Mucho ha llovido, desde que diversos
colectivos y personas físicas, comenzaron a denunciar la continuada
conculcación de los derechos lingüísticos y culturales de que es objeto la
comunidad castellano hablante de Cataluña a cargo de las instituciones
autonómicas, así como por la mayoría de las de ámbito provincial y local, en
ocasiones con el consentimiento, tolerancia o connivencia del Gobierno del
Estado, en un acto que aunque no permitido por éste ni por la ley que de él
emana, constituye un evidente y completo atropello hacia una mayoría de la
ciudadanía catalana.
Con ello se persigue el
propósito de forzar un cambio lingüístico en una sociedad bilingüe, como la
catalana, de manera que la comunidad de habla castellana sustituya su lengua
habitual y propia por la catalana. Todo ello en contra de la composición
sociolingüística de la población, de la Constitución Española, del Estatuto de
Autonomía y de los tratados internacionales
que protegen los derechos humanos.
La productora de la serie
Isabel se vio obligada a buscar nuevas localizaciones para las secuencias que
tenía previsto rodar en el Museo de Historia de Barcelona, dependiente del
Ayuntamiento de la ciudad, después de que se le denegara el permiso de
grabación aludiendo a discrepancias sobre la fidelidad histórica de la serie.
La productora tenía previsto
rodar en las escalinatas del museo, en la puerta de entrada del mismo y en una
de las ventanas del Salón del Tinell, que pertenece al museo barcelonés, algo
que no podrá llevar a cabo por negársele el oportuno permiso.
El motivo que aduce el
Ayuntamiento de Barcelona, es que considera que la serie Isabel, mitifica la
realidad histórica, lo que es motivo
suficiente, según ellos, para denegar el permiso para rodar en esas
localizaciones, según declararon fuentes del Instituto de Cultura de Barcelona.
En Sabadell, la quinta ciudad
más importante de Cataluña, se plantean si deberían desaparecer de su
callejero, la plaza de Antonio Machado, o la de Quevedo, por españolistas,
o la de Goya, sorprendentemente en este último caso, por franquista. El estudio
discute que merezcan un espacio porque califica, sobre todo a ambos poetas, de hostiles
a la lengua, cultura y nación catalanas.
El gobierno de Sabadell, que
agrupa a ERC, CUP, ICV, Podemos y otros,
solicitó un informe al historiador Josep Abad, miembro de entidades
soberanistas. El encargo fue obra de una comisión que preside la concejal de
Cultura, la republicana Montserrat Chacón.
El informe, afirman, es una
herramienta más, una propuesta. No significa que lo que el informe diga es lo
que tengamos que hace, comenta. No obstante, el documento ha sido trasladado
por el Ayuntamiento a las entidades de la ciudad que decidirán si deben
introducirse cambios. El gobierno local deberá avalarlo en última instancia. Por
ejemplo, censura a Machado afirmando que “bajo la aureola republicana y
progresista con que se ha revestido su figura hay una trayectoria españolista y
anti catalanista”.
El estudio considera grave que
dos barrios de Sabadell estén bautizados con los apellidos de los poetas José
de Espronceda y Ramón de Campoamor. Los enmarca en un modelo pseudo cultural
franquista, al igual que a Gustavo Adolfo Bécquer, Mariano José de Larra,
Lope de Vega, Leandro Fernández de Moratín, Tirso de Molina o Joaquín
Turina, también en el callejero.
Abad aboga por “un debate
sereno conducido por especialistas en que se escojan los autores universales
que por la singularidad de su obra se merezcan un lugar en el nomenclátor.
También discute que dispongan de calle la dirigente comunista Dolores Ibárruri,
La Pasionaria - la califica de seguidora de Stalin, o Rafael del Riego, militar
que dio apodo al himno republicano.
El historiador considera que
debe revisarse el callejero de la localidad para “adecuarlo a la realidad sabadellense,
catalana y mundial y deshacerse de las últimas rémoras de un nomenclátor que
era una herramienta de propaganda franquista y castellanista españolista, tanto
a nivel de personajes, como a nivel histórico, geográfico y cultural”.
El informe añade, que existen
otros a los que tacha de “mitos de la historiografía españolista»”, por lo que
cuestiona que existan calles a Agustina de Aragón, Bailén, Dos de Mayo,
Numancia o Covadonga, a conquistadores como Francisco Pizarro y
menciones al pasado colonial, como el Rif o Tetuán.
El informe se descalifica a sí
mismo. No son necesarios muchos análisis. No tiene desperdicio. Es un claro
ejemplo de la capacidad humana para desarrollar una intolerancia y una
radicalidad, que conduce al fanatismo dogmático y a la irracionalidad más
recalcitrante.
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