lunes, 29 de abril de 2024

La soledad de los parques

Nada puede haber más triste en este atribulado mundo, que la contemplación de una sociedad sin la algarabía, el jolgorio, la alegría, las risas y la desbordada vitalidad de los niños, sin los que la vida parece haberse reducido a la nada,  a la mera supervivencia, al trabajo, al ocio, al cuidado y culto por el cuerpo humano, empeñado en eternizarse en el tiempo sin compromisos ni obstáculos que supongan un impedimento a esta forma de vivir, de disfrutar sin ataduras ni esclavismos que consideran sufrirían con una descendencia que los limitaría en su diaria actividad y en sus momentos de diversión y esparcimiento, aunque justo es reconocer que éstas no son las única causas de la baja natalidad.

Pero ignoran la inmensa alegría que los niños procuran en una casa, la felicidad que reparten por doquier con su inocente e ingenua indisciplina al no estar sometidos a regla alguna, esos “locos bajitos” nos contagian su permanente alegría y su incansable actividad, algo que se multiplica en el caso de los abuelos, que rejuvenecen y disfrutan de forma insólita con sus nietos, que los perciben como una réplica de los hijos, como uno más de ellos, llenando el vacío de su casa con una nueva alegría de vivir, que disfrutan cada hora que pasan con ellos.

Según leo en varios medios de comunicación, en este país hay varias ciudades dónde se han contabilizado más perros que niños, algo que ratifican las encuestas sobre el tema, que en julio del año pasado, arrojaban unas clarificadoras y preocupantes cifras que establecían los siguientes datos: en España el número de niños hasta 14 años era de 6,6 millones, mientras el de perros ascendía a 9,3 millones, algo preocupante, que presenta un escenario impropio de una sociedad con un necesario horizonte de futuro, que sin una razonable población infantil, una natalidad en unos valores lógicos, muy por encima de los actuales, ve en serios apuros un logro elemental en un país que los necesita para sobrevivir y garantizar su esperanza de vida sin éstos sobresaltos.

Contemplar los parques vacíos con demasiada frecuencia es un triste síntoma de estos hechos, así como el cierre de aulas en los colegios una medida que refleja mejor que cualquier otra esta desesperante situación que debe entristecer y preocupar a cualquier país, y son multitud en el mundo, tanto más cuanto más desarrollados están, ya que este problema se da sobre todo en el primer mundo, en el que goza de mayor nivel de vida, soportando los más pobres un exceso de natalidad, que desgraciadamente repercute en un mayor déficit de atención hacia unos niños que sufren las consecuencias de la terrible combinación de la superpoblación y la pobreza.

Como citábamos al principio, las explicaciones a esta situación no se basan únicamente en la postura cómoda y hedonista de la sociedad moderna, empeñada en evitar compromisos y disfrutar de la vida sin ataduras. El estilo de vida de las sociedades modernas con un ritmo infernal diario, con ambos progenitores trabajando, en ocasiones con horarios que no favorecen en absoluto la conciliación de la vida laboral con la familiar, los problemas económicos, altas tasas de paro, dificultad para disponer de una vivienda, y otros a los que están sometidas las parejas actuales, explican en gran parte la situación expuesta.

Habría que añadir aquellas parejas que no se encuentran en ninguno de estos casos, y que en el uso de su libertad de decisión, toman la determinación de no tener descendencia, sustituyéndola o no, por una mascota, que les hará disfrutar, y a la que seguro llegarán a cuidar y mostrar el mismo desvelo en todos los sentidos que si de un niño se tratara.

Aunque quizás no lleguen nunca a saber que no hay comparación posible alguna, que una mascota no puede sustituir a  un niño, ni proporcionar el mismo  cariño, ni el amor inmenso que mutuamente se profesan, pero si vida les pertenece, y nadie puede imponer nada en este aspecto.

Sólo el lamento de las  calles y los parques sin  niños, nos recordarían que la vida sin el bullicio, el griterío, la algazara y las desbordantes risas de los niños, se reduciría a un mundo infeliz y solitario, dónde las mascotas jamás ocuparían su lugar, ni en los hogares, ni en las calles, ni en los parques, que llorarían la ausencia de lo mas preciado que por fortuna en este mundo tenemos, que son los niños.

Hablemos del referéndum

 

Con claridad meridiana, sin que nadie pueda llamarse a engaño, los partidos independentistas catalanes nunca han renunciado, ni lo harán, a la celebración de un referéndum sobre la independencia de  Cataluña, que es el objetivo final que persiguen una vez conseguida la amnistía, algo que han venido afirmando últimamente, dejando bien claro que con aquella medida de gracia no se culmina el proceso que asegura al presente gobierno el apoyo de legislatura que disfruta, sino que lo hará cuando se lleve a cabo el referéndum vinculante que vienen exigiendo desde hace el  tiempo suficiente como para tener la certeza de que para ellos, dicha consulta es insoslayable.

Preferible sin duda a una DUI, declaración unilateral de independencia, que saben no tendría efectos prácticos – ya la llevaron a cabo una vez, y terminó como el rosario de la aurora – y en cualquier caso, ningún país los reconocería, por lo que la única forma de completar con éxito esa aventura, sería por la vía legal, con una consulta vinculante a los catalanes, dónde deberían responder a la pregunta de  si quieren una Cataluña independiente.

Pero este tipo de consulta, no se contempla en la Constitución, por lo que volvemos a la línea de salida, aunque ellos afirman que sí lo permite el artículo 92 de la misma, que reza como sigue: “Las decisiones políticas de especial transcendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos. El referéndum será convocado por el Rey, mediante propuesta del Presidente del Gobierno, previamente autorizada por el Congreso de los Diputados”.

Luego sí, pero no, ya que leyendo pausadamente, en ese texto se aclara que serán sometidas a referéndum de “todos los ciudadanos”, lo que incluye al resto de los españoles, no solamente a los catalanes, con lo que la duda queda despejada, y la insatisfacción de los promotores, asegurada, salvo que intenten desmontar la cristalina interpretación de dicho artículo pretendiendo que se refiere a “todos los ciudadanos catalanes”, retorciendo en exceso un texto que queda meridianamente claro, sin posibilidad de tergiversación alguna.

Entonces, ¿Qué vía tomar? ¿Por dónde salir de este atolladero? La respuesta no es fácil, salvo quizás, que se admita un referéndum meramente consultivo, aprobado por el Congreso, limitado a los ciudadanos catalanes, pero no vinculante, es decir, sin efectos prácticos, algo que dudamos aceptarían los independentistas, que no contemplan un escenario que no permita llevar a la práctica unos resultados que consideran favorecerían su intención de independizarse de España y constituirse en estado independiente.

Sea como fuere, el hecho es que si se llevase a cabo está última acción, un referéndum meramente consultivo, y obtuviesen una importante mayoría a favor de la independencia, esto podrían interpretarlo como una brillante y rutilante victoria a su favor, que podrían utilizarla para exhibirla ante Europa, reclamando con ello un puesto entre las naciones que la integran, volviendo incluso a pensar de nuevo en la DUI, considerando que quizás en ese caso, sí los reconocerían.

Muy arriesgadas en cualquier caso cualquiera de las propuestas, que pueden resultar negativas para ambas partes, tanto para el gobierno, que no parece estar por la labor, aunque sin clarificar nada, ya que las consecuencias para él, de no llevarse  a cabo el referéndum, supondría perder el apoyo de legislatura, y ya ha rechazado la última intención de una DUI aprobada por la mesa del Parlament e interponiendo un recurso ante el Constitucional, como para los independentistas, que si fracasan, podrían desactivarles por largo tiempo.

Imposible aventurar el futuro de este referéndum, ya que en política todo es posible, y aunque parece claro que la única vía posible es la del artículo 92, es imposible afirmar que esa sea la fórmula definitiva, por lo que nos permitimos dudar que se ciñan a una solución que no les conviene, que no se pliega a sus exigencias, porque no ganarían en las urnas, y la alternativa no la aceptaría la Constitución, por lo que la solución, que sin duda la habrá, ¿dónde encontrarla?

Este gobierno inició este camino, desde que aceptó los votos de la investidura a sabiendas de que habría que llegar a este punto, a esta encrucijada, y no va a renunciar a llegar a un acuerdo, a una fórmula que le permita continuar gobernando. Tantas veces nos ha sorprendido, que sin duda volverá a hacerlo, y habrá consulta o algo similar que satisfaga a la otra parte, y que tenga cobijo en la Constitución. Imposible no hay nada en política, y menos con el caso que nos ocupa. Ambas partes están sumamente interesadas en llegar a un acuerdo, y lo alcanzarán, no lo duden.

El papel de los intelectuales

 

Cómodamente instalados en su zona de confort, salvo honrosas excepciones, la intelectualidad de este país, su zona pensante, patrimonio inmaterial inaccesible para tanto ciudadano cabreado, parece haberse echado la siesta con carácter permanente, con el objeto de mantenerse al margen de cuanto sucede en un panorama político devastado, dominado y controlado de una manera absoluta y exhaustiva por quienes ejercen el poder desde una atalaya situada a tal altura, que queda tan lejos del ciudadano medio, que carece de acceso alguno para tratar de llegar a ella y poder al menos preguntar acerca de lo que se cuece en tal altas esferas, y si le van a afectar de alguna manera las decisiones que allí puedan tomarse.

Y es que todo sucede de tal manera que parece haberse desatado una deriva autoritaria que todo lo somete a su exclusiva voluntad, sin dejar un espacio por mínimo que fuere dónde cobijarse ante tanto desafío, tanto desatino, tanto descaro, tanta autosuficiencia como destilan por todos sus poros estos malabaristas del poder, que a base de contorsiones y juegos de mano, han logrado monitorizar las instituciones estatales de tal forma, que nada se escapa a su dominio que llevan a cabo sin el menor síntoma de duda o flaqueza, que pudiera denotar un cansancio o fatiga que pudiera afectarles, con un efectivo, exhaustivo y logrado capítulo de nombramientos que cubra todos los ángulos posibles dónde pueda esconderse el ejercicio de un manejo necesario para un ejecutivo que no quiere dejar que  nada escape a su control total.

Desde un superministro intrigante en extremo, con un considerable poder en las áreas de Justicia – dónde muy poco se ha distinguido por defender a los jueces, maltratados y menospreciados con frecuencia - relaciones con las Cortes y Presidencia, fundamentales para tener debidamente informado al jefe del ejecutivo, pasando por un ministro de transportes dedicado a llevar a cabo labores de ariete ofensivo y escudo protector y defensivo con el que golpear y defender cuando sea preciso, auténtico bulldog del gobierno, a una viceministra primera, a la sazón ministra de hacienda, capaz de lanzar una interminable, punzante, irónica y mordaz retahíla de inmisericordes e hirientes ataques dialécticos dirigidos  a todo el que se interponga en su camino, al tiempo que busca y encuentra información comprometedora para dirigirla contra sus opositores, bien directamente, bien a través de familiares, amigos o parejas sentimentales relacionadas, ya que todo vale si de atacar al contrincante se trata.

 Capítulo especial merece, sin duda alguna, el inefable y siniestro fiscal general, auténtica voz de su amo, que parece estar al servicio exclusivo del presidente del gobierno - que ya afirmó en su momento que esa era su función, es decir, que de él dependía – en lugar de servir a los intereses del Estado, con unas acciones y decisiones encaminadas casi siempre en la misma dirección, que han hecho saltar las alarmas en la misma judicatura, en concreto en el Consejo General del Poder Judicial, así como en diversos medios de comunicación, sin que el ejecutivo parezca haberse dado por enterado.

Si a todo este elenco, sumamos la injusta, arbitraria, interesada y profundamente parcial y discriminatoria amnistía – inmunidad por votos - raíz, origen y causa de gran parte de los males que sufre esta sociedad en forma de una negativa crispación y de una indeseable polarización, el espectáculo está servido,  e incomprensiblemente, los intelectuales de este País parecen no ser conscientes, no haberse dado cuenta, ya que apenas intervienen acerca de un tema que nos afecta a todos, del que tienen una irrenunciable responsabilidad que por razón de su capacidad y de su influencia social, no pueden ni deben obviar, y que desde aquí demando, como ciudadano libre, con el objetivo de manifestar y denunciar una dejación, que no debería ser tal, ya que ellos tienen una capacidad crítica, que es sin duda, conveniente y necesaria para ejercer el control de los poderes del Estado, como corresponde   a un país donde afortunadamente disponemos de una democracia social y de derecho.

jueves, 18 de abril de 2024

Troleros al poder

 

Desde mi más tierna infancia albergo recuerdos del término trolero, muy popular entonces, cuando se utilizaba para designar a quienes acostumbraban a engañar con frecuencia, a inventar, a quienes mentían más que hablaban, a quienes, en definitiva, contaban trolas, al trolero de siempre, de toda la vida, él al que todos conocían, que a nadie engañaba, sin malicia ni maldad alguna, pero que no obstante persistía en el empeño, inmerso en su peculiar mundo trapacero en el que parecía vivir convencido de su persistente engañifa, y los resignados y silenciosos interlocutores, que esperaban pacientes con una media sonrisa dibujada en los labios, que acabase la sarta de alocadas historias fruto de una imaginación disparatada, desbordada, pero sin pretensión alguna de ofender ni molestar a nadie.

Hoy, éstos modernos troleros ya no se limitan a ejercer su singular labia en reuniones de amigos o en charlas de barra o ascensor, sino que  vagan por doquier a otro nivel, ya sea en los medios de comunicación clásicos, en las redes sociales  o en reuniones, convenciones y, sobre todo, en el mundo de la política, no sólo en sus agotadoras e insoportables campañas, dónde los voceros de turno, han hecho de la mentira y el engaño un auténtico y espectacular ejercicio digno de competir con el de aquellos troleros que citábamos, a los que nada tienen que envidiar, y a los que superan no sólo por el alcance en la difusión de sus manifestaciones, sino por el contenido de las mismas, sin duda con otras ocultas y siniestras pretensiones y siempre a otro  nivel.

