Dicho especialmente del
lenguaje: Que puede entenderse de varios modos o admitir distintas
interpretaciones y dar, por consiguiente, motivo a dudas, incertidumbre o
confusión.
Dicho de una persona: Que, con
sus palabras o comportamiento, vela o no define claramente sus actitudes u
opiniones. Incierto, dudoso
Así define el diccionario de la
Real Academia de la Lengua, este vocablo tan empleado por determinados ámbitos,
donde su uso y abuso se presta para estar muy extendido cuando de decir una
cosa y la contraria se trata, para dejar un espacio en blanco entre dos
posiciones opuestas.
O lo que es lo mismo, para no
definirse con claridad meridiana, para quedar bien entre dos partes
encontradas, o en fin, para no pronunciarse clara y rotundamente sobre un tema
comprometido, que puede desairar a unos y contentar a otros, función de lo
proclamado.
Es todo un inaceptable recurso
al que suelen acceder con excesiva frecuencia, los que por razón de su cargo
temen perder adeptos a su causa en caso de que su pronunciamiento fuese
cristalinamente unívoco y excesivamente claro y conciso.
Y así, quisieran así dejar bien
sentada una incógnita, una duda, una vacilación, que piensan que no les va a
comprometer, aunque generalmente no suele ser así, pues su auditorio capta con
absoluta nitidez la doble y mal intencionada actitud interesadamente transgresora.
Táctica, en suma, llevada a
cabo por todo tipo de gente y condición, y dónde sin lugar a dudas destacan los
políticos sin escrúpulos, que suelen ser multitud, y que no dudan en sacar a la
luz este detestable recurso, cuando de su utilidad piensan sacar provecho en
beneficio de sus aviesas y oscuras intenciones partidistas y egoístamente personales.
Recientemente hemos tenido
oportunidad de escuchar unas declaraciones de la alcaldesa de Barcelona Ada
Colau, a propósito del pretendido referéndum por la independencia Catalana, que
constituyen un perfecto y claro ejemplo de una
ambigüedad perfectamente calculada.
La inefable Alcaldesa, ha
manifestado que irá a la manifestación del próximo once de septiembre en pro de
la independencia. Pero, al tiempo, muestra sus reservas ante la posibilidad de
celebrar un referéndum unilateral, es decir, está con los independentistas y
con los que no lo son, tratando de contentar a todos, algo que ambos bandos le
han de recriminado por su hipócrita, calculada y cínica actitud.
Y así, ciertos sectores de
Catalunya Sí que es Pot, señalaron que la participación de Colau en la manifestación
convocada por la Asamblea Nacional no será secundada por buena parte de sus
seguidores, al mismo tiempo que desde el movimiento independentista la acusan
de ser excesivamente tibia en sus apoyos a dicho movimiento.
Le echan en cara además, que
este doble juego, tiene el objeto de preparar el terreno para su salto a la
presidencia de la Generalitat, necesitando para ello los votos de unos y otros,
algo que quizás le nieguen en vista de un doble y ambiguo juego que le puede
perjudicar más que beneficiar, pero que no parece preocuparle, dado el hecho de
que con cada vez más frecuencia, recurre a esta estrategia arriesgada en
extremo.
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