sábado, 1 de marzo de 2014

UN POCO DE IMAGINACIÓN

Deberíamos los seres humanos de este Planeta, único conocido por ahora donde la vida se ha abierto camino, confraternizar más con el resto de los seres que lo pueblan - que no con los que sin duda habitan otros mundos, aunque deseable sería – no solamente por salir de nuestra diaria y devastadora rutina que nos mantiene unidos indisolublemente a nuestras costumbres y hábitos diarios de siempre, sino por mantener nuestros sentidos al margen de cuanto nos acucia con furor y denodada malicia, fundamentalmente los que al oído y a la vista se refieren, machacados continua, dura y tercamente cada una de las horas de nuestros inevitables días, sin descanso, sin pausa, sin tregua alguna que permita recuperarnos de tanta y tan obstinada y pertinaz persecución por parte de los medios de comunicación que nos martirizan desde hace años, con los mismos contenidos referidos casi siempre a lo mismo, a la crisis, a los recortes, a las corruptelas varias, a los impresentables personajes de todo tipo y condición que pueblan este País, cubriéndolo de miseria y oprobio, hasta extremos ya insoportables.
Sería un ejercicio de relajación y sosiego, de quietud, placidez y calma, que agradeceríamos profundamente ante la actual degradación de la vida diaria que nos maltrata de mil formas diversas, llenando de irritación e incertidumbre cada uno de nuestros días. Y lo haríamos lejos de aquí, en otros lugares donde nunca habíamos vivido, con otras gentes y otras costumbres, bastarían para ello apenas unos meses, durante los cuales nos mantendríamos al margen de cuanto aquí ocurre, como si hubiéramos abandonado este mundo para dar el salto a otro donde todo sucede de otra forma, de otra manera, con otro ritmo, sin parecido alguno a lo ya conocido, con nuevas caras, nuevos lugares, nuevas experiencias que nos permitan sanear nuestro cuerpo y nuestra mente, para así poder retornar a nuestro lugar de origen después de contrastar las vivencias en uno y otro lado y poder extraer conclusiones que nos ayudarán a entender mejor nuestra existencia y nuestra capacidad de observar cuanto nos rodea hasta el punto de intentar cambiar las cosas que puedan y deban modificarse en beneficio nuestro y de cuantos nos rodean, o al menos, de filtrarlas y asimilarlas sobre la base de las nuevas experiencias vividas, para de este modo sobrellevarlas con un mejor, diferente y renovado ánimo.
Nos hallamos sin duda navegando por el insondable océano de la imaginación, allí adonde habitamos con frecuencia, adonde regresamos de vez en cuando, donde nos encontramos cómodos en un mar de límites desconocidos, en un territorio sin fronteras que nos proporciona la paz y la tranquilidad que no hallamos aquí, en el terreno de la cruda y dura realidad que nos acucia y nos ata sin posibilidad de escapar de sus férreos y tenaces tentáculos, proporcionándonos esos momentos de calma que todo ser humano ansía y que nos permite viajar por esos mundos que relatábamos, que están ahí, que serían deseables y hasta necesarios para cambiar de aires, relajando nuestras vidas hasta el extremo de hacerlas irreconocibles.
Todo esto lo puede lograr una imaginación desbordante, que incluso nos puede conducir a mundos paralelos, inventados a nuestro antojo, a nuestro acomodo, a nuestra particular visión de una realidad inventada que nos permita sobrellevar la real, la que vivimos aquí, en este mundo cerrado, que sin embargo posee una inmensidad de fronteras que casi nunca vamos a cruzar, pero que la poderosa fuerza de nuestra mente sobrepasa ampliamente, desplegando toda su maravillosa capacidad imaginativa, su soberbia capacidad de inteligencia y su hermosa y mágica disposición para soñar.

No hay comentarios: