jueves, 22 de julio de 2021

EL CONCEPTO DEL ARTE

Miguel Ángel, el mayor genio que el arte ha conocido desde el principio de los tiempos, desarrolló pictórica, como le ocurrió con Julio II, que le encargó los frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina, que finalmente llegó a pintar, no sin continuas discusiones entre ambos, debido al fuerte carácter del artista, y a las continuas llamadas al orden del inquieto e impaciente papa, que le urgía para que terminase la monumental obra, en la que el genio invirtió cuatro largos años, en penosas condiciones, debido a la postura que debió adoptar, de espaldas, y a escasos centímetros del techo, con peligro para su integridad física y para su vista, que no le impidió terminar una de las obras maestras de la pintura de todos los tiempos, que veinte años después remató con los frescos del Juicio Final en la pared del coro de dicha Capilla.

El Renacimiento, la época más asombrosa de la historia del arte, supuso un portentoso impulso para la mayoría de las artes, que alcanzaron una irrepetible cima, que aunque no ha tenido parangón en los siglos sucesivos, fue un acicate para los artistas y el arte en general, que originó múltiples movimientos, barroco, neoclasicismo, modernismo, realismo,  impresionismo, surrealismo, entre otros, que han continuado aquella soberbia explosión de la capacidad humana para crear, valorar y disfrutar de la belleza a través del arte en sus múltiples formas y expresiones a través de la historia.

Hoy, contemplamos también con asombro, las pinturas de la cueva de Altamira, que curiosamente ha sido reconocida como la Capilla Sixtina del arte rupestre, en un claro homenaje de reconocimiento a los artistas que hace catorce mil años fueron capaces de crear, con su indudable genio, tan singulares y admirables obras de arte, que otro genio de la pintura de nuestra tiempo, Picasso, describió con una frase, su entrega y reconocimiento hacia el genio creativo de los pintores que fueron capaces de desarrollar tan maravillosa y asombrosa obra: “después de Altamira, todo es decadencia”, denotando con ello su sincera y total admiración hacia quienes fueron capaces de generar tanta belleza con una extrema delicadeza y creatividad, que se ha conservado para nuestro asombro a través del tiempo.

El arte conceptual, último de los movimientos concebidos por sus autores, se alejan poderosa y sensiblemente del arte por antonomasia, por el arte clásico, tal como lo entendemos, desde admirar un cuadro, una hermosa sinfonía, o un conmovedor poema, hasta extasiarse ante una portentosa Y majestuosa catedral, o una pequeña ermita románica, algo al alcance de cualquier sensibilidad mínimamente receptiva, capaz de dejarse llevar por la belleza, por la emoción de la contemplación del arte en sus múltiples manifestaciones, que nos conducen, invariablemente, a un estado tal, que nos conmueve, nos emociona y nos traslada a otros mundos dónde la belleza se erige en la razón de ser, y que han llevado a considerar a los artistas de Altamira, Lascaux, y otros templos del arte rupestre, como pertenecientes a la Historia del arte, como sus precursores, y no a la Prehistoria, como siempre  se les ha considerado.


martes, 6 de julio de 2021

EL RESPETO

Hubo un tiempo, no hace muchos años, que en este País, el término “Pueblo”, llenaba la boca y oídos de una ingente cantidad de personas y grupos, ya fueran cantautores, políticos, sindicalistas, y otros, que usaban y abusaban de esta palabra con connotaciones románticas, entonces, y que hoy ha perdido, si no todo su sentido, sí todo su encanto, todo su contenido poético y aglutinador de masas, generalmente desfavorecidas en todos los órdenes, sociales y económicos, que denotaban un conjunto de seres, privados de los más elementales derechos ciudadanos, comenzando por el de la libertad de expresión, y continuando con el resto de los que una dictadura prohibía tajantemente, como medio de sobrevivir a la amenaza de esa temida mala costumbre de los seres humanos que es la libertad, la democracia, en definitiva, el reinado de los derechos humanos.

Los partidos políticos que los reclamaban para sí mismos y para el “pueblo” al que representaban y defendían, enarbolaban sus pancartas con el grito que emanaba de las manifestaciones, casi siempre reprimidas, prohibidas y rotas a la carrera entre las cargas policiales, y que no era otro que el del famoso y repetido millones de veces “el pueblo unido, jamás será vencido”, que entonces cobraba pleno sentido, y que hoy, en democracia, y con un nivel de vida superior, ya no parece estar para nadie que esté en sus cabales, y que ha quedado en los anales de la historia, como un singular, solidario y nostálgico verso suelto.

Y aunque ya nadie parece recurrir, pase lo que pase, ya se transgredan leyes justas, se dicten normas bárbaras, o se lleven a cabo ofensas de todo tipo contra las gentes gobernadas, por parte de quienes han recibido en las urnas el encargo de gobernar a las masas, al pueblo, los ciudadanos, ya no suelen salir a las calles, manifestándose, pese a todo, a gritar que ellos son los titulares del poder, del Estado de Derecho, que sólo han delegado en ellos, temporalmente, para que cumplan con sus obligaciones y deberes asumidos en tantas y tan dudosas promesas, que los votantes les encomendaron, cuando depositaron su voto en las urnas.

Con una frase no se gana a un pueblo / ni con un disfrazarse de poeta / a un pueblo hay que tratarlo con respeto / un pueblo es algo más que una maleta / son versos de una conocida cantautora española de la transición, cuando la democracia, comenzaba a dar sus primeros y titubeantes pasos, que ya antes, cuando la dictadura campaba por sus respetos, dio lugar a multitud de cantautores, que lucharon contra la represión con sus letras cargadas de denuncia, dónde el vocablo pueblo, llenaba los versos que pedían libertad, derechos, democracia, en fin.

El “Pueblo” estaba en omnipresente en boca de los políticos, en su machacona e insoportable publicidad, en todos los medios de comunicación, en los carteles, en la calle, y en la música, como los que siguen, y que pertenecen a un poema de un importante poeta Español: quisiera cantar, ser flor de mi pueblo / que me paciera una vaca de mi pueblo / que me mojaran los mares y ríos de mi pueblo / que junto con otros muchos que podríamos citar, constituyen todo un canto, un grito de libertad en defensa de los más necesitados, no sólo por cuestiones políticas, sino de los pobres, de los olvidados, de los desheredados de la Tierra, que ya no parecen existir, pese a que el tercer mundo cada día está más alejado del primero, que ya no se reconoce como Pueblo, porque las diferencias sociales y económicas han creado un abismo entre los ciudadanos, que ya no creen en una solidaridad, ahora inexistente, inmersos en una democracia formal, que ya no es preciso reivindicar.

Como la que se logró en nuestro País, apenas hace poco más de cuarenta años, que no es nada, y que sigue padeciendo vicios y defectos clamorosos, fruto, no sólo de la poca experiencia en estas lides, tanto por parte de los gobernados, como de los gobernantes, sobre todo por estos últimos, incapaces de mostrar respeto por unos ciudadanos que los han elegido, en una España complicada desde los orígenes de los tiempos, con muchos tópicos que nos siguen persiguiendo, que son reales, verdaderos, asentados en un País de charanga y pandereta a todos los niveles, que nos hemos ganado a pulso a lo largo de nuestra historia.

De todo ello se aprovechan estos ineptos, falsarios y aborrecibles políticos como los que soportamos ahora, que desprecian al pueblo, que no le respetan, que se aborrecen entre ellos, discuten, se insultan y despreocupan de los problemas de la gente, con un presidente sin escrúpulos, que se muestra como un zar, soberbio, irresponsable y presuntuoso, con una ambición desmedida, que le ha llevado a mentir continuamente a sus ciudadanos, con promesas continuamente incumplidas, con pactos y acuerdos que dijo jamás llevaría a cabo, con acciones de gobierno que aseguró  jamás llevaría a efecto, con una insaciable capacidad para engañar y desdecirse sin el menor sonrojo, con una hemeroteca, que le coloca en una situación imposible para cualquiera, y que él afronta sin inmutarse lo más mínimo, demostrando con todo esto, que el Pueblo no merece su aprecio, su lealtad, y mucho menos aún, su respeto.