miércoles, 22 de noviembre de 2023

Poesía y política.

No puede haber más oposición, más controversia y más contradicción que ambos términos utilizados en estas prosaicas líneas, que sólo pretenden desligar uno de otro, la prosa de los políticos del verso de los poetas que, afortunadamente, nada tienen en común, en nada se parecen, con un desencuentro total que pese a todo, los primeros se empeñan a citar a los segundos, como un disparatado recurso que embellezca su prosaico discurso, en un fracasado intento de embellecerlo, de dotarlo de una capa sensible de la que no dispone, tanto en su fondo como en su forma, consiguiendo con ello enmarañar, distorsionar y falsear aún más su vano intento.

Pero van más allá cuando estos aprendices de poetas recurren a estas artes, cuando con ello tratan de simular un conocimiento del poeta y su poesía, que no es tal, ya que recurren a citar algunos versos que entienden ellos vienen a cuento, y conviene a su discurso, simplemente porque piensan embellece y refuerza su mensaje, y que seguramente, ni conocen, ni han leído al poeta, sino que le han preparado la cita poética para que la lea, pese a que su desconocimiento es total, lo que supone un falso y absurdo intento de identificarse con el autor, como forma de reforzar su imagen, y así mostrase ante los suyos con un acrecentado carisma, como conocedor de tan insigne autor.

Y así, cometen errores al entrar a saco en las redes sociales, buscando desesperadamente un texto, un verso, una cita de algún escritor conocido, de algún poeta insigne, o de algún personaje famoso, que les dé la oportunidad de citarlo ante los suyos, acreditando de esta forma, no sólo su conocimiento, su cultura y su dominio de las letras y las artes, sino, y sobre todo, su sensibilidad ética y estética, que esperan reconozcan sus votantes, que esperan queden rendidos ante su capacidad para valorar su adornado y estilizado discurso.

No contentos con ello, lo repetirán en sus numerosas y monótonas intervenciones que llevarán a cabo a lo largo de la geografía nacional, como si de algo nuevo se tratara, a lo sumo con ligeras variantes, como si su ingenio lograra alturas que ni soñaban alcanzar, convirtiéndose en modernos juglares del siglo XXI, en busca, no de entretener a la plebe, sino de engatusarla, para obtener su apoyo, sus votos, su confianza para alcanzar su única y ansiada meta: el poder.

Cualquier parecido entre poetas y políticos, es una pura desmesura, que no soporta un mínimo análisis objetivo y desinteresadamente imparcial. Los poetas aman la belleza, lo etéreo y sustancial, mientras que lo políticos no tienen otro objetivo que buscar, a veces por medios inconfesables, eternizarse en el poder, algo que estiman por encima de todas las cosas de este mundo, y que los conduce a experimentar una borrachera de satisfacción tal, que la soberbia, y la ausencia total de escrúpulos, los instala en una ególatra posición, dónde se sienten los salvadores de un mundo que ni los convoca, ni los necesita, por lo que tienden a huir de ellos como alma que huye del diablo.

Recientemente hemos asistido a un debate desigual, con un aspirante a continuar en su privilegiado trono, utilizando cuántos recursos disponía para conseguirlo, algo que ha logrado recurriendo a artimañas de todo tipo, que utilizadas como moneda de cambio, le han servido para continuar en un poder que ambicionaba de una manera tan visible como su capacidad para tergiversar y retorcer un discurso, que la hemeroteca, tan fría y objetiva ella, se encarga de ponerle en su lugar.

Ambos contendientes, han rivalizado con la instrumentalización de unos versos de nuestro ilustre Antonio Machado, con una absoluta falta de respeto y consideración hacia nuestro poeta universal, que no merece semejante ofensa, por parte de dos políticos que han usado sus versos en un rechazable intento de justificar sus posiciones, a años luz de las que el poeta, socialista y republicano auténtico y digno, y hombre bueno por excelencia, hubiera utilizado jamás.

Absténganse los políticos de este País, incapaces, ineptos y con una ambición desmedida en su inmensa mayoría, de citar a nuestros grandes poetas para el logro de sus fines. La poesía es un arte sensible, hermoso y digno, que persigue la armonía, la paz y el entendimiento entre los seres humanos, sin distinciones ni segregaciones de ningún tipo. Es un canto a la libertad y a la fraternidad, sin egoísmos, ni ambiciones de ningún tipo que pudieran contaminarlo. Nada comparable, ni de lejos, al innoble ejercicio de la política.

lunes, 20 de noviembre de 2023

La esperanza del planeta

Pocas dudas suscita el hecho de que no estamos solos en este universo que cada día descubrimos más colosal, con nuevos descubrimientos, nuevos hallazgos que nos llevan a concluir que apenas lo conocemos, que sus límites se nos escapan, que merced a los telescopios instalados en órbita, nuevas y lejanas galaxias aparecen ante nuestros incrédulos ojos, con infinidad de estrellas y planetas desconocidos que se suman al gigantesco mapa de un cosmos que no cesa de crecer, dónde quizá no haya lugar para la duda, en cuanto a que la vida no sea algo exclusivo de nuestro planeta, sino un fenómeno bastante común en este colosal universo, que sigue sorprendiéndonos tanto más cuanto más lo investigamos y conocemos, gracias al constante desarrollo de los medios técnicos empleados.

En caso de que así fuera, la posibilidad de que alguien estableciese contacto con nosotros, es enormemente remota, con unas distancias colosales medidas en términos de años luz, que, salvo el caso de una civilización increíblemente avanzada, lo que siempre es una lejana probabilidad, este hecho no tendría ninguna posibilidad, y entraría dentro de la ciencia ficción, dando por hecho que nosotros, insignificantes seres del planeta Tierra, ni soñamos con ser los visitantes, pues nuestra tecnología no nos permite, ni de lejos, semejante sueño estelar.

En cualquier caso, si algún insensato extraterrestre nos visitara, no tardaría mucho, después de investigarnos mínimamente, en retirarse de inmediato haciendo mutis por el foro, ante lo que se les podía venir encima o persistían en su descabellado intento de convivir con una especie humana que en unos pocos milenios ha cometido todo tipo de atropellos, desmanes y violencias varias entre sí y contra el planeta que habita, difícil de superar por la más perversa imaginación que pudieran exhibir los supuestos visitantes.

Vivimos en un planeta dónde la inusitada violencia es moneda común desde el principio de los tiempos sin que hayamos dado muestras de mejora con el paso del tiempo, como ahora, entrado el siglo XXI, incluso en Europa, con una guerra que está implicando a numerosos  países desde hace demasiado tiempo, que aunque no formen parte de los dos directamente implicados, sí lo están de hecho al colaborar con el aporte de armamento a uno de los dos contendientes, en una guerra de agresión, que está horadando profundamente la fe en un mundo pacífico que creíamos estaba al alcance de la mano, y que de nuevo se aleja de un horizonte pacífico que parece imposible de contemplar.

En Oriente Próximo, el difícil equilibrio apenas mantenido durante los últimos años, se ha roto de una manera brutal, dando al traste de nuevo con las esperanzas de lograr una paz entre Israelíes y Palestinos, que está causando una catástrofe humana a la que ya no pensábamos asistir, en una espantosa masacre dónde encontrar un culpable resulta difícil de hallar, pese a tratarse de una desigual contienda entre David y Goliat, con brutales actuaciones de uno y de otro, que no disculpan a ninguno, y en el que las víctimas son, como en todas las guerras, la población civil, que indefensa, soporta un indecible sufrimiento que contemplamos cada día a través de los medios de comunicación, como si de un siniestro y tétrico espectáculo se tratara.

 Pero sin duda, uno de los contendientes tiene toda la responsabilidad en esta catástrofe humanitaria, al tratarse de una potencia económica y militar de primer orden, con un poderoso ejército que está aplastando a unos indefensos ciudadanos, y que tiene en su mano la facultad de detener una masacre que está causando un destre humanitario sin precedentes, con un sufrimiento espantoso que afecta en especial a niños ancianos y enfermos que viven en unas insoportables condiciones inhumanas sin los recursos más esenciales para sobrevivir.

Sometidos al brutal impacto de los bombardeos y al corte continuo de agua, luz y combustibles, los palestinos de Gaza y Cisjordania, abandonados por el resto el mundo, están siendo víctimas de una catástrofe humana que no podemos permitir y que debería mover a los gobiernos del mundo a tomar medidas inmediatas para dar fin a una masacre que avergüenza a una especie como la nuestra, que se declara inteligente, pero que a lo largo de su historia se ha visto incapaz para desvincularse de una violencia que ha caracterizado toda su existencia.

Nunca deberíamos bajar la guardia, y menos aún, dejarnos llevar por el desánimo desalentador de quién desconfía de las capacidades humanas para cambiar su destino y emprender definitivamente la senda de la concordia, la paz y la justicia en un planeta que pese a su inmensa soledad en el colosal universo por dónde navega, alberga una especie humana capaz también de grandes y hermosos ejemplos de solidaridad que no podemos olvidar, como forma de recordarnos que la esperanza y la confianza en la humanidad debe  presidir nuestro futuro.

domingo, 19 de noviembre de 2023

La duda ofende

La ingenuidad de tanta gente con buena voluntad pero sin mucha capacidad para el análisis racional, les hizo pensar que el irritante asunto que nos ha llevado casi cuatro meses desde las elecciones del veintitrés de julio, iba a terminar de otra forma distinta a como ha culminado, con un desenlace elemental, que no ha deparada sorpresa alguna para quienes jamás contemplaron otro final que el que ha acontecido, y que supone una cesión sin paliativos de quienes nos representan hacia quienes no se sienten representados ni integrantes de un País del que reniegan, sin contrapartida alguna más que para quienes con este acuerdo logran lo que desde el principio perseguían: mantenerse en el poder.

Jamás ha cabido en las mentes de quienes nunca han dudado de este previsible final, que otro fuera posible, que hoy contemplásemos cómo la legalidad, la equidad, la justicia, el respeto, y sobre todo el sentido común de los bienintencionados ciudadanos que no contemplaban esta desafortunada situación, que saltando por encima de las instituciones, y por ende, del Estado de Derecho, llegara a esta detestable mascarada que rechaza la inmensa mayoría de la población.

Una ciudadanía sin voz ni voto cuando de estos serios y trascendentes asuntos se trata, sin posibilidad de mostrar un desacuerdo que se queda necesariamente en charlas de escalera, barra y ascensor, a los que se recurre cuando de reunirlos ante las urnas se trata para lograr unos objetivos políticos, ahora de índole de ambición personal, y a quienes ahora se les niega el derecho a mostrar su opinión.

Algo que posiblemente no concordara con las intenciones de quienes han conseguido cuanto se proponían, a espaldas incluso de muchos integrantes de base de un partido, que como tal, parece haber desaparecido en una transformación de índole personal que parece haberlo sustituido, atribuyéndose todas sus competencias sin que nadie se atreva a cuestionarlo para evitar estar ausente en la foto de familia que tanto valoran quienes figurando en puestos de alta responsabilidad apenas han mostrado su disconformidad, siempre en voz baja y en un limitado número,  pese a que es de conocimiento público que no aprobaban lo que estaba pasando.

No obstante, pese a las importantes cesiones que han tenido lugar, tanto políticas como judiciales, sociales y económicas, sorprende que no hayan conseguido más quienes las reclamaban, ya que el estado de desesperada ambición mostrada por el jefe del ejecutivo y sus socios era de tal magnitud, que sólo se explica tal contención por la otra parte, pensando en un futuro inmediato que se avecina agitado y que, sin duda, habrá que seguir con suma atención.

Y es que el acuerdo se extiende a toda la legislatura, no solamente a la investidura, por lo que el futuro gobierno va a estar vigilado cada segundo de cada uno de las sesiones a la hora de aprobar normas, resoluciones, proyectos y leyes de todo tipo, que puede hacer saltar por los aires un acuerdo que pese a su importante contenido, puede verse sometido a constantes vaivenes.

Pese a esto, acuerdos como la amnistía y otros de índole económica, tendrán efectos inmediatos, algo que nada ni nadie va a impedir, que cuentan con una frontal oposición, incluso de figuras históricas del partido en el gobierno, y que ya están acostumbrados, si no separados o expulsados, a mostrarles una absoluta falta de respeto y un vergonzante desprecio, a todas luces indigno y rechazable.

La duda, en cualquier caso, y pese al título de estas líneas,  no ofende, ya que quienes no supieron ver lo que finalmente ha sucedido, no pueden ofender a nadie, ni siquiera a los beneficiarios de ella, que no son otros que los autores de esta ignominia que saltando por encima de las instituciones y amparados en su imparable ambición, han conseguido sus objetivos a espaldas de la ciudadanía de un País, que sin la menor duda, y si fueran consultados, mostrarían su repulsa a la desbocada ambición de unos y a los injustos y rechazables privilegios de los otros.


jueves, 16 de noviembre de 2023

Cansancio, hartazgo y burla

Como si de una obra de teatro se tratara representada en tres actos, asistimos a la insoportable, absurda y rechazable farsa montada por quienes tienen la responsabilidad de formar gobierno, arrastrados por quienes ningún interés tienen en la gobernabilidad  de un país que se ve abocado a una nefasta negociación utilizando para ello una moneda de cambio, en la que todo vale, ya sea de carácter jurídico, legal, económico o constitucional, siempre y cuando les sirva para conservar un poder que persiguen a toda costa, aunque lesione los más elementales principios de un estado de derecho.

Cansancio ante un proceso que dura más de tres meses, algo que no tiene justificación posible cuando de formar gobierno se trata de una manera lógica y razonable, sin subterfugios de ningún tipo como los que ahora se aplican para lograr permanecer en el poder al precio que sea necesario, utilizando para ello métodos dudosamente democráticos, porque no todo vale, no todo es justificable, no todo se compra y se vende al precio que impongan quienes no dudan en mantener un pulso a un Estado que representado por un gobierno en funciones, está negociando para conseguir mantenerse a toda costa, haciendo buena aquella sentencia de caiga quien caiga.

Hartazgo de un país y de su ciudadanía que contemplan impasibles como se mercadea con las instituciones, con la judicatura, con los intereses económicos de todos los españoles y, sobre todo, con la división de poderes, que no dudan en poner en cuestión como si de su patio de casa se tratara, en una ceremonia de la confusión, que ya dura demasiado tiempo, y que pone en duda a un partido silenciado y silencioso, que ha quedado reducido a los intereses personales, de quién no está dispuesto a que se le cuestione, que ha resuelto continuar en su ególatra poltrona a toda costa, sin que nadie se atreva a contradecirle, aunque muchos lo desearían, pero no a costa de no salir en la foto.

Burla a los ciudadanos de este país, que contemplan cómo manejan sus intereses, sus votos, y, por ende, su democracia, convirtiendo un proceso que debería ser limpio, democrático y cristalino, y que lleva camino de convertirse en un charco de ranas, en el que se han enfangado quienes deberían respetar la legalidad más estricta, sin dejar espacio alguno para el vergonzoso juego de intereses que conllevan estas “negociaciones”, que no persiguen otra finalidad que mantener el poder, aunque hoy nos digan que lo hacen por España, mientras lo discuten con un prófugo de la justicia.

Tres actos de una comedia que lleva representándose cada día desde hace demasiado tiempo, que está dejando exhausta a una población que ya apenas presta atención a un siniestro espectáculo que tiene mucho de una obra perteneciente a la picaresca más desalmada y muy poco a un serio y educativo ejemplo de un respetable modelo de convivencia, social y democráticamente aceptado por todos.

Al final, ha quedado reducido a un infame guión, redactado, dirigido y representado por quién no nuestra respeto alguno por unos espectadores que contemplan con estupor cómo la obra que contemplan, no respeta el libreto que se les ha entregado, irreconocible tanto en su fondo como en su forma, que ha sido desvirtuado hasta el punto de que un solo personaje se ha erigido en el único y exclusivo actor de una función que a nadie representa, salvo a él mismo, con un final impredecible que, por supuesto, sólo el contempla.

Huye Luna Luna luna

Si vinieran los gitanos/harían con tu corazón/collares y anillos blancos. Así canta Federico García Lorca, en su Romance de la Luna Luna, del Romancero Gitano, en su Granada, a la misma Luna que contemplamos hoy, sin duda no tan lúbrica y pura, con senos de duro estaño, aunque siga prestándonos hoy su mágico brillo y su portentosa luz, pese a los agravios, ofensas y atropellos que le dispensamos los humanos.

Durante siglos, los poetas, músicos escritores y pintores, han sostenido un apasionado idilio con la luna, a la que han cantado en sus rimas y partituras, en sus cuadros y escritos, y en todas las manifestaciones artísticas posibles, con especial mención a los románticos, que han mantenido siempre a la Luna como una perenne fuente de inspiración para sus obras.

La veneración que sienten los lobos por la Luna, ha originado una auténtica leyenda acerca de éstos singulares animales, tan injustamente denostados por el ser humano, cuando en las noches de luna llena parecen cantar a este luminoso astro de los cielos, cuando dirigiéndose hacia él, aúllan y con un armonioso y agudo canto, como si intentasen comunicarse con el satélite que, impasible, parece escuchar con suma atención tan dedicada composición musical, como si de una nana nocturna se tratara.

Durante miles de millones de años, la Luna se ha mantenido intacta, virginalmente respetada, hasta que los humanos, hace poco más de medio siglo, irrumpieran en su límpida superficie para despertarla de tan largo sueño, con seis viajes tripulados que sin permiso, hollaron su superficie una y otra vez, que desde entonces, ha visto continuamente invadida por multitud de visitas de unos seres terrestres que la han convertido, poco a poco, en un auténtico y espacial vertido de chatarra a través de su, hasta entonces, intacta y limpia superficie lunar.

Y lo han llevado a cabo con artefactos que han dejado abandonados en su retirada, que han ido en aumento con la llegada de nuevos países, que han enviado todo tipo de vehículos espaciales, que, sin retorno, allí han quedado para ensuciar con su metálica chatarra, allí dónde alunizaban, sin respeto alguno hacia  nuestro satélite.

Pero lo peor está por llegar, en una loca y absurda carrera de las principales potencias por explorar la Luna en busca de minerales y otros posibles recursos que puedan suponer una nueva fuente de ingresos, para lo que no tienen escrúpulo alguno a la hora de proyectar la construcción de bases humanas para su explotación, con la construcción de carreteras y otras infraestructuras, que cambiarían la faz de la Luna para siempre.

Uno de los países interesados, China, ha confesado que piensa utilizar misiles desde la órbita lunar para abrir túneles y remover terrenos rocosos, para la construcción de pequeñas ciudades, dónde se alberguen los trabajadores de la base desde la que operar, lo que constituye una auténtica y devastadora desfachatez, cuyo alcance ahora ignoramos, pero que supondría el inicio de una alocada carrera por la explotación de los recursos lunares, con consecuencias imprevisibles en un futuro próximo para un sufrido planeta Tierra, que ve cómo su satélite, tampoco se libra de la devastadora ambición humana.

Mentes desenfrenadas, piensan que la Luna puede ser un destino futuro para una humanidad que necesitara buscar un nuevo destino para los seres de este planeta, como lo buscan también en otros astros de nuestro sistema solar, cuando sabemos que ninguno de ellos ofrece condiciones para la vida, en lugar de mejorarlas en esta hermosa Tierra, que nos hemos empeñado en hacerla inhabitable, y no contentos con ello pretendemos invadir la Luna, después Marte y así seguiremos jugando a convertirnos en dueños y señores del universo, cuando somos incapaces de gestionar nuestro destino en el mejor de los mundos posibles que el ser humano puede soñar.

Nuestro hermoso planeta Tierra puso un día a nuestra disposición cuanto podíamos necesitar, y consideró después que ya podíamos comenzar a disfrutar de él y a utilizar sus inmensos recursos, utilizándolos sabia y racionalmente. Pero ahí se equivocó, pues ignoraba nuestra naturaleza que nos conduce a la autodestrucción, con una ambición sin freno, un consumo desmedido de los recursos, y una absoluta incapacidad para vivir en una necesaria armonía que nuestra estúpida vanidad no puede concebir.

Quizás la Luna nos observe desde su privilegiada  posición con una actitud condescendiente y bondadosa, e intente recordarnos con su luminosos lenguaje, que nos equivocamos, que vivamos en paz, y así la dejemos a ella en paz, que nuestro destino seguro y definitivo está aquí, y no en las estrellas que nos observan desde el principio de los tiempos, que leamos a Lorca y contemplemos en paz el universo que tenemos la suerte de disfrutar: La Luna vino a la fragua/con su polisón de nardos/el niño la mira mira/el niño la está mirando.

Con permiso de Lorca y obligados con Selene, diosa griega de la Luna, nos permitimos rimar: Huye Luna Luna Luna, que ya vienen los humanos.

viernes, 10 de noviembre de 2023

Eternos Rolling Stones

 

Admiración y respeto hacia las invisibles  y longevas canas de estos  guerreros de la buena música de siempre, que tienen la fuerza y el valor de subirse a un escenario para transmitirnos su trepidante vigor musical que se muestra aún intacto, llenando con sus impactantes acordes las vidas de tanta gente que con ellos disfrutó en su momento en el pasado siglo XX, y que ahora, muchos años después, en pleno siglo XXI, tienen la oportunidad de seguir vibrando con ellos, cuando los creían ya fuera de la circulación, alejados definitivamente de los escenarios.

Afortunadamente continúan en activo, dando guerra, como si el tiempo dejara de avanzar, de condicionar su existencia, conservando casi intacta la energía y el espíritu necesarios para gritar a los cuatro vientos, que siguen vivos, con una asombrosa fuerza y una vitalidad contagiosa que honra y distingue a estos mensajeros de una música que viene a dar un toque de atención ante tanta y tan penosa falta de creatividad como sufrimos en un presente anodino y vacío, tanto de contenido como de forma, en cuanto al panorama musical actual se refiere, todo ello en un mundo convulso, inmerso en guerras, violencia y profundas desigualdades, que pudieran hacer pensar que este comentario entra dentro del terreno de la frivolidad, pero el mundo también necesita de la música como medio de intentar superar tanto infortunio como azota a este sufrido planeta.

Sin concesiones a quienes les reprochan su edad, se muestran transgresores y desafiantes ante una sociedad absurda y harto tediosa, que no los ve como músicos plenamente vigentes, sino como caducos ochenteros alejados de una realidad que no asumen, lo que supone una absoluta falta de sensibilidad y, de paso, de ignorancia y de respeto, ante una falta de vitalidad de la que seguramente esos críticos caducos carecen, y que envidiarían si de ella pudieran disfrutar, algo que no se le es dado gratuitamente a cualquiera, ya que se necesita una considerable dosis de seguir en la brecha, y de unas ganas de vivir sin complejos ni temores, que puedan suponer un obstáculo insalvable para el desarrollo de una actividad tan excitante.

Continúan sonando como sólo ellos son capaces de hacerlo, logrando con ello que los que siguen creyendo en su música, sigan vibrando al escucharlos y contemplar sus pasos sobre el escenario, al tiempo que consiguen hablar a sus guitarras, extrayendo de ellas lo mejor de las notas que contienen, al tiempo que los contoneos del inefable Yagger, contagia su ritmo a los entusiasmados seguidores de siempre, que disfrutan satisfechos con una banda que ya pensaban se desharía con el paso del implacable tiempo, que parece haber cedido ante éstos desafiantes integrantes de una de las mejores bandas de todos los tiempos.

Grandes grupos de la historia de la música, bandas y solistas de todos los estilos posibles, de todas las épocas de todas las razas, sexo, origen y procedencia están desapareciendo por la tiranía que el tiempo impone, dejando huérfanos a tantos amantes de la música que con ellos pasamos muchos de nuestros mejores momentos de nuestra vida, y aunque dispongamos de sus grabaciones, nada sustituye a su presencia en directo, algo que aún podemos lograr con viejas glorias que como Rolling Stones, siguen haciéndonos disfrutar, como Paul McCartney, Willie Nelson, Stevie Wonder, Bruce Springsteen, Neil Young, Bob Dylan, Madonna, lady Gaga, Eric Clapton, U2, Elton John, Buddy Guy, Sheryl Crow, Mark Knopfler, y tantos otros, que continúan desafiando al tiempo, y cuya pertinaz presencia, tenemos la suerte de disfrutar.

Pero llegará el triste e inevitable momento en que desaparecerán de nuestras vidas, y más pronto o más tarde, nosotros también, y se dará con ello fin a un ciclo durante el cual convivimos con ellos, dando cierto sentido a nuestras vidas, formando parte de ellas, y de alguna manera caminando juntos a la hora de convivir y de entender una forma de vivir, dónde la música cobra pleno sentido al conseguir hacerla más plácida, amena y soportable, algo digno de agradecer, ya que la música en general, y la de los grupos como los Rolling Stones en particular, tienen la virtud de elevar el ánimo y las ganas de vivir hasta extremos que deben de tenerse en cuenta, cuando de disfrutar de la vida se refiere

Es por ello, que los Rolling Stones, supervivientes últimos de estas generaciones musicales, nos proporcionan una satisfacción y una alegría íntima que deberíamos saber agradecer por lo que representan para la historia de la música, de nuestra sociedad, y para cuántos disfrutamos y seguimos valorando esta eternamente vigente banda y tantas otras quizás no tan famosas, así como de multitud de viejas glorias musicales de todo el mundo que, pese al paso del tiempo continúan haciéndonos disfrutar de una de las bellas artes que tiene la agradecida facultad de elevar el espíritu y la sensibilidad de quienes aman la música en sus diversas manifestaciones.

Los amantes de la música clásica, de la llamada música culta – en absoluto incompatible con la música de la que aquí hablamos – posiblemente renegarán de estas líneas, pero la vida evoluciona y con ella la música y todas las artes en todas sus manifestaciones, las cuales han acompañado a los seres humanos a través de la historia, satisfaciendo a las generaciones con las que han coincidido, enriqueciéndolas en todos los sentidos, aportando con sus nuevos ritmos, estilos y concepciones, la transición  hacia los inevitables cambios sociales, políticos y culturales  a los que el ser humano está y ha estado sometido a través de la historia de la humanidad.

viernes, 3 de noviembre de 2023

Para qué sirve un rey

En tiempos que a todos los efectos ya creí superados, recuerdo que todos los años se convocaba un concurso a nivel nacional, cuyo título no necesita ninguna aclaración, salvo su dudosa estética, que encerraba, eso sí, una más que cuestionable ética, que nadie parece haber puesto en duda jamás, y que con perplejidad y asombro, descubro ahora que sigue manteniendo su vigencia, imperturbable por el paso del incansable tiempo, con su mismo título de y dirigido a los mismos indefensos y tiernos infantes, todos ellos alumnos de primaria y secundaria.

El surrealista título, inmutable a través del tiempo, reza como sigue: ¿Qué es para ti un rey? Imagino que por la mente de los autores de semejante desafío, debe de pasar de todo, desde un carta de la baraja, hasta los reyes godos, pasando, los más pequeños, por la imagen de los magos de oriente, con lo que los escritos han de rezumar encanto por todos sus poros, sin duda, en forma de ilusionante cuento, con lo que los encargados de ejercer de jurado, han de tener harto difícil el desempeño de su complicada e infantil labor a la hora de conceder los premios.

Cabe pensar que los profesores de los esforzados concursantes, ilustrarán a sus alumnos a la hora de documentarlos antes de enfrentarse a tan exclusiva labor por lo que los imagino preparando toda una delicada y peculiar labor pedagógica, con el objeto de ayudar a tan singular legión escritora, a intentar comprender qué es para ellos, y para qué sirve un rey, que, en definitiva, y a través de los medios de comunicación, hartos están de seguir, viéndolo leyendo en público, que no hablando, algo que no suelen hacer, dando la mano a otras personas e inaugurando alguna exposición de vaya usted a saber qué.

Imagino que algún avispado participante, se interesará por saber cuándo se cambia de rey,  cada cuanto tiempo se elige a un monarca nuevo, poniendo en serios aprietos al compungido profesor, que se verá obligado a explicar que no se sigue ese procedimiento democrático, que se hereda, que su puesto no lo deciden democráticamente los ciudadanos, como al resto de los representantes, que es una institución que no es elegible.

