miércoles, 11 de febrero de 2009

DEL VIEJO PUPITRE A LAS AULAS DIGITALES

Muy atrás quedaron ya aquellos años de escuela rural unitaria, con sus venerables maestros y con unos niños que hoy pareceríamos de otro mundo, en entornos que hoy nos parecen idílicos pero que en aquellos tiempos supusieron un tremendo esfuerzo de voluntad y amor hacia una dedicación que bien podría calificarse de heroica.
Se desenvolvieron en unas condiciones que no reunían un mínimo necesario para su estancia en lugares a veces muy alejados de su lugar de origen, en apartados rincones de la geografía nacional, a veces inaccesibles y casi siempre faltos de las más elementales de las comodidades, con un sueldo miserable y una consideración hacia su labor, que la dictadura de aquellos años de plomo, no reconocía ni estaba dispuesta a mejorar.
Con la Enciclopedia como compendio de todas las asignaturas en un solo volumen, los cuadernos de caligrafía y ortografía y, por supuesto, con el omnipresente catecismo, llenábamos la cartera y alegremente nos dirigíamos a la escuela, que en cualquiera de los casos se encontraba a dos pasos de nuestras casas.
Hoy, los métodos y los instrumentos educativos, así como la sociedad en general, han cambiado tanto que cualquier comparación con aquella época parece más bien una narración breve de ciencia ficción. Sirvan estas líneas simplemente de nostálgica introducción hacia el estado actual de la enseñanza enfocado prioritariamente al estudio de los métodos y posibilidades que las modernas tecnologías brindan a los enseñantes de la era actual.
Internet es un poderoso instrumento en manos de los alumnos y enseñantes que, necesariamente y por sí solo, ha revolucionado la enseñanza con sus tremendas posibilidades de comunicación y recopilación de información instantáneas y con la facultad de hacerlo desde y hacia cualquier parte del Planeta, con unas increíbles posibilidades multimedia, tanto texto, como vídeo como voz, que pueden ser utilizadas en tiempo real.
La pizarra digital, el bolígrafo digital y las intranets escolares, se están introduciendo cada vez con más fuerza en el ámbito escolar a todos los niveles con unos resultados altamente prometedores, que, cabe esperar, supondrá un aliciente tanto para profesores como para los alumnos y que repercutirá, sin lugar a dudas, en un mejor aprovechamiento de la labor educativa y por ende de unos resultados globales que esperamos mejoren los actuales.
El empleo de la pizarra digital con sus posibilidades de interactividad con Internet, induce a una notable renovación de las metodologías docentes y de los procesos de enseñanza y aprendizaje que incrementa la motivación de los estudiantes, revitaliza la autoestima profesional de los profesores y facilita el logro de aprendizajes más significativos, acordes con la sociedad actual.
El bolígrafo digital, representa un positivo avance a la hora de tomar apuntes directamente en el aula, los cuales son almacenados directamente en el ordenador, donde el alumno puede visualizarlos tal como los escribió o cambiarles el tipo de letra y a otros formatos que puede variar a su antojo.
Mediante la intranet – red local interna del centro educativo – los alumnos pueden intercambiarse todo tipo de información, colgar trabajos, apuntes y sugerencias que estarán disponibles para el resto de los alumnos con la posibilidad de cambiarlos, mejorarlos y cuantas modificaciones considere conveniente para después, si se considera conveniente compartir dichos contenidos en una clase utilizando la pizarra electrónica interactiva.
Toda herramienta educativa que contribuya a incentivar al alumno en el desarrollo de su aprendizaje es siempre bienvenido y, en condiciones normales, repercutirá siempre en el resultado final del mismo.
No obstante, no hay que olvidar que ni el estudio, ni la memorística, ni en definitiva la capacidad de trabajo pueden ser sustituidas ni relegadas a un segundo plano confiando en que los modernos medios tecnológicos puedan obrar milagros.
Con ellos, el alumno podrá intercambiar información, asistir a una clase mediante videoconferencia, o charlar con los alumnos de, por ejemplo, un Centro de Huelva o de Albacete. Pero, siempre deberán saber situar esta ciudad en el mapa, saber si son ciudades costeras o del interior y a la Comunidad Autónoma a la que pertenecen.
No se sorprendan, una gran mayoría no lo van a saber. En aquellas escuelas de viejos pupitres y negras pizarras, sí lo sabíamos. Pero no teníamos Internet.

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