miércoles, 11 de noviembre de 2009

QUÉ BONITO ES BADALONA

Desde que en Arenys de Munt se llevó a cabo la consulta popular que pretende la independencia de Cataluña, una auténtica orgía de pueblos y ciudades se han sumado a tal acontecimiento, convirtiéndolo en una auténtica fiesta multitudinaria que a través de las comisiones municipales constituidas a tal efecto, promoverán la secesión de Cataluña del estado Español.
El documento aprobado en esa población, pretende ir muy lejos, llegando incluso a formular la hipótesis de que en los próximos meses se declare "la independencia de forma unilateral" por parte de los representantes políticos, que no necesariamente por parte de la ciudadanía, que acude a las votaciones, ora por curiosidad, ora por aquello de la trasgresión permanente y gratuita.
Con la Constitución en la mano, estas consultas son ilegales, pero ellos alegan que no es el Ayuntamiento quién las formula, sino una entidad independiente. Ni es vinculante, ni lo promueve el ayuntamiento, dicen muy ufanos ellos, sólo es una práctica democrática, festiva y popular que no pretende sino concienciar al pueblo catalán sobre su derecho a decidir sobre su destino, independientemente de si los ciudadanos así lo desean y lo piden, cosa que en ningún momento han llevado a cabo.
Para eso están los partidos políticos, que son los encargados de incordiar, promover y suscitar la algarabía popular necesaria para enrolarlos en una consulta que consiguió un 40% de votantes en Arenys de Munt, y eso teniendo en cuenta que es necesario señalar que la edad mínima para votar no es la legal de dieciocho años, sino la más afín a sus propósitos, o sea de dieciséis años. Consiguieron un 96% de aceptación a sus intenciones independentistas.
De esta manera, se ha extendida la juerga de tal modo, que son ya más de cien poblaciones catalanas las que están dispuestas a llevar a cabo la consulta “festiva y popular”, el próximo día trece de diciembre, lo cual supone ya un auténtico éxito para quienes comenzaron esta divertida historia que el Gobierno se la ha tomado, como de costumbre, a la torera, como de broma, como si no fuera con él, mitad incrédulo, mitad asustado, y siempre tan tolerante, dialogante y con un talante tan cansino que aburre hasta a las ovejas.
El desmadre está alcanzando proporciones casi grotescas, como cuando en determinadas poblaciones se dan desacuerdos dentro del mismo partido o se pide la independencia no ya de Cataluña, sino de la población donde se vota o incluso de algún concejal del PP que se adhiere a la propuesta independentista y no digamos del PSC, que se adhiere en unas localidades, mientras en otras se opone y que, como siempre, vuela a sus anchas, totalmente al margen del PSOE. Girona, ni más ni menos es la última población que se ha unido al voto independentista.
Leo una opinión de un vecino de Badalona, que ha llegado a la feliz conclusión de que su pueblo es una nación. Lo justifica aduciendo que posee un territorio propio – mi pueblo, Duruelo, pueblecito de Segovia con treinta habitantes, también tiene su término municipal propio - posee, dice, vegetación y fauna propias, – chopos, álamos, encinas, robles, enebros, conejos, codornices, perdices, cigüeñas, águilas, palomas, tordos y mucho más tenemos - asimismo, tienen historia y economía también propias – tenemos de la una y de la otra-, pero los segovianos no somos unos cantamañanas como este catalán.
Imagínense por un momento que Cataluña se independiza. Vale, pues muy bien, pero les advertimos que su ínclito Barsa, tanto de fútbol como de baloncesto, ya no podrá competir en la liga Española. Apuéstoles a que renuncian a la dichosa independencia. Y
es que una liga de fútbol/baloncesto sólo catalana, sería una ruina. La pela es la pela.

Qué bonito es Badalona / con sus viejos y sus niños / con sus hembras y sus hombres / sus apellidos, sus nombres / su sexo y su domicilio.
Y su carné de identidad (Serrat).