jueves, 6 de julio de 2017

UNA POLÍTICA INSOPORTABLE

Desesperante en extremo el panorama político de este País, que después de casi un año de inexcusable inactividad y desacuerdo, así como de una falta absoluta de solvencia a cargo de unos políticos ineptos e irresponsables, que después de someternos a sus dictados egoístas y ruines, mantienen una situación que se basa en sus opciones e intereses de partido, que están muy por encima y por delante de los ciudadanos a los que representan.
Con un partido en el gobierno, sumido en múltiples corruptelas, con una mayoría en precario, cogida con alfileres, y una oposición dividida y fragmentada hasta extremos inconcebibles, el aire político se está tornando irrespirable para unos ciudadanos que se despiertan cada día con nuevos casos de corrupción, nuevas  sospechas de derroches y desvaríos y nuevos conflictos internos a cargo de un partido socialista, irreconocible, sumido en el mayor de los desatinos, empeñado en auto destruirse.
Un panorama desolador, que no parece tener fin, que mantiene a los ciudadanos en vilo, constantemente, sin un minuto de respiro, que está logrando una absoluta desconexión entre la mayoría de los votantes y sus partidos, empeñados como están en una lucha continua entre ellos, que olvidan y dejan al margen a quienes les han elegido.
Y lo han hecho, para que no sólo los representen, sino para que los escuchen, les consulten y satisfagan sus mandatos, si no al pie de la letra, sí al menos bajo unos mínimos, que no son otros que el esfuerzo y la capacidad para intentar llegar a acuerdos con otros grupos, en lugar de aislarse cada uno en su particular isla, desentendiéndose de esta forma de quienes han depositado en ellos una confianza que continua y permanentemente se ve defraudada por unos inconfesables intereses personales y de partido.
Y así, día tras día, contemplamos un panorama desolador, con unos grupos que se muestran tozudamente incapaces para llegar a acuerdos, donde todos parecen estar enemistados entre sí, con una hosca actitud cuando de hablar en la tribuna se trata.
Parece que se esfuerzan en mostrar ante los medios de comunicación una firmeza y una falsa seguridad que no redunda en beneficio de los ciudadanos, sino en una mera exhibición de sus convicciones de partido, que parecen reafirmar de esta forma y que a nada ayuda ni contribuye a los necesarios acuerdos para sacar adelante leyes que mejoren la vida de una ciudadanía que escuchándolos, no sale de su asombro ante semejantes desvaríos.
El cansancio a cargo de los ciudadanos, resulta ya a estas alturas absolutamente insoportable, ante unos representantes que sólo están empeñados en representarse a sí mismos y a sus oscuros e injustificables intereses de partido.
Contemplamos así como la imagen de España, que algunos sitúan como la novena potencia industrial del mundo, se desvanece en el panorama internacional, donde nuestros políticos no son capaces de hacer valer a un país como el nuestro, que debería hacerse respetar a todos los niveles y que por el contrario se ve ninguneado con frecuencia, ante una política ineficaz, corrupta y derrochadora, con escándalos continuos que deterioran nuestra ya mala imagen en el mundo.
Poco puede esperarse de un gobierno en minoría, atrapado entre las redes que él mismo ha ido tejiendo, salpicado por innumerables corruptelas hasta el punto que el propio presidente del gobierno se ve obligado a declarar como testigo, y que está empeñado en echar balones fuera, en lugar de enfrentar como debiera los múltiples escándalos en los que está incurso su partido.
Por todo ello, el descrédito, la desconfianza y el recelo hacia los políticos, es la constante en un País, que de ninguna manera se merece a unos representantes que han logrado en los últimos años, que los ciudadanos experimenten un profundo hartazgo hacia la política y los políticos, sin duda plenamente justificado.

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