paco. En éste último, vimos la llegada a la Luna en el sesenta y nueve. En verano, los que disponíamos de coche, los llevábamos a la plaza, y allí, rápido, los llenábamos para cualquiera de las numerosas fiestas de los pueblos de los alrededores. Los domingos, invariablemente, a la discoteca de Cantalejo, ya lloviese, nevase o cayesen chuzos de punta.

Impagables las noches de verano cuando nos reuníamos para robar sandías, afición que en más de una ocasión acababa en carreras de fondo, cuando el propietario nos pillaba con las manos en la masa. Recuerdo las fiestas de San Félix, la romería de Ecce Homo y San Cristóbal, con la degustación del exquisito cuarto de asado que solía tener lugar en el salón de otro bar, en la salida hacia Turégano, y cuyo nombre no recuerdo.

Mi hermano Pablo, que poseía una minusvalía severa, que no obstante no le impidió incluso conducir, mantuvo contacto con Muñoveros y sus gentes durante muchos años después de irnos. Quiero agradecer a todos, el excelente trato que siempre le dispensaron. Para él, siempre dijo, su pueblo era Muñoveros. Nos contaba, que llegaba al pueblo y entraba en cualquier casa, ¡se puede! decía mi hermano ¡pasa Pablo, hasta la cocina! Lo mismo sucedía con el resto de la familia. Mientras estuvimos allí, en aquellos agradables años, todos fuimos acogidos con un sincero y respetuoso afecto, que siempre agradeceremos.

Tengo una asignatura pendiente con Muñoveros. Mis amigos de entonces, que lo siguen siendo ahora, me recuerdan y censuran, el hecho de que hace muchos años que no voy por aquellos lares. Llevan razón. Sin duda volveré. No me unen más que gratos recuerdos hacia ese pueblo y sus buenas gentes. Con la mano en el corazón, en mi nombre y en el de mi familia, gracias a todos, pues como decía mi madre, es de bien nacidos ser agradecidos. Un abrazo.

jueves, 6 de mayo de 2021

LA MOVIDA MADRILEÑA

Jamás se había dado un resultado semejante en unas elecciones en este País, como los acaecidos en la Comunidad de Madrid, dónde a la vista del mapa de todos sus municipios, por increíble que parezca, en total ciento setenta y nueve, todos estaban sombreados en color azul, salvo dos en rojo, es decir en ciento setenta y siete ganó el principal partido de la derecha, mientras que en dos, el de la izquierda, algo que ha dejado sin argumentos a quienes pensaban que ésta última formación podría estar muy próxima de la ganadora, que ha arrasado de tal manera, incluso en el llamado cinturón rojo, que el día después, todo el mundo, incluso parte de los vencedores, se siguen preguntando cómo es posible semejante resultado, que muy pocos pudieron prever, y que merece un estudio detallado para encontrar la lógica que explique semejante debacle en una formación política que en absoluto se esperaba por parte de unos y de otros, y que está originando ríos de tinta en los medios de comunicación.

Esta Comunidad, como todas, posee determinadas áreas o sectores, dónde el voto tiene una clara orientación electoral, sobre la base de la experiencia acumulada a lo largo de las sucesivas consultas electorales acumuladas a través de los tiempos, y que siempre habían respondido a lo que se esperaba, con distritos, pueblos y ciudades que siempre arrojaban resultados similares en cuanto a la orientación del voto, bien, inclinados hacia la derecha, bien hacia la izquierda, sin que hasta ahora se hubiese dado una rotura semejante como la que ha tenido lugar en estas elecciones, y que ha tenido consecuencias inmediatas en otros partidos, como la del candidato de Podemos, que ha decidido retirarse de la política, después de pasar por el gobierno y encabezar su formación en estas elecciones,  dónde aunque ganó tres escaños respecto a las anteriores, ha quedado en último lugar, por detrás de Vox ,incluso, y dónde otro partido, Ciudadanos, no ha logrado ningún representante, lo que puede suponer el final de este partido que lleva tiempo consiguiendo unos pésimos resultados, que posiblemente puedan suponer su desaparición del espectro político.

Consecuencias negativas tendrá, sin lugar a duda, en el partido del gobierno que ha cosechado unos nefastos resultados, tercero en este caso, detrás incluso de Más Madrid, cuyos ecos llegarán sin lugar a dudas al gobierno, cuyo presidente se empeñó en inmiscuirse en la campaña electoral al comienzo de la misma, eclipsando y dejando en segundo plano al cabeza de lista, Gabilondo, en una maniobra que se ha demostrado ser un error, no sólo por tapar de alguna manera a quién encabezaba la lista, sino porque supuso un enfrentamiento tenso, directo y hosco, con quién ha resultado ser la ganadora, Ayuso, que ha arrasado de forma abrumadora, y que ha dejado al presidente del gobierno en un mal lugar, que tendrá consecuencias a escala nacional en futuras elecciones generales.

La futura presidenta de esta Comunidad, ha irrumpido en esta campaña de una forma que se puede calificar de singular, como ella, algo originalmente barriobajera y elemental, y siempre populista, con un mensaje machacón e indescifrable, por no entendible, ni venir a cuento, como es el término libertad, que ha empleado y derrochado a diestro y siniestro, pretendiendo con ello dar una imagen de una ciudad como Madrid, dónde en plena pandemia, todo se podía hacer, dónde todos los servicios estaban abiertos, dónde los taberneros, sin duda, la han votado en masa, agradecidos por el hecho de mantener abiertos los bares y tabernas, pese a las restricciones, como también, ciertamente, con los cines y teatros, algo que ha aireado para lanzar a plena voz en todos sus mítines, que Madrid es la ciudad de las libertades, y que parece haber tenido eco en sus ciudadanos, a la vista de unos resultados, que le van a permitir gobernar con una  comodidad de la que hasta ahora no disponía.

Mientras tanto, se analizan los sorprendentes resultados, que más que achacarlos a la mesiánica, peculiar y “libertaria” presidenta, y a los méritos logrados con su original discurso nacionalista madrileño, se deben a los errores cometidos por los otros, por sus oponentes, por un gobierno que ha caído en demasiados errores, sobre todo con la formación del gobierno de coalición con Podemos, que muchos de los votantes socialistas nunca entendieron, con problemas constantes entre ambos componentes del ejecutivo, con peleas, contradicciones  y desacuerdos, con alianzas con partidos independentistas vascos y catalanes, que le han restado credibilidad, así como la deficiente gestión de la pandemia, de tal forma, que todo ello, sin duda, ha debido de pesar en un voto ciudadano, que los populares han capitalizado a nivel de partido, pensando en el asalto al gobierno, ante el hundimiento de los socialistas en Madrid, dónde la inefable presidenta Ayuso, que con su renovada Movida Madrileña, reinará sin apenas oposición.