Jamás se había dado un resultado semejante en unas elecciones en este
País, como los acaecidos en la Comunidad de Madrid, dónde a la vista del mapa
de todos sus municipios, por increíble que parezca, en total ciento setenta y
nueve, todos estaban sombreados en color azul, salvo dos en rojo, es decir en
ciento setenta y siete ganó el principal partido de la derecha, mientras que en
dos, el de la izquierda, algo que ha dejado sin argumentos a quienes pensaban
que ésta última formación podría estar muy próxima de la ganadora, que ha
arrasado de tal manera, incluso en el llamado cinturón rojo, que el día
después, todo el mundo, incluso parte de los vencedores, se siguen preguntando cómo
es posible semejante resultado, que muy pocos pudieron prever, y que merece un
estudio detallado para encontrar la lógica que explique semejante debacle en
una formación política que en absoluto se esperaba por parte de unos y de
otros, y que está originando ríos de tinta en los medios de comunicación.
Esta Comunidad, como todas,
posee determinadas áreas o sectores, dónde el voto tiene una clara orientación
electoral, sobre la base de la experiencia acumulada a lo largo de las sucesivas
consultas electorales acumuladas a través de los tiempos, y que siempre habían
respondido a lo que se esperaba, con distritos, pueblos y ciudades que siempre
arrojaban resultados similares en cuanto a la orientación del voto, bien, inclinados
hacia la derecha, bien hacia la izquierda, sin que hasta ahora se hubiese dado
una rotura semejante como la que ha tenido lugar en estas elecciones, y que ha
tenido consecuencias inmediatas en otros partidos, como la del candidato de
Podemos, que ha decidido retirarse de la política, después de pasar por el
gobierno y encabezar su formación en estas elecciones, dónde aunque ganó tres escaños respecto a las
anteriores, ha quedado en último lugar, por detrás de Vox ,incluso, y dónde
otro partido, Ciudadanos, no ha logrado ningún representante, lo que puede
suponer el final de este partido que lleva tiempo consiguiendo unos pésimos
resultados, que posiblemente puedan suponer su desaparición del espectro
político.
Consecuencias negativas
tendrá, sin lugar a duda, en el partido del gobierno que ha cosechado unos
nefastos resultados, tercero en este caso, detrás incluso de Más Madrid, cuyos
ecos llegarán sin lugar a dudas al gobierno, cuyo presidente se empeñó en
inmiscuirse en la campaña electoral al comienzo de la misma, eclipsando y
dejando en segundo plano al cabeza de lista, Gabilondo, en una maniobra que se
ha demostrado ser un error, no sólo por tapar de alguna manera a quién
encabezaba la lista, sino porque supuso un enfrentamiento tenso, directo y hosco,
con quién ha resultado ser la ganadora, Ayuso, que ha arrasado de forma
abrumadora, y que ha dejado al presidente del gobierno en un mal lugar, que
tendrá consecuencias a escala nacional en futuras elecciones generales.
La futura presidenta de
esta Comunidad, ha irrumpido en esta campaña de una forma que se puede
calificar de singular, como ella, algo originalmente barriobajera y elemental,
y siempre populista, con un mensaje machacón e indescifrable, por no entendible,
ni venir a cuento, como es el término libertad, que ha empleado y derrochado a
diestro y siniestro, pretendiendo con ello dar una imagen de una ciudad como
Madrid, dónde en plena pandemia, todo se podía hacer, dónde todos los servicios
estaban abiertos, dónde los taberneros, sin duda, la han votado en masa, agradecidos
por el hecho de mantener abiertos los bares y tabernas, pese a las
restricciones, como también, ciertamente, con los cines y teatros, algo que ha
aireado para lanzar a plena voz en todos sus mítines, que Madrid es la ciudad
de las libertades, y que parece haber tenido eco en sus ciudadanos, a la vista
de unos resultados, que le van a permitir gobernar con una comodidad de la que hasta ahora no disponía.
Mientras tanto, se
analizan los sorprendentes resultados, que más que achacarlos a la mesiánica,
peculiar y “libertaria” presidenta, y a los méritos logrados con su original
discurso nacionalista madrileño, se deben a los errores cometidos por los
otros, por sus oponentes, por un gobierno que ha caído en demasiados errores,
sobre todo con la formación del gobierno de coalición con Podemos, que muchos
de los votantes socialistas nunca entendieron, con problemas constantes entre
ambos componentes del ejecutivo, con peleas, contradicciones y desacuerdos, con alianzas con partidos
independentistas vascos y catalanes, que le han restado credibilidad, así como la
deficiente gestión de la pandemia, de tal forma, que todo ello, sin duda, ha
debido de pesar en un voto ciudadano, que los populares han capitalizado a
nivel de partido, pensando en el asalto al gobierno, ante el hundimiento de los
socialistas en Madrid, dónde la inefable presidenta Ayuso, que con su renovada
Movida Madrileña, reinará sin apenas oposición.
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