viernes, 22 de julio de 2016

DOS DÍAS DE JULIO

Este mes de julio, nos ha deparado dos impactantes y trágicos acontecimientos internacionales, que han logrado distraer la atención permanente y absoluta que nos mantiene literalmente pegados e inmensos en los asuntos propios de un país como el nuestro que continua en la incertidumbre en cuanto a la formación del ansiado y necesario gobierno se refiere.
Y mientras en nuestro país continuamos a la espera de dicho desenlace y de las posibles sanciones de la comunidad europea por el incumplimiento del déficit, que se saldará posiblemente con una multa reducida, pero con el compromiso de más recortes, que supondrán nuevos quebraderos de cabeza, que como siempre afectarán  a los sufridos  ciudadanos a de a pie, dos tragedias de una naturaleza muy diferente y mucho más graves, han sacudido de nuevo a esta Europa que en los últimos tiempos, no gana para sobresaltos
El primero de ellos ha tenido lugar en la ciudad francesa de Niza, donde un individuo árabe nacionalizado francés, que no parecía estar radicalizado según quienes le conocían, irrumpió en el paseo marítimo de dicha ciudad conduciendo un camión de quince metros de largo y de veinte toneladas de desplazamiento, arrollando y disparando al mismo tiempo a una multitud que disfrutaban de un espectáculo de fuegos artificiales con motivo de la celebración del catorce de julio, día de la fiesta nacional francesa, con un cruel balance de ochenta y cuatro muertos y numerosos heridos.
Este país, con una importante y destacada presencia en el mundo árabe, y con una colonia muy considerable del mundo musulmán, parece estar pagando de una especial forma este hecho, además de su intervención militar constante en el conflicto que se está librando contra los grupos armados que se han hecho fuertes y que amenazan la paz y la estabilidad de aquellas zonas árabes y del mundo occidental que han decidido golpear con acciones como esta.
Resulta inconcebible, no obstante, que este hecho pueda haberse llevado a cabo con semejante impunidad, dadas las circunstancias habidas. Es difícil de entender, que con el estado de emergencia activo, que ahora se va a prorrogar, y con las consiguientes medidas de seguridad extremas que ello conlleva, un vehículo de semejantes dimensiones, pueda lograr entrar en un recinto donde se celebraba un acto multitudinario.
Si a estos fallos de seguridad, le sumamos la pérfida y cruel manera de actuar de estos grupos y lobos solitarios, capaces de auto inmolarse y de actuar en cualquier lugar con devastadores y sangrientos efectos, las conclusiones no pueden ser más pesimistas, hasta el extremo de que posiblemente vamos a tener que sacrificar ciertas parcelas de las libertades tan arduamente conseguidas, en aras de conseguir una mayor seguridad.
El otro suceso a destacar este caluroso mes de julio es el del intento de golpe de estado en Turquía, que tuvo lugar al día siguiente de los acontecimientos anteriormente narrados, y que por cuanto vamos conociendo, tiene ciertos tintes de un auto golpe programado, en el que muchos ven la férrea mano del actual presidente, que en la noche de la intentona apareció en televisión para pedir a los ciudadanos que se lanzaran a la calle, en una decisión como mínima arriesgada y temeraria, que suponía utilizar a la gente como auténticos escudos humanos contra los sublevados.
El fatídico resultado fue el de centenares de muertos civiles, que lograron parar el golpe a costa de sus vidas. Un hecho que no ha dejado impertérrito a nadie, sobre todo después de que el supuesto golpe de estado fuera anulado y el presidente Erdogan iniciara una devastadora limpieza en el ejército, los jueces, la policía, el funcionariado y otros estamentos que han sufrido las iras del primer mandatario, que incluso ha sugerido el establecimiento de la pena de muerte, algo que ha obligado a los representantes de la UE a recordarle que ello impediría la entrada de Turquía en la Comunidad Europea por ser incompatible con su legislación, y que dicho país solicitó hace varios años.
Dos graves acontecimientos desestabilizadores en dos países europeos. Uno de ellos fundador de la UE, y el otro aspirante a formar parte de la misma, ahora que el reciente Brexit inglés, amenaza con romper una Unidad Europea que sufre tensiones de diversa índole procedentes unas del exterior y otras del interior, que en cualquier caso suponen un continuo quebradero de cabeza para una Europa convulsa y desorientada, que no parece avanzar decidida y definitivamente hacia una urgente y necesaria unidad, política que se hace cada día más difícil y complicada.

martes, 19 de julio de 2016

UNA VISITA FUGAZ

Llegó, vio, y en apenas veintiuna horas contadas que estuvo en España, le dio tiempo para saludar fugazmente a los representantes del Estado, y a los de la oposición política, a los que tuvo la desmesurada deferencia de dedicarles diez minutos.
Todo ello en un gesto que incluso se ha valorado positivamente por parte de unas autoridades, que una vez más se han visto ninguneadas - a la vez que el país en su conjunto - por el presidente Obama, que ha pasado de largo de una forma patética, se mire como se mire, lo que supone una falta de respeto y consideración, que resulta humillante.
Un País como el nuestro, que resulta fundamental para la estrategia militar estadounidense, se ha visto relegado por quienes deberían rendirnos cierta pleitesía, agradecimiento y esmerada consideración, a la vista de los servicios prestados, que en lugar de verse recompensados, se los premia con un gesto que tiene mucho de despectivo, por parte de la diplomacia y del presidente del país más influyente del mundo.
Cierto es que en su País, acontecimientos recientes le reclamaban. De acuerdo, muy bien, acuda primero allí, suspenda la visita, y vuelva cuando su agenda se lo permita, dedicando el tiempo necesario a el nuestro, demostrando con ello, no solo un sincero interés, sino un respeto que merece, y que de la forma en que lo ha hecho, ha supuesto un auténtico agravio comparativo con otros países, de menor peso específico que el nuestro.
Claro que esto último es muy relativo, e influye sin duda, como todo en la vida, no solo la posición y el nivel económico, social y político en la esfera internacional – sumamente importante, sin duda – sino también el prestigio de sus dirigentes y el resto de los políticos.
Y en este aspecto, poco podemos aportar, pues desde que Zapatero decidió en un gesto pueril, absurdo e innecesario, negarse a ponerse en pie al paso de la bandera de Estados Unidos, en una falta total de respeto, dicho prestigio quedó por los suelos, donde continúa inamovible, con un presidente dotado de una pertinaz pachorra, que no habla idiomas – vergüenza ajena se siente viéndolo en los consejos de la UE - y cuya imagen está por los suelos desde hace ya bastante tiempo.
Si a todo esto sumamos, que nunca nos hemos hecho respetar a nivel internacional, que tenemos una imagen de corrupción y despilfarro que asombra al mundo, que no somos nadie a nivel de investigación industrial y científica – pese a la tan cacareada décimo segunda posición en el ranking de las potencias – la conclusión no puede ser más desalentadora.
La imagen de la España de charanga y pandereta, sigue estando ahí. Demasiados primeros puestos a nivel mundial en los valores más negativos, nos han condicionado y seguirán haciéndolo, si no logramos una reputación de país serio, que aún estamos lejos de alcanzar.
Es por ello, que nos suelen ningunear con demasiada frecuencia, y el caso que nos ocupa, es uno más de tantos. No me imagino a Obama haciendo algo parecido con cualquier de los países más importantes de Europa, la mayoría de los cuales ha visitado en varias ocasiones. Aquí lo ha hecho una vez, de mala manera, y gracias. No somos nadie. Bueno sí, los toros, el flamenco, las playas, la  juerga y el jamón. No es gran bagaje.

lunes, 11 de julio de 2016

AQUÍ NO HA PASADO NADA

En realidad sí ha pasado, pero no lo suficiente para dar carpetazo de una vez, y a las segundas de cambio, poder determinar clara y rotundamente quienes van a gobernar este proceloso país, después de seis meses de una espera, que se ha demorado demasiado, y que no garantiza con total seguridad que de aquí saldrán las oportunas alianzas, sin las cuales será imposible llevar a cabo la formación de nuevo gobierno.
Y todo ello pese a la promesa de los líderes de los grandes partidos, que durante la campaña, exactamente en el debate a cuatro, prometieron llegar a acuerdos, con el objeto de que de ninguna forma hubiese que convocar unas terceras elecciones, que supondrían un auténtico batacazo para ellos mismos y para una ciudadanía que dudosamente soportaría estoicamente semejante desvarío.
Algo que podría llegar a un estado de nerviosismo y rabia popular tal, que no sería nada extraño que en ese remoto caso de nueva convocatoria de elecciones, y tal como aventuraba un político en los medios de comunicación, podría llegar en algunos casos, a agresiones más o menos violentas hacia los políticos, que podrían incluso temer por su integridad física en algunos mítines, donde la ira popular llegase al límite.
Los resultados de esta segunda vuelta, han dejado un poco más claro el panorama político, pero no lo suficiente como para presumir unos acuerdos que den paso a una formación inminente de un gabinete, que se nos antoja complicado después de que sólo el PP, haya conseguido aumentar en catorce escaños la renta que tenía, mientras que el resto de los partidos, han perdido una media de cinco a diez, lo que ha supuesto una importante pérdida para una izquierda que se ha visto penalizada hasta tal punto, que algunos de sus líderes no encuentran explicación razonable alguna.
Las previsiones hechas por las empresas encargadas de las encuestas – sobre las que se cierne un creciente desprestigio – han fracasado hasta extremos casi inimaginables. Y lo decimos así, porque ya traían ese aura de errores inexplicables, que ahora se han acentuado aún más en esta ocasión, con unas previsiones que daban a Podemos como segunda fuerza por delante del Psoe, mientras que el PP se estancaba, algo que ha sido desmentido por los votantes, que han premiado al partido en el gobierno y ha castigado al resto.
Inexplicable para muchos analistas, el hecho de que el PP haya sido premiado de esta forma, cuando sobre él penden acusaciones de todo tipo sobre corrupción, que ha llegado al extremo de que hasta en Valencia, y sobre todo en Sevilla, han ganado, algo que resulta increíble de todo punto de vista.
¿Qué ha pasado por la mente de los ciudadanos para votar de esta forma? ¿Cómo se explica que no hayan castigado a un partido abrumado por casos de corrupción en sus filas y de dudas más que razonables de extraños manejos que han salpicado incluso al presidente del gobierno con su “Tranquilo Luis” y “Todo es mentira, salvo alguna cosa”, y otras lindezas semejantes?
Sólo el voto del miedo, la inseguridad y la incertidumbre incrementados por la actual coyuntura internacional, así como los errores cometidos por la izquierda, pueden explicar unos resultados que parecen llevar a la conclusión de que el voto conservador garantiza mejor sus intereses. Nada convincente, por otra parte.

miércoles, 6 de julio de 2016

UNA CULTURA POPULAR

Las calles del barrio madrileño de Vallecas que circundaban el auditorio donde iba a celebrarse el concierto, bullían de gente como hace mucho tiempo no se conocía por allí, sobre todo teniendo en cuenta que se trataba de un miércoles normal y corriente, no festivo, un día laborable de un precioso y esperanzador día de un florido mes de mayo.
Gentes de todas las edades, dónde diríase que afortunadamente y en su mayoría, predominaban los más jóvenes, iban llenando los gradas y el anfiteatro del amplio recinto permanente de conciertos, que ubicado al aire libre, ocupaba gran parte de una amplia plaza vallecana, donde tendría lugar la esperada y celebrada fiesta musical popular.
Bares y comercios, estaban colapsados por una afluencia que les había sorprendido gratamente, hasta el extremo de agotar existencias en algunos casos, y en otros escaseaban de tal forma, que solicitadas de forma inesperada por el enorme aluvión de clientes que sin duda no esperaban abarrotando calles y callejuelas, apenas les llegaban para satisfacer la demanda de la alegre y paciente clientela.
Un Vallecas sorprendido por tan agradecida y alegre avalancha de ciudadanos de todas las edades, trabajadores de a pie y estudiantes que con su alegría y regocijo, llenaban de alegría y color la barriada de Vallecas, siempre emblemática por muchos motivos y desde siempre, como uno de los barrios más populares de Madrid, cuyos ciudadanos comentaban con sorpresa y agrado la inesperada fiesta que se estaba desarrollando cuando aún faltaban horas para el inicio el esperado concierto.
Cuando la iluminación natural del día se iba  con él extinguiendo, se encendieron  de improviso los potentes focos del escenario, y un prodigioso torrente de luz iluminó un espacio que parecía vacío y que se reveló pletórico de vida, al irrumpir los músicos y ocupar sus lugares, en una ceremonia ensayada hasta la extenuación, que apenas les llevó unos segundos.
Al cabo de los cuales se escucharon los primeros compases del comienzo de un soberbio evento musical, que llenaría durante varias horas las calles aledañas, que se vieron invadidas con el portentoso sonido que parecía alcanzar a todos los rincones, llegando a todos los asistentes, que por muy alejados que estuvieren, y lo estaban en gran medida, escuchaban con toda nitidez a los cantautores, su música, sus elaborados arreglos, y, sobre todo sus letras, sus poemas y su mensaje.
Una tormenta de aplausos y vítores de alegre y entusiasmada complacencia, recibió la aparición del primer cantautor, que entonó los primeros compases que arrancaron los aplausos y gritos de aptobación, que dieron paso a un expectante, respetuoso y emocionado silencio, preludio de uno de los más esperados conciertos populares y callejeros que en Madrid se han dado.
A partir de este momento, y con la noche ya presente, solos quedaron la música, sus creadores, y un entregado auditorio que escuchaba con una absoluta atención, apenas interrumpida por el coro de la gente que cantaba a dúo con el intérprete, los pasajes, estrofas y estribillos más conocidos y populares, en una ceremonia que representaba con toda fidelidad la unión de los cantautores con su apasionado y regocijado público.
Fueron desfilando los protagonistas del concierto, en un alarde de prodigiosa y constante progresión musical y poética, en la que no faltó un diálogo con los otros protagonistas, los asistentes al popular evento, emitiendo unos mensajes próximos a los deseos y anhelos de unos ciudadanos de a pie, de clase trabajadora, productora, según les gusta a algunos denominar, con los que conectaban abierta y claramente.
No faltaron por lo tanto, las alusiones a la situación política, social y laboral actual, algo que la gente agradece cuando de sus problemas y cuitas diarias se trata, así como de sus ideales y preferencias políticas, que concordaban plenamente con unos enfervorizados y entregados oyentes, que con sus vítores y aplausos, mostraban su acuerdo con los cantautores.
Más de cuatro horas de vibrante e intensa unión entre cantautores y público. De fiesta popular y siempre reivindicativa ante tantos derechos sociales como se han visto relegados casi al olvido en unos casos, y pisoteados y ninguneados en otros, que han sido reivindicados por el pueblo llano asistente, que en su mayoría era gente joven, que conectó a la perfección con las viejas glorias que lograron emocionar a todos.
Gracias a Ismael Serrano, Luis pastor, Luis Eduardo Aute y Silvio Rodríguez, trovadores del siglo XXI, representantes de una cultura, que los ciudadanos del pueblo de Vallecas, de Madrid, y de todos los rincones aledaños, que tuvimos la fortuna de asistir, y que agradecen y valoran en su justa medida, que siempre es mucha, sabia y popular.

viernes, 1 de julio de 2016

LA VOZ DE LA CALLE

Inasequibles al desaliento, y desoyendo las clamorosas voces que les piden a gritos que abandonen sus ruindeces y miserias, los políticos siguen fieles a sus dictados que los guían por la senda de los elefantes más contumaces y radicales, en un acto de sumo e insoportable volver a donde solían, sin importales las críticas, quejas y malestar de unos ciudadanos que han llegado a la cima del más clamoroso descontento.
Soberbios hasta la altivez y despectivos hasta la desidia, han desoído olímpicamente la voz de los votantes, que les exigían cumpliesen con su obligación, con ese mandato depositado en las urnas, y han vuelto a las andadas sin una pizca de humildad que pudiera justificarlos, siempre y cuando expusieran lodmotivos de su proceder, de una manera clara y asumible por parte del electorado.
Pero no ha sido así. Ni siquiera han mostrafo un ápice de arrepentimiento, y todo ello pese a todas las críticas, las quejas y las manifestaciones de la población, recordándoles y demandándoles una seriedad, una dignidad, y una dedicación al servicio del ciudadano, que no parecen conocer en absoluto, dado el hecho de que están siguiendo los mismos comportamientos y cometiendo los mismos errores que les hicieron acreedores a una repulsa cuasi generalizada.
Han hecho de nuevo oídos sordos, ante una ira no ya contenida, simo desatada, que se manifiesta cada vez con más contundencia por doquier, ya sea en la calle, en el trabajo, y hasta en los medios de comunicación, donde la ciudadanía interviene cada vez con más frecuencia, denunciando una situación insostenible.
La misma, para la que no parece vislumbrarse una solución clara, y sobre todo inmediata, con la muy posible y abierta posibilidad de que se repitan los mismos o parecidos resultados que podrían conducirnos a una tercera convocatoria, que sólo podría calificarse de desastre sin paliativo alguno.
Hierven las redes sociales, donde los ciudadanos pueden intervenir libre y ampliamente, manifestando su contrariedad ante unos políticos que desafían el mandato ciudadano recibido, desoyéndolo y traicionándolo, en una desobediencia que no encuentra justificación alguna entre una población harta de tanta desobediencia por parte de unos representantes políticos que parecen solo velar por sus intereses personales y de partido.
Este País, y estos paisanos, no se merecen esto. De ninguna manera. La gente de la calle desearía que hubiera cambios en las filas de los partidos, ya que los actuales representantes políticos, no han sabido, ni posiblemente han querido, desempeñar las funciones que les correspondían según el mandato imperativo ciudadano depositado en las urnas.
Debieran por lo tanto dimitir de inmediato, y dejar paso a quienes tengan la voluntad, la aptitud y capacidad necesarias para formar gobierno, algo para lo que ellos se han demostrado incapaces. Algo a lo que no están dispuestos, ni mucho menos, faltaría más, y ya están preparando el inminente e insoportable, a la par que soporífero debate a cuatro, que tendrán que soportar estoicamente quienes deseen mortificarse con el monótono, conocido y ramplón discurso de los mismos de siempre.
Inasequibles al desaliento y al respeto que deben a una ciudadanía que sólo consideran hasta el momento de depositar el voto. Después, si te he visto, no me acuerdo.