domingo, 25 de junio de 2017

MULTINACIONALES DE LA FE

Sin lugar a dudas, la religión en sus múltiples facetas y manifestaciones, es uno de los lugares comunes más recurridos por unos seres humanos, que al margen de su origen y procedencia, de su raza, y de su condición social y económica, practican desde el comienzo de los tiempos, eligiendo como divinidad a la que rendir culto, tanto fenómenos naturales inexplicables para ellos, como astros del cosmos ante los que se sienten inferiores, como dioses a los que dotan de una personalidad humana.
En cualquier caso, su fascinación se convierte en una adoración sumisa y obediente, que los convierte en esclavos de una devoción que les somete a una voluntad inexistente por parte de unos seres que no tienen una presencia inteligente, que no se comunican y que no son, en definitiva, sino la representación más palpable de la inseguridad, la soledad y la debilidad de unos seres humanos que no pueden explicar su presencia en un mundo al que no encuentran una explicación racional.
Religiones hay, que se aproximan más a una filosofía de vida, que a una creencia ciega. Ésta última, se basa en una fe inquebrantable y sin fisuras, como son las monoteístas clásicas, que admiten la existencia de un Dios en el que creen y al que veneran, al que no cuestionan jamás, considerado por sus adeptos como un ser superior, creador de todo y de todos, omnipotente y sapientísimo, sin fisuras de ningún tipo ni dudas que puedan plantearse bajo ningún concepto.
Por el contrario, las religiones orientales se acercan más a un estilo de vida, a una manera de concebir el presente y entender el futuro, a través de un conjunto de acciones personales (denominadas Karma), buenas o malas, que van ligadas al alma mientras ésta transmigra. Cada cuerpo nuevo queda determinado, así como cada acontecimiento que el cuerpo experimenta, por el karma anterior.
La creencia en el karma, es generalmente aceptada, aunque difieran en muchos puntos: algunos aspiran a acumular buen karma y un buen renacimiento, pero otros, considerando que todo el karma es malo, procuran liberarlo del proceso de renacimiento.
El Nirvana es un estado transferente libre de sufrimiento y de la existencia fenoménica individual, experiencia religiosa más identificada con el Budismo. La connotación es que sólo en nirvana están extinguidas las llamas de la lujuria, el odio, la codicia y la ignorancia. En el estado de nirvana se rompe el ciclo de la transmigración, que de otra forma sería eterno.
Pero ¿cuál es el origen de la religión del hombre? ¿Por qué cada cultura venera a algún ser divino? Los antropólogos e historiadores han estudiado esta cuestión y, al día de hoy, hay tres teorías primarias: la teoría subjetiva, la teoría evolucionista y la teoría del monoteísmo original.
La teoría subjetiva enseña que la religión se origina con el hombre. Los humanos tienen una necesidad psicológica de un ser trascendente que brinde significado y esperanza a su existencia en este vasto e impersonal universo. Estos sentimientos se expresan más concretamente mediante símbolos y actitudes, y no a través de un conjunto de sistemas de creencia definidos. A medida que progresa una cultura, estos símbolos y actitudes se desarrollan transformándose en un conjunto de creencias y prácticas.
La segunda teoría con relación al origen de la religión es el enfoque evolucionista. Este es el punto de vista más popular que se enseña o se da a entender en el estudio de la religión. Los proponentes de esta teoría creen, como en la teoría subjetiva, que la religión se origina con el hombre. La religión es el resultado de un proceso evolucionista en la cultura humana.
El tercer modelo para el origen de la religión es el monoteísmo original. Esta teoría enseña que la religión se origina cuando Dios se revela a sí mismo al hombre. La primera forma que asume la religión es el monoteísmo, y a partir de ahí se desvía.
Todas las religiones, pese a sus diferentes enfoques, tienen en común el hecho de que los seres humanos tienden a aceptar a un ser superior (o varios en las politeístas), mitificándolos y venerándolos hasta el extremo, sobre todo en las monoteístas,  de llegar a un abandono o negación total del recurso a la racionalidad y a la capacidad de discernir y analizar científicamente, en un proceso que lleva a una situación que entra en colisión con la inteligencia humana, pero que la historia de la humanidad demuestra de una tozuda y obcecada manera, que siempre ha estado presente a lo largo de sus dilatados milenios.
Y casi todas, de una forma más o menos velada, se convierten con el tiempo en unas auténticas multinacionales que arrastran masas en todo el planeta, llevando a efecto gigantescas demostraciones de histeria y conmoción colectivas, como en el caso de la peregrinación a la Meca, y que en algunos casos son aprovechadas de una forma mercantilista para generar negocio en torno a la fe de quienes allí acuden, en busca de consuelo y curación para sus males, como Lourdes, Fátima, y peregrinaciones y caminos varios que conducen hacia un santo patrón venerado por sus fieles. Y es que la fe, no sólo mueve montañas.

lunes, 19 de junio de 2017

EL REY DE EUROPA

Hace apenas cuatro años, los seguidores del Real Madrid, consiguieron al fin ver satisfecha la consecución de la tan apasionada, ferviente y ardorosamente deseada décima Copa de Europa, que con tanto ahínco y denuedo se resistió durante demasiados años, a una afición tan acostumbrada a los brillantes y continuos éxitos de un club que en esta competición es, sin duda, el número uno de Europa.
Y hete aquí, que ahora, cuando apenas han pasado esos pocos años, se encuentran celebrando la número doce, de la ahora llamada Champions, algo impensable cuando tan eufóricos disfrutaban de la mítica y legendaria Décima, con la que quedaron tan satisfechos después de tan larga espera, hasta el punto de que podrían haber esperado algo más de lo que lo han hecho, pues tan contentos estaban con esa cifra de diez campeonatos, algo inalcanzable, y mucho menos ahora, para el resto de los competidores.
Aún mantiene mi memoria viva, los mágicos años de aquellas ilusionantes y fantásticas cinco copas de Europa consecutivas, que el Real Madrid encadenó una tras otra y que fueron la admiración del mundo deportivo de entonces, que despertaban la envidia y el asombro en todo un continente europeo.
 En aquellas fechas, apenas se hablaba de España, salvo para denunciar una penosa situación social y política, que con una tímida apertura pretendía abrirse al resto del mundo, en un País donde una férrea dictadura no permitía ningún tipo de libertades a unos ciudadanos que vivían los éxitos del Madrid, como sutil bálsamo para combatir sus numerosas desdichas.
Todavía me causa una ligera y agradable sensación, escuchar el himno de Eurovisión que entonces se emitía simultáneamente con el logotipo de este certamen, y que era la señal que precedía a la conexión por televisión de una más de las finales de la Eurocopa que el Madrid disputaba, y que aún hoy sigo asociando a esa sintonía, preludio de aquel famoso "¿qué, el Real Madrid otra vez campeón de Europa?”
Son muchos los que no logran entender este torrente de sensaciones que los seguidores de un equipo pueden llegar a experimentar en estas particulares situaciones. El hecho es que estos grandiosos eventos, como la última final de la Eurocopa, son vistos en todo el mundo por centenares de millones de ciudadanos, que se agolpan ante el televisor para vivir hora y media de una intensa y vibrante emoción, que despierta pasiones que resultan difícil de comprender para tantos que no sienten ningún interés por este u otros deportes de masas.
Pero la realidad de cada día, conduce a pensar que la gente, que vive todo tipo de situaciones y circunstancias agradables unas y adversas otras en su día a día, tiene todo el derecho del mundo a disfrutar con sus mitos, que por otra parte casi todos, ya sean de uno u otro origen o de una u otra esencia, solemos mantener en nuestro ideario existencial, y que nos satisfacen en unas ocasiones y defraudan en otras, pero que en cualquier caso pasan a formar de nuestra vida de forma habitual y permanente.
Es por todo ello que estas efusiones que tantas críticas procuran por parte de quienes no aceptan ni entienden estas manifestaciones, carecen de un elemental sentido lógico y humano, ya que no es necesario ser un enfervorizado seguidor de un determinado deporte ni de un club concreto para seguir con cierta pasión estos acontecimientos, que como en este caso, proclaman a un equipo de fútbol, como el indiscutible Rey de Europa.