Troleros en definitiva, con una diseñada e intencionada capacidad para lograr unos objetivos basados en conseguir un desmedido y ambicioso poder que los sitúe allí dónde pueden influir en las vidas y haciendas de las gentes, los grupos de dirección y decisión, así como en las altas esferas económicas y sociales, donde sentir satisfecha su ególatra y soberbia necesidad de lograr el poder y el control que persiguen a toda costa, y cuyo máximo exponente reside en el cargo ejecutivo de mayor nivel que un ciudadano puede lograr cuando asciende a la presidencia de un país.

Un elevado y responsable puesto al que sólo deberían acceder quienes aporten la dignidad, honestidad y capacidad ampliamente demostradas, sin el menor atisbo de cuestionar, traicionar o defraudar las capacidades y cualidades  citadas, que los invalidarían absolutamente para ocupar un cargo dónde la representación de sus ciudadanos, al máximo nivel, es la exigente y alta tarea que han de desempeñar, siempre sin la menor sospecha de haber llegado hasta allí sin tacha de ningún tipo que pudiera oscurecer su acceso al poder.

Vivimos en nuestro país unos convulsos tiempos políticos, en los que el trolero político - que no el troleo, que no es lo mismo - está siendo moneda común entre nuestros representantes a todos los niveles, incluidos los que ocupan los más altos cargos – en este gobierno destacan varios especialistas en este deleznable tema - dónde el trolero que miente, engaña, falsea e inventa, está a la orden del día, buscando los más miserables e indignos signos que puedan suponer un demérito para el rival, el decadente, indigno y detestable “y tú más”, con el que tratar de desacreditarle ante los demás, en un ejercicio de perversidad moral que no soporta el menor examen de una necesaria, exigente y honesta muestra de humana honradez.

Y aquí debemos hacer mención a un término de plena actualidad, que parece derivar de “trolero”,  aunque no es así, que es “troleo”, acto de ofender, provocar, boicotear y entorpecer, que necesariamente no son atribuibles al trolero, ya que este, en principio, sólo tiene interés en mentir e inventar – los modernos políticos troleros suelen argumentar que no mienten, sino que cambian de opinión – lo que los desacredita no solo como troleros, sino como representantes de los ciudadanos a los que ofenden al tomarlos por ignorantes.

Precisamente trolear, es lo que dice hará en el Senado uno de los titiriteros que tienen en jaque a este ejecutivo, en una indigna, absurda y ridícula acción, que no persigue engaño alguno - aunque lo intentara el titiritero, a nadie iba a engañar a estas alturas de la representación - sino que tratará de entorpecer y boicotear, algo que le deja a un nivel tal, que los antiguos troleros citados al principio de estas líneas, le dejan en mal lugar, ya que aquellos nos entretenían y divertían, mientras que éstos nos hastían, cansan y aburren, sin aportar nada positivo a una sociedad crispada y harta  de tanta y tan detestable polarización como han creado.

viernes, 12 de abril de 2024

Andaluces de Jaén

 

Abandonar la Mancha y cruzar Despeñaperros, supone para el viajero internarse en el inmenso y verde mar de olivos de Jaén, una experiencia inolvidable, siempre nueva y atractiva para el  que lo ha contemplado con deleite una y mil veces, un disfrute que la memoria guarda con fruición y celo intenso y singular que lo acompañará para siempre, a la espera de retornar a esa Andalucía que te recibe con los brazos abiertos en forma de olivos centenarios que parecen acompañarte a lo largo del camino y a ambos lados del mismo, como si quisieran conducirte hasta la primera gran parada de Andalucía, Jaén, la gran desconocida, para evitar que pases de largo y lamentes después su pérdida, su ausencia, su hermosa estampa andaluza, su pulida y blanca luz, y su poderosa y limpia magia.

La vista de los olivares – sesenta millones de olivos, primer productor mundial - se extiende mucho más allá de sus omnipresentes árboles preñados de frutos verdes, de los suaves y ondulados cerros cubiertos de olivos sin dar un solo respiro al suelo,  sin ceder un ápice al terreno, hasta extenderse más allá del horizonte que se adivina tras las colinas, las sierras, y los molinos que se divisan como blancos puntos que rompen la serena y plácida monotonía de los olivos, hasta divisar Jaén en la lejanía, presidido por el castillo de Santa Catalina, que parece vigilarlo a la par que cuidarlo desde su privilegiada posición desde dónde todo lo  contempla con disfrute y  disimulada melancolía de quién quisiera bajar hasta la ciudad de Jaén, cuya lejana ausencia lamenta cada día.

Entrar en esta ciudad andaluza supone abandonar el camino para contemplarla abrazada por los olivares, para penetrar en su casco urbano, silencioso, limpio y blanco, con amplias avenidas en el centro y empinadas cuestas en su casco histórico con callejuelas estrechas llenas de luz y un encanto especial que invita a recorrerlas, a cruzarlas de principio a fin, a subir por sus limpias escaleras de piedra y a entrar en sus tascas y tabernas a disfrutar de sus tapas regadas siempre por su exquisito e incomparable aceite, auténtico tesoro de la gastronomía jiennense y andaluza, que invita siempre a volver a esta agradecida y luminosa tierra, cantada por Miguel Hernández que por allá anduvo, y a quién respetuosamente recuerdan y homenajean con espacios y exposiciones a él dedicadas, que cantó a los aceituneros en su célebre e inmortal poema Andaluces de Jaén.

De origen íbero, romano y árabe, conserva vestigios de estos pueblos y   civilizaciones que han dejado sus huellas y su impronta en Jaén, que enriquecen y potencian su cultura, como unos espléndidos baños árabes, que disfrutan de ser considerados los más importantes de Europa. Conserva así mismo innumerables restos arqueológicos en el imponente y modernista museo Íbero, y en el museo provincial, entre otros. Posee una impresionante y hermosa catedral renacentista con influencias barroca y neoclásica, así como diversos palacios dignos de visitar.

La Jaén relegada y en ocasiones minusvalorada frente al resto de Andalucía, es una gran desconocida que posee los suficientes encantos y atractivos de todo orden que merece una visita como la que el viajero lleva a cabo, y que por primera vez, y en tres días, disfruta no sólo de sus numerosos encantos resumidos en su patrimonio, su cultura y su gastronomía, sino de su gente, afable, próxima y sumamente respetuosa con el viajero, alejada de los estereotipos típicos atribuídos a los andaluces, que te hacen sentir como en tu propia casa.

Recuerda el viajero, y recomienda a su vez, el bus turístico que recorre todos los lugares y monumentos de interés de Jaén, incluída la subida al castillo de Santa Catalina – con vistas increíblemente hermosas de Jaén rodeada de olivares - muy por encima del clásico, típico y tópico trenecito, con una exquisita, eficaz y amable atención por parte del conductor, que orienta, informa y distrae a los pasajeros, con los que interactúa de tal forma, que el viajero queda agradecido y enormemente satisfecho, con la impresión de haber hecho un amigo además de un excelente guía cultural. Se despide el viajero con la impresión de haber descubierto una joya dónde quizás no esperaba, que sufre en silencio, ahora en Semana Santa, al contemplar cómo el cielo no da tregua para sacar a la calle a Jesús el Nazareno, al que Machado, andaluz y poeta, cantó un día, él, que era conocedor como nadie del sentimiento y la profundidad del alma andaluza.

 Volver a Jaén, dejarse atrapar por su infinito mar de olivares, perderse por sus barrios blancos, por la judería, por sus callejuelas, recorrer sus tascas impregnadas del perfume de su fragante aceite de oliva, visitar sus museos, sus palacios, su monumental catedral, es mucho más que un  goce para los sentidos, es una obligada y agradecida necesidad.

Control absoluto

 

Tenemos una clase política cínica, irresponsable y envenenada por el poder, que no trabaja para unirnos, sino para separarnos, que considera el engaño un instrumento legítimo, y pueril la mínima exigencia ética. Hemos tocado fondo.

La autoría de este texto, corresponde a Javier Cercas, del que me he apropiado, porque lo considero la sentencia, la definición, la declaración más lúcida, clara y rotundamente veraz, de lo que está sucediendo en nuestro país, y que muy pocos han manifestado de una forma tan tajante y demoledora como la que este intelectual ha llevado a cabo en un gesto que le honra y que apenas tiene eco en los colegas de profesión, algo que los desacredita, que han optado por un clamoroso silencio ante los desmanes habidos y por haber de un ejecutivo que ejerce un férreo control sobre el resto de los poderes de un Estado del que se han apropiado, dónde nada escapa a su control.

Nadie con un mínimo sentido de la honestidad, la honradez y la objetividad, puede objetar nada a esa brillante descripción de la situación política en este país, con un gobierno dispuesto a llevar adelante su gestión al precio que sea, con una desmedida ambición que no se detiene ante nada que pueda obstaculizar su hegemónica posición, aunque tenga que utilizar la mentira como medio para conseguirlo, así como cuestionar y retorcer las instituciones hasta utilizarlas en su provecho, como si el Estado fuera de su exclusiva propiedad.

