viernes, 12 de abril de 2024

Control absoluto

 

Tenemos una clase política cínica, irresponsable y envenenada por el poder, que no trabaja para unirnos, sino para separarnos, que considera el engaño un instrumento legítimo, y pueril la mínima exigencia ética. Hemos tocado fondo.

La autoría de este texto, corresponde a Javier Cercas, del que me he apropiado, porque lo considero la sentencia, la definición, la declaración más lúcida, clara y rotundamente veraz, de lo que está sucediendo en nuestro país, y que muy pocos han manifestado de una forma tan tajante y demoledora como la que este intelectual ha llevado a cabo en un gesto que le honra y que apenas tiene eco en los colegas de profesión, algo que los desacredita, que han optado por un clamoroso silencio ante los desmanes habidos y por haber de un ejecutivo que ejerce un férreo control sobre el resto de los poderes de un Estado del que se han apropiado, dónde nada escapa a su control.

Nadie con un mínimo sentido de la honestidad, la honradez y la objetividad, puede objetar nada a esa brillante descripción de la situación política en este país, con un gobierno dispuesto a llevar adelante su gestión al precio que sea, con una desmedida ambición que no se detiene ante nada que pueda obstaculizar su hegemónica posición, aunque tenga que utilizar la mentira como medio para conseguirlo, así como cuestionar y retorcer las instituciones hasta utilizarlas en su provecho, como si el Estado fuera de su exclusiva propiedad.

No les ha importado saltar por encima de la separación de poderes, cuestionando a los jueces hasta el extremo de señalar a aquellos que podían suponer, en el ejercicio de sus funciones, un freno a sus intrigantes y siniestras aspiraciones de  lograr el poder, tachándolos de jueces partidistas empeñados en ponerles obstáculos continuamente, lo que ha llevado a Europa a llamarles la atención en varias ocasiones ante denuncias presentadas ante semejante falta de respeto por el poder judicial, lo que no les ha afectado en absoluto, continuando su cruzada contra uno de los poderes del Estado del que parecen haberse apropiado como si de un corralito privado se tratara.

Y una vez instalados en el mismo, lo han organizado a conciencia, situando en lugares clave a su gente, desde el fiscal general que se ha convertido en la voz de su amo por excelencia, hasta la presidenta del consejo de estado, antigua ministra y fiscal general, y otros altos cargos procedentes de ministerios varios, todos bajo la siniestra dirección del intrigante y siniestro superministro Bolaños (justicia, presidencia y relaciones con las Cortes), auténtico mano derecha del jefe del ejecutivo, que de esta forma ejerce un control absoluto sobre la gestión de este país, que parece profundamente dormido y aletargado sin atisbos de reacción alguna.

El control absoluto se hace  cada día más patente con continuos movimientos, en ocasiones sigilosos y en otros tan sonoros y patentes, como el cese de la directora general de rtve, por negarse a contratar a un bulldog que contrarrestase a un periodista de un determinado programa de la televisión privada, en un acto más de manejo y control de una institución pública, en este caso de los medios de comunicación que tanto valoran por aquello de que la información es poder, algo que para este gobierno está por encima de todo, y que vienen llevando a cabo desde que utilizaron la amnistía como moneda de cambio para llegar adónde están hoy.

Con la entrada en la escena política del titiritero jefe, y su pronta aparición efectiva en el país que abandonó en una heroica acción en el maletero de un coche (se había comprometido a reunirse con los suyos al día siguiente), se inaugura una nueva época, en la que más pronto que tarde tendrán que hacer frente a la exigencia del referéndum de autodeterminación, y por ende de la independencia.

No importa que sea anticonstitucional, ya se inventarán algo para contentar a los titiriteros, al fin y al cabo han conseguido siempre lo que se han propuesto, unos dando y otros recibiendo, por lo  que un referéndum blandito, para no ofender, o un Estado libre asociado, para ir tirando, entran dentro de lo posible, aunque dudo que se contenten con cualquier artimaña. La clave es la de siempre, es decir, seguir en el poder como sea, y si es posible con un control absoluto, que es lo que más les satisface.

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