Afortunados han de sentirse los integrantes de este gobierno ante la inmensa cortina de humo que se está creando con la irrupción en la esfera internacional de las noticias generadas por Estados Unidos y su inefable presidente, que están llenando los medios de comunicación a todas horas como si no existiese más información que la que proviene de allí, sin que apenas quepa espacio en los atribulados telediarios para cuanto acontece en este nuestro país, con un ejecutivo acorralado por doquier con corruptelas, escándalos y escenarios judiciales varios, que apenas ocupan espacios en los susodichos medios.
Para botón de muestra, basta abrir el medio de prensa oficial del ejecutivo, para comprobar un día tras otro, cómo indefectiblemente los titulares y primeras noticias del mismo es el citado tema, sin que aparezcan referencias a este país, como si aquí no pasara nada reseñable, como si hubiera desaparecido del mapa y nada hubiera destacable que mereciera la pena citar.
Lo mismo sucede en la mayoría de los medios de información, dónde apenas dedican un pequeño espacio para destacar las miserias, que son muchas y variopintas acerca de un gobierno que no gana para sustos, que enlodado como está por tantos eventos poco ejemplares y sumamente negativos para su denostada imagen, por tantas y tan variadas corruptelas, respira aliviado cuando contempla lo airado que sale en los medios de de todo tipo, contemplando cómo su imagen apenas resulta dañada gracias a la cortina de humo que se ha extendido a su alrededor, merced al tan cacareado trumpismo, que ha logrado ocultar en gran medida sus penurias, estrecheces y ruindades que lo acechan por doquier.
Ni las meteduras de pata de la ministra hooligan, tan excesiva como siempre, cuando interviene en decisiones judiciales, llegando a poner en entredicho la presunción de inocencia, en una demostración más de una absoluta falta de respeto hacia el poder judicial, algo nada infrecuente en este ejecutivo, que ha sufrido ya varios avisos de la Unión Europea recordándole la necesidad inexcusable de respetar la división de poderes, ni la declaración como testigo del superministro con tres carteras, ni los en redos judiciales familiares del presidente, ni los escándalos últimos materializados en juergas y comportamientos poco edificantes, han conseguido el eco suficiente en la prensa escrita y audiovisual, que pueda inquietarlos lo suficiente como para preocuparse seriamente por algo tan crucial para ellos como es la imagen, de la que dependen en gran medida, y a la que recurren con harta frecuencia.
Poco o nada se publica acerca de las continuas exigencias de los independentistas que no cejan en su afán por conseguir nuevas y continuas cesiones, habida cuenta de que basta con amenazar con retirar su apoyo para lograr cuanto exijan, que pasa ahora por la oficialidad del catalán en la Unión Europea, la promoción del árabe en las escuelas de esa Comunidad, o la exigencia del titiritero jefe de aplicar la amnistía a él y a los suyos, algo que conseguirá, como el resto de las peticiones citadas, y de lo que los medios apenas se ocupan ya.
En gran medida por el cansancio generalizado de una situación que causa hartazgo en la opinión pública, cuyo desenlace ya imagina, y por las susodichas cortinas de humo que desvían la atención hacia otros manidos temas, que de paso consiguen tranquilizar a un ejecutivo cercado por demasiados temas excesivamente oscuros y complicados que se ven incapaces de manejar, y que así logran evitarlos para no estropear más su denostada imagen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario