martes, 20 de octubre de 2015

ALGO MÁS QUE UN CLUB

A muchos ciudadanos nos gustaría saber qué significa, qué supone, cómo interpretar, en definitiva, la machacona y consabida expresión de que un determinado equipo de fútbol, de este país, es más que un club.
¿Qué puede esconderse detrás de semejante aserto? Es una pregunta que muchos nos hacemos con frecuencia, y más ahora, dado que el club es catalán, y las connotaciones que de la situación que allí se vive ahora, son muchas y muy sustanciosas.
¿Si el Barsa es más que una sociedad deportiva, debemos o podemos concluir que supera y excede por lo tanto los ámbitos meramente incluidos en esa actividad?
Nuestra imaginación quizás vaya más de prisa que la lógica y la razón aplicadas a este caso, lo que cabe deducir que nos encontramos ante una organización, si no sospechosa de manejos y asuntos varios – la lista de posibles, sería muy larga - si al menos susceptible de representarla como una entidad con unos tentáculos quizás demasiado largos.
Difícil para el profano en estos menesteres deportivos, conseguir saber con seguridad cuales son los objetivos que persigue una entidad que dice superar los fines simplemente relacionado directamente con el deporte, y por ende, con una actividad plenamente lúdica, de relajo y distracción, dirigido a las masas de aficionados que les siguen y disfrutan con sus triunfos.
Se supone que representa en el mundo a Cataluña, y a sus intereses de todo orden, políticos, económicos y sociales, consiguiendo con ello una visibilidad a nivel mundial, que contribuya a un mayor y mejor conocimiento de una región, a la que según parece no le bastan las numerosas representaciones diplomáticas que por el mundo tiene repartidas.
Porque son muchas las delegaciones, a modo de embajadas, que no consulados, que éstos sí son plenamente legales y reconocidos por el Estado, que Cataluña mantiene, y que son representaciones políticas, aunque traten a veces de demostrar que son de carácter comercial, en un  supremo esfuerzo por presentar ante el mundo a la nación Catalana.
Y sin duda, la susodicha sociedad deportiva o pseudo deportiva que se autoproclama como algo más que un club, actúa como una legación política más, tratando de dar a conocer el país catalán, a través los éxitos de un club de fútbol, de sus triunfos y de sus figuras reconocidas a nivel mundial, e un escenario sumamente favorable para ellos, dado el hecho de que este deporte está extendido en toda la faz de la tierra, hasta sus últimos confines.
¿Cómo es posible entender y justificar como hacen los interesados en el tema, que una actividad deportiva, un equipo de fútbol, adquiera tintes indudable y claramente políticos y partidistas, aprovechando que su capacidad de congregar a sus masas de aficionados, les puede reportar un beneficio político?
Ni es ético ni oportuno, ni mucho menos deportivo. Pero lo utilizan con suma frecuencia, con grandes demostraciones en los que exhiben los signos típicos de los nacionalismos. Esta sociedad deportiva, más que un club, deberíamos decir, que además, es un club.
¿Por qué sigue sin darse una respuesta clara y contundente, en cuanto a la situación en la que quedarían el susodicho club de fútbol y el resto de los equipos catalanes, en el caso de la independencia de Cataluña?
¿Cómo es que nadie se pronuncia terminantemente al respecto? Ni los organismos oficiales ni deportivos, tanto catalanes como del resto de España se pronuncian al respecto, lo que cabe interpretar como que cabe una duda más que razonable sobre esa posibilidad, que yo interpreto en el sentido de que sí continuarían participando en las ligas nacionales.
Los intereses económicos, no sólo para los clubs de aquí y de allí, son sin duda enormes, incluidos los medios de comunicación. Y es que por encima de todo,  la pela, es la pela.

No hay comentarios: