miércoles, 4 de julio de 2007

Educar por y para la libertad

El próximo curso escolar y en algunos niveles educativos, entrará en vigor la aplicación de la nueva asignatura Educación para la Ciudadanía que tanto debate está originando y tantas ampollas está levantando en ciertos sectores, hasta el extremo que asociaciones de padres de centros religiosos, la oposición y como no, liderando todo este movimiento en contra, la inefable jerarquía católica, que una vez más se inmiscuye en asuntos que no le competen y que apoyándose en su habitual verborrea aducen que se trata de una asignatura que promueve el totalitarismo moral contrario a la fe cristiana.
Absurdo razonamiento. Es increíble la desfachatez de esta gente al hablar de totalitarismo moral, ellos que no dudaron en bendecir el catecismo como el arma principal del nacionalcatolicismo al servicio de la dictadura – sin debate ni consultas - y que nos obligaron a recitarlo de memoria sin el menor escrúpulo como asignatura fundamental de la educación de aquellos aberrantes años durante los cuales y con el brazo en alto saludaban y paseaban bajo palio al dictador.
Esta mañana, y en la vulgar, intolerante, machacona y vocinglera radio de los obispos – no puedo evitar oírla de vez en cuando, por lo que pido disculpas – el incalificable y burdo locutor de turno, calificaba esta asignatura como “instrumento de adoctrinamiento socialista”, es decir, el libro rojo del socialismo que pretende a estas alturas reconvertir a todos los ciudadanos adoctrinándolos en el ateísmo, la amoralidad y el libertinaje. Qué vejez más mala va a tener esta gente.
Si se molestan ustedes en repasar los objetivos de esta asignatura, verán que promueve el respeto hacia los derechos humanos y de las minorías sociales. Reconoce el diálogo como solución de los conflictos, la igualdad de géneros, la solidaridad, la paz, la justicia y el rechazo a la xenofobia y el racismo. Promueve la pluralidad política sin autoritarismos, así como la nacional, cultural y lingüística de los españoles y reconoce la laicidad del Estado y las reglas éticas entre partidos así como el análisis científico de las ideologías y profundiza en los deberes ecológicos de los ciudadanos. Todo ello en libertad, tanto de expresión como de opinión y pensamiento, sin sectarismos, sin dogmas doctrinales ni imposiciones arbitrarias de ningún tipo impuestas a los alumnos.
Sin embargo, se está creando una corriente de opinión, que en nada favorece el conocimiento de esta nueva asignatura. Aún se está debatiendo, su desconocimiento es muy grande y ya existe una oposición frontal hacia ella, que ha llevado a grupos de padres a manifestarse en contra hasta el punto de declararse en rebeldía manifestando su boicot hacia la misma.
Nadie en su sano juicio – fanatismos aparte – puede rechazar por doctrinarios o malintencionados los contenidos de esta asignatura. Para evitar erróneas interpretaciones lo mejor es darle la máxima publicidad. Que todo el mundo la conozca para que el desconocimiento no origine dudas y falsas interpretaciones. Enseñar e informar en libertad.