jueves, 27 de julio de 2023

No es País para pactos

 Situación política diabólica, con perdón, esta en la que nos encontramos, con una perspectiva absolutamente imprevisible, sin un ganador claro, aunque que de hecho lo haya, que no obstante no sirve para formar un gobierno que pueda ejercer con garantías, en un caso porque no tiene apoyos suficientes, y en el otro porque depende de fuerzas independentistas, cuyas pretensiones van más allá de lo que permite una Constitución que no puede superarse, ya que prohíbe taxativamente la posibilidad de votar en un referéndum que decida sobre la independencia de una parte de España.

Claro que dicho referéndum, siempre se puede disfrazar de consulta no vinculante, que quepa en la ley de leyes, que satisfaga a sus promotores, y a modo de plebiscito deje visualizar las posibilidades de sacar adelante la independencia, con lo que quedarían satisfechos, dejando claro que la región en cuestión desea romper con el resto del País, y ello es algo que quedaría tan visible ante la comunidad internacional que el Estado no podría negarse a plantear el deseado referéndum vinculante que les llevaría a conseguir sus anhelados planes separatistas.

Pero la alternativa a esta situación, sería la opuesta, es decir, aquella en la que el resultado fuera negativo para los proponentes de dicha consulta, con lo que sus intereses de poder decidir sobre su separación, se verían frustrados de tal manera, que la ansiada voluntad de independencia sufriría un durísimo golpe, del que no se recuperarían en lustros, algo que, sin duda les aterra, y que pese a que aseguran que están dispuestos a enfrentarlo, seguro que les siembra serias dudas por las temibles consecuencias que de ello se derivarían.

La duda está si se mostrarían dispuestos a aceptar semejante reto, si es que el gobierno se lo permite, lo que es muy posible, ya que una consulta no vinculante, sí entraría en la Constitución, y si están dispuestos unos y otros a jugar sus bazas, siempre con unos riesgos que tendrían que asumir, que en el caso del Estado, sería muy elevado, ya que estarían jugando peligrosamente al borde de una Constitución, que no puede permitirse ningún lujo, ni capricho alguno del gobierno de turno, que siempre tendría vigilante al Tribunal Constitucional, para e evitar desmanes que pudieran cometerse por parte de unos y otros.

Nos podemos olvidar, que las pretensiones nacionalistas, no quedan únicamente en un referéndum vinculante, ya que pretenden además, una amnistía para los suyos, incluido el eterno prófugo y sus compañeros, que residen desde hace años fuera del país, ya sin inmunidad parlamentaria y sometidos a una orden de detención por parte de la justicia española, lo que complica aún más la posibilidad de que logren esos objetivos, que no obstante ponen como condición para apoyar a la formación de un gobierno, que de esta manera sufre una presión enorme ante las exigencias de unos políticos nacionalistas, ante los que doblegarse, supondría una cesión por parte del Estado, que de ninguna forma puede ni debe llevar a cabo.

La situación es pues auténticamente endiablada, ya que el otro partido, aunque ganador, no tiene apoyos suficientes para formar gobierno, y sólo quedaría la posibilidad de una gran coalición de los dos grandes partidos, algo que se nos antoja materialmente imposible, lo que nos llevaría a una nueva consulta electoral, con unos posibles resultados parecidos a los obtenidos ahora, con unos tremendos gastos que conllevaría su organización y desempeño, y que no estamos para desembolsar alegremente, salvo que puedan amortizarse de una forma razonable.

En una célebre frase de un político alemán de tiempos pasados, se afirmaba que España era un País indestructible, ya que llevaba toda su historia intentándolo, y nunca lo había conseguido, lo que no me parece constituya mérito alguno, sino más bien una penosa y negativa fama, que de ninguna forma nos merecemos, por lo que confiamos se rompa cuanto antes esa deriva absurda, y logremos progresar de tal forma, que con el tiempo nos distingamos por presentar ante el mundo la imagen de un País serio, moderno y avanzado, para lo que, entre otras muchas cosas, necesitamos unos políticos capaces, honrados y dedicados por completo al servicio de sus ciudadanos, como es este caso, que exigen, porque los han elegido en democrática votación, que lleguen a acuerdos y pacten, olvidándose de todo interés personal y de partido, como es su irrenunciable obligación.

No hay comentarios: