viernes, 16 de mayo de 2025

Presidente a la fuga

 La sorprendente noticia de la ausencia del presidente del gobierno en el funeral del Papa, ha suscitado todo tipo de comentarios en todos los medios de comunicación que no dan crédito a semejante hecho, incomprensible a todos los efectos, cuando la inmensa mayoría de los presidentes de gobierno y primeros ministros de todo el mundo no faltarán a tan señalada cita.

Nadie parece entender este extraño gesto de un personaje frío y calculador como el del jefe del ejecutivo que no da un paso sin calcular las consecuencias (salvo cuando tuvo que salir huyendo perseguido por la ira de las víctimas de la tragedia de Valencia), hasta el punto de renunciar a numerosas apariciones públicas dónde temía exponerse a los abucheos de la gente, algo que ha repetido en numerosas ocasiones, como parece haber sucedido en la entrega del premio Cervantes, dónde ya se comentó con anterioridad a dicho acto que no asistiría por el temor a ser abucheado públicamente, algo que de ninguna manera, su ego y su soberbia no pueden admitir.

La imagen pública es para él un aspecto absolutamente esencial, sin las mínimas concesiones a una espontaneidad que no comulga con su acendrado narcisismo y una desmedida ambición por el poder, que le lleva a calcular cada paso que da en este terreno que domina a la perfección, escoltado y asesorado de cerca por un gabinete de imagen que no le deja ni a sol ni a sombra, y que aseguran le sigue de cerca a todas partes, aconsejándolo en todo momento sobre todos los aspectos que rigen la aparición en público.

Es por ello, que haciendo dejadez de sus funciones, pese a que argumenten lo que consideren oportuno, no se puede justificar, salvo que se trate de una auténtica fuga política por inconfesables motivos, que no obstante no responden a ocultas, siniestras y misteriosas causas imposibles de descifrar, sino que en definitiva, todo es mucho más sencillo y explicable en un contexto internacional dónde se  va a encontrar con un panorama que no le es grato en estos momentos, pese a que le gustaría estar presente en una reunión de primer nivel en cuanto a líderes políticos se refiere y en un tema tan sensible como el del funeral del Papa argentino Francisco.

El jefe del ejecutivo mide con tal cuidado sus pasos, cuando de cuidar su imagen se refiere, que podríamos pensar que le preocupa enfrentarse a un Trump, presidente de Estados Unidos, que pueda ningunearle de alguna manera, con un frío saludo o un determinado gesto hacia él que pudiera molestarle, dadas las diferencias que Trump mantiene con él, debido a determinadas declaraciones que Sánchez ha vertido sobre Trump, y la veleidades que se ha tomado el presidente se ha tomado con China y que han podido molestar al presidente americano.

Sí a todo ello le añadimos los desacuerdos que mantienen los primeros ministros de la Unión Europea con él, en cuanto a su unilateralidad a la hora de llevar a cabo la política que debería corresponder a la UE en conjunto, quizás el resultado sea el de no tener que responder ante ellos,  sin prepararse debidamente el tema.

Quizás no sean los únicos motivos que justifiquen un gesto que nadie parece entender, pero sí podrían explicar una actitud, que está causando sorpresa y una auténtica perplejidad en un tema tan sensible como el citado, que supone una auténtica fuga política ante una responsabilidad que la inmensa mayoría de la ciudadanía no alcanza a comprender, por entender que es irrenunciable.


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