jueves, 29 de diciembre de 2016

LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

Una de las estadísticas más escalofriantes e insidiosas de cuantas publican los medios de comunicación, es sin lugar a dudas el de las víctimas de la violencia machista contra la mujer, que lejos de desaparecer de dichos espacios, y aunque la cifra ha ido disminuyendo con el paso de los años, continúa estando presente en los mismos, y que arroja unos valores que tristemente continuamos soportando y que últimamente se mantienen en torno a los cuatro asesinatos al mes, es decir, uno a la semana.
Aún no hemos terminado el año dos mil dieciséis, y ya son cuarenta y tres las mujeres que han sido víctimas de un machismo insoportable, confirmando la tétrica y terrible media de muertes violentas, siempre inexplicables, pese a que en todos los casos estas mujeres habían denunciado a su agresor, lo que resulta aún más increíble, dado este hecho, que debería actuar como freno y prevención de esa violencia que fatalmente no se ha evitado.
Tratar de encontrar culpables entre quienes tienen la función de velar por la seguridad de los ciudadanos, a cargo siempre de los organismos públicos correspondientes, nos llevaría a dudar de los mecanismos seguridad que estos aportan a las mujeres maltratadas que denunciaron estos hechos, como el caso de las víctimas de este año, y que pese a todo no han conseguido evitar su asesinato.
Posiblemente pueda mejorarse dicha protección, algo que se reivindica constantemente por una sociedad que cada vez entiende menos estos hechos, y que de ninguna manera puede llegar a acostumbrarse o a relajarse por el hecho de que el número de víctimas esté descendiendo progresivamente en los últimos años, ya que uno sólo de estos actos violentos, ya es más que suficiente para reprobarlos como una acto vil y profundamente cobarde.
No nos cabe la menor duda, de que los organismos encargados de velar por la sociedad, llevan a cabo una labor que no siempre es fácil ni efectiva, pues no siempre depende de ellos y de su celo profesional, ya que las causas de estos lamentables sucesos, hay que buscarlos precisamente en las entrañas de esa sociedad, educando y formando en la escuela a ambos sexos, en el respeto y la consideración mutuas para que en el futuro jamás aparezcan en ellos sombra alguna de discriminación por razón de sexo.
            De forma incomprensible, en nuestro país, y según encuestas llevadas a cabo entre los jóvenes, un importante porcentaje llega a admitir determinados comportamientos machistas que no son de recibo. Según estos datos, el 22 % de los chicos y un 22 % de las chicas entre doce y veinticuatro años, está “algo de acuerdo”, en que “el hombre que parece agresivo es más atractivo”. Inadmisible a estas alturas.
¿Cómo comprender estas actitudes en una juventud a la que se le supone cada vez más preparada? ¿Cómo entender que una chica joven, con acceso a una preparación cultural y técnica supuestamente avanzada, pueda aceptar unos comportamientos machistas por parte de su pareja? ¿Y cómo un joven es capaz de exigir una cierta sumisión y acatamiento a quién comparte con él sus ratos de ocio y su vida diaria?
Inexplicable, pero aunque este penoso fenómeno de la violencia machista no es exclusivo de nuestro País, no por ello podemos abandonar ni bajar la guardia ante un hecho que podemos considerar universal, pues ello únicamente propiciaría que el problema fuese en aumento.
La Familia, la escuela, los organismos públicos y la sociedad en general, deben implicarse.

viernes, 23 de diciembre de 2016

DE NUEVO EN SANTIAGO DE COMPOSTELA

Volver a Santiago, es algo más que una recurrida frase harto utilizada por quienes allí han estado alguna vez. Es una realidad palpable y demostrable por la inmensa mayoría de los afortunados que llegaron, bien por el camino, bien por otros medios más cómodos y rápidos, pero que siempre conducen a la hermosa ciudad del apóstol, cuyo reclamo es tan universal como su capacidad para congeniar con toda clase de ciudadanos del mundo, que allí se encuentran.
Todo ello en un alarde de globalización no necesariamente espiritual, que maravilla a quienes poco viajan y menos creen en la diversidad que nos une a cuantos habitamos un insignificante planeta, que olvida pertinaz y tercamente que apenas somos un intento de un tibio y sutil soplo de un formidable y colosal universo, poblado sin duda por una inmensidad de civilizaciones y seres vivientes que lo habitan.
Es por ello que al encontrarse tantos y tan diversos, en un espacio tan reducido como esta histórica y bellísima ciudad, tienden a sorprenderse, como si los demás, procediesen de otros mundos, que por lejanos que estén sus lugares de procedencia, siempre estarán en este, en el único que conocemos, y que hemos convenido en denominar Planeta Tierra.
Dejando atrás estas consideraciones místicas, a la par que contemplativas, y situándonos de nuevo en el viaje a Santiago, el peregrino contempla, esta vez desde su cómodo asiento en el tren, los cambiantes paisajes que van sucediéndose desde las suaves y amplias llanuras de Castilla y León, hasta la postrer llegada a la concurrida y hermosa ciudad del apóstol.
Apenas iniciado el viaje, el leve traqueteo del tren nos permite divisar a través de las luminosas y amplias ventanas del tren, los bellos parajes de esta hermosa región, levemente interrumpidos por sutiles y pelados cerros desprovistos ahora en invierno de la mies que en verano los cubrirá, y que proporcionan al viajero una sensación de paz y tranquilidad tan hermosa como relajante.
Sin casi solución de continuidad, van surgiendo los primeros valles de la verde y sin par Galicia, salpicados por pequeños pueblos profusamente diseminados por doquier, entre una frondosa vegetación  que van del verde al marón, y del ocre al amarillo, colores otoñales que proporcionan a esta región un aspecto propio de un cuadro profundamente policromado, multicolor e impresionista digno de contemplar.
Puntualmente el tren llega a Santiago, ciudad a la que el viajero siempre vuelve, una y otra vez, como en esta ocasión, que siempre parece la primera, con unas calles siempre reconocibles, pero siempre por descubrir, por recorrer una y otra vez andando y desandándolas arriba y abajo, como si el tiempo se hubiera detenido y dispusiésemos de él a nuestro antojo disfrutando de sus centenarias joyas de ilustre y noble piedra.
Un placer para los sentidos, para el disfrute y consumo de una gastronomía privilegiada, y la satisfacción de colmar un deseo cultural que se verá plenamente satisfecho a cada paso que dé, incrementado a medida que transitamos por las numerosas, estrechas e históricas calles, salpicadas de nobles casas, palacetes, iglesias, conventos y monasterios, que finalmente nos llevarán hasta la plaza del Obradoiro, presidida por la imponente y majestuosa fachada de la catedral flanqueada por las dos imponentes y hermosas torres barrocas y por su doble escalinata que nos conducirá a las románicas naves a través del bellísimo Pórtico de la Gloria.
El peregrino, creyente o no, cumplirá seguramente con el rito del abrazo a Santiago, meta final del Camino. Posiblemente coincida con la celebración de la misa del peregrino, donde se encontrarán viajeros de diversas procedencias del país y del mundo, y donde se llevará a cabo la ceremonia del botafumeiro, que recorre el crucero de la catedral de un extremo a otro, en un espectacular y singular acto que es todo un espectáculo, que merece la pena contemplar, y que quedará en la memoria del viajero, que sin duda hará propósito de volver de nuevo a Santiago de Compostela.                                                                                                                                           

martes, 13 de diciembre de 2016

LA VIDA MÁS ALLÁ DE LA POLÍTICA

Sin duda, podemos asegurar que hay vida más allá de la pertinaz y recurrente información política que parece omnipresente en nuestro quehacer diario, y que parece haberse apropiado de nuestro tiempo.
Mucho más aún ahora, con el conflicto interno del PSOE, que ha conseguido llenar todas las portadas de los voraces medios de comunicación de masas, incluidas, cómo no, las redes sociales, y esos otros medios de difusión, localizados en las charlas de pasillo, de trabajo y de tantos otros lares, localizados allá dónde más de dos personas se entran, de tal forma que hasta en el ascensor, la inevitable mención al estado del tiempo, ha dado paso al estado de la política, en un País que está a punto de entrar en un estado de sobre saturación en estas procelosas lides.
Diríase que los políticos y toda su impenetrable y constante verborrea, nos tiene secuestrados desde hace ya tanto tiempo, y que cifrarlo exclusivamente en el tiempo que llevamos sin gobierno, constituiría un completo error de apreciación, ya que hemos de remontarnos bastante más atrás, a los comienzos de la inacabada crisis, para tener una perspectiva más exacta y fiable de la situación.
Fue entonces, allá por el dos mil seis, cuando comienzan a bombardearnos con la dichosa crisis, aquella que estaba ciernes, y que luego supimos que muchos la vieron venir, según nos cuentan, pero que nada pudieron hacer, porque no les creyeron, o porque no les interesaba parar aquella furiosa tempestad materializada en una construcción desbocada, que nos llevó a crecer de una manera descomunal, tan desaforadamente loca e irracional, que en última instancia nos condujo a la famosa burbuja, que como todas, acabó estallando, dejando un rastro de inmundicias varias, que aún hoy, los de siempre, seguimos soportando.
Y así, desde entonces, los medios de comunicación nos someten a un continuo, sistemático, metódico y demoledor bombardeo de una despiadada información, que siempre tiene la misma y continua constante de matiz político, que habla de corrupción, despilfarro y malversación que está dejando España hecha unos zorros, creando inmensos agujeros, que los sufridos ciudadanos no dejamos de rellenar
En un ejercicio de cínica e hipócrita desfachatez, nos dijeron que ni un euro saldrá de los bolsillos de los ciudadanos. Una mentira más de las muchas que llevamos sufriendo, y ante las que poco margen de maniobra tenemos, salvo que nos neguemos a pagar los numerosos impuestos, tasas y demás zarandajas varias que irremediablemente nos acosan a los paganos de siempre, y que de llevarlo a cabo, se volvería de inmediato contra nosotros, sin remisión, sin medio de defensa alguno, y por supuesto, multiplicando  luego al cabo su valor inicial, con lo que al final, sólo nos quedaría el recurso del pataleo, pero pagando, claro.
Con la profunda y devastadora crisis por la que está pasando el partido socialista en estos momentos, los medios de comunicación no dan respiro a sus seguidores. La televisión dedica horas extras, los debates y tertulias, también en la radio, no tienen otro tema, y todo este panorama se traslada a la calle, la familia y el trabajo, como si nada hubiera más importante en nuestras vidas.
 Así que todo parece indicar, que los ciudadanos de este País, apenas disponen de dos opciones: o dedicarse a la restauración, o a analista político.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

LA NUEVA BURBUJA INMOBILIARIA

Paseando por la periferia de la mayoría de las ciudades, es fácil descubrir zonas que hasta hace muy poco tiempo se encontraban desérticas, y donde hoy se pueden vislumbrar un nuevo y poblado panorama de grúas, bajo las cuales se desarrolla una frenética actividad de máquinas, materiales de construcción y trabajadores afanados y aplicados en rellenar los cimientos con un hormigón que no cesa de fluir, levantando nuevos edificios que en apenas unos meses van tomando forma, en un ejercicio de actividad constructiva inmobiliaria como no se conocía desde hace bastantes años.
En la mente de muchos, continúa presente la pasada burbuja inmobiliaria que tuvo unos efectos desastrosos en la economía española. Entonces la fiebre constructora llegó hasta el extremo de construir  cerca de un millón de viviendas anuales, muchas de las cuales están ahora sin vender, habiendo convertido a los bancos en auténticas inmobiliarias, al hacerse cargo de las casas cuyas hipotecas no se pudieron pagar, al tiempo que toda esta situación creaba un enorme paro entre los trabajadores de baja cualificación que fueron atraídos por los elevados sueldos que percibían.
Según los últimos datos, el precio de las viviendas se sitúa a niveles del año 2004 y su coste sigue siendo un 26% menor al de 2007, cuando alcanzaron su nivel más alto. Ante esta importante revalorización, que viene acompañada de un aumento de la concesión de hipotecas, que creció en junio un 15,5%, con una evolución de 25 meses de expansión, parecen darse todas las condiciones para la aparición de una nueva burbuja inmobiliaria.
Pese a todo, los especialistas en el tema, descartan esta posibilidad y achacan los repuntes a factores como el rebote que suele producirse en cualquier mercado tras un profundo ajuste, al peso de la demanda extranjera o al intenso crecimiento que está experimentando la vivienda de lujo en algunas zonas.
Sin embargo,  en algunas zonas de Madrid y Barcelona, podría hablarse con propiedad de dicha burbuja, donde algunos extranjeros están pagando enormes cantidades, absolutamente disparatadas, por viviendas de auténtico lujo.
En cualquier caso, parece descartarse la formación de un nuevo boom inmobiliario, ya que para que ésta se diera debería venir acompañada de una situación hipotecaria como la que se dio en la década de 1997 a 2006, y que no es comparable.
 Analistas en el tema, encuentran la explicación a la subida del precio de la vivienda en la combinación de tres factores: El entorno de tipos de interés bajos, la demanda embalsada y la inversión. La gente está desviando su dinero desde las cuentas bancarias y la renta fija hacia la compra de vivienda.
 No obstante cabe plantearse las siguientes preguntas así como sus respectivas y lógicas respuestas ante una situación económica y laboral que no parece favorecer la compra de vivienda, ante un auge indudable en su construcción.
Si los salarios son bajos y los trabajos temporales, habrá menos demanda. Si la población envejece, también menos compra. Si sube la presión fiscal, bajará la demanda. Si ya no se compra la casa como inversión segura, menos demanda. Si el futuro de los tipos de interés es al alza, también menos demanda.
No parece fácil encontrar una explicación. Pero el hecho está ahí. Se construye frenéticamente.          

domingo, 4 de diciembre de 2016

EL AUGE DEL POPULISMO

La victoria de Donald Trump en Estados Unidos, ha supuesto todo un acontecimiento en las ya revueltas aguas del panorama político internacional, donde los populismos están resurgiendo con fuerza, ante un electorado entregado a estos modernos voceros populares, que con una fuerza y un ímpetu renovados, lanzan sus proclamas a unos ciudadanos, que enfervorizados con su mensaje, los vitorean con entusiasmo.
Populismo y populista son términos pertenecientes a nuestro vocabulario, que con harta frecuencia se utilizan para describir a quienes utilizan un lenguaje próximo a las masas a las que va dirigido, con ánimo de llegar a ellas a través de unos mensajes directos, con un contenido que no es otro que el que los receptores desean oír, consiguiendo lograr de esta forma un auditorio fiel y leal, aprovechando el descontento y la frustración de quienes están descontentos con el sistema.
Surgió en Rusia hacia finales del siglo XIX, en 1878 para referirse a una fase del desarrollo del movimiento socialista de esta zona del mundo. Se utilizó entonces como un movimiento en contra de los intelectuales de la década de 1870 y la creencia según la cual los militantes socialistas tenían que aprender primero del Pueblo, antes que pretender convertirse en sus guías.
Después los marxistas rusos comenzaron a utilizarlo con un sentido diferente y peyorativo, para referirse a aquellos socialistas que pensaban que los campesinos serían los principales sujetos de la revolución y que las comunas y tradiciones rurales podrían utilizarse para construir a partir de ellas la sociedad socialista del futuro.
El populismo no es un movimiento o actitud política privativo de una tendencia, ya sea la derecha ya sea la izquierda, sino que es aplicable ambas, ya que tanto una como otra, utilizan sus recursos para lograr sus fines,  que no son otros que captar los votos de quienes quieren oír un determinado mensaje.
 De este modo, dicho discurso, se ve satisfecho y materializado por los políticos encargados de llevar hasta ellos aquello que desean oír, en un acto de cabal servilismo interesado, que colma las aspiraciones, tanto de unos como de otros, del emisor y del receptor, del populista interesado y del votante satisfecho.
Suelen tener en común estos voceros populares, el tono y timbre que los distingue y que aunque pueden variar ligeramente, en esencia son idénticos, con un lenguaje llano, sencillo y directo, que huye de toda retórica rebuscada, con un tono in crescendo, que busca enervar a las masas, a las que consiguen a su vez encrespar, hasta llegar a un éxtasis o culmen final, que a todos llena y satisface.
Cabría pensar que los destinatarios de dichas misivas, deberían ser las clases más desfavorecidas en todos los sentidos, con un caudal cultural limitado y con una capacidad económica baja, así como con empleos en precario. Igualmente los posibles asiduos clientes de los populistas, deberían ser los jóvenes, descontentos siempre con lo establecido, y más aún en países como el nuestro donde la tasa de parados entre sus filas alcanza unos valores insoportables.
Pero he aquí que los adeptos al populismo no se circunscriben únicamente a los sectores citados, sino que se encuentran abundantes ejemplos de ciudadanos con una aceptable condición económica, social y cultural, que no se corresponde en absoluto con los antes nombrados.
Ni pertenecen a sectores golpeados por la crisis, ni a ningún otro que pueda señalársele como perjudicado por un sistema que ha golpeado con dureza a los más débiles, sino que son personas de edad madura, con una considerable preparación académica y sin problemas económicos.
¿Cómo entender esto, si no entran en el cupo de quienes tienen motivos más que sobrados para estar descontentos con un sistema que les perjudica notablemente, y a los que los populistas explotan con su mensaje agresivo y de denuncia constante?
No es tanto por mérito de los voceros populistas y de su belicoso, rompedor, incitador y agrio discurso, sino por demérito de los demás, de los políticos de siempre a los que vienen soportando desde tiempos inmemoriales, cuyo mensaje no ha cambiado en décadas, así como su ineptitud, su corrupción y el despilfarro a que nos tienen acostumbrados.
Ellos son, así como las consecuencias que de sus negativas políticas se deducen, los culpables del auge de un populismo, que lejos de agotarse en sus propias vías, consigue sumar nuevos adeptos cada día.

lunes, 28 de noviembre de 2016

EL ÚLTIMO REVOLUCIONARIO

En tiempos que fueron de juventud, la imagen del Che Guevara presidía las habitaciones de los jóvenes contestatarios y el fervor comunista, marxista leninista nos devoraba con delirante pasión, trasladándolo a la calle donde entonando himnos revolucionarios nos sentíamos unidos a todos los pueblos de la tierra que sufrían la falta de libertad a causa de los tiranos que los gobernaban.
Creíamos con una inquebrantable fe en la heroica revolución cubana, en la resistencia del valiente pueblo cubano y en las bondades de sus dirigentes, que al mando de su líder Fidel Castro, lograron derrocar al tirano, inaugurando así los casi sesenta años de revolución, al cabo de los cuales Fidel ha emprendido la vuelta a aquella Sierra Maestra de la que partió entonces con su guerrilla, para no regresar más.
Tal era nuestra admiración por el ejemplo cubano, que lo aireábamos por doquier, entonando las canciones de los múltiples grupos que con la revolución surgieron, conversando sobre dicho tema en reuniones e incipientes mítines, a los que asistíamos con las consiguientes precauciones, dado el limitado estado de las libertades de expresión y reunión, que por aquel entonces estaban en pañales en nuestro País.
Fue en una de estas charlas, donde aireábamos las bondades del régimen de Fidel, hablando acerca de las que considerábamos altas cotas de bienestar social conseguidas, impensables hacía una década, concluyendo que Cuba era un auténtico paraíso de libertad, igualdad y prosperidad, cuando una persona aledaña a nuestra mesa se acercó a nosotros dirigiéndose con gesto serio y crispado.
Nos dijo que no había podido evitar escuchar nuestra conversación, y que como exiliado cubano, nos dijo airado, no podía aceptar cuanto afirmábamos acerca del régimen cubano, que no teníamos ni idea de lo que estábamos diciendo y que el tal paraíso sólo existía en nuestras jóvenes e inexpertas mentas calenturientas, ya que él había tenido que salir de Cuba a causa de la dictadura allí instalada.
Nos soltó una perorata tal – indudablemente tenía muchos más elementos objetivos de juicio para hablar del tema que nosotros – con tantos datos y detalles que lógicamente nosotros desconocíamos, que no supimos por donde salir. Lo hizo, además, con tal firmeza y seguridad, que nos descolocó de tal forma que por un momento nos sentimos obligados a revisar nuestra opinión sobre Cuba, o al menos a dudar razonablemente de nuestras firmes convicciones.
No obstante, poco nos duró la duda. Concluimos que se trataba, sin duda alguna, de un contrarrevolucionario expulsado por Fidel con el objeto de que no contaminara la revolución,  es decir, un enemigo del pueblo que no merecía ni un minuto más de nuestra consideración.
Con motivo de la celebración del cincuentenario de la revolución cubana, un discreto Raúl Castro que apenas empleó media hora en su alocución, vino a pedir a los sufridos cubanos que aún les quedaba lo peor, que aguantasen otros cincuenta años, que la revolución así lo exige, que medio siglo de sufrimiento y desesperación no son nada.
Y ahora, diez años después, el día 25 de noviembre, de dos mil dieciséis, en un discurso aún más corto, tuvo que comunicar al pueblo cubano y al mundo, que el Comandante Fidel Castro, el líder de la revolución, había dejado este mundo.
Fidel firmó en el año 1957, el manifiesto de Sierra madre, un documento mediante el cual se comprometía a convocar elecciones generales para todos los cargos del estado, las provincias y los municipios, así como a entregar el poder a los candidatos elegidos. Una vez que la revolución triunfó, se olvidó de estas promesas y se convirtió en el dictador que con puño de hierro ha dirigido Cuba.
Los indudables éxitos y avances conseguidos en el terreno social, como por ejemplo en salud y educación, se vieron empañados por una política económica que siempre negó una apertura a la iniciativa privada, lo cual condujo a los ciudadanos a una situación de extremas estrecheces en todos los órdenes, que se agravaron al abandonar Rusia el proteccionismo que ejerció durante muchos años sobre Cuba, relevo que por un tiempo tomó Venezuela, y que ahora con el aperturismo de Estados Unidos, podría aliviar la penosa situación del sufrido pueblo cubano.
La dictadura hereditaria cubana no tiene más salida que abrirse a una democracia, a la que Fidel fue incapaz de conducir a su pueblo. Él dijo en su momento que la historia le absolvería. Lo dudo, ya que fue incapaz de cumplir las promesas de Sierra Maestra, en el sentido de instaurar una democracia que degeneró en una férrea dictadura que ya dura sesenta años. 

martes, 22 de noviembre de 2016

PAN Y CULTURA

Los recortes en cultura, nunca han sido una buena medida económica, según reconocen la inmensa mayoría de los gurús de la economía que en el mundo han sido y son en la actualidad. El inmenso valor ético y estético que posee la cultura, se amplía con el correspondiente atractivo turístico, educativo, y como consecuencia de todo ello, con un plus económico del que todo el país participa y se beneficia.
España con unos recortes en cultura del cincuenta por ciento, es uno de los países donde los recortes ha tenido una mayor repercusión negativa, con una drástica disminución en las aportaciones y subvenciones en casi todos los estamentos culturales, así como un insoportable iva aplicado a un sector, que es esencial a todos los niveles, en el desarrollo de cualquier país.
Recortar en cultura, no beneficia en absoluta la marcha de la economía, sino todo lo contrario, según demuestran las cifras en España, dónde según datos estadísticos, que hablan bien a las claras, cuando arrojan una cifra de mil cien millones de euros dejados de ingresar en el año dos mil trece, así como una importante repercusión negativa en el empleo y en el producto interior bruto.
Afirmaba Federico García Lorca, que si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle, no pediría un pan, sino que pediría medio pan y un libro, al tiempo que afeaba la conducta de quienes solamente hablaban de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las culturales, que es lo que los pueblos piden a gritos.
Bien está que los hombres coman, pero que todos los hombres sepan, que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio del Estado, convertirlos en esclavos de una terrible organización social, añadía nuestro insigne poeta al tiempo que reivindicaba el hecho de que los pueblos han de leer, para que aprendan no sólo el verdadero sentido de la libertad, sino el sentido actual de la comprensión mutua y de la vida.
Hablar de recortes en la cultura se ha convertido en un tema recurrente de la crisis. Cine, teatros y museos, llevan recibiendo cada año menos aportación del Estado. Esta desalentadora realidad se cumple también con las Bibliotecas Públicas, que han presentado sus datos de dos mil doce, año en el que se realizó una inversión de cinco millones de euros menos respecto al curso anterior.
Estos cierres de bibliotecas, tanto de barrio, como de distrito o en centros culturales, ha traído consigo la reducción de personal bibliotecario y de horarios en las mismas, lo cual supone la negación del acceso libre a la información, la formación  y la cultura.
No se puede impedir el acceso a la cultura. Es lo último que un Estado que se preocupa y ocupa de sus ciudadanos, debería llevar a cabo. Sin embargo, los datos cantan y los recortes se han llevado a cabo a la par que tantos otros, que pese a su indudable negativa repercusión, no alcanzan la importancia que tienen a medio y largo plazo los llevados a cabo en los campos de la cultura y la educación.
De esta manera, muchas bibliotecas no solamente han visto recortadas sus asignaciones para actualizarse sino que se han visto obligadas a cerrar parcialmente, por falta de presupuesto. Triste y desalentador. Recortar en cultura, es siempre una injusticia. Pero sobre todo es un error, un inmenso error.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

LAS CAMPANAS DE LA DISCORDIA

El sonoro tañido de las campanas de la iglesia doblando a rebato en las fiestas, llamando a los vecinos en los incendios, ahuyentando las tormentas o repicando fúnebre en los entierros, son imágenes sonoras que quedan indeleblemente grabadas en la memoria de quienes vivieron su infancia en los pueblos y en las pequeñas ciudades de España.
No recuerdo sin embargo, que su metálico y vivaz sonido, se hiciera oír a la hora del omnipresente ángelus, a las doce del mediodía, que invitando a la oración, se escuchaba en la radio, en todas y cada una de las casas de los habitantes del pueblo, indefectiblemente y durante muchos años, como el diario hablado de las dos y media de la tarde, que solía coincidir con la hora del almuerzo.
Regreso ahora a aquellos lugares, y afloran los recuerdos, al tiempo que leo como en un conocido y cosmopolita pueblo de Madrid, el ayuntamiento ha impuesto una considerable multa a una iglesia por repicar las campanas a la susodicha hora del ángelus, aduciendo que alteran con un exceso de decibelios, la tranquilidad y el sosiego de los ciudadanos de la villa.
Tiempos aquellos, en los que volteábamos las campanas de la hermosa torre en espadaña, jugándonos literalmente el tipo para girarlas, tal era su tamaño. La más grande de todas, que nos parecía entonces gigantesca, siempre bella y escultural campana de bronce, lograba que sus prodigiosos sones se escucharan con claridad a una considerable distancia de la iglesia.
Empujábamos su base con todas nuestras sumadas fuerzas, hasta que la corona quedaba a nuestro alcance, momento en el que nos colgábamos de ella, hasta hacerla girar sobre sus engrasados goznes, consiguiendo con ello una primera vuelta que se iría incrementando al impulsar todas las manos a la vez, cuando por delante de nosotros pasaba, cuidando de que no nos golpeara, logrando una vertiginosa velocidad de giro, con un sonoro e inolvidable tan, tan, al golpear el badajo el duro metal.
Cuando la tormenta de granizo se cernía sobre los campos de cereales, subíamos a la torre a tocarlas. Se pretendía con ello evitar el letal efecto que el pedrisco suponía para una cosecha que podía quedar arrasada en unos minutos, bajo el implacable golpear de las bolas de hielo que se precipitaban con desencadenada furia desde los irascibles cielos, que lejos de asustarse por el ensordecedor sonido, parecían irritarse aún más, en desatada y desigual lucha con el sonoro concierto de las campanas.
Sones que ahora se ven castigados y pretendidamente silenciados, por quienes rodeados por un infernal tráfico, con su contaminante mensaje de humos, ruidos y estruendos diversos, levantan su voz contra el peculiar, familiar y reconocible sonido de unas campanas, que en su momento llamaban a quienes desearan seguir y escuchar sus lamentos de bronce, invitándoles al recogimiento y la oración, y que hoy en día, no constituyen sino una tradición, que de ninguna forma puede llegar a molestar en el centro de una ciudad, en medio del infierno de ruidos de toda índole que la sociedad moderna ha sido incapaz de evitar.
El dulce y melodioso tañido de unas campanas, no debiera ser motivo de discordia. Más bien sus sones, perdidos en el estruendo de la ciudad, debieran acogerse con agrado. Como una  delicada y natural melodía.

lunes, 14 de noviembre de 2016

LAS EDADES DEL ACUEDUCTO

A través de sus rejuvenecidos y luminosos ojos, nos contempla el Acueducto, con una mezcla de indulgencia y paternal complacencia, al activar la memoria de siglos que alberga, y que ahora, para fortuna suya y complacencia nuestra, se ha visto reducida en veinte años, merced al hallazgo de nuevos indicios, entre ellos un sestercio, con el que los arqueólogos han logrado establecer que la construcción de nuestra joya más preciada, se inició en el siglo II, en lugar del I, como hasta ahora se daba por hecho.
Se renueva así aún más, su esbelta, airosa y majestuosa figura, como si acabara de despertar de un breve y saludable sueño, erguido y resuelto a sobrevivirnos eternamente, sin necesidad alguna de arbotantes y contrafuertes, que lo mantengan en su hermosa y prodigiosa verticalidad.
Ni un gesto contrariado, ni una queja, ni una leve insinuación. Sólo su noble, paciente y sereno silencio, ha sustituido a su pétrea voz, que han admirado cuantos han tenido la inmensa fortuna de disfrutar de su extasiante contemplación a lo largo de sus casi dos mil años de larga y apacible vida.
Cuantas guerras y revoluciones, revueltas y coronaciones ha contemplado sin inmutarse. Cuantos hechos benignos y malvados, ha observado desde su privilegiada posición. Cuantos personajes, sucesos incontables, vilezas, heroicidades y traiciones ha tenido que sobrellevar sobre sus graníticas espaldas, y cuantos cambios de todo orden, ya sean sociales, científicos, económicos, políticos y generacionales ha podido ver sin inmutarse, sin mudar su voz ni alterar su compostura.
Mucho antes que la hermosa catedral, el majestuoso Alcázar, y las magníficas iglesias, conventos y monasterios, que hacen de Segovia una ciudad única y monumental, el Acueducto se erigía soberbio y majestuoso, aplacando la sed de unos ciudadanos, que hace dos milenios lo contemplarían con arrobo, asombro y un profundo y agradecido sentimiento de legítimo y envidiable orgullo.
Ha sobrevivido a las inclemencias del tiempo, propiciadas por un clima extremadamente duro, que ha golpeado con fiera dureza su piel de granito. A las ruidosas y contaminantes máquinas que transitaban sin piedad bajo sus estilizados y sorprendidos arcos de medio punto, que sin una queja soportaron durante decenios toda la carga de una brutal e insidiosa fuerza acústica y sonora, que estoicamente aguantó sin inmutarse.
No existe en el planeta un monumento histórico que pueda competir con tan bella y soberbia construcción. Sencillo, a la par que elegante, con una aparente fragilidad que se torna en titánica y colosal estructura cuando a ella se aproxima el asombrado observador, lleva dos milenios desafiando a los siglos y al tiempo como un gigante decidido a sobrevivirnos a perpetuidad.
Y lo intentará sin duda, para así dar testimonio de la capacidad del ser humano para crear belleza, así como de su ingenio, de su creatividad, y del amor por el arte que le caracteriza, logrando así que las generaciones futuras disfruten el portento que una civilización eterna como la romana quiso legarnos.
Obligados estamos a velar por esta maravilla, que pese a su buen estado de salud e inesperado rejuvenecimiento, no podemos olvidar que se halla sometido a las inclemencias de una intemperie, que no sabe de sutilezas de ningún tipo, en aras de conservarlo, cuidarlo y mimarlo como merece.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

LA REALIDAD AUMENTADA

Paseando los parques de numerosas ciudades, y otros emblemáticos lugares, puede observarse cómo últimamente grupos de jóvenes se mueven por ellos como si de buscadores se tratara, de no se sabe qué valioso tesoro supuestamente escondido, y cuyo oculto lugar parece dárseles a conocer en las pantallas de sus modernos móviles, que como posesos observan sin apenas pestañear, sin retirarlo un momento de su obsesiva contemplación y sin apenas mirar el terreno por el que se mueven, tal es su grado de concentración en una tarea que se repite día tras día, y que ya a nadie sorprende.
Se cruzan unos con otros, giran a izquierda y derecha, avanzan, retroceden, apenas se comunican, salvo para ligeras y mínimas indicaciones que se lanzan unos a otros, que motivan un nuevo cambio de dirección, un alto en el proceloso camino que siguen, en el que se encuentran con otros grupos una y otra vez, moviéndose en círculos, en zigzag, adelante y atrás, en un continuo y siniestro baile, que deja atónitos a los tranquilos paseantes del parque, que antes se preguntaban, y ya no lo hacen, pues no resulta difícil adivinar, que se hallan en busca y captura de un singular y universalmente conocido personaje digital, que ha conseguido llenar las pantallas de millones de usuarios en todo el mundo.
Pocas veces había sido tan grande el impacto promovido por las redes sociales con el que ocupa a ingentes cantidades de jóvenes, y menos jóvenes, en todo el planeta, como está consiguiendo el fenómeno denominado Pokemon Go, que pocas aclaraciones necesita para que sea reconocido por la inmensa mayoría de la millonaria comunidad internacional de usuarios de las nuevas tecnologías.
Se trata de un juego, uno más, pero con unas peculiares características que han logrado una auténtica conmoción internacional, que ha atrapado a medio mundo en sus sutiles redes, con una poderosa fuerza de atracción que se ha instalado en los más jóvenes, y que en esencia se basa en la denominada realidad aumentada, donde el usuario ha de perseguir y atrapar a los consabidos personajes virtuales, que aparecen en la pantalla moviéndose por los lugares reales que la cámara muestra, y que son los que están al alcance de su visión directa y en el entorno físico donde se desenvuelve.
¿Cómo puede explicarse racionalmente esta persistente obsesión por un juego que tiene absorbidos a millones de usuarios, fundamentalmente jóvenes? ¿Cómo entender cabalmente que puedan dedicar horas al día a una búsqueda de un muñequito digital, que como tal no tiene ninguna entidad material alguna en el mundo real en el que se desenvuelven?
La realidad aumentada es un concepto abstracto e irreal, que no tiene traducción alguna en el mundo en el que nos desenvolvemos, más que de una forma virtual e imaginaria, llevada a cabo por una aplicación informática, por un programa diseñado por los programadores de juegos, que consiguen con su indudable ingenio y creatividad insertar los susodichos muñecos en los espacios reales donde nos movemos, como si en verdad allí estuviesen, algo que saben los jugadores, pero que parecen febrilmente olvidar cuando compulsivamente se encuentran inmersos en ese mundo irreal e imaginario.
Gigantescas concentraciones de fanáticos se reúnen con frecuencia en las denominadas quedadas, con el objeto de intercambiar información, a la par que poder demostrar que la ciudad dónde tiene lugar dicho acontecimiento, merece que los creadores del juego, pongan allí sus ojos y llevar allí a cabo un gran evento que les permita localizar los dichosos muñequitos, algunos de los cuales sólo sería posible situar en unos determinados lugares escogidos por los dueños de la susodicha aplicación, para que puedan ser atrapados por los usuarios de la afortunada ciudad que consiga una mayor repercusión internacional.
¿Por qué los jóvenes no dedican ese precioso tiempo dedicado a ese entorno mixto mezcla de virtualidad y realidad a algo más provechoso y productivo para sus vidas y haciendas? Quizás no tengan ni en encuentren nada mejor que hacer, quizás la sociedad en la que se hallan inmersos no les ofrezcan unis incentivos y unas iniciativas que supongan una alternativa a esta pérdida de tiempo.
Quizás todos seamos un poco culpables de una situación que nos ha llevado a unas altísimas tasas de desempleo entre los más jóvenes, que pueden propiciar en parte estos comportamientos, que aunque no sean suficientes para disculparlos, sí tendrían parte de culpa en semejante despropósito.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

ACTITUDES RUFIANESCAS

De incalificables, oprobiosos y rechazables, sin ambages ni  reservas de ningún tipo, cabe calificar los insultos proferidos contra el PSOE, a cargo del diputado de Ezquerra Republicana, cuya intervención, apoyándose en su condición de aforado, hace honor a su apellido, a la sazón, Rufián, cuyo significado, si nos molestamos en consultarlo, se corresponde con "persona vil y despreciable, que vive del engaño y de la estafa.
Entre otros epítetos, los tildó de traidores, caciques y sinvergüenzas, que ha proferido desde la tribuna de oradores, sin inmutarse, en un tono agresivo, que es un rasgo peculiar de este individuo, que ha logrado unir a casi todos los demás grupos a la hora de rechazar tamaños improperios.
Este portavoz de ERC, sin experiencia política alguna, que fue captado hace muy poco tiempo por sus cualidades de hombre bulldog, para lanzarlo como arma arrojadiza contra todos los que no piensan como él y su partido, no pierde ocasión de destilar odio por todos los poros de su cuerpo, cada vez que hace uso de la palabra.
Panfleteo experimentado, y con una violencia verbal exacerbada, disfruta exaltando los ánimos de quienes de una irracional forma, lanzan indiscriminadamente todo tipo de improperios e insultos, en un alarde de populismo absurdo y radical, que no deja lugar alguno a la reflexión y a la lógica humanas, que debe acompañar siempre a toda manifestación de una opinión contraria.
La indignada respuesta del portavoz del PSOE, que no se hizo esperar, habló de la sangre, sudor y lágrimas derramadas en el pasado reciente por su partido y otros, para que este individuo pudiera hoy estar ahí, expresándose libremente.
Se refería, sin lugar a dudas, a los políticos asesinados por el terrorismo etarra. Debió añadir dicho portavoz, que mientras esto sucedía, el secretario general de su partido, en un acto muy criticado entonces, se entrevistó con los terroristas para que no asesinaran en Cataluña.
Lo más preocupante de todo esto, es la cantidad de gente, joven y no tan joven, que creen a estos individuos que se creen en posesión de la verdad. Da miedo pensar, que puedan justificarlos, en un alarde de ingenua y peligrosa aceptación de una violencia verbal, que como otros que podríamos citar, acaparan hoy el panorama político de este país.
Populistas sin escrúpulos, explotan la vena rebelde e inconformista de mucha gente, que ven en ellos a unos salva patrias, que con su verbo fácil y agresivo, proclaman a los cuatro vientos lo que ellos quieren oír, aplaudiendo a rabiar sus improperios, despropósitos y demás verborrea, que saben que enerva y satisface a las masas a las que se dirigen, en un acto de injustificable manejo de las mentes de quienes no se detiene a analizar, razonar y discriminar cuanto a sus oídos llega.
Son muchos ya lo que utilizan estas sucias artimañas para ganarse a una ciudadanía donde reina el descontento y la apatía por el comportamiento de una clase política que ha hecho méritos más que suficientes para su completo descrédito.
Rufianes, pícaros y malandrines, poblaban la novela picaresca de nuestro Siglo de Oro. Cuatrocientos años después, siguen por estos lares. Han cambiado sus objetivos y métodos, pero en esencia, son los mismos.

lunes, 24 de octubre de 2016

DE SEGOVIA A BADALONA

Qué bonito es Badalona, en invierno y en verano, con mantilla y barretina, a la sombra y al solano, tal como la describe Serrat en su célebre canción, que ahora viene a colación, cuando los medios de comunicación airean a pleno pulmón los acontecimientos allí vividos en el ayuntamiento de ese bonito pueblo, que hace ya demasiados años decidiera cantarle Joan Manuel, en un alarde de buen humor, desprovisto de cualquier sospecha de la marea independentista que ha motivado los sucesos que se citan, y que tan lejos están de la letra y el espíritu que desprende esta canción de Serrat.
Y es que algo se ha roto en la apacible y serena relación que siempre existió entre Cataluña y el resto de España, que siempre se materializó en una sincera admiración hacia una región que la veíamos con una sana envidia, ante su fuerza industrial, y la pujanza económica que siempre le ha caracterizado, así como por sus innumerables y valiosos atractivos culturales, que hicieron que volviésemos la vista con respeto y admiración hacia quienes hoy dicen que no los queremos, que los odiamos, que los tratamos despectivamente.
Todas esas  consideraciones nos llevan a la conclusión taxativa de que la situación creada no responde a una ofensiva desatada por una ciudadanía del resto de España, que desprecia o desatiende a los catalanes, que además, en una importante proporción, son originarios de esa población de otras regiones, que contribuyeron al desarrollo de Cataluña, y que se sienten tanto catalanes como españoles, a la vez que integrantes de una Europa, a la que todos, por igual, pertenecemos.
Los sucesos acaecidos en Badalona el día doce de octubre, con una desobediencia absurda y radical por parte de los concejales del ayuntamiento, no contribuyen a un necesario entendimiento y a una paz y sosiego social, que todos deseamos, y que se necesita para actuar racionalmente por ambas partes, para alejarse de todo radicalismo y fundamentalismo siempre negativos, que no hacen sino alejar unas posiciones cada vez más resueltas a llegar a acuerdos que puedan resolver un problema que pesa ya demasiado en una sociedad que no puede ni obviarlo, ni permitirse el lujo de mirar hacia otro lado.
No podemos permitirnos el lujo de prescindir de Cataluña. Demasiado doloroso en todos los sentidos. Más de la mitad de la población, no lo desea, con lo que los enfrentamientos entre ambas posiciones, instalados ya a nivel incluso familiar, pueden llegar a generalizarse en otras instancias, trasladándose a la calle, algo absolutamente rechazable y no deseable, que podía eternizarse en una sociedad dividida y enfrentada.
Por otra parte, el daño infringido a este País, sería de unas enormes proporciones, dado el hecho de que la economía catalana supone el veinte por ciento del pib de España, y que la pérdida de población, alcanzaría la considerable cifra de siete millones y medio de habitantes. Como le sucedería a Cataluña fuera de España, y cuyas consecuencias negativas, sus gobernantes se esfuerzan por ocultar a la ciudadanía catalana.
Hace no mucho tiempo, un vecino de Badalona, llegó a la inefable conclusión de que su pueblo es una nación. Aducía para ello, que Badalona posee un territorio propio. Segovia, mi ciudad, también tiene el suyo. Posee, dice, vegetación y fauna propias. Nosotros tenemos chopos, álamos, encinas, robles, enebros, conejos, codornices, perdices, cigüeñas, águilas, palomas. Afirma también, que tienen lengua, historia y economía también propias.
Pues bien, el Castellano es nuestra hermosa lengua, históricamente Castilla nos avala, y en cuanto a la economía, somos afortunados poseedores de la mies de nuestros prodigiosos campos, de una soberbia y rica gastronomía, y de un amplio y grandioso patrimonio artístico que disfrutamos.
Nada, por lo tanto, que envidiar a Badalona. Tenemos, como mínimo, lo mismo que ellos. Pero somos una buena, tolerante y pacífica gente, que no ansía más que vivir en armonía con todos los ciudadanos de paz de este País. También con los de Badalona, y con el resto de la Humanidad. Afortunados que somos, oigan.

lunes, 17 de octubre de 2016

EL NOBEL DE BOB DYLAN

La academia Sueca, parece haber intentado dar un golpe de timón en su ya larga y dilatada trayectoria, a la hora de designar a Bob Dylan como premio Nobel de literatura de este año de dos mil dieciséis, que tanta polémica ha originado..
Un cambio en su estrategia decisoria, que al margen de los estatutos que se supone explicitan claramente su concesión, ha preferido otorgar tan preciado galardón, a un cantautor como Dylan, antes que a un escritor al uso, con una obra extensa y reconocida a nivel mundial.
Da la impresión que la Academia, ha intentado con este premio prestigiarse a sí misma, auto galardonarse, y no tanto al premiado, en una maniobra de nuevo cuño, que no parece haber conseguido un consenso generalizado, sino que ha generado una controversia que se ha extendido entre el público en general y  el mundo de la cultura en particular.
Asombrados estamos todos, mientras que el protagonista, tan ceñudo, mal humorado y taciturno como suele mostrarse desde hace ya bastante tiempo, con ese aspecto que se ha ido acentuando con los años, no se ha dignado decir palabra alguna, ni en prosa ni en verso, encerrado en sí mismo, como si se debatiera entre aceptar o rechazar un galardón, que seguramente duda que se lo merezca.
Apenas ha concedido entrevistas en sus más de cincuenta años de vida artística. Seguramente cabrían en los dedos de una mano el número de ocasiones en que se ha dignado concederlas. Tal es su egocentrismo o su desidia para responder a un afortunado interlocutor, que suponemos no lo tendría muy fácil con tan peculiar personaje.
En cuanto a su obra, aparte de las letras de las canciones con las que ha editado casi sesenta discos, apenas ha escrito dos libros, uno de ellos autobiográfico, y el otro en el que se explaya sobre la música norteamericana. Eso es todo.
Entonces, ¿por qué se le ha concedido un honor, supuestamente sólo al alcance de los más ilustres y prestigiados escritores? Aparte de la teoría que afirma que lo que la Academia Sueca ha pretendido ha sido auto acreditarse y ennoblecerse con el prestigio que le puede dar este nombramiento, difícilmente podemos encontrar otras razones que lo justifiquen.
¿Pero por qué no Brassens, Cohen, Moustaki, Springsteen, Serrat, y tantos y tantas que podríamos citar, que acreditan y poseen valores similares?
Seguramente porque Dylan representa como nadie, con su popular música folk, con la que emprendió su camino, y que nunca ha dejado de lado, un mundo de añoranza y ensoñación, de búsqueda de la libertad y del planteamiento de las preguntas eternas que el ser humano se ha planteado desde siempre.
Ha logrado de esta forma conectar con el gran público de todo el mundo, al que ha conseguido llegar hasta lo más profundo de la entrañable y evocadora capacidad que posee la sensibilidad humana para captar sus mensajes, materializados en títulos como "los tiempos están cambiando", "la respuesta está en el viento", y otros que componen parte de la leyenda que acompaña a Dylan desde sus comienzos allá por los años sesenta.
Un biógrafo suyo, que considera merecido el galardón, considera que dada la importancia del premio, así como de su cuantía económica, no duda que lo aceptará, que asistirá a recogerlo y pronunciará el oportuno discurso, algo que no hizo cuando le concedieron el Príncipe de Asturias de Las Artes, cuando se limitó a enviar unas palabras de agradecimiento.
Leo, que una semana después, la Academia Sueca no ha podido contactar con él después de haberlo intentado en varias ocasiones. El mismo día de su concesión, actuaba en Las Vegas. No se dignó hacer mención alguna a semejante honor con que le habían distinguido.
Quizás se ha limitado a depositar la respuesta allí donde él considera que debe encontrarse: en el viento.

sábado, 15 de octubre de 2016

DESCONECTAR DEL VICTIMISMO

Qué bonito es Badalona, en invierno y en verano, con mantilla y barretina, a la sombra y al solano, tal como la describe Serrat en su célebre canción, que ahora viene a colación, cuando los medios de comunicación airean a pleno pulmón los acontecimientos allí vividos en el ayuntamiento de ese bonito pueblo, que hace ya demasiados años decidiera cantarle Joan Manuel, en un alarde de buen humor, desprovisto de cualquier sospecha de la marea independentista que ha motivado los sucesos que se citan, y que tan lejos están de la letra y el espíritu que desprende esta canción de Serrat.
Y es que algo se ha roto en la apacible y serena relación que siempre existió entre Cataluña y el resto de España, que siempre se materializó en una sincera admiración hacia una región que la veíamos con una sana envidia, ante su fuerza industrial, y la pujanza económica que siempre le ha caracterizado, así como por sus innumerables y valiosos atractivos culturales, que hicieron que volviésemos la vista con respeto y admiración hacia quienes hoy dicen que no los queremos, que los odiamos, que los tratamos despectivamente.
Todas esas  consideraciones nos llevan a la conclusión taxativa de que la situación creada no responde a una ofensiva desatada por una ciudadanía del resto de España, que desprecia o desatiende a los catalanes, que además, en una importante proporción, son originarios de esa población de otras regiones, que contribuyeron al desarrollo de Cataluña, y que se sienten tanto catalanes como españoles, a la vez que integrantes de una Europa, a la que todos, por igual, pertenecemos.
Los sucesos acaecidos en Badalona el día doce de octubre, con una desobediencia absurda y radical por parte de los concejales del ayuntamiento, no contribuyen a un necesario entendimiento y a una paz y sosiego social, que todos deseamos, y que se necesita para actuar racionalmente por ambas partes, para alejarse de todo radicalismo y fundamentalismo siempre negativos, que no hacen sino alejar unas posiciones cada vez más resueltas a llegar a acuerdos que puedan resolver un problema que pesa ya demasiado en una sociedad que no puede ni obviarlo, ni permitirse el lujo de mirar hacia otro lado.
No podemos permitirnos el lujo de prescindir de Cataluña. Demasiado doloroso en todos los sentidos. Más de la mitad de la población, no lo desea, con lo que los enfrentamientos entre ambas posiciones, instalados ya a nivel incluso familiar, pueden llegar a generalizarse en otras instancias, trasladándose a la calle, algo absolutamente rechazable y no deseable, que podía eternizarse en una sociedad dividida y enfrentada.
Por otra parte, el daño infringido a este País, sería de unas enormes proporciones, dado el hecho de que la economía catalana supone el veinte por ciento del pib de España, y que la pérdida de población, alcanzaría la considerable cifra de siete millones y medio de habitantes. Como le sucedería a Cataluña fuera de España, y cuyas consecuencias negativas, sus gobernantes se esfuerzan por ocultar a la ciudadanía catalana.
Hace no mucho tiempo, un vecino de Badalona, llegó a la inefable conclusión de que su pueblo es una nación. Aducía para ello, que Badalona posee un territorio propio. Segovia, mi ciudad, también tiene el suyo. Posee, dice, vegetación y fauna propias. Nosotros tenemos chopos, álamos, encinas, robles, enebros, conejos, codornices, perdices, cigüeñas, águilas, palomas. Afirma también, que tienen lengua, historia y economía también propias.
Pues bien, el Castellano es nuestra hermosa lengua, históricamente Castilla nos avala, y en cuanto a la economía, somos afortunados poseedores de la mies de nuestros prodigiosos campos, de una soberbia y rica gastronomía, y de un amplio y grandioso patrimonio artístico que disfrutamos.
Nada, por lo tanto, que envidiar a Badalona. Tenemos, como mínimo, lo mismo que ellos. Pero somos una buena, tolerante y pacífica gente, que no ansía más que vivir en armonía con todos los ciudadanos de paz de este País. También con los de Badalona, y con el resto de la Humanidad. Afortunados que somos, oigan.

