viernes, 20 de febrero de 2015

MENUDO AÑO NOS ESPERA

Para no aburrirse, seguro, un año para coleccionistas, para guardar y archivar cuidadosamente todo cuanto va a acontecer, que va a ser mucho y variado, seguro que muy jugoso si nos atenemos a lo que nos espera en el terreno político, con al menos tres elecciones a la vista, entre municipales, autonómicas y generales, que como mínimo van a tener lugar, y que pueden deparar sorpresas que parecían insospechadas hace no mucho tiempo, y que ahora se perciben como posiblemente seguras.
Las elecciones municipales están a vista de pájaro en mayo de este crucial año de dos mil quince, que de alguna forma van a darnos una idea aproximada de lo que puede suceder más adelante, ya que como es bien conocido y comprobado, no se puede establecer una relación directa, ni extraer consecuencias necesariamente exactas y certeras entre éstas y las elecciones generales que tendrán lugar a final de un año que se presenta con unas credenciales que parecen augurar cambios trascendentales.
La irrupción de Podemos en la escena política nacional, supone un auténtico desafío en todos los órdenes, comenzando por los propios ciudadanos, para los que la llegada de este partido político colma unas esperanzas de cambio en el que confían, como única vía de escape de una situación viciada por múltiples corruptelas, escándalos, despilfarros y recortes varios en casi todas los terrenos.
 A ello necesariamente hay que añadir una situación laboral que pese a cuanto nos digan y se empeñen en justificar una y otro vez con la tan cacareada macroeconomía, continúa siendo insostenible para millones de ciudadanos, sin esperanzas de lograr un puesto de trabajo, así como para quienes lo tienen en condiciones sumamente precarias, y sobre todo para los jóvenes, de cuya lamentable y desesperante situación parecen haberse olvidado los políticos, en un acto de injustificable dejación.
Se empeñan los dos grandes partidos políticos en tratar de quitarle importancia y de minusvalorar los resultados de las encuestas que dan a Podemos incluso el primer puesto en la intención de voto, a la par que sus votantes los abandonan con la consiguiente bajada de sus resultados electorales, lo cual los tienen en estado de máxima preocupación y alarma, que es el resultado de una desastrosa política social y económica que ha sumido a los ciudadanos en un estado de postración tal, que han decidido dar un giro radical a sus preferencias, castigándolos con el abandono de sus filas para pasarse a este nuevo partido.
No es como nos quieren hacer creer – necesitan auto convencerse – que todo esto es pasajero, que es flor de un día, que es fruto del cabreo de un País que no soporta la política y a unos políticos que se han visto incapaces de satisfacer a una ciudadanía, y que llegado el momento cambiará la orientación de su airado voto y retornará a la cordura en la que ellos confían, regresando al redil de dónde no debieron salir, según ellos, consiguiendo así que todo vuelva a sus acostumbrados cauces.
Pero pueden equivocarse, y seguramente en gran parte será así, y muchos, muchos más de los que ellos consideran, llevarán a cabo su ahora firme propósito de votar a un grupo político, que al menos por ahora y de palabra, de la que en principio no tenemos por qué dudar, se muestra abiertamente del lado de los ciudadanos de a pie, de los trabajadores, que pide para los corruptos y la corrupción, algo más que la consabida condena, y que aunque aún tienen que aclarar y consolidar su programa, representa una esperanza nueva en un País que necesita respirar unos aires nuevos que le ilusionen con un diferente y prometedor futuro.
Y para colmar el vaso y completar el panorama de este nuevo año, el inefable Artur, convoca elecciones, pretendidamente plebiscitarias para finales de septiembre, con la intención de lograr una mayoría parlamentaria de corte independentista, y aunque le puede salir el tiro por la culata como la vez anterior en la que perdió doce escaños, si los que persiguen la secesión consiguen ganar en votos a los partidos constitucionalistas, podrían declarar unilateralmente la independencia, con lo que el año terminaría, a la vista de las inmediatas elecciones generales, con un País sumido en el mayor de los despropósitos que uno pueda imaginarse. Un año para no perdérselo.                            

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