jueves, 21 de enero de 2016

UNA MUJER EN LA MONCLOA

Turbias bajan las aguas del PSOE, con una dirección cuestionada, la de Pedro Sánchez, debido a errores continuados y múltiples cometidos en las últimas semanas, con unas decisiones polémicas en cuanto a la incorporación de nuevos miembros se refiere, que han dejado al margen a valores históricos, que han tenido que dejar su lugar, su escaño, a personajes provenientes de otras formaciones políticas, incluso ya desaparecidas, así como a otras sin ninguna experiencia en estas lides.
Inexplicables e inasumibles determinaciones, tomadas además, de una forma unilateral, sin contar con una mayoría del partido, que ahora se vuelven contra él, en una ceremonia de la confusión, en la que intervienen los llamados Barones, que divididos, son la expresión de un descontento y una disconformidad con su secretario general y número uno del PSOE, que proponen ya abiertamente un recambio en ese puesto, en favor de quien, según muchas voces, como la mía, debiera haber ocupado dicho puesto desde el principio, cuando Pedro Sánchez fue elegido.
Está desorientado y absolutamente fuera de lugar, sin saber hacia dónde dirigirse, tomando resoluciones en cuanto al diálogo con otros grupos, que no ha tenido más remedio que matizar, dado el hecho de que ante su casi dictatorial toma de posturas inicial, que llegó a proponer, argumentando que él podía llevarlas a cabo sin consultar a la ejecutiva, no ha tenido más remedio que frenar su acelerado ritmo y escuchar a quienes lo colocaron en el puesto que ocupa, que ahora le cuestiona sin pudor alguno.
Y ahí tenemos de nuevo a la presidente de la Comunidad Andaluza, Susana Díaz, que considero posee todas las virtudes, aptitudes y capacidades necesarias para liderar el PSOE, que ha demostrado que tiene tirón en las urnas, capacidad para arrastrar a la gente, personalidad, carácter y temperamento suficientes para llegar a una presidencia del gobierno que pienso que desempeñaría con sobrada solvencia y que lograría dar una imagen de España muy diferente de la que estamos acostumbrados en los últimos años, realmente frustrante, con unos presidentes de gobierno que no han estado ni están a la altura de un País como el nuestro que debería ostentar una posición muy diferente en la esfera internacional.
Posee importantes apoyos entre los Barones, así como entre los votantes y simpatizantes del partido, que la consideran, consideramos, capaz, inteligente, joven y porque es mujer, que decidió renunciar en su momento, cuando fue elegido Pedro Sánchez, y que ahora retorna con fuerza, para salvar a un PSOE, perdido y sin dirección clara y fija, necesitado de alguien como Susana Díaz, que puede representar un soplo de aire fresco y saludable para los socialistas.
En el otro extremo, en el PP, la imagen desgastada del Presidente, a base de  una insoportable incomunicación, de una ausencia hoy más que necesaria que nunca de una presencia física, anímica y de una personalidad que no destaca por ningún lado, de un sistemático abuso de la utilización del plasma como herramienta para mantener un diálogo fluido con los medios de comunicación, ha llegado a un punto culminante dónde ya sólo cabe una caída en picado que arrastrará a todo el partido.
Y ahí es donde entra en juego la otra mujer, Soraya Sáenz de Santa María, la vicepresidenta, con un talante y una personalidad ausente por completo en un Rajoy, que se esconde tras ella, utilizándola con frecuencia para que le saque las castañas de un fuego que él es incapaz de mantener candente y vivo.
Ambas, Susana y Soraya, representan el futuro de estos dos partidos, que con ellas cobrarían buena y nueva vida, necesitados como están de un resurgimiento y de una fuerte presencia que ellas pueden aportar en estos momentos tan delicados para la gobernabilidad de España.
Dos Personas, dos mujeres, dos soplos de aire fresco, necesarias para conducir dos partidos cuyos líderes han dejado de serlo. Sería bueno que una mujer alcanzase al fin a presidir el gobierno de este País. Una opción que estoy seguro, sería muy bien recibida por un amplio sector de la ciudadanía.

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