Las noticias acerca de la
regeneración medioambiental y de la biocapacidad del Planeta para renovar sus
recursos, ha alcanzado niveles tan harto preocupantes, que ya no admiten mas
esperas y demoras de las habidas hasta ahora, y que vienen siendo denunciadas
continua y permanentemente por las agencias encargadas del medio ambiente a
nivel mundial, que todos reconocen como ciertas, que todos afirman que son
creíbles, pero que nadie toma las riendas, ya sea a nivel nacional, a nivel continental y mucho menos a nivel
global, en un acto de irresponsabilidad proclamado a los cuatro vientos por
cuantos ven una incapacidad absoluta por parte de los gobiernos a la hora de
tomar severas y urgentes medidas para evitar una catástrofe ante la que no
parece verse salida, pese a que los medios implicados en su observación, y que
por otra parte son de sentido común, demandan a los gobiernos, con el objeto de
que tomen las medidas oportunas, que cada vez serán más radicales y apremiantes
a medida que pasa un precioso tiempo, durante el cual la Tierra se va
degradando a pasos agigantados.
Los últimos datos indican, que
el martes diecinueve de agosto de este año de dos mil catorce, los habitantes
del Planeta hemos consumido la totalidad de recursos naturales con
biocapacidad, previstos para todo el año. Es decir, en tan sólo ocho meses,
hemos devorado cuantos bienes nos depara nuestra naturaleza, así como la
capacidad de regeneración de los mismos, y que correspondían a los doce meses
de este atribulado año, por lo que la Tierra se encuentra en un punto en el que
la demanda de la población a nivel global, supera la capacidad de los sistemas
para regenerar los recursos extraídos y procesar los desechos generados de todo
tipo producidos por la combustión necesaria para la obtención de la energía
precisa para mover este Mundo, que sigue procediendo del petróleo, que como
resultado de dicho proceso, genera cantidades inmensas de gases perjudiciales
que están envenenando nuestro hermosos Planeta.
Especialistas en el tema, advierten
que esta situación global, se está convirtiendo en un desafío decisivo del
siglo XXI, un problema que es tanto económico como ecológico, que aunque afecta
en mayor medida a los países con menos recursos, alcanza también a los más
ricos, que deberán enfrentarse al problema antes de que se conviertan en un
problema económico importante, al margen del ecológico, que ya lo tenemos ahí
presente, hasta el punto que calculan que se necesitarían 1,5 Tierras para
producir los recursos que exige el ritmo de degradación actual, una cantidad
que podría duplicarse, si se cumplen las predicciones más moderadas del aumento
demográfico en los próximos años
En cuanto a nuestro País, los
datos están lejos de ser halagadores, ya que la desproporción entre los
recursos consumidos y la capacidad para su regeneración, ha aumentado a ritmos
muy severos, mientras que algunos Países emergentes, al no exceder el límite de
sus recursos naturales, están convirtiéndose en acreedores ecológicos, aunque
incluso en ellos, el margen entre lo consumido y la capacidad de regeneración,
está disminuyendo progresivamente.
El panorama es desolador. Es
inexplicable cómo en una zona del Planeta como la nuestra, donde se asienta
España, con casi trescientos días soleados, no se ha acelerado e impulsado la
generación de una energía limpia y barata como es la solar. Junto con le
Eólica, y avanzando en la investigación de nuevas tecnologías para sustituir a
los combustibles fósiles, el Planeta tendría una oportunidad.
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