No les ha importado saltar por encima de la separación de poderes, cuestionando a los jueces hasta el extremo de señalar a aquellos que podían suponer, en el ejercicio de sus funciones, un freno a sus intrigantes y siniestras aspiraciones de  lograr el poder, tachándolos de jueces partidistas empeñados en ponerles obstáculos continuamente, lo que ha llevado a Europa a llamarles la atención en varias ocasiones ante denuncias presentadas ante semejante falta de respeto por el poder judicial, lo que no les ha afectado en absoluto, continuando su cruzada contra uno de los poderes del Estado del que parecen haberse apropiado como si de un corralito privado se tratara.

Y una vez instalados en el mismo, lo han organizado a conciencia, situando en lugares clave a su gente, desde el fiscal general que se ha convertido en la voz de su amo por excelencia, hasta la presidenta del consejo de estado, antigua ministra y fiscal general, y otros altos cargos procedentes de ministerios varios, todos bajo la siniestra dirección del intrigante y siniestro superministro Bolaños (justicia, presidencia y relaciones con las Cortes), auténtico mano derecha del jefe del ejecutivo, que de esta forma ejerce un control absoluto sobre la gestión de este país, que parece profundamente dormido y aletargado sin atisbos de reacción alguna.

El control absoluto se hace  cada día más patente con continuos movimientos, en ocasiones sigilosos y en otros tan sonoros y patentes, como el cese de la directora general de rtve, por negarse a contratar a un bulldog que contrarrestase a un periodista de un determinado programa de la televisión privada, en un acto más de manejo y control de una institución pública, en este caso de los medios de comunicación que tanto valoran por aquello de que la información es poder, algo que para este gobierno está por encima de todo, y que vienen llevando a cabo desde que utilizaron la amnistía como moneda de cambio para llegar adónde están hoy.

Con la entrada en la escena política del titiritero jefe, y su pronta aparición efectiva en el país que abandonó en una heroica acción en el maletero de un coche (se había comprometido a reunirse con los suyos al día siguiente), se inaugura una nueva época, en la que más pronto que tarde tendrán que hacer frente a la exigencia del referéndum de autodeterminación, y por ende de la independencia.

No importa que sea anticonstitucional, ya se inventarán algo para contentar a los titiriteros, al fin y al cabo han conseguido siempre lo que se han propuesto, unos dando y otros recibiendo, por lo  que un referéndum blandito, para no ofender, o un Estado libre asociado, para ir tirando, entran dentro de lo posible, aunque dudo que se contenten con cualquier artimaña. La clave es la de siempre, es decir, seguir en el poder como sea, y si es posible con un control absoluto, que es lo que más les satisface.

jueves, 4 de abril de 2024

Jaula de grillos

 

Enciendo el televisor, y contemplo cómo en pie, dos personas se gritan de una forma desaforada e insultantemente gritona, alternándose en el uso de la palabra, profiriéndose una serie de acusaciones a cada cual más airada  e iracunda frente a un desquiciado y gesticulante auditorio sentado en cómodos sillones dispuestos en filas semicirculares, que conforman un anfiteatro que pronto confirmo no puede ser otro que el hemiciclo del Congreso de los Diputados.

Templo de la democracia, lugar sagrado dónde los haya a éstos fines, convertido en una auténtica jaula de grillos, dónde el insultante ruido, el escándalo, la mala educación y la absoluta y total falta de respeto, brillan con toda su decadente capacidad de representar dignamente a los ciudadanos de un país, que no pueden dar crédito a tanta miseria y tanta falta de consideración hacia quienes los han elegido.

Jamás, nunca en los últimos tiempos habíamos tenido una decadencia semejante políticamente hablando, con unos representantes de los ciudadanos tirándose los trastos a la cabeza de una  vergonzosa manera, no sólo en los medios de comunicación, sino, y esto es lo más incalificable, penoso y repudiable, en sede parlamentaria,  sin escrúpulos de ningún tipo, sin respeto alguno hacia dicha institución, cuna del parlamentarismo, y por ende, de la democracia, convirtiéndola en una auténtica jaula de grillos, en un acto imperdonable que no tiene disculpa ni justificación alguna.

Las malas formas, los modos más detestables y soeces, los gestos despectivos, la burla y el desprecio al contrincante, al opositor, el y tú más, ofenden la sensibilidad del espectador, del ciudadano, del  votante que depositó su confianza en quienes ahora se insultan, se gritan, comportándose como auténticos hooligan desenfrenados, sin el menor respeto y la educación más elemental, siguiendo, sin duda, la consigna del todo vale, todo está justificado si con ello logramos descalificar, humillar y denigrar al contrario.

Y así, se increpan airadamente, se lanzan puyas envenenadas, se difaman con supuestos escándalos sean ciertos o no,  veraces o inventados, verdades a medias o falsedades absolutas,  por aquello del difama que algo queda, buscadas y encontradas en instituciones públicas o en cloacas privadas, retocadas maliciosamente para ofrecer la peor imagen posible, destinadas al consumo de quién no racionaliza, de quién no discrimina, de quién está sediento de justificar su dogmática posición partidista sin que le exija pensar demasiado, siempre con el propósito de desprestigiar al otro, de enfangarlo, de hacer ruido, de provocar desafección e inquina hacia el contrincante.

Con la máquina de vilipendiar a plena rendimiento, se buscan y se encuentran todo tipo de supuestas fechorías cometidas en el pasado, a cargo de cualquier autoría, ya sean propias o de extraños, relacionadas directamente o cometidas por familiares, amigos o compañeros sentimentales, arrojando inmundicias de todo tipo, que de inmediato serán amplificadas por los medios, los tertulianos y los debates de todo signo, para consumo del asombrado ciudadano que no da crédito a tanta miseria humana e intelectual como  contemplan sus atribulados sentidos, hartos ya de tanta y tan perversa miseria moral, estética y éticamente reprobable, protagonizada por sus representantes políticos, en una indigna demostración de la mas elemental falta de respeto hacia quienes los han elegido.

Imprescindible Bruce Springsteen

 

En una de sus biografías, Bruce Springsteen habla de sus primeros pasos en el pueblo dónde nació, de la casa de su bisabuela donde vivía con sus abuelos sus padres, su hermana  Virginia y su perro Saddle, cómo su padre tuvo que dejar la escuela a los dieciséis años para ponerse a trabajar, cómo a los diez años se conocía todas las grietas y recovecos de las calles de Freehold, Nueva Jersey, cómo en ellas se sentía Aníbal cruzando los Alpes o un soldado atrapado en un cruento combate en plena montaña, un lugar dónde la gente vive sus vidas, sufre con dolor, disfruta de los pequeños placeres, y juega al béisbol, en esta población de infarto que engendra revueltas raciales, odia a los diferentes te estremece el alma, genera amor y odio y te rompe el corazón.

Mi madre, decía, leía novelas románticas y escuchaba los últimos éxitos radiofónicos. Me dio todo el cariño que no supo darme mi padre, el cual me explicaba que las canciones que escuchaba en la radio, formaban parte de un plan gubernamental para que te casaras y pagaras impuestos. Era un misántropo que rehuía a la mayor parte de la humanidad. Cuando iba a por él al bar, lo encontraba al final de la barra. Según decía, el mundo estaba lleno de estafadores en busca de un dólar. Éramos muy pobres, aunque nunca nos faltó lo más elemental para vivir.  Nunca salíamos al pueblo y no conocí el interior de un restaurante hasta que tuve veinte años.

Así habla de su infancia este fenómeno de masas, que para suerte de los que amamos la música, continúa activo, como tantas otras figuras de este noble arte que han decidido continuar sobre las tablas más allá de lo que el cuerpo aguante, en un ejercicio de admirable y respetable valor, que tantos celebramos, y que no está exento de un íntimo goce que los hace disfrutar a ellos tanto como a quienes los seguimos escuchando desde que los oímos por primera vez, agradecidos por aquellos gloriosos vinilos que atesoramos ahora como oro en paño en un lugar privilegiado de nuestra discoteca.

Según él mismo afirma, antes de dedicarse profesionalmente a la música jamás tuvo un trabajo remunerado con un sueldo mensual fijo, nunca tuvo una nómina que le garantizase unos ingresos con una segura y cierta frecuencia, sobrevivía con algunos trabajos esporádicos que le surgían, y más adelante con los ingresos que obtenía con las bandas con las que actuaba puntualmente en bares y clubs, que le obligaban a viajar por todo el territorio nacional.

Y así, contaba cómo sin carnet de conducir y apenas sin experiencia alguna en el manejo de los automóviles, los miembros del grupo se turnaban para cruzar el país en una destartalada furgoneta, conduciendo toda la noche, comiendo algo sin apenas detenerse, conducía uno y dormía el resto, para de esta forma poder llegar a actuar allá dónde conseguían algún contrato, por muy lejos que estuviera.

A Bruce Springsteen se le conoce por The Boss, es decir, el jefe, sobrenombre que se lo adjudicaron en los primeros tiempos con la E Street Band. Él se ocupaba absolutamente de todo, tanto en términos musicales como administrativos que afectaban a la banda, así como de recaudar el dinero y de pagar a sus componentes, por lo que cuando alguien les preguntaba por alguno de éstos temas, siempre respondían “habla con el jefe”,  dando origen al Boss, nombre por el que es conocido universalmente.

Su música es reconocible de inmediato, yendo del rock más puro a las baladas más clásicas, con una envidiable capacidad para conectar de inmediato con un público de lo más variopinto que invariablemente llena los estadios y los espacios dónde actúan por gigantescos que sean. Siempre con un arrollador éxito que le ha acompañado siempre en su larga trayectoria profesional por todo el mundo. Born To Run, The River, Born in the USA, Tunnel of Love, Human Touch, The Rising, son algunos de sus más celebrados álbumes, de lo que han vendido millones de discos por todo el mundo.

Ha publicado más de sesenta álbumes, en una carrera musical que afortunadamente para sus millones de seguidores en todo el mundo aún tiene mucho recorrido. De carácter afable, próximo y comunicativo a todos los niveles, Bruce, Springsteen, el Boss, el Jefe, es, posiblemente junto con Elvis, el más popular de los cantantes de rock de toda la historia de la música.

No maltraten nuestros campos

 

Hace poco tiempo, con el título de “el discreto encanto de Muñoveros”, escribí un artículo acerca de este encantador pueblo segoviano, dónde residí durante una docena de años, y del que guardo gratos recuerdos que atesoraré para siempre, dónde conocí los amigos que conservo, y a tanta buena gente con la que conviví y disfruté los mejores años de mi vida, en plena adolescencia y juventud, entre amables gentes a las que siempre agradeceré la acogida que nos dispensaron a mí y a mi familia durante esos inolvidables años.

Un pueblo castellano, amable limpio, tranquilo y claro, como tantos de esta hermosa meseta, que pugna cada día por amanecer con el horizonte pulido por el sol, con el brillante y blanco renacer de su transparente y luminosa atmósfera impregnada del perfumado aire de los pinares que lo acunan y protegen, de las arboledas de chopos y álamos entre los que serpentea el río Cega, aliados todos ellos para cuidarlo durante el día y mecerlo por la noche, soñando con los caminos que lo rodean y los campos que lo envuelven,  blancos en invierno, dorados en verano, verdes en primavera y en otoño deshojados.

Y así ha ido cubriendo etapas a lo largo de los años, por dónde han pasado generaciones de abuelos, padres, hijos y hermanos que han disfrutado de su pueblo durante el tiempo que les ha sido concedido, hasta llegar al día de hoy, año tras año, siglo tras siglo, sin interrupción, sin apena cambios reconocibles, durante los cuales han ido labrando la tierra y cuidando los campos, que agradecidos, han ido cediendo las cosechas que llenan los graneros para obtener el pan de los hombres y el grano de los agradecidos animales que colaboran y ayudan en las faenas del campo.

Y ahora contemplo cómo toda esta limpia trayectoria se quiere borrar a golpe de planta de biogás, por parte de quienes consideran que la paz de los campos ha tocado a su fin, que el aire ya no será lo que era, que la tierra dejará de mostrar su blanca y luminosa cara, que los vientos  no trasladarán ya su perfumado aroma, que los caminos sufrirán el castigo del ruido de las máquinas, transportando los desechos de animales y plantas que alterarán el medio ambiente y un paisaje inmutable durante siglos,  que Muñoveros y sus gentes lamentarán, un pueblo de limpia y recia alma castellana obligado a lamentar cómo alteran la paz de sus campos, la pureza de su aire y el brillo de sus amaneceres.

Nuestros campos bañados por el sol y por el aire, labrados por las manos de quienes los cuidan y contemplan con dedicada y exigente devoción, no merecen el castigo de la voracidad del ser humano empeñado en rentabilizarlos a toda costa, sin piedad, sin consideración alguna hacia un medio ambiente que se ve agredido ya no sólo en las ciudades, sino en los medios rurales tan necesitados de protección, de respeto, de solidaridad con sus pueblos, con sus gentes, que se ven indefensos ante estas agresiones a su derecho a vivir en un medio limpio de una contaminación que no ha provocado, y que degrada y maltrata su calidad de vida.

Flaco favor le hacen estas plantas a esa España vaciada que tan a menudo está en boca de todos, pretendiendo resolver una despoblación galopante, si continúan con estas acciones que maltratan y ensucian los campos de esa España rural que clama por sobrevivir sin que la contaminación los obligue a abandonar sus pueblos, hoy aún limpios y dispuestos a seguir disfrutando de su privilegiado medio ambiente. No maltraten nuestros campos.