jueves, 6 de octubre de 2016

DE INTERÉS TURÍSTICO NACIONAL

Gozoso y afortunado país el nuestro, que se permite el lujo de celebrar fiestas durante todo el año, con preferencia durante los cálidos meses de julio a septiembre, con una duración media en muchos casos de una semana, tiempo más que suficiente para disfrutar de las mismas, y que no se han visto reducidas en su programación ni en un solo día en los últimos y sufridos años.
Pese a la crisis que lleva años campante, sin que esta circunstancia parezca haber afectado en absoluto al presupuesto destinado a tal efecto. Celebraciones que en la mayoría de los casos tienen un par de  motivos o eje central común, que se sustancian, bien en la exaltación de un acontecimiento religioso, o bien en uno taurino o en ambos, que es algo harto frecuento en muchas fiestas que salpican el territorio nacional durante el verano.
Contemplando el cartel de las fiestas de la ciudad en la que resido, próxima a Madrid y famosa por sus encierros, observo cómo se reparten a partes iguales los motivos religiosos y las imágenes más profanas de los toros, tratando de congeniar ambos con una modernidad que se nos antoja imposible a estas alturas del siglo XXI, pero que permanece inalterable desde tiempos inmemoriales.
Leyendo el texto del reclamo gráfico, léase cartel de las fiestas, que por supuesto está sometido a un concurso, imagino que internacional, y dotado de un premio económico considerable, se observa que al pie del principal, dedicado al Santísimo Cristo de los Remedios, destaca una leyenda que no deja de sorprender al lector que detenido la contempla y que dice lo siguiente: fiestas declaradas de interés turístico nacional.
No ignoramos que el turismo en España es una de las principales fuentes de ingresos, que llega a suponer más de un diez por ciento del producto interior bruto, algo realmente considerable, aunque siempre frágil, por su propia naturaleza. Pero de ahí a pretender que unos festejos basados en la religión y los toros, supongan un valor añadido turístico, que quisiéramos traducir en cultural, hay un gigantesco paso.
No es esta una población que carezca de buenas infraestructuras, comunicaciones y otros aspectos que supongan cuidados y beneficios para sus ciudadanos, ya que se encuentra en una zona muy cercana a la capital, y de ello se beneficia sin duda, aunque tampoco destaca en exceso, con lagunas considerables que deberían ser más tenidas en cuenta.
Sin embargo, jamás le faltaron a sus fiestas las dotaciones presupuestarias necesarias, que además han ido en aumento en los últimos años, y que suponen un motivo de quejas no atendidas en cuanto a molestias de todo orden, fundamentalmente de ruidos y movilidad, como este año, con el recorrido de los famosos encierros, cuyo trayecto se valla desde dos semanas antes con los consiguientes problemas de movimiento por dichas calles, donde los ciudadanos quedan atrapados en unos callejones por donde han de moverse.
 A todo ello, se han sumado unas absurdas, molestas y sobredimensionadas tribunas, con el objeto de que la gente pueda contemplar desde ellas y cómodamente – durante veinte segundos - el correspondiente espectáculo taurino, que junto a las procesiones de imágenes recorriendo las calles entre el fervor de las gentes, componen el susodicho evento digno de ser distinguido como de interés turístico nacional, a la altura de nuestro soberbio arte románico y gótico, nuestras maravillosas catedrales, museos, ciudades, paisajes naturales y demás atractivos de alto nivel ético y estético,  que nada tienen que ver con las fiestas patronales aludidas.
Leo en la prensa cómo este año, al igual que en los anteriores, varias personas han muerto, bien en los encierros, bien en las celebraciones taurinas celebradas en numeroso pueblos, en recintos que no reúnen las necesarias medidas de seguridad, o que tienen lugar en sus calles, y que se celebran con motivo de las fiestas del lugar.
Inexplicable e inadmisible que esto suceda, y más aún que a estos festejos se los distinga con el pretendido reclamo de fiestas turísticas de interés nacional. Es todo un despropósito, que no escapa al sentimiento y a la percepción de una mínima sensibilidad, que no puede estar de acuerdo con estas manifestaciones que nada tienen de turísticas, ni mucho menos culturales.

miércoles, 5 de octubre de 2016

BUSCANDO A FEDERICO

De nuevo, después de transcurridos ochenta años de la trágica muerte de Federico García Lorca, un nuevo intento se lleva a cabo para tratar de encontrar los restos del insigne poeta, en un acto de no aceptación de la desidia mostrada en los primeros tiempos, de la resignada actitud observada después, y en último lugar, para tratar de solventar los vanos intentos llevados a cabo en los últimos años, que no dieron los frutos deseados.
No hay resignación posible para tantos admiradores del genial poeta y dramaturgo, para tantos amantes de su vida, de su extrema sensibilidad, de su alegría de vivir y de su mágica capacidad de transmitir su contagiosa vitalidad, como no puede haber perdón para los culpables de la ignominiosa muerte de Federico.
Es por ello, que Por tercera vez se buscan sus restos en la misma zona, bajo la supervisión del equipo de arqueólogos y técnicos que dirige el arqueólogo Javier Navarro Chueca y el historiador Manuel Caballero que comenzarán a remover la tierra donde creen que se arrojó el cadáver de Federico, fusilado hace 80 años, junto al maestro republicano Dióscoro Galindo y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas.
Todo parece indicar, según indicios y declaraciones que se consideran muy fiables, que en esa zona podrían encontrarse sus restos, pese a la frustración de los intentos anteriores. Sin duda no está lejos, pero aunque se utilizan medios técnicos avanzados, parece resistirse su ansiado hallazgo que haría feliz a multitud de gente que no se resigna a que Lorca no repose en un lugar concreto y determinado donde pueda ser visitado por el resto de los tiempos.
Pero no todos pensamos igual. Federico pertenece a la humanidad, a la poesía, a la literatura, a la sensibilidad artística más universal, y no necesita situarlo en una tumba, bajo tierra, en el subsuelo, oculto a la luz y a las estrellas. Él es hijo del viento y de los corazones plenos de amor y de alegría capaces de sentirlo y de admirar y gozar de su desbordante deseo de vivir, para lo cual, basta con disfrutar de la lectura de su amplia, generosa y hermosa obra que abarca la poesía, el teatro, la pintura y la música.
La nueva tentativa de localizar los restos del poeta es posible gracias a que la asociación consiguió los preceptivos permisos de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Alfacar, además de la financiación necesaria. El equipo de Navarro y Caballero llevó a cabo en 2013 la segunda tentativa en el lugar al que ahora regresan, pero la financiación de la Junta se agotó en diciembre de 2014.
La Junta de Andalucía ha colaborado aportando maquinaria para comenzar a retirar el material de relleno en el área de excavación. Se estudiará luego el terreno para tratar de localizar los pozos que se cree que pudieron ser usados como fosas comunes, donde estarían los restos de García Lorca, Galindo y los dos banderilleros.
En el año 2009, se llevó a cabo el primer intento de localizar los restos de Lorca. Se excavó  a unos 500 metros del emplazamiento actual, por indicaciones del hispanista y biógrafo de Lorca Ian Gibson, quien aconsejó que así se hiciera, por tratarse de las inmediaciones del olivo, dónde según algunos testigos pudieron tener lugar las ejecuciones.
Buscar a Federico es comprensible y humano, pero si no se hallase, quizás es porque él, hijo de las estrellas, de la luz y de la luna, así lo querría. Si no le encontramos ahora, deberíamos dejarlo en paz para siempre. Jamás será olvidado. Siempre nos acompañará desde la portentosa, mágica y hermosa obra que nos legó. En ella vivirá para siempre.

jueves, 29 de septiembre de 2016

LAS ESPADAS EN ALTO

Debería sorprendernos tanto la bajada del PSOE, como la subida del PP, y sin embargo, y pese a las corruptelas varias, tanto en uno como en otro, más agravadas si cabe en éste último al estar en el gobierno, aunque sea en funciones, resulta francamente incomprensible, a la par que sorprendente, que un presidente que está tan tocado de cerca por la corrupción, siga en su puesto, y subiendo, y que un jefe de la oposición, con una rebelión permanente en sus filas, continúe impasible en su puesto.
El líder del PSOE, tan denostado por unos y alabado por otros, ciertamente los más, se ve en estos momentos en una encrucijada que le ha llevado a la dimisión de diecisiete componentes de la ejecutiva, que mantienen que su dimisión es de hecho efectiva, después de haber sido permanente cuestionado por parte de los barones del partido, que exigen un cambio de rumbo.
Pese a  las citadas dimisiones, Sánchez se mantiene en su puesto, aduciendo que las bases están con él, que le apoyan en su negativa a llegar a acuerdos con la derecha. Mientras en las últimas elecciones vascas y gallegas, un nuevo retroceso en los resultados, parecen desmentir este cerrar filas en torno a su líder.
Muchos son ya los que, no obstante, comienzan a plantearse la renovación de sus dirigentes, con más fuerza sin duda en el PSOE, que en el PP, donde cierran filas en torno a Rajoy, de tal forma que nadie se atreve a levantar mínimamente la voz, pese a que parece que algunos así lo desearían, ante el temor de que en caso de moverse, seguramente no saldrían en la foto.
Mientras que su oponente Sánchez, parece sentirse relativamente seguro pese a las voces, aquí clamorosamente más altas y más claras en su contra, pero que a él no le parecen suficientemente mayoritarias para desalentarle a la hora de plantearse una convocatoria inmediata de nuevas primarias, así como de un congreso del partido, que despejen un bloqueo hacia su política y su persona, en la que él, aparentemente no cree, pero que da una idea de la firmeza y seguridad que mantiene, y que parece materializar en las rígidas posturas que no duda en sostener a capa y espada con su ya famosa frase de no es no.
Y así, mientras en el PSOE, las aguas están rrevueltas,con una implacable y constante autocrítica y puesta en cuestión de Sánchez, que ha manifestado su intención de no dimitir, en el PP, y después del éxito obtenido en Galicia, y del mantenimiento de sus expectativas en el País Vasco, Rajoy se encuentra aparentemente más fuerte que nunca, sin que nadie se.plantee su recambio inmediato, algo que podía parecer previsible y hasta deseable para algunos hace sólo unas fechas, cercado por la galopante corrupción, y por numerosos escándalos que de todo tipo, que en cualquier país plenamente democrático, le habrían hecho dimitir hace tiempo.
En cualquier caso, tanto uno como otro, han visto como su imagen se ha ido deteriorando con el transcurso del tiempo, agravado por los problemas suscitados por la imposibilidad de formar gobierno, por lo que sería deseable que dieran un paso al lado, para dejar paso a nuevas caras, que con nuevas ideas y otros talantes diferentes, incluso referidos a una relación personal que mejore notable y claramente la presente,  fueran capaces de llegar a acuerdos que logren formar un más que deseable y necesario gobierno.
Y para ello, toda parece indicar que los consiguientes relevos ya existen, por mucho que nieguen y desmientan, en una maniobra que a nadie debería ya engañar. Uno de ellos se encuentra en el norte, en Galicia, donde ha obtenido un sonoro y rotundo triunfo en las últimas elecciones allí celebradas, habiendo sido exclusivamente suyo un mérito que el presidentede su partido se quiere arrogar.
En el otro partido, donde su líder ha cosechado pingües resultados, siempre a la baja, como le ha sucedido en el País Vasco, el posible relevo parece encontrarse en el sur, en Andalucía, donde destaca desde hace ya mucho tiempo una mujer, que una vez más ha dejado bien claro que se pone a disposición del partido para lo que haya menester, mientras en Ferraz, se viven horas tensas, casi dramáticas ante las fuertes disensiones internas que amenazan a un partido con más de cien años de historia.
Las espadas están en alto. Ahora toca esperar. Deseable sería que la tardanza en su resolución, se reduzca a la mínima expresión, y sobre todo, que el posible cambio haya merecido la pena. Muchos somos los que así pensamos. Juzguen ustedes, y obren en consecuencia si así lo consideran oportuno.

jueves, 22 de septiembre de 2016

EL CABALLITO DE MAR

Pasear por una hermosa playa, al borde mismo del agua que mansamente el mar conduce hasta la cálida y suave arena, es uno de los más sencillos y agradecidos placeres que pueden disfrutarse por la mañana, pronto, bajo un incipiente sol que apenas despunta en el horizonte.
Son esos inolvidables momentos a recordar, que todos los días nos regala la naturaleza marina, plenos de una tranquila y relajante paz que todo lo invade, y que preceden a la vorágine que comenzará después, cuando las oleadas de los durmientes veraneantes despierten de su letargo estival, y cruzando el paseo marítimo, solitario hasta entonces, se dirijan a la playa a la caza de la primera línea, como si de una competición se tratase.
A partir de ese momento, la pacífica playa se transforma, merced a una frenética actividad que durante el resto de la mañana apenas cederá, con un continuo trasiego de idas y venidas que llenarán y ocultarán por completo el extenso desierto de arena, que quedará irreconocible durante el resto del día.
Todo ello para dejar acomodo a una ingente multitud, presa de un irrefrenable deseo de disfrutar del ardiente sol y del agua de una mar que parece retroceder hacia sus dominios, ante el empuje de una masa humana que no quiere desperdiciar ni una rayo de sol, ni de una gota de agua, ni de una brizna de arena.
Después de ello, los cuerpos quemados por el sol y aún cubiertos por una arena que parece fijarse en las ropas y en la piel, como una inseparable segunda vestimenta, cruzarán de nuevo el paseo, esta vez en sentido contrario, para dirigirse hacia las torres de apartamentos de hormigón y cristal, en cuyas celdas, que parecen todas uniformes, idénticas, iguales, se alojarán durante la estancia veraniega.
Y así hasta la mañana siguiente, durante la cual se repetirá la misma e idéntica ceremonia con los mismos protagonistas que periódicamente se irán renovando, unos cada quincena, otros quizás cada semana, con el misma mar y la misma arena, con distintas historias, distintas vidas, pero en la misma playa.
La que ajena a todos ellos, permitirá su pertinaz y forzada ocupación, día tras día, desde el comienzo del verano hasta su ocaso, allá por finales del mes de septiembre, cuando llegará el venturoso día en que nadie violentará ni alterará su natural compostura.
Una paz bien ganada que disfruta desde hace millones de años, cuando por primera vez el mar comenzó a golpear violentamente la dura corteza de rocas de la costa para después ir desmenuzándolas suave e incansablemente, hasta quedar reducida al manto de arena que hoy contemplamos.
Así durante milenios, ese paciente mar fue lamiendo y suavizando una finísima arena durante tiempos que se nos antojan eternos e imposibles de asumir, arrojando de vez en cuando hacia la playa, fuera de sus dominios a diminutas criaturas que viven en su seno, en un gesto de impaciencia que nos parece impropia de tan longevo y sabio Neptuno, dios de la inmensidad del mar y de su insondables profundidades marinas.
Y es el paseante solitario que recorre la desnuda y apacible playa, quien descubre en su plácido paseo a uno de estos diminutos e indefensos seres marinos, expulsados de su líquido lecho y arrojado a la playa, depositándolo en la arena, lejos del indispensable y necesario elemento sin el cual no puede sobrevivir.
Un minúsculo, pequeño y en apariencia insignificante animal, extraño y raro a primera vista, que apenas puede vislumbrarse si el paseo no es tranquilo y sosegado. El sorprendido y solitario visitante de la pacífica playa, inclina su cuerpo y observa extraordinaria criatura que parece definirse en una imposible filigrana.
Se acerca y lo toma en su mano, momento en el que comprende que tiene al alcance de su vista a un caballito de mar, a un hipocampo, a una criatura marina de aspecto sorprendente, dotado de una gracia muy especial, casi indefinible, atrayente en extremo.
Se mueve ligeramente al acercar delicadamente un dedo sobre su frágil y diminuto cuerpecito, sin duda porque le falta un aire que sólo puede encontrar en su medio natural, en el mar, adonde lo devuelve de nuevo, deseando fervientemente que logre sobrevivir.
Algo muy especial parece llenar el ánimo del paseante. Quizás ha salvado una delicada e indefensa vida. Y eso le llenará de una especial y agradecida satisfacción.