martes, 28 de mayo de 2024

El camarote del gobierno Sánchez

 

El tema es demasiado serio para tomárselo a broma, pero sin embargo, no teniendo alternativa, es preferible exhibir una mal disimulada sonrisa que mostrar una preocupación que ni nos ayuda, ni nos favorece, ya que éste gabinete, léase camarote, no va a cambiar su rumbo por mucho que pongamos cara de póker, ya que se ha escorado tanto a fuerza de bogar constantemente a la deriva, que ya no va a haber forma de sacarlo a flote por mucho empeño que pongamos en ello.

Son tantos los integrantes, tan diversos sus componentes, tan estridentes sus disparatados menesteres,  sus  traspiés a bordo, sus frecuentes zancadillas, que es imposible que puedan desenvolverse en tan reducido espacio, cual los hermanos Marx en el cuarto de la limpieza pugnando por hallar un lugar dónde colocar un brazo, una pierna, una escoba, que acaba finalmente con todos ellos cayendo en tropel unos de encima de otros, como en este camarote gubernamental, dónde tantos y tan dispares, dan la impresión de que de un momento a otro, saldrán a empujones a fuerza de meterse los dedos en los ojos, o a escobazos si la elegancia obligada se pierde.

Y es que las controversias entre ellos, tan poco avenidos, pese a lo que machaconamente  digan, no les da para tanto, ya que a las continuas peleas -  no suelen lavar los trapos sucios en casa – suelen sucederles las contradictorias declaraciones, para terminar, como ahora ha sucedido, con votaciones opuestas, que les ha conducido a perder alguna importante resolución en el Congreso, que no tiene más explicación que el de una anarquía gubernamental impropia de un ejecutivo serio, sino más bien de una jaula de grillos dónde el entendimiento y el acuerdo brillan por su ausencia.

Si a todo esto unimos los recientes enfrentamientos entre el presidente de nuestro país con el de Argentina, sin duda iniciado y motivado por el impresentable bulldog del gobierno, encarnado en el inefable ministro Puente, y que nadie intentó parar con la presentación de las excusas oportunas, y detener así un impensable conflicto que aún no sabemos cómo va a terminar, el relato de este desgobierno resulta, como mínimo desalentador, y en cualquier caso, digno de figurar entre los anales de los mayores despropósitos que se han dado en un gobierno democrático en este país.

Pero no caerá esa breva, ya que aquí no ha pasado nada, dicen, están unidos como una piña, conformando un ejecutivo ejemplar que tiene por delante muchos años de ejercicio, un gobierno progresista, cuyo jefe se permite el lujo de tomarse cinco días de retiro conventual, ignoramos si con suspensión de empleo y sueldo, que le ha servido para autoafirmarse en el cargo, algo que muchos ya sabíamos, y que en Europa se lo han tomado a broma del showman, que así lo califican, que deseoso de un baño de masas, que sin duda lo ha disfrutado con el auxilio, la ayuda y el beneplácito de sus hooligans más cercanos, léase sus ministros con la excesiva y excéntrica viceministra primera, que como siempre se ha distinguido especialmente en estos acostumbrados menesteres.

Así que abandonemos toda esperanza. Los integrantes de este  camarote van a soportar cuántas inclemencias haya de soportar el barco dónde se halla, y aunque tuvieran que abandonarlo por los avatares de todo tipo que tuvieran que soportar, su capitán al mando recurrirá a cualquier estrategia, a cualquier puerto, o en último extremo, a cualquier nuevo retiro, para que al cabo de otro periodo de profunda reflexión, comunique a la tripulación, y por ende a la afición, entregada o no, que este barco va como un tiro, como una moto, como un cohete, por lo que, a su pesar, y siempre pensando en el país, ha decidido continuar. Nada nuevo bajo el sol.

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