Le explicarán que viene de siglos atrás, que reina pero no gobierna, algo que tendrá que aclarar, sembrando el desconcierto más absoluto en el concursante, que ve cómo se va complicando su  capacidad de entendimiento, incapaz de comprender cuanto información le aporta un profesor, que a su vez, se verá atribulado por tanta falta de coherencia como está exhibiendo ante un alumno, al que sin duda, se le habrá explicado con profusión las bonanzas del sistema democrático en el que tenemos la suerte de vivir.

Pero las contradicciones son evidentes, y el novel escritor, tendrá serios problemas a la hora de desentrañarlas, incapaz de entender cómo una persona no elegible pueda representar a un estado, a una nación, y por ende a sus ciudadanos, muchos de los cuales pensando lo mismo, se preguntan cómo es posible, que una institución de otros tiempos, anacrónica y, en principio meramente simbólica, puede llegar a esos extremos de representación, ocasionando unos importantes gastos, que el ciudadano ha de aportar, tanto a él, como a sus descendientes, que irán ocupando su lugar en el trono, por el simple hecho de pertenecer a la familia.

Aunque no reina posee funciones de representación que, como la de proponer a los candidatos para una investidura, causan sonrojo, cuando no rechazo, ante la enorme trascendencia que ello conlleva, y que se deja en las manos de alguien que no debería tener lugar en una democracia, aunque dicha función suene a meramente formal, pero qué ni aún así debería ejercer quién no se ha sometido a las urnas, y que a mi pesar me veo obligado a destacar, aún a riesgo de ser inoportuno, molesto y fuera de lugar, en un país dónde no se es bienvenido cuando el asunto se trata abiertamente en público o en un medio de comunicación, dónde no suelen ser bienvenidos quienes así piensan, por lo que las esperanzas de que estas atrevidas líneas ocupen su lugar en un medio de comunicación, se me antojan harto complicadas.

País absurdo, poco serio e irresponsable aquel que no ve con buenos ojos a quienes cuestionan a la monarquía, institución opaca y ausente de transparencia dónde las haya, cuando sí se admite criticar cualquier otra institución, con sus gobernantes elegidos por votación popular incluidos, lo que resulta absurdo y de una ridiculez extrema, en un país libre y democrático, en un estado social y de derecho, que con estos hechos y comportamientos, nos hacen dudar seriamente de su verosimilitud.

Es por todo esto que este concurso, tan alienante, tan fuera de lugar y de tiempo, no debería ir dirigido a los niños, sino a los adultos a quienes les es negada tan restrictiva libertad, que no lo es de derecho, pero sí de hecho, ya que se considera una salida de tono, inoportuna y mal vista, políticamente incorrecta, y socialmente reprobable, pues es de mal gusto, y si me apuran, de mala educación, lo que no puedo calificar más que de una absoluta falta de la más elemental y necesaria inteligencia por parte de los que niegan a los demás una regla esencial de la democracia: la libertad de expresión, sin la cual, la democracia pierde todo sentido,

Se me dirá, que esto no es así, que puedo opinar libremente acerca de cualquier tema, incluída la monarquía y su anacronismo en el siglo XXI, pero les digo que esta es una respuesta trampa, ya que, claro que puedo hacerlo, pero será como predicar en el desierto, nadie lo publicará, nadie querrá hacerse eco de tan osado, inoportuno e insolente atrevimiento, y es que la democracia parece estar sobrevalorada por estos lares.

miércoles, 1 de noviembre de 2023

No en mi nombre

Alguna vez leí, y convencido quedé con ello, que es propio de países serios y responsables, aquellos en los que la democracia de hecho, se sustanciaba en un Estado social y de derecho, dónde las leyes se respetaban y los encargados de su redacción y ejecución, eran los primeros, no sólo en hacerlas cumplir, si no en cumplirlas, dando ejemplo de ello, por encima de todo y de todos, el poder ejecutivo, representado por el gobierno democráticamente elegido en las urnas.

 Y aquí, en este singular País, nos encontramos con el primer obstáculo al encontrarnos con un ejecutivo que lleva en funciones tres meses, los mismos que lleva enfangado en la negociación con los posibles aliados de los que depende para formar gobierno, con el Congreso cerrado a cal y canto, con un irreconocible partido en el poder que parece haberse transformado en un auténtico camarote de los hermanos Marx, pero con una disciplina que allí no se contemplaba, obligados a seguir a un secretario general que lo ha sustituido con mano de hierro, mutándolo a su imagen y semejanza, y bajo la estricta máxima de que aquel que se mueva, no sale en la foto.

Atrapados en sus redes, mantienen un desigual pulso con quienes no tienen reparo en afirmar que la gobernanza de España no les importa en absoluto, y que sólo persiguen  los objetivos de lo que ellos denominan su país, que en nada coinciden con los del nuestro, para lo que como moneda de cambio pretenden alcanzar dos metas fundamentales, que no únicas, como son la amnistía y la autodeterminación, sin cabida en La Constitución vigente, después de haberlos allanado el camino previamente, con la derogación de varias leyes que los penalizaban, y que lejos de satisfacerles, los han envalentonado lo suficiente como para seguir en sus inacabables reivindicaciones.

Y mientras tanto, los ciudadanos de este País, contemplan el esperpéntico espectáculo que se les ofrece con una mezcla de asombro y escepticismo, preguntándose como se puede mercadear con la formación de un gobierno a cambio de ceder ante los representantes de una pequeña parte del territorio que exige unas concesiones inasumibles para el resto, pero que el jefe del ejecutivo no tiene previsto descartar, ya que asegura que gobernará, pese a los mínimos avances registrados en tres meses que llevamos soportando este insufrible tormento, que pese al mal disimulado intento de disfrazarlo de una mejora de la convivencia, no es sino una moneda de cambio, un trueque para conseguir seguir en La Moncloa.

 Nadie, salvo el jefe del ejecutivo y unos pocos allegados conocen las oscuras negociaciones que están teniendo lugar a espaldas de la opinión pública,  hasta el extremo de que ni siquiera los barones del partido dicen conocer, y mucho menos las bases del mismo, debido a una opacidad permanente, que parece ocupar todo el tiempo de un presidente que parece haberse olvidado de todo lo que no suponga su continuación en el cargo al que tanto apega muestra, meta y objetivo único y obsesivo que desesperadamente persigue.

Un País que parece narcotizado, que no reacciona ante lo que diariamente se le presenta que no contempla solución alguna a sus problemas, con cinco millones de ciudadanos sumidos en la pobreza más severa, con la cesta de la compra por las nubes, con la mayor tasa de desempleo de  la Unión Europea, y que incluso ha de soportar  cómo el presidente del gobierno en funciones afirma que “el País va como una moto”.

 Ocurrencia banal e irresponsable, de un jefe del ejecutivo obsesionado por continuar a los mandos,  dotado de una soberbia sin escrúpulos, espoleado por una jaula de grillos que se autodenominan “progresistas”, que le aplauden a coro deseosos también de continuar en sus poltronas, y que están dispuestos también a llegar adónde sea necesario con tal de conseguir sus objetivos, y que han contaminado a un desconocido PSOE, que muy pocos reconocen, sin debate interno, que se permite ningunear a viejas glorias, y que está suponiendo un lastre para un partido desacreditado hoy, y que siempre ha gozado de una impecable trayectoria.

Una situación insostenible que no parece tener solución, salvo que se rompan las perversas negociaciones con quienes le presionan y chantajean a la vista de la debilidad que el presidente en funcionas muestra ante sus indisimulados deseos de poder, y que llevarían a convocar de nuevo unas elecciones, que posiblemente arrojarían unos resultados similares a las últimas habidas, lo que supondría un bloqueo institucional sin parangón posible, ya que la oposición, víctima de la aproximación a unas malas compañías, que sin duda le han perjudicado, pocas posibilidades tiene.

Tan perversa situación, podría tener una solución con un gobierno de coalición entre ambos partidos, algo que se antoja utópico, pero que solucionaría un problema institucional de primer orden que no podemos perpetuar,  ya que en caso de ceder a las intenciones nacionalistas, el chantaje sería permanente durante toda la legislatura, además de lesionar la credibilidad constitucional, con los consiguientes riesgos que ello conlleva, y que de ninguna manera nos podemos permitir.

Lo que definitivamente resulta inaceptable, es la continuación de una situación a la que nunca debería haberse llegado, a la vista de las exigencias de quienes pretender bloquear este País, con la colaboración de un gobierno en funciones que no se resigna a alejarse dl poder, y que parece haber olvidado que no son más que los representantes de los ciudadanos, que no les votaron para permanecer en el gobierno a toda costa, sino para encontrar la mejor solución posible para que el País y sus ciudadanos, dispongan de un gobierno libre, legal, justa y democráticamente constituido, que no rinda cuentas, ni se pliegue más que ante sus ciudadanos, que son los únicos y exclusivos propietarios de la soberanía popular y del gobierno que en ellos ha delegado.

De no ser así, de no trabajar para todos los ciudadanos de una forma clara, democrática, concisa y cristalina, con equidad y dedicación absolutas, sin mercados políticos ni ambiciones personales desmedidas, desde aquí les decimos que no hablen por nosotros, que no lo hagan por tantos ciudadanos callados que relegados a un segundo plano no pueden mostrar su desacuerdo y su profundo descontento. No en mi nombre y en el de multitud de ciudadanos de este sufrido país.