miércoles, 24 de julio de 2024

Blindar al presidente

 

No podemos, de ninguna manera, reconsiderar nuestra capacidad crítica, libre y objetivamente expresada, ante la desafiante campaña desatada por este prepotente gobierno contra los medios de comunicación, a la par que contra los ciudadanos, en una clara y rechazable ofensiva contra los que hipócritamente  denomina “pseudomedios” y contra todo lo que no se mueva y manifieste a su favor, en una palmaria demostración de un autoritarismo rampante, que nos produce un absoluto y radical rechazo ante una actitud impropia y condenable en una democracia, y que debería obligarnos a mantenernos vigilantes ante semejante desafío.

No se recuerda nada semejante en la historia democrática de este país, no se encuentran hechos que puedan compararse con el comportamiento de este gobierno, siempre a la defensiva, como si se sintiese acorralado en el férreo castillo que ha diseñado para gobernar sin control ni ataduras que le puedan limitar, como viene demostrando con su desafiante falta de respeto hacia unos poderes del Estado cuya separación no parece reconocer, y que le conduce a continuos enfrentamientos con el poder judicial, sus instituciones y sus representantes, a los que suele ningunear, que han motivado varios toques de atención de la Unión Europea ante diversas denuncias presentadas a tal efecto, de las que no parecen haberse hecho eco alguno.

La determinación de este ejecutivo a seguir adelante a toda costa, y que ha quedado patente a través de las numerosas cesiones y concesiones llevadas a cabo hacia quienes los mantienen en la legislatura, es de tal calibre, que están dispuestos a mantenerse en el poder al precio que sea necesario. No importa si se comprometieron a no saltarse determinadas líneas rojas, como ya han demostrado, lo harán siempre que ello suponga continuar, ya que de hecho, no contemplan ningún límite de ningún tipo, tal es su concepto de la dignidad, con la inapreciable ayuda de una ausencia total de seriedad, honorabilidad y respeto.

Si a todo lo expuesto se añade la figura del presidente del gobierno, dotado de una soberbia de considerables dimensiones, así como de una carencia total de escrúpulos, capaz de no inmutarse lo más mínimo ante una hemeroteca que le deja continuamente en evidencia, que le desmiente, y le deja en un ridículo espantoso cada vez que se enfrenta a sus mentiras – cambios de opinión, según manifiesta - el resultado global es demoledor: un ejecutivo decidido a continuar pese a todo y a pesar de todos.

Pero para lograrlo, necesitan blindarse como grupo, mostrarse y actuar como una piña, sin fisuras ni altibajos, ni dudas que los puedan debilitar, y, sobre todo, blindar al efe del ejecutivo, hacia el que sienten auténtica veneración, ya que saben que sin él, no son nada, por lo que las manifestaciones y actos de sumisión, se producen con frecuencia, como las desmedidas muestras de lealtad que llevaron a cabo con motivo del hilarante y ridículo retiro conventual.

Dicho blindaje, del que habitualmente dispone y diseñado en exclusiva para él, lo están reforzando ahora que parece mostrar algunos fallos de diseño, ya que ha permitido que se sienta acosado por problemas que implican a personas de su entorno próximo, que de alguna forma acabarán por afectarle a él, algo que rechaza y teme, y ante lo que su respuesta ha sido la de defenderse a capa y espada, con lo que denomina calidades y regeneraciones democráticas, que no son más que medidas preventivas para frenar a los medios de comunicación, en un preocupante gesto de desprecio hacia la libertad de expresión. Empeño, como claramente se seduce, de una incalificable práctica antidemocrática hacia la que desearía que nos  acostumbrásemos, pero que de ninguna manera vamos a permitir.

Un presidente regenerado

 

Decididamente, a este señor tan impecablemente vestido, permanentemente arreglado de domingo, bien peinado y mejor rasurado, que se exhibe en cuantos medios y “pseudomedios” le facilitan sus asesores de imagen, le está gustando un trabajo que no parecía que estuviese diseñado a su medida, pero al que poco a poco le está encontrando el tranquillo, y está logrando, con la inestimable e inasequible ayuda de sus fieles, dentro y fuera del gobierno, que acabe creyéndoselo, y es que su notable y patente falta de escrúpulos, así como su indudable carácter altanero, ayuda sin duda a tal efecto.

Y todo hasta el punto de comenzar a gobernar con una iniciativa propia tal, que a base de toques y retoques a un Estado, que considera como algo propio, lo va a dejar como nuevo, es decir, a su imagen y semejanza, a su servicio y dedicación, y es que tan convencido está de ello, tan pagado de sí mismo se siente, que no alberga la menor duda de que con todas las patrañas que cada día nos regala, convencerá a una cansada y harta ciudadanía, que cada día que pasa, más y mejor le tiene tomada la medida.

Algo a lo que él parece ajeno, de lo que no parece darse cuenta, como si no fuera consciente, como si no fuera con él, tal es su egolatría en la que se halla instalado, cuando en realidad no es así, no nos engañemos, ya que teatraliza continuamente, tratando por todos los medios de ocultar de esta manera las numerosas trabas que se le presentan últimamente, y que intenta diluir con sus insoportables y continuas regeneraciones democráticas, que causan hilaridad y espanto democrático.

Y es que según piensa, el país y sus paisanos están degenerando a pasos agigantados, y es por ello que se ha embarcado en una ingente labor para regenerarlo con todos sus ciudadanos dentro, hasta que quede irreconocible aquel, y estos aparezcan como deudores del señor feudal al que le deberán sumisión, lealtad y agradecimiento eternos, tal es su aparente y falsa seguridad, y tal su grado de convicción, ante tanta y tan generosa entrega de un líder que sabe mejor que nadie lo que necesitan sus súbditos.

De esta forma, regenerándolos con la frecuencia que considere oportuna, logrará, piensa él, que el país y sus afortunados, felices, y dichosos regenerados, se sientan satisfechos y le aclamen como al amado líder – peligrosas tendencias – al héroe que permanentemente vela por ellos, sus vidas y sus haciendas, a la par que le da un sutil y decidido toque a las suyas, que buena falta le hace, con algún que otro jirón que ha sufrido, y que tanto desvarío degenerativo le está propiciando.

Y así, se ha empeñado en idear una serie de milongas regenerativas que, salvo los suyos, rechazan la inmensa mayoría de los grupos políticos, que no contemplan en este teatrillo presidencial mas que un vano intento de ocultación de la multitud de problemas en los que se encuentra, unos, los más, que se ha creado él mismo, y otros, no menores, que le han causado personas próximas a él, que le están originando continuos estados de un pésimo y absurdo momento político, que le está dejando en evidencia ante una opinión pública cada vez más enfrentada a un presidente cada día más impopular, que dada su  ególatra y acreditada soberbia, han de pasarle factura, algo que sus asesores de imagen tendrán que trabajar, para que no se le note en exceso a la hora de salir a escena.

Terminar lo que dejaron a medias

 

Están volviendo con la anuencia y el respaldo de un gobierno que siempre los ha necesitado para, a cambio de los votos oportunos, perpetuarse el poder, y así, han comenzado su viaje de retorno, amnistiados unos, perdonados otros, y en general, corriendo un tupido velo de ignominia y olvido sobre los delitos cometidos.

Y llegan arrogantes y presuntuosos, proclamando a los cuatro vientos que “vuelven para terminar lo que dejaron  a medias”,  a sabiendas de que ya nada ni nadie los va a frenar en su carrera hacia un referéndum que pactarán con un ejecutivo débil y necesitado de sus votos, sin los cuales la legislatura se les va al garete, algo a lo que se aferran con una desesperación tan evidente, que estarían dispuestos a ceder y conceder cuanto les pidan.

A lo que seguro ningún obstáculo opondrían, ya que acostumbrados están a ello, a base de ejercer de conseguidores, ya sea a través de amnistías, olvidos y perdones varios, o competencias exclusivas, entre otros, en lo que han demostrado ser unos auténticos maestros del mercantilismo político, que siempre les ha rentado unos pingües beneficios netos a los insaciables pedigüeños, con los que ahora tendrán que lidiar para responder a sus inacabables solicitudes que culminarán con un referéndum de autodeterminación, que de una u otra forma les concederán.

Y es que dada la extrema debilidad que siempre han mostrado ante ellos, los han acostumbrado a conseguir todo cuanto han querido y eso tiene su coste que no es otro que una cesión continua ante este niño mimado en que han convertido al titiritero y su gente, todo por conseguir perpetuarse en el poder un presidente que ha perdido definitivamente los papeles y que no está dispuesto a renunciar a sus privilegios a costa de un País que está descubriendo poco a poco a un personaje soberbio y sin escrúpulos dispuesto a sacrificar lo que sea necesario para mantenerse en el poder,  caiga quién caiga, salvo él, al que nadie en su silenciado partido osa hacerle frente, tal es el ninguneo al que lo ha sometido.

Pero el reto al que le van a someter es de envergadura, ya que han cogido oxígeno y les han perdido el poco respeto que los tenían, por lo que se avecinan tiempos que no nos atrevemos a calificar, salvo quizás de inciertos, ya que ellos saben ahora que sus armas son temibles y han conseguido doblegar al enemigo, por lo que con un poco más de presión conseguirán derribarlos, ya que han confirmado, aunque no ignoraban,  que el punto extremadamente débil de este gobierno es el apego a un poder que veneran por encima de todo, y al que de ninguna manera piensan renunciar.

El problema para el resto de ciudadanos de este país, que contemplamos con auténtica preocupación este desolador panorama, es que conociendo la trayectoria de este voraz ejecutivo, y la soberbia y la falta de escrúpulos que le caracteriza, no tendrán problema algunos en saltarse lo que sea menester para lograr sus fines.

 Y eso no es de recibo, porque aquí jugamos todos, no se les olvide. Este país no les pertenece, que es la impune impresión que cada día ofrecen a unos ciudadanos a los que no se les engaña fácilmente, y que no olvidan con la facilidad que ustedes presumen. Muéstrennos el respeto debido.

Lo volverán a hacer

 

Este inefable y singular gobierno, parece tener una indudable componente masoquista que no puede disimular por mucho que lo intente y trate de convencer al personal, lo que resulta increíble, que la amnistía es por convivencia, por la pacificación, la normalidad y la estabilidad de Cataluña, cuando todos sabemos desde hace ya demasiado tiempo que es por conveniencia, es decir, inmunidad por votos, y no hay más, porque la paz, la normalidad y la estabilidad están más que aseguradas por aquellos lares, por lo que deberían dejar de lado ya esas pamplinas que ya nadie cree, y centrarse en gobernar para todos, algo de lo que se han olvidado con ese fanático y compulsivo afán por favorecer a quienes manejan de verdad los hilos de esta legislatura.

A cuyo mando está el titiritero mayor desde sus cómodos aposentos desde dónde gobierna, no en la sombra, sino a plena y deslumbrante luz del día, mientras contempla cómo con cuantos más desaires se prodiga hacia sus valedores en La Moncloa, más los tiene a los pies de los caballos, humillándose otra vez, y las que hagan falta para que sigan luchando por su auto amnistía, que no abandonen que sigan reclamando cuanto deseen, pero que no los dejen solos en su batallar por concederles “su” amnistía.

Y a eso se dedican, a incordiar continuamente mientras el gobierno ofrece una y otra vez la otra mejilla, obediente, masoquista en extremo, mientras el titiritero afirma en sus últimas declaraciones, en modo incendiario, que conseguirán la amnistía, pero que no crea el ejecutivo que por ello van a dejar de luchar contra la “ofensiva represora”, hasta lograr la independencia, algo para lo que están preparándose y a lo que no renunciarán nunca, preparándose, como ha afirmado, “para la confrontación y la unilateralidad”.

Ya lo dijeron cuando afirmaron que lo volverían a hacer, algo que ya han puesto en marcha con la iniciativa popular para declarar la independencia que ya ha admitido a trámite la mesa del Parlament, en un paso más hacia la declaración unilateral de independencia, un pulso más a este gobierno imprevisible, que ignoramos cómo responderá, pero que conocida su trayectoria en estos menesteres, posiblemente aplicarán una vez más acendrado masoquismo buscarán alguna mejilla más, y les concederán lo que pidan para que reflexionen un poco, para que se tranquilicen, o se pondrán de rodillas si es necesario una vez más, en lugar de actuar de una vez con una firmeza de la que son absoluta y decididamente incapaces.

Y es que dada la extrema debilidad que siempre han mostrado ante ellos, los han acostumbrado a conseguir todo cuanto han querido y eso tiene su coste que no es otro que una cesión continua ante este niño mimado en que han convertido al titiritero y su gente, todo por conseguir perpetuarse en el poder un presidente que ha perdido definitivamente los papeles y que no está dispuesto a renunciar a sus privilegios a costa de un País que está descubriendo poco a poco a un personaje soberbio y sin escrúpulos dispuesto a sacrificar lo que sea necesario para mantenerse en el poder,  caiga quién caiga, salvo él, al que nadie en su silenciado partido osa hacerle frente, tal es el ninguneo al que lo ha sometido.

En cualquier caso, no corren vientos favorables para un partido que ve cómo las aguas turbulentas de los escándalos políticos le están cercando con las corruptelas de las mascarillas, que le están salpicando, y dónde la presidenta del Congreso, tan fiel ella a su presidente, está siendo señalada también por este motivo cuando presidía Las Baleares. Si a todo esto, sumamos la falta de poder territorial del partido, La Moncloa va ser el último reducto dónde atrincherarse un presidente, que aún así, no rendirá jamás su fuerte, aunque si para continuar ha de hacer más concesiones y ofrecer más mejillas al titiritero jefe, las buscará donde sea preciso. El poder, por encima de todo.

Perversión

 

Aferrados están con uñas y dientes a un poder que aman sobre todas las cosas, con un concepto del mismo que nada tiene que ver con la ética, ni con la estética, aunque traten de cuidar ésta última, sin conseguirlo, ya que la desmedida ambición desbarata por completo sus planes supuestamente progresistas, término que continuamente dejan en mal lugar, tergiversándolo y vaciándolo de contenido hasta dejarlo absolutamente irreconocible.

Todo ello debido a que ni el desmedido afán de poder, ni las malas artes que utilizan para ejercerlo, ni la falta de respeto por los contrincantes políticos, ni la ausencia total de consideración por la lealtad debida a la separación de poderes, ni la grosera utilización de insultos chabacanos dirigidos a la oposición y a sus dirigentes, ni el incalificable desdén hacia el poder judicial y sus representantes, los jueces – ahora descalifican al Supremo por su sentencia a favor de aplicar la malversación como delito no amnistiable – no permiten aplicarles ese excesivo título, que de ninguna forma merecen.

Etiqueta que se han colgado y adjudicado a sí mismos, en una ceremonia más de la confusión que notablemente los domina, y que denota una soberbia insoportable que los caracteriza, que comenzando en el ególatra jefe del ejecutivo, termina en todos y cada uno de sus ministros, auténticos ídolos de su venerado jefe, al que halagan, alaban y vitorean hasta extremos que provoca sonrojo a propios y extraños.

Poco de progresismo tiene, y sí mucho de miserable decisión, la injustificable acción de dejar en la estacada, abandonados a su suerte frente a nuestro vecino del sur, al indefenso pueblo Saharaui, así como la actuación vergonzosa y sangrienta que tuvo lugar en el asalto a la valla de Melilla, dónde murieron más de treinta migrantes, sin dar más explicaciones que las de evadir toda responsabilidad, o en otro orden de cosas, la infame concesión de una injusta amnistía, que no fue sino una compraventa de inmunidad a cambio de votos, para mantenerse en el poder, cuando habían afirmado por activa y por pasiva que no se llevaría a cabo.

Así como la continua concesión de privilegios a Cataluña por el mismo motivo, o la utilización del servil fiscal general para el logro de oscuros, siniestros e inconfesables objetivos, que no obstante a nadie se le escapan, como los ímprobos esfuerzos para facilitar la situación jurídica de los huidos con causas pendientes, y la búsqueda de miserias varias que puedan  cargar sobre sus opositores, con el fin de desacreditarlos, algo que no les supone obstáculo alguno, dada la absoluta falta de escrúpulos de la que suelen hacer gala.

No se puede obviar, de ninguna manera, la estrafalaria e incalificable espantada llevada a cabo por el presidente, el showman, según le calificaron en Europa con motivo de su monacal retiro de cinco días, y de sus dos posteriores y absurdas misivas, que no tiene parangón en la historia de la gobernanza de un presidente de gobierno en Europa que se precie de serlo, y más ahora que amenaza con unas normas de regeneración democrática, que se supone ya se aplica, y lo que es peor y más alarmante, con unas lecciones de calidad democrática con las que nos amenaza, de la que ellos tienen mucho que aprender antes de hacer pedagogía al efecto. Decididamente, el progresismo está claramente sobrevalorado.

