viernes, 29 de enero de 2016

EL CIRCO DE SUS SEÑORÍAS

¿Por dónde está esto? Expresión literal de uno de los nuevos diputados que se estrenaba en el nuevo Congreso y que preguntaba a quién supiera y quisiera responderle, acerca de cómo moverse por los pasillos y despachos de un edificio para él desconocido, lo cual mostraba con la susodicha expresión, gráfica donde las haya, de una manera tan espontánea como informal, que no era sino una pequeña muestra del comienzo de la once legislatura, donde se pudo ver una muestra completa e inimaginable de todo tipo de anécdotas, situaciones y hechos más allá de lo que podríamos calificar de curiosos, y que rayan en la incredulidad.
Si alguien pudo llegar a pensar que la apertura de la nueva legislatura iba a estar presidida por el boato, el riguroso protocolo y la solemnidad, se equivocaba soberanamente, pues nada más alejado de ello fue lo que protagonizaron los nuevos diputados, que eran la inmensa mayoría, dado el resultado tan fragmentado que resultó de las últimas elecciones generales, y que dio un jugoso y agradecido espectáculo a todos los allí presentes, a los ciudadanos que no quisieron perdérselo, y sobre todo, a los medios de comunicación, que tuvieron motivo más que suficiente para llenar páginas enteras de todo tipo de inusitadas situaciones antes nunca vividas en dicho escenario.
Si algo faltó, fue quizás ver como algunas de Sus Señorías entraban en el Congreso con sus bicicletas, a modo y manera como la gente lo hace en el tren, el metro y otros medios de transporte dónde estos vehículos son aceptados. Es algo que perfectamente pudo haberse llevado a cabo – y que quizás alguien intentó – pues fueron muchos los que de este modo se trasladaron hasta allí, haciendo alarde de una loable disposición en defensa de la sostenibilidad y cuidado de un medio ambiente, particularmente deteriorado en una capital de España, que no salía de su asombro ante lo que sus ojos veían.
Así llegó el Sr. Monedero, que casi se estampa contra una valla de pilotes de piedra, que los medios gráficos pudieron recoger para regodeo de los presentes que pudieron verlo, posiblemente al precipitarse al ver a su compañero de partido, el Sr. Iglesias, con el que protagonizó un encuentro digno de figurar en los anales de los abrazos efusivamente intensos y duraderos, que para sí quisiera haber reflejado Juan Genovés en su cuadro El Abrazo, ahora expuesto en los pasillos del Congreso.
Inenarrables e indefinibles las escenas protagonizadas por los nuevos ocupantes del Hemiciclo, al no encontrar sus escaños, como el caso de un grupo que tuvo que situarse en el gallinero por no encontrar acomodo dónde le correspondía, ya que sus lugares estaban previamente ocupados por vaya usted a saber quién, que lógicamente a su vez, había errado en su ubicación.
Y qué decir del aspecto de muchos de los diputados: los había que iban en jersey, en camisa, con corbata, con bufanda, con la mochila al hombro, y con múltiples, coloridos y variados aspectos tan diversos y variopintos como grupos han hallado acomodo en un Congreso de los Diputados, que en sus muchos años de existencia, no daba crédito a cuanto se le venía encima.
Despertó especial atención, la diputada por Podemos, la Sra. Bescansa, que acudió con su pequeño hijo, algo tan inusual como desconcertante para tantos ojos como se posaron en ella y su pequeño, que pasó de unos brazos a otros entre los compañeros de grupo. La madre, sorprendida, alcanzó a decir que no entendía por qué había despertado tanta extrañeza e interés entre la gente y los medios de comunicación, el hecho de que una madre fuese al trabajo con su hijo, al que incluso le dió de mamar, algo que sólo una madre puede hacer con su pequeño. Quizás lleva razón, y no debería sorprendernos tanto.
Y por último, la solemne ceremonia del juramento, se convirtió en un sorprendente galimatías expresivo, en el que muchos de los presentes, saliéndose de la fórmula habitual, juró, prometió, advirtió, sugirió o propuso, como su conciencia le obligaba a proceder.
Este no es sino el relato de unas espontáneas y divertidas anécdotas que denotan una frescura poco habitual en una situación que nos merece todo el respeto. De ninguna manera dudamos de de la seriedad y de la enorme responsabilidad que asumen los representantes elegidos por los ciudadanos.

miércoles, 27 de enero de 2016

LA LECTURA COMO ASIGNATURA PENDIENTE

Las estadísticas relativas a la lectura, continúan siendo tristemente desalentadoras. Afirman que en más del 60% de los hogares de este país, no se adquiere ni un libro al año, pese a que, por ejemplo, la mayoría de las personas que forman el núcleo familiar, poseen un móvil de última generación, además de al menos un ordenador o tableta digital.
Estos medios tecnológicos suelen utilizarse fundamentalmente como medio de información de la actualidad internacional, de comunicación interpersonal, tanto mediante los chats en línea, intervención en redes sociales, y utilización de múltiples aplicaciones de todo tipo que estos modernos medios tecnológicos ponen al alcance de sus usuarios.
Sin embargo, pese a que todos ellos son susceptibles de ser usados como medio para la práctica y disfrute de la lectura, es decir, como eBooks o libros electrónicos, los hechos demuestran que no es así, sino que no se utilizan para el gozo y el placer que la lectura proporciona a sus usuarios, dedicándolos fundamentalmente como un medio lúdico más, que poco o nada tiene que ver con la cultura.
Los absorben de tal forma, sobre todo a los jóvenes, que si antes eran poco dados a coger un libro, ahora, con estos modernos artefactos, han conseguido desvincularse por completo de ellos, en un alarde de una incomprensible y desdichada actitud, que dadas las posibilidades de estos ingenios, debería favorecer su interés por una lectura a la que pueden acceder con suma facilidad.
Sin embargo lo que han logrado ha sido justamente lo contrario, alejarlos de esa deseable posibilidad, y sumirlos de lleno en el oscurantismo del entretenimiento, el embelesamiento y el enfrascamiento más pertinaz, en una comunicación permanente, así como en una obnubilación absoluta por unas redes sociales que sólo les brindan un falso entretenimiento que para nada redundan en su cultura y conocimiento, a la par que suponen una dejación total, de una necesaria privacidad a la que parecen haber renunciado definitivamente.
Con frecuencia padres y maestros se quejan de que los adolescentes no leen o, mejor dicho, que se limitan a tomar contacto visual con el libro sólo por obligación; leen nada más que las páginas indicadas por el profesor para un examen. Por su parte, las librerías informan que los jóvenes no compran libros, y las bibliotecas, que el porcentaje de libros solicitados en préstamo ha disminuido de manera considerable. Esta situación, también es extensible al público adulto.
El uso de las nuevas tecnologías, con muchos años ya de implantación, y con unas enormes posibilidades para implantar y desarrollar la cultura en sus muchas manifestaciones, debería haber potenciado su uso y disfrute, pues pone a nuestro alcance, y sobre todo en el de los jóvenes que son sus principales usuarios, una poderosa herramienta para leer, formarse y sumar nuevos conocimientos en todos los órdenes.
Pero no ha sido así. Y no lo es porque quizás la implantación de dichos medios entre ellos, se ha hecho de una forma anárquica, desorganizada, carente de toda dirección, tanto lógica como racional, con unos nefastos resultados que todos podemos observar, cuando los vemos inmersos en una pantalla de cincuenta centímetros cuadrados, absortos en unos contenidos casi siempre ajenos a todo valor cultural.

jueves, 21 de enero de 2016

UNA MUJER EN LA MONCLOA

Turbias bajan las aguas del PSOE, con una dirección cuestionada, la de Pedro Sánchez, debido a errores continuados y múltiples cometidos en las últimas semanas, con unas decisiones polémicas en cuanto a la incorporación de nuevos miembros se refiere, que han dejado al margen a valores históricos, que han tenido que dejar su lugar, su escaño, a personajes provenientes de otras formaciones políticas, incluso ya desaparecidas, así como a otras sin ninguna experiencia en estas lides.
Inexplicables e inasumibles determinaciones, tomadas además, de una forma unilateral, sin contar con una mayoría del partido, que ahora se vuelven contra él, en una ceremonia de la confusión, en la que intervienen los llamados Barones, que divididos, son la expresión de un descontento y una disconformidad con su secretario general y número uno del PSOE, que proponen ya abiertamente un recambio en ese puesto, en favor de quien, según muchas voces, como la mía, debiera haber ocupado dicho puesto desde el principio, cuando Pedro Sánchez fue elegido.
Está desorientado y absolutamente fuera de lugar, sin saber hacia dónde dirigirse, tomando resoluciones en cuanto al diálogo con otros grupos, que no ha tenido más remedio que matizar, dado el hecho de que ante su casi dictatorial toma de posturas inicial, que llegó a proponer, argumentando que él podía llevarlas a cabo sin consultar a la ejecutiva, no ha tenido más remedio que frenar su acelerado ritmo y escuchar a quienes lo colocaron en el puesto que ocupa, que ahora le cuestiona sin pudor alguno.
Y ahí tenemos de nuevo a la presidente de la Comunidad Andaluza, Susana Díaz, que considero posee todas las virtudes, aptitudes y capacidades necesarias para liderar el PSOE, que ha demostrado que tiene tirón en las urnas, capacidad para arrastrar a la gente, personalidad, carácter y temperamento suficientes para llegar a una presidencia del gobierno que pienso que desempeñaría con sobrada solvencia y que lograría dar una imagen de España muy diferente de la que estamos acostumbrados en los últimos años, realmente frustrante, con unos presidentes de gobierno que no han estado ni están a la altura de un País como el nuestro que debería ostentar una posición muy diferente en la esfera internacional.
Posee importantes apoyos entre los Barones, así como entre los votantes y simpatizantes del partido, que la consideran, consideramos, capaz, inteligente, joven y porque es mujer, que decidió renunciar en su momento, cuando fue elegido Pedro Sánchez, y que ahora retorna con fuerza, para salvar a un PSOE, perdido y sin dirección clara y fija, necesitado de alguien como Susana Díaz, que puede representar un soplo de aire fresco y saludable para los socialistas.
En el otro extremo, en el PP, la imagen desgastada del Presidente, a base de  una insoportable incomunicación, de una ausencia hoy más que necesaria que nunca de una presencia física, anímica y de una personalidad que no destaca por ningún lado, de un sistemático abuso de la utilización del plasma como herramienta para mantener un diálogo fluido con los medios de comunicación, ha llegado a un punto culminante dónde ya sólo cabe una caída en picado que arrastrará a todo el partido.
Y ahí es donde entra en juego la otra mujer, Soraya Sáenz de Santa María, la vicepresidenta, con un talante y una personalidad ausente por completo en un Rajoy, que se esconde tras ella, utilizándola con frecuencia para que le saque las castañas de un fuego que él es incapaz de mantener candente y vivo.
Ambas, Susana y Soraya, representan el futuro de estos dos partidos, que con ellas cobrarían buena y nueva vida, necesitados como están de un resurgimiento y de una fuerte presencia que ellas pueden aportar en estos momentos tan delicados para la gobernabilidad de España.
Dos Personas, dos mujeres, dos soplos de aire fresco, necesarias para conducir dos partidos cuyos líderes han dejado de serlo. Sería bueno que una mujer alcanzase al fin a presidir el gobierno de este País. Una opción que estoy seguro, sería muy bien recibida por un amplio sector de la ciudadanía.

martes, 12 de enero de 2016

LA LUCHA POR LA SUPERVIVENCIA

La alarma saltó hace ya demasiado tiempo, el suficiente para lamentar y confirmar ahora, que el cambio climático al que nos enfrentamos desde hace muchos decenios, si no irreversible, sí es sumamente complicado de resolver, ya que el tiempo perdido, nos obliga ahora a acelerar soluciones, para los que la humanidad no parece ni convencida, pues no hay unanimidad, ni dispuesta a ceder su cuota de exceso de una degeneración contaminante, que está envenenando el Planeta.
 Estas parecen ser las explicaciones que con más frecuencia se escuchan hoy en día y que no aporta todos los elementos de juicio que entran en juego para llegar a una conclusión que muchos consideran casi definitiva, por dura y desalentadora que nos parezca: No tenemos margen ni de tiempo ni de movimiento para impedirlo, se nos ha pasado ya la capacidad de influir decida y definitivamente en un clima que hemos modificado bruscamente, en contra de una regulación que sólo a la Naturaleza atañe, y ello nos ha conducido a una situación de un posible no retorno. No podemos volver atrás.
Quizás se ya tarde, muy tarde para reparar todos los destrozos que desde los comienzos de la revolución industrial hemos infligido a este hermoso planeta. Lo hemos machacado de tal forma que lo hemos dejado irreconocible.
No hay espacio en él que continúe intocable, ni siquiera en las selvas más recónditas, donde la mano de esa plaga llamada humanidad, ¡qué contrasentido!, ha llegado para violar, esquilmar y destrozar los últimos resquicios vírgenes de este planeta.
El balance es desolador, y la conclusión, aunque quizás pueda considerársela excesiva y alarmantemente pesimista, es preferible a una dejadez como la mostrada hasta ahora, que nos ha conducida a una situación de difícil y delicada salida, dónde ya no caben las medias tintas, tal es el imparable deterioro que a pasos agigantados sufre nuestro Planeta y que avalan los expertos con sus datos, que prácticamente nadie se atreve a desmentir.
 No necesitamos contemplar la espantosa contaminación de las grandes concentraciones industriales que a todos los niveles existen en  el mundo, basta con salir a la calle cada día para sufrir la tremenda contaminación acústica y atmosférica provocada por los automóviles, en cada calle de cada ciudad de cada país de este sufrido y agotado planeta Tierra. Hago extensible este panorama a los mares convertidos en estercoleros y a los cielos en fuente de contaminación y ruido.
Lo deseable, sería parar las fábricas que contaminan, impedir la  circulación y limitar la fabricación de automóviles y otros medios de locomoción aéreos y marítimos contaminantes y tomar otras muchas medidas de forma tajante e inmediata para detener el desastre que se avecina. Pero con ello, lograríamos desencadenar lo que sería una catástrofe aún mayor. Paro a gran escala, desabastecimiento y por último la paralización y el bloqueo planetario y total a todos los niveles.
Hay soluciones, aún estamos a tiempo, pero han de ser inmediatas y radicales, pues no vamos a tener más oportunidades. Disminuir ya la contaminación en el porcentaje que los científicos están pidiendo a voz en grito, y que nadie contradice. Pero para empezar, los grandes contaminantes, Estados Unidos y China, ya han advertido que no aceptarán que los acuerdos sean vinculantes. El Planeta no se merece esto.

lunes, 4 de enero de 2016

LA SALIDA DEL LABERINTO

En ocasiones se presentan situaciones tan diabólicamente perversas, que la lógica y la razón humanas no parecen encontrar una salida a tamaño desafío, dando por hecho que no existe posibilidad alguna de encontrar una solución sensata, una salida que no contradiga la prudencia y el sentido común necesarios para no errar, para no cometer fallos imperdonables, que se podrían lamentar durante demasiado tiempo. Tal es la magnitud del problema.
Las gentes, días después, continúan preguntándose cómo es posible que se haya dado tal profusión de grupos, tal fragmentación, tal división, después de tantos años de bipartidismo. La respuesta es elemental y tozudamente sencilla.
Cargados de crispada razón, los ciudadanos de este País, han castigado dura y justamente a los dos grandes partidos, porque ambos se han hecho acreedores a unas corruptelas y despilfarros que se ven ahora justamente castigados, y porque en el caso del último gobierno, ha sometido a la población a unos excesivos duros y desmesurados esfuerzos que han dejado exhausta a una ciudadanía que ha visto recortados sus derechos laborales y su capacidad adquisitiva.
Las recientes elecciones generales han dejado un panorama tan pérfido, tan sibilino, tan confuso, que la primera reacción, vistos los intrincados resultados habidos, es la de desechar todo intento de encontrar una manera de formar gobierno, ya sea mediante la opción de que lo lleve a cabo la lista más votada, ya sea a través de distintas alianzas mediante las cuales se logre una mayoría lo más estable posible.
La primera de ellas, se nos antoja harto difícil, ya que el partido más votado, el que ostentaba el anterior gobierno, ha perdido la mayoría absoluta que tenía y se ha quedado en una minoría con la que gobernar sería una tare imposible de llevar a término, ya que tendría que pactar continua e interminablemente cualquier acción de gobierno que pretendiera llevar a cabo.
La segunda, la de intentar encontrar alianzas, parece una labor tan ardua y complicada como la primera, ya que la fragmentación ha sido de tal calibre, que no parece posible encontrar sinergias entre los numerosos grupos que compondrían la supuesta alianza, debido a la disparidad de los contenidos programáticos que deberían fusionarse para lograr un acuerdo.
Podría tratar de encontrarse una tercera vía, la más sencilla, pero al mismo tiempo la más difícil, sin problemas numéricos, que sería la de llegar a un acuerdo entre los cuatro principales partidos, ya sea entre todos ellos, o entre algunos de los mismos, con lo que se llegaría a formar una mayoría absoluta.
Pero las reticencias tanto entre dichos partidos, sus divergentes programas, y las lógicas protestas que surgirían de sus bases, harían improbable, por no decir imposible, el logro de una alianza que daría una absoluta estabilidad, pero que entra más dentro del terreno de la ciencia ficción que de una realidad que se nos antoja como un tozudo espejismo.
Un laberinto confuso, oscuro e impenetrable para cualquiera que intente entrar en él, con el objeto de recorrerlo y explorarlo detenidamente para tratar de encontrar respuestas y hallar una salida lógica y viable que desentrañe la maraña planteada, para la que no parece que exista solución alguna.
Quizás habría que llamar la atención de todos y cada uno de los partidos que han logrado representación, e invitarles a que se sienten, sin tiempo, sin condiciones previas, sin imposición alguna, y hablar y hablar, hasta lograr un acuerdo que haga gobernable este País.
No deberían abandonar dichas conversaciones hasta lograr un acuerdo, no deberíamos consentírselo. Nos representan, tienen nuestro mandato, algo que tantas veces repiten ellos, y que tan poco suelen respetar.
Todo menos estar instalados permanentemente en una incertidumbre que es lo último que necesitamos y deseamos los ciudadanos. No debería llegarse a la convocatoria de nuevas elecciones que supondrían nuevos e innecesarios gastos, y que dejaría seguramente un panorama similar al actual. La salida del laberinto es sin lugar a dudas extremadamente difícil. Pero no imposible.

sábado, 2 de enero de 2016

LOS DISPARATES NACIONALES

Persiste este País en su empeño por mantener unas incongruencias históricas, que como tales, nos desacreditan, a la par que en ocasiones nos desautorizan, ante el resto del mundo en general y ante una importante mayoría del país en particular, sin que ello suponga el menor obstáculo para que nada cambie, instalados como estamos, en la torpeza que las cegueras históricas suelen arrostrar.
Desatinos que a lo largo de nuestra historia más reciente, nos han llevado a mantener unos hechos y unos comportamientos impropios de un país occidental, moderno y con una tradición cultural e histórica Europea, que debería echar por tierra tantos y tan  pertinaces errores, que entran en el terreno de la paradoja y de la irracionalidad más inexplicable.
En unos casos, nos empeñamos en que nada cambie, por el hecho de que ello supondría romper definitivamente con un pasado, con el que no estamos de acuerdo, pero que es mejor olvidar, con el objeto de no traer a colación aquellas vergüenzas que nos aquejan aún, pero que preferimos dar de lado, hasta que el paso del tiempo traiga el olvido y todas sus indeseables y forzadas consecuencias.
En otros, consideramos que la identidad nacional quedaría seriamente dañada si decidimos dar un paso que nos acercaría a una modernidad de la que parece queremos alejarnos, en una inexplicable demostración de un despropósito que más se acerca a la necedad que a la lógica y sabia decisión de abandonar la barbarie.
En los más, sólo caber pensar en una ridícula demostración de un orgullo nacional patrio, de cuya dejación no cabría esperar otra cosa que entrar en el terreno de la racionalidad y el conocimiento, propios de una país moderno y avanzado, pero que chocaría con las más rancias y cutres esencias nacionales, que no hacen, sino ofrecer una penosa imagen de un país sumido en el costumbrismo más anacrónico.
Penosa es la imagen del folclorismo vulgar y decadente que nos sigue azotando, proveniente de las capas más tradicionales y menos interesadas en una formación cultural, de la que hacen continua dejación, que denotan una ausencia absoluta de una preparación ética y estética, que raya en la vulgaridad, la ordinariez, y el sentido más chabacano y trivial, que de ninguna manera puede ni debe representar a nuestro País.
Lo más triste y deprimente de este deplorable folclorismo, es el hecho de que entre la juventud tiene aún demasiados adeptos. Se halla arraigado en exceso, hasta el punto de que, aunque en términos absolutos no son multitud, en términos relativos son siempre excesivos, pues representan la negación cultural más acendrada y anacrónica, así como una lamentable tendencia hacia una manifestación que se opone frontalmente al desarrollo y cultivo del amor por el arte y la belleza.
Pero con todo, lo más preocupante es el mantenimiento por un importante sector de la población, aunque afortunadamente cada día más en baja, de costumbres y tradiciones basadas en la falsa y cruel cultura de la barbarie que lleva consigo el derramamiento de sangre de animales, a los que se les sacrifica en aras de una diversión inexplicable, que llaman fiesta nacional, a la que incluso le conceden el ridículo calificativo de arte.
Nadie puede explicarse cómo pueden existir aún monumentos en sus diversas manifestaciones que homenajean y recuerdan a siniestros, tétricos e impresentables personajes, que proceden de los tiempos de la dictadura, en un acto incalificable que nadie debería rememorar si no es para ponerles como ejemplo de todo aquello que jamás debió suceder y como medio de evitar que tamaños actos de vil y despiadada crueldad contra los hombres, las ideas y la libertad, de la que fueron autores, nunca más vuelvan a tener lugar.
Resulta penoso y triste, tener que aceptar que las heridas de la espantosa contienda que ensangrentó nuestro País, aún no se han cerrado. No tiene justificación alguna, que a estas alturas, miles de tumbas anónimas continúen repartidas por todo el territorio nacional, sin que nadie se ocupe ni se preocupe de conocer quienes allí están enterrados, en un infame acto, que pese a que los estamentos oficiales se empeñan en que el olvido lo cubra todo con su oscuro manto, los descendientes, hijos aún y sobre todo nietos, siguen reclamando haciendo uso de su derecho a conocer una verdad que se les niega.
El último disparate, tan flagrante como los ya expuestos, es el que pone de manifiesto la falta de respeto por parte de los medios oficiales de un principio que consagra nuestra Constitución, que es el de la no confesionalidad del Estado Español. De él hacen dejación, tanto tirios como troyanos, a la hora de llevar a cabo actos oficiales que incluyen su presencia en templos católicos, así como la de mantener un Concordato que sitúa a esta confesión religiosa en una posición de privilegio a la que de ninguna forma tiene derecho.