lunes, 8 de mayo de 2023

ISABEL Y YOLANDA

Este título, tan estrictamente medido, corto y sugerente, tan femenino, tan falto de contenido a fuerza de leerlo una y otra vez, no se corresponde con ninguno que haga referencia a una obra literaria, a un título de alguna conocida película, ni al de una canción,  una leyenda, ni mucho menos a una ópera, aunque su sonora lectura, pueda recordar a algún título de todas las aquí citadas, sin la menor relación de parecido ni en su fondo ni en su forma, como más adelante comprobaremos, si el lector tiene la suficiente paciencia para llegar al final de tan delirante propuesta como podrán comprobar si hasta ahí se arriesgan.

Dos nombres de mujer, bastante comunes en este país, dónde los hombres continúan ostentando los puestos de privilegio en la mayoría de los destinos de dirección y decisión fundamentales, aunque esto no es obstáculo para que ellas estén ganando a pulso, y con gran esfuerzo por su parte, el lugar que en innegable justicia les corresponde, que no es otro que el de la equiparación total a todos los niveles en una sociedad  que siempre se los ha negado.

Dos mujeres que últimamente están acaparando la actualidad en este país, que ya de nada se sorprende, en el proceloso, sinuoso y atormentado mundo de la política, que no deja indiferente a nadie desde hace ya demasiado tiempo, y dónde ellas están jugando un papel de protagonistas absolutas, cada una en su parcela, sin inmiscuirse demasiado mutuamente, aunque estén ambas en el mismo y enredado terreno de juego, una con más experiencia que la otra, aunque la irrupción de ésta última, invita a pensar que un duro enfrentamiento está servido.

Y éste se juega en el ámbito de la política, en extremos, eso sí, meridianamente opuestos, lo que necesariamente ha de suponer que una dura rivalidad está servida, que por ahora no se han sustanciado en exceso en la práctica, aunque intrínsecamente están ahí, y más pronto que tarde, se desatará la hostilidad, ya que en período de elecciones nos encontramos, y es ahí donde más tiene que aportar cada una a su causa, con objeto de proteger su vida y su hacienda, que se resume, en definitiva, en alcanzar la cima, es decir, el poder.

Juegan, por supuesto, en partidos opuestos, extremadamente diferentes en cuanto a su posición en el campo y al concepto del juego que desarrollan, enfrentadas permanentemente, sin posibilidad alguna de llegar a alcanzar algún día acuerdo alguno, pues tal es la seguridad que ambas poseen en sí mismas, tal es su afán de protagonismo, que eso sería labor imposible, ya que dónde manda patrón, no manda marinero, y ambas, por supuesto, juegan de  directoras absolutas en sus respectivas tribunas de mando, que celosamente controlan y dirigen.

Imprevisible Isabel, con una indudable capacidad de llevar adelante cuanto sus deseos le dictan desde su posición de presidenta, con un temperamento indomable y un carácter firme y sin fisuras, enfrentada continuamente con sus contrincantes políticos, a los que no da respiro alguno ni espacio posible para contraatacar, su objetivo es la asfixia del contrario, sin posibilidad alguna de concederles la menor tregua, sea quien fuere su enemigo político, comenzando por el presidente del gobierno, con el que mantiene una rocosa lucha dialéctica, y continuando con las instituciones estatales, con las que mantiene frecuentes disidencias de todo orden.

Desconcertante Yolanda, firme y rocosa negociadora con los empresarios desde su posición ministerial que le capacita para llegar a elaborar leyes laborales de alcance nacional, posee una innata capacidad para no dar a conocer su juego político, descolocando a propios y extraños, exigiéndole unos su lealtad por el hecho de haberla colocado allí dónde ahora se encuentra, mientras los otros le piden que se defina, que se lance a la arena de una vez por todas, porque ven en ella un poderoso revulsivo del panorama político de una izquierda dividida, que con ella, piensan, resurgirá.

Y llegados a este extremo, sin posibilidad real de acuerdo alguno entre ellas, dos mujeres sin duda alguna inteligentes, capaces y con poder actual y futuro, representantes de un mundo femenino ausente y alejado del poder político de este país al más alto nivel, al que aspiran acceder, me atrevo a proponer una reunión informal entre ellas, sin agenda, sin más pretensión que conocerse, ellas, tan cercanas, y sin embargo tan lejanas, en una comida no de negocios, sino de placer, para charlar amistosamente, con un único objetivo, que no es otro que distender, con esta amable imagen, un panorama político que por momentos se está tornando irrespirable.

No hay comentarios: