martes, 9 de junio de 2015

INSOPORTABLE CLIMA SOCIAL

Cada vez se hace más insoportable un día a día que se va haciendo más y más monótono, rutinario y decadente, donde las noticias son casi siempre las mismas, sobre todo ahora con un ambiente electoral que parece haberse instalado en la eternidad, sin apenas dar respiro a una ciudadanía, que pese a las indudables intenciones de cambio, comienza a mostrar ya síntomas de fatiga.
Ante tanto trasiego electoral y tanta mal sobrellevada crisis, se está creando un clima social, dónde desde hace años apenas se habla de otra cosa que no sea la corrupción y la política en todas sus vertientes y con todas las variantes habidas y por haber, donde al ciudadano apenas le queda espacio para el fútbol y poco más, con lo que el panorama cultural queda establecido bajo unos mínimos que de ninguna manera debería satisfacer sus necesidades humanas, que van más allá de la política y los deportes.
Leer los periódicos o escuchar la radio, hojear los informativos en televisión o seguir los debates en cualquier medio donde se dieren, es escuchar siempre la misma canción archiconocida ya por una población que se ve obligada no sólo a sufrir las consecuencias de unos ineptos políticos y de la galopante corrupción que generan, sino que además han de soportar la narración permanente de sus intrigantes y perversas azañas.
Por si todo ello no fuera suficiente, las recientes elecciones autonómicas y municipales, han traído una inaguantable suerte de más de lo mismo, pero con el condicionante extra, de que debido a unos resultados francamente sorprendentes - que al menos en este caso le afectan directamente - no hay medio de comunicación, tertulia, red social, informativo, que no se ocupe de ello, casi a tiempo completo.
Lo mismo sucede con las charlas familiares, vecinales, en el trabajo, con los amigos. Todo lo domina y preside la cansina y omnipresente política, en un juego rutinario y mezquino, casi obligado, dadas las circunstancias, que se extiende por doquier, que todo lo contamina y lo ocupa y que no aporta ningún valor al individuo, aparte de la satisfacción de saber ganadora, si así fuere, de su opción ganadora.
Quedará a salvo la complacencia personal de descargar la ira contra los corruptos y manifestar la simpatía e ilusionada esperanza hacia las nuevas candidaturas ciudadanas que han irrumpido con inusitada fuerza en un panorama político que causaba hastío y rechazo y que parece haber dado ahora un giro de ciento ochenta grados, que aunque esperado, ha sido inusitadamente sorprendente y rompedor, con un bipartidismo que parece haber desaparecido para siempre.
Si tenemos además en cuenta que dentro de muy poco tiempo, dentro de este año, todo este tedioso proceso culminará con las elecciones generales, y posiblemente con las tan cacareadas autonómicas catalanas, las perspectivas son francamente desoladoras, hasta tal extremo, que la ciudadanía de este país, se va a erigir en una gigantesca tertulia con debates continuos e interminables que no le darán ocasión de manifestar otras opciones socioculturales, ya bastante limitadas en un presente que todo lo domina la política y sus circunstancias.
Sería sumamente deseable y de todo punto recomendable, si no abandonar tan cansinos y machacones temas, sí al menos tomar un respiro, airear la casa y las mentes de quienes la habitan, y dedicar ese tiempo a nosotros, a nuestras cuitas diarias, a aquello que más directamente nos incumbe, a satisfacer nuestras necesidades y aficiones, ya sean culturales o de otros órdenes, en función de las preferencias de cada uno.
Poner la radio y comenzar el nuevo día con la audición de una delicada melodía o con un hermoso fragmento de una bellísima sinfonía. Escuchar los versos de un delicioso poema o dedicar unos minutos  a un mágico y relajante relato, serían sutiles y bellas maneras de arrancar una nueva jornada, al contrario de lo que nos espera, que suelen ser las tan cacareadas y repetidas noticias de política, corruptelas y miserias varias que en nada ayudan a sobrellevar el  nuevo día que comienza. Desesperante.

No hay comentarios: