martes, 6 de junio de 2017

LA SECESIÓN INTERMINABLE

Pensábamos que después de aquellos largos, inacabables y tozudos años que nos hizo vivir el inefable Ibarretxe, con sus continuas y cansinas amenazas acerca de la independencia vasca, y de su seguro y siempre próximo referéndum que llevaría a cabo sí o sí, pese a la contumaz y permanente negativa del Estado, y dada la sorprendente resolución del tema a que hubo lugar, ya nada nos volvería a afectar en este sentido.
Y es que el desenlace, tan rápido como inesperado, tuvo lugar cuando en el Congreso de los Diputados, se le negó la posibilidad de llevar a cabo una consulta que tuviera por objeto la secesión del País Vasco. Y ahí, increíblemente acabó todo, lo cual, dado el hecho de que la matraca independentista fue extremadamente dura y duradera en el tiempo y teniendo en cuenta el carácter de el Lehendakari, supuso una inmensa y agradable sorpresa el hecho de que este irrepetible personaje diera media vuelta, y se retirara a sus cuarteles de invierno.
Pero no acaba aquí la pesadilla que atenaza de nuevo a este sufrido País, que el canciller Otto Von Bismarck calificó como indestructible, “ya que lleva toda su historia intentándolo, y no lo ha conseguido”, ya que al cabo de poco tiempo, sin apenas un mínimo y necesario respiro, entró en acción Cataluña, de una inesperada forma, ya que siempre se les consideró demasiado inteligentes para meterse en estos berenjenales, y con un fuerza y un empuje tal que han dejado a los Vascos como simples aficionados, cuando siempre consideramos que sería a la inversa.
Estaban pues ahí, agazapados, esperando quizás la resolución de ese conflicto con el que tanto tenían en común, tratando de extraer alguna lección, algún aprendizaje, y vieron con desilusión y una cierta desesperanza cómo se desinflaron las inquietudes nacionalistas vascas, y decidieron tomar un relevo del que no han desistido desde entonces.
Y así, presionando de una forma constante y progresiva nos han conducido al estado actual que no parece otro que el de un callejón sin salida, que ha adquirido ya tintas excesivamente preocupantes, que podríamos calificar incluso de dramáticos, sino se actúa de una forma inmediata, dado el hecho de que están decididos a tomar la grave decisión de declarar unilateralmente la independencia si se les niega el referéndum.
Algo que conllevaría unas consecuencias nefastas para todos, y que se apoya en la teoría de los hechos consumados, que estaría absolutamente al margen de toda legalidad, algo que hace tiempo llevan a la práctica, y que tendría muy complicada una marcha atrás una vez iniciada dicha secesión unilateral.
Pero por primera vez, el gobierno ha querido despejar dudas y dejar bien sentado que no está dispuesto a permitir tamaño desafío, para lo que el Gobierno ha elaborado un programa sobre cada una de las intervenciones que se llevarían a efecto en cada uno de los departamentos.
 Se ponen así en alerta, todos los resortes de la Fiscalía General y la Abogacía del Estado. Los preparativos incluyen a varios Ministerios e incluso a la Delegación del Gobierno en Cataluña, que se ha reforzado en estos meses con esa intención, al igual que los dispositivos en esa autonomía de las fuerzas de seguridad del Estado. El tiempo pasa y las incertidumbres siguen el aire.
El País y sus ciudadanos, no se merecen ni pueden permitirse semejante dislate.

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