sábado, 4 de abril de 2015

LA METAMORFOSIS DE PODEMOS

No hay nada en este mundo que no esté sometido a la variación, al cambio, a la mudanza, al continuo e interminable mutar, ya sean los seres vivos, tanto animados como inanimados, como los inertes. Aquellos debido al crecimiento y a las continuas alteraciones y transformaciones a que permanentemente están sometidos desde que nacen hasta que mueren, y los estos últimos, a la acción de la intemperie, de los fenómenos meteorológicos y de otras fuerzas que los desgastan y erosionan, provenientes todos de un Planeta que ni siquiera él, en su conjunto, tomado  como una unidad geológica y biológica, puede escapar a esta evolución constante, que en muy poco se parece al que en su origen fue, hace más de cuatro mil quinientos millones de años, y que hoy en día continúa en pleno proceso de un imparable y constante cambio.
La metamorfosis, entendida como un cambio o mutabilidad de los entes, ha sido protagonista de historias noveladas, poemas y relatos, entre los que destacan dos autores que sobresalen por encima del resto, y a los que recurrimos de inmediato en cuanto citamos dicho término: Publio Ovidio Nasón, poeta latino, que vivió entre el 43 ac y el 17 dc, y Franz Kafka, escritos checoslovaco, que vivió entre 1883 y 1924. El primero recoge en un extensísimo poema, historias y leyendas mitológicas que comienzan por el origen del mundo, hasta la transformación en deidad de Julio César, mientras que el segundo, relata la metamorfosis del protagonista, que transformado en insecto, el autor intenta exorcizar sus fantasmas internos. En cualquier caso, ambos basan su obra en el cambio y la permuta continua de sus protagonistas, bien sean Dioses y héroes más o menos fabulados, bien sean seres humanos trastocados en insectos.
Podemos, bien podría ser el título de otra obra literaria, más o menos sujeta a la mutabilidad, el trueque y el canje novelado, términos todos con un cierto grado de aproximación al que nos ocupa, a la metamorfosis sufrida por un ente político, pseudo político o cuasi político, aún en ciernes, y sometido por lo tanto a catarsis varias, así como a cambios y transformaciones constantes, con más o menos variabilidad, intensidad y, sobre todo, y por encima de todo, con una cierta veleidad, que se le podría achacar, y hasta perdonar, siendo debidamente condescendiente, debido fundamentalmente a su escasa edad, fruto de un nacimiento relativamente reciente, que ha desembocado en una infancia en exceso precipitada, que apenas le ha dado tiempo para disfrutar de una lactancia, que le ha conducido de inmediato y sin apenas transición, a la siguiente etapa de una vida, que está sufriendo una metamorfosis tan meteórica, que en poco más de un año de vida pretende alcanzar la madurez, sin desarrollarse ni física ni anímicamente, en un proceso que parece imparable hacia unas metas que pueden parecer tan próximas como inalcanzables.
Y así, llegados a este punto de no retorno, nos tienen acostumbrados ya a continuos y permanentes cambios y vaivenes que nos dejan exhaustos a medida que el tiempo pasa y se van alejando unas veces y acercando otras, a objetivos políticos, económicos y sociológicos, que ayer en nada se parecían a lo que hoy nos vemos obligados a escuchar, en una constante actitud, a veces frívola, a veces ingenua, que no dejan lugar alguno a la capacidad de asimilar, debatir y analizar, que todos poseemos, debido a que la propuesta siguiente que nos harán, no dará tiempo para ello, lográndose de esta forma una acumulación de sugerencias tal, que la confusión y la incertidumbre reinante, no nos dejarán sentar una clara, rotunda y decidida idea de lo que realmente proponen quienes así exponen su pretendido, confuso y convulso programa.
 Como botón de muestra, uno más. La candidata a la Junta de Andalucía, ha propuesto utilizar los ahorros de los ciudadanos para crear una banca pública, al servicio de vete a saber quién, ya que los ahorros que la gente tiene en los bancos, no se han invertido en una economía productiva, por lo que ellos se atribuyen la potestad de manejar los ahorros de los sufridos ciudadanos, tal como les venga en gana, lo que constituye un atropello de colosales dimensiones. Sin comentarios.
Pues bien, más pronto o más tarde, alguien desmentirá o bien matizará estas declaraciones, con lo cual volvemos a entrar en la vorágine de los dimes y diretes, de los de donde dije digo, digo diego, de condenar “algunos atropellos” de la dictadura Venezolana, a transigir con ella, tal como han hecho en el parlamento europeo, donde se han negado a condenar lo que no es sino una dictadura disfrazada de democracia bolivariana, en un continuo y permanente cambio que no deja indiferente a nadie.
Pese a todo, Podemos, continúa suponiendo una renovada esperanza para tanta gente desencantada con la política y los políticos actuales. Una vez que dejen completamente libre, claro y despejado el panorama de su  programa político y de intenciones de todo orden, Podemos dejará la metamorfosis a un lado para decantarse por un cristalino y unidireccional sentido programático. Esperemos.

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