domingo, 17 de febrero de 2008

A PROPÓSITO DEL ESTADO SOCIAL Y DE DERECHO

Considerando que el Estado Social y de Derecho tiene como fin primordial la defensa de las libertades de los ciudadanos, así como garantizar los derechos individuales, colectivos, culturales y políticos contribuyendo a su bienestar utilizando los medios necesarios para velar por sus derechos y garantizar su cumplimiento conforme a la Constitución, he decidido exponer y denunciar los hechos que se relacionan a continuación y que chocan y se contradicen frontalmente con los principios del denominado Estado Social y de Derecho bajo cuya tutela dicen ampararse las democracias modernas.
La lesión de los derechos relacionados a continuación, son permitidos en unos casos, tolerados en otros y alentados en los demás. El estado de Derecho es soberano y posee el poder suficiente para contrarrestar los poderes fácticos de diverso orden que pueden presionarle y ante los cuales no hay justificación posible para ceder ante ellos haciendo dejación de sus obligaciones para con los ciudadanos, que, inermes ante el Estado y su omnipotente máquina burocrática, se sienten indefensos.
Estos son los hechos que contradicen a aquellos derechos que el Estado Social dice garantizar. No están todos, pero al menos los que siguen son plenamente demostrables y están vigentes en la actualidad.
Que la vivienda ha pasado a ser un artículo de lujo en lugar de un bien de primera necesidad.
Que la justicia no está alcance de todos y que no siempre es igualitaria ni justa ni ampara por igual a todos.
Que muchos enfermos y en demasiados hospitales son atendidos durante horas y en muchas ocasiones durante días en los pasillos de unas urgencias abarrotadas y propias de un país tercermundista.
Que demasiados pensionistas que han cotizado toda su vida, sufren de una pensión indigna que apenas les permiten subsistir.
Que muchas/os viudas/viudos, viven miserablemente los últimos años de su vida con una pensión que nos debería avergonzar.
Que muchas familias numerosas y no numerosas con escasos recursos económicos soportan unos gastos vergonzantes al no disponer de material de enseñanza gratuito para sus hijos y que el Estado debería sufragar.
Que la mujer sigue estando relegada a un segundo plano en el mundo laboral.
Que los malos tratos a las mujeres continúan siendo vergonzante noticia cada semana.
Que la banca sigue obteniendo unos desorbitados y usureros beneficios año tras año.
Que la corrupción sigue campando por sus respetos.
Que la iglesia católica continúa desafiante con su arrogancia de siempre en un estado aconfesional.
Y posiblemente muchos otros más, aquí omitidos pero presentes en nuestra sociedad.Por todo ello, solicito de los responsables del Estado Social y de Derecho que decimos disfrutar, tomen nota de los hechos aquí expuestos y sin más dilaciones, discursos y justificaciones se pongan manos a la obra y conviertan las injusticias en justicias, las dejaciones en derechos consolidados y las manidas utopías en realidades posibles y plausibles que nos acerquen a un auténtico estado de bienestar, justicia e igualdad.