martes, 6 de junio de 2017

LA SECESIÓN INTERMINABLE

Pensábamos que después de aquellos largos, inacabables y tozudos años que nos hizo vivir el inefable Ibarretxe, con sus continuas y cansinas amenazas acerca de la independencia vasca, y de su seguro y siempre próximo referéndum que llevaría a cabo sí o sí, pese a la contumaz y permanente negativa del Estado, y dada la sorprendente resolución del tema a que hubo lugar, ya nada nos volvería a afectar en este sentido.
Y es que el desenlace, tan rápido como inesperado, tuvo lugar cuando en el Congreso de los Diputados, se le negó la posibilidad de llevar a cabo una consulta que tuviera por objeto la secesión del País Vasco. Y ahí, increíblemente acabó todo, lo cual, dado el hecho de que la matraca independentista fue extremadamente dura y duradera en el tiempo y teniendo en cuenta el carácter de el Lehendakari, supuso una inmensa y agradable sorpresa el hecho de que este irrepetible personaje diera media vuelta, y se retirara a sus cuarteles de invierno.
Pero no acaba aquí la pesadilla que atenaza de nuevo a este sufrido País, que el canciller Otto Von Bismarck calificó como indestructible, “ya que lleva toda su historia intentándolo, y no lo ha conseguido”, ya que al cabo de poco tiempo, sin apenas un mínimo y necesario respiro, entró en acción Cataluña, de una inesperada forma, ya que siempre se les consideró demasiado inteligentes para meterse en estos berenjenales, y con un fuerza y un empuje tal que han dejado a los Vascos como simples aficionados, cuando siempre consideramos que sería a la inversa.
Estaban pues ahí, agazapados, esperando quizás la resolución de ese conflicto con el que tanto tenían en común, tratando de extraer alguna lección, algún aprendizaje, y vieron con desilusión y una cierta desesperanza cómo se desinflaron las inquietudes nacionalistas vascas, y decidieron tomar un relevo del que no han desistido desde entonces.
Y así, presionando de una forma constante y progresiva nos han conducido al estado actual que no parece otro que el de un callejón sin salida, que ha adquirido ya tintas excesivamente preocupantes, que podríamos calificar incluso de dramáticos, sino se actúa de una forma inmediata, dado el hecho de que están decididos a tomar la grave decisión de declarar unilateralmente la independencia si se les niega el referéndum.
Algo que conllevaría unas consecuencias nefastas para todos, y que se apoya en la teoría de los hechos consumados, que estaría absolutamente al margen de toda legalidad, algo que hace tiempo llevan a la práctica, y que tendría muy complicada una marcha atrás una vez iniciada dicha secesión unilateral.
Pero por primera vez, el gobierno ha querido despejar dudas y dejar bien sentado que no está dispuesto a permitir tamaño desafío, para lo que el Gobierno ha elaborado un programa sobre cada una de las intervenciones que se llevarían a efecto en cada uno de los departamentos.
 Se ponen así en alerta, todos los resortes de la Fiscalía General y la Abogacía del Estado. Los preparativos incluyen a varios Ministerios e incluso a la Delegación del Gobierno en Cataluña, que se ha reforzado en estos meses con esa intención, al igual que los dispositivos en esa autonomía de las fuerzas de seguridad del Estado. El tiempo pasa y las incertidumbres siguen el aire.
El País y sus ciudadanos, no se merecen ni pueden permitirse semejante dislate.

jueves, 1 de junio de 2017

MITOS Y LEYENDAS

Tendemos los seres humanos a crearnos dioses y prodigios de todo tipo y naturaleza, bien humanos, bien divinos, sin excluir a los puramente físicos o naturales, en un intento quizás de superar nuestra humana existencia, en aras de elevarnos a alturas que nos son inaccesibles por superar nuestras limitadas capacidades terrenales.
Llegamos así a reverenciar a estos mitos, con una actititud que es una mezcla de devoción y entrega, buscando una satisfacción que es tanto mayor, cuanto más satisfechos estamos con el aporte de humana felicidad que esta relación añade a nuestras vidas.
Dejando a un lado la religión en la que la gente se apoya como medio para darle un sentido e su existencia, y que suele basarse en el miedo y la ansiedad vital y la temida condenación o salvación eterna, así como la búsqueda de las respuestas a las preguntas clásicas acerca de quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos, el resto de la mitología de la que hablamos, tiene un origen plenamente humano.
Suele depositarse en personajes ampliamente conocidos, provenientes de múltiples sectores que destacan en variados campos, como las artes y las letras, la ciencia, la política o el deporte en sus múltiples manifestaciones, y que logran hacerse tan visibles y presentes en la vida diaria de los ciudadanos, que con el tiempo,  fruto de la admiración que los profesan, pasan a formar parte de sus vidas.
Tal llega a ser la devoción que les mueve, que llega a transformarse en una satisfacción que llega a alegrar su existencia, incorporándolos a su bagaje vivencial y cultural, que de esta forma se ve incrementado por una reverencial disposición a mostrarles una incondicional disposición a seguirles en la correspondiente trayectoria de sus venerados dioses.
Pero en ocasiones, y no siempre de inmediato, sino después de mucho tiempo, estos mitos, vivientes o no, caen estrepitosamente ante sus incrédulos ojos, al tener conocimiento de oscuras y ocultas sombras hasta entonces desconocidas, que barren de un plumazo toda la admiración y la fascinación experimentadas ante la imagen del ahora ídolo caído.
Algo muy frecuente, ya que incontables héroes y leyendas, históricos o en activo, muy conocidos por la multitud, no son capaces de aguantar estoicamente un riguroso examen de sus vidas, cubiertas muchas veces de demasiados puntos sombríos, lóbregos y vergonzantes, que los desmitifican, sumiéndolos en una profunda y siniestra penumbra de duda y desconcierto ante sus entregados admiradores.
La sombra de la duda se cierne entonces sobre quienes no pueden admitir mácula alguna en la vida de su héroe, al que no podrían perdonar los correspondientes desvaríos que ahora salen a la luz, respondiendo entonces con una cierta incertidumbre e incredulidad que intentará despejar a base de una información profunda y temerosa de verse confirmada.
Lo logrará, sin lugar a dudas, si investiga con decisión y sin dejarse llevar por una parcialidad culpable en lugar de aplicar una objetividad que le conduzca al conocimiento de la verdad. Y así descubrirá cómo su escritor favorito, su admirado científico o su famoso y adorado personaje de tintes variados, caen de su trono destrozado por las nuevas a las que ha tenido acceso, tras investigar en sus vidas y hallar que no eran todo virtudes las que adornaban a sus adorados y venerados dioses.