Un gobierno pseudoprogresista

 

Aferrados están con uñas y dientes a un poder que aman sobre todas las cosas, con un concepto del mismo que nada tiene que ver con la ética, ni con la estética, aunque traten de cuidar ésta última, sin conseguirlo, ya que la desmedida ambición desbarata por completo sus planes supuestamente progresistas, término que continuamente dejan en mal lugar, tergiversándolo y vaciándolo de contenido hasta dejarlo absolutamente irreconocible.

Todo ello debido a que ni el desmedido afán de poder, ni las malas artes que utilizan para ejercerlo, ni la falta de respeto por los contrincantes políticos, ni la ausencia total de consideración por la lealtad debida a la separación de poderes, ni la grosera utilización de insultos chabacanos dirigidos a la oposición y a sus dirigentes, ni el incalificable desdén hacia el poder judicial y sus representantes, los jueces – ahora descalifican al Supremo por su sentencia a favor de aplicar la malversación como delito no amnistiable – no permiten aplicarles ese excesivo título, que de ninguna forma merecen.

Etiqueta que se han colgado y adjudicado a sí mismos, en una ceremonia más de la confusión que notablemente los domina, y que denota una soberbia insoportable que los caracteriza, que comenzando en el ególatra jefe del ejecutivo, termina en todos y cada uno de sus ministros, auténticos ídolos de su venerado jefe, al que halagan, alaban y vitorean hasta extremos que provoca sonrojo a propios y extraños.

Poco de progresismo tiene, y sí mucho de miserable decisión, la injustificable acción de dejar en la estacada, abandonados a su suerte frente a nuestro vecino del sur, al indefenso pueblo Saharaui, así como la actuación vergonzosa y sangrienta que tuvo lugar en el asalto a la valla de Melilla, dónde murieron más de treinta migrantes, sin dar más explicaciones que las de evadir toda responsabilidad, o en otro orden de cosas, la infame concesión de una injusta amnistía, que no fue sino una compraventa de inmunidad a cambio de votos, para mantenerse en el poder, cuando habían afirmado por activa y por pasiva que no se llevaría a cabo.

Así como la continua concesión de privilegios a Cataluña por el mismo motivo, o la utilización del servil fiscal general para el logro de oscuros, siniestros e inconfesables objetivos, que no obstante a nadie se le escapan, como los ímprobos esfuerzos para facilitar la situación jurídica de los huidos con causas pendientes, y la búsqueda de miserias varias que puedan  cargar sobre sus opositores, con el fin de desacreditarlos, algo que no les supone obstáculo alguno, dada la absoluta falta de escrúpulos de la que suelen hacer gala.

No se puede obviar, de ninguna manera, la estrafalaria e incalificable espantada llevada a cabo por el presidente, el showman, según le calificaron en Europa con motivo de su monacal retiro de cinco días, y de sus dos posteriores y absurdas misivas, que no tiene parangón en la historia de la gobernanza de un presidente de gobierno en Europa que se precie de serlo, y más ahora que amenaza con unas normas de regeneración democrática, que se supone ya se aplica, y lo que es peor y más alarmante, con unas lecciones de calidad democrática con las que nos amenaza, de la que ellos tienen mucho que aprender antes de hacer pedagogía al efecto. Decididamente, el progresismo está claramente sobrevalorado.

Miguel Ángel genio del renacimiento

 

En estos tiempos de vértigo que vivimos, con una lamentable ausencia de creatividad, dominados por la inteligencia artificial que pugna por relevarnos de nuestras capacidades ya bastante minoradas, acuden a nuestra memoria los gigantes de  la época más brillante del florecimiento de las artes de la historia de la humanidad, como la pintura, la escultura y la arquitectura, entre otras artes, que sobresalieron de una forma tal, que con una impetuosidad y una pujanza  que seguramente nunca volverá a repetirse, logra congraciar en parte a los seres humanos con una redención necesaria, ante tanta vulgaridad actual, tanta violencia, y tantos destrozos y desvaríos de toda índole como ha cometido a lo largo de su existencia en este planeta Tierra.

Los siglos XV y XVI, sobre todo en Italia, dónde los mecenas jugaron un importante papel – Los Medici, Sforza, Gonzaga - el arte en general alcanzó cotas inimaginables para la época, que aún hoy, siglos después, sigue maravillando a los amantes de la belleza, que siguen extasiados ante la contemplación de infinidad de obras que nos legaron los numerosos genios que surgieron, fundamentalmente en Florencia, Venecia y Roma, que llenan los museos de estas ciudades, y las de todo el mundo, en una admirable y gloriosa demostración de la enorme capacidad del ser humano por ingeniar, desarrollar y materializar el amor por la belleza, la elegancia, y la irresistible atracción que a través de su perfecta armonía llena los sentidos al contemplar una hermosa obra de arte.

Fueron tantos los talentos que brillaron durante el Renacimiento, que citarlos a todos supondría una ingente tarea, excesivamente larga, que conllevaría el riesgo de dejar de lado a alguno de ellos, lo que constituiría una  imperdonable omisión, que ni debemos ni podemos permitirnos, ya que su ausencia, dejaría incompleto el relato de éstos irrepetibles genios del arte, lo que podríamos calificar de una absoluta injusticia histórica que cometeríamos, nosotros, los mortales, humanos insignificantes, ante estos dioses, gigantes del Renacimiento, del Quattrocento y Cinquecento, que merecen toda la admiración y el respeto de una humanidad agradecida por la belleza que a través de sus obras nos legaron.

Imposible destacar a alguno de estos talentos, ya que supondría no sólo una desconsideración hacia los demás, sino un manifiesto e injusto error, ya que cada uno de ellos, desarrolló una hermosa e ingente obra, que no debe ser comparada con los demás, ya que poseen características propias que la hacen exclusiva, diferente y original para cada uno de ellos, alimentando así, la variedad, la magnitud y la grandiosidad de una obra desarrollada durante un período que consideramos impagable para la cultura de una humanidad tan necesitada de éstos hechos y acontecimientos que dignifican a los seres humanos.

Michelangelo Buonarroti, Miguel Ángel, el Divino, es uno de los gigantes de esta época.  Brilló en la escultura, la pintura y la arquitectura, con un carácter que le definen como hosco y colérico, presto a las discusiones y al mal genio, desarrolló su inmensa obra – vivió ochenta y nueve años- entre Florencia y Roma, dónde trabajó para varios papas, a los que trataba de igual a igual, que le encargaron numerosos trabajos, siendo famosas las broncas y frecuentes discusiones con ellos, con los que rompía con frecuencia los contratos acordados, retornando casi siempre a los mismos.

Cuando Julio II le encargó el monumental trabajo de los frescos de la bóveda de la capilla Sixtina, los enfrentamientos fueron continuos. Julio II se sentaba en la base de los andamios y le gritaba ¿Cuándo acabarás? ¡Cuando termine! le respondía invariablemente Miguel Angel, que pese a la impresionante labor llevada allí – se negó en principio a ello, ya que él se consideraba un escultor y no un pintor -. Años después de pintar la bóveda – el génesis – hizo lo mismo con el ábside – el juicio final – , constituyendo un hermoso y grandioso ejemplo de la pintura al fresco, especialidad que él siempre dijo que no dominaba.

Es conocida la respuesta que dio a quién le preguntó acerca de cómo esculpió La Piedad:  “la escultura ya estaba dentro de la piedra, sólo tuve que quitar  el mármol que sobraba”, lo que resume la inmensa capacidad artística de este genio, dotado de una exquisita sensibilidad, que llevó a cabo además obras como David, Moisés, Tondo Doni, Esclavos, El Angel, Piedad Rondanini, tumba de Julio II, tumba de los Medici, entre otras, así como la cúpula de la basílica de San Pedro como obra más representativa de Miguel Angel en su faceta de Arquitecto, que le consumó como uno de los genios más grandes de todos los tiempos.

sábado, 6 de julio de 2024

Castellanos y Leoneses

 

Hay temas tan complicados a la hora de pasarlos al papel, a la hora de transmitirlos, y posteriormente de asimilarlos, dónde intervienen el escribiente, el comunicante y el lector, todos ellos generalmente tan distintos y tan distantes, que la posibilidad de entrar en contacto, es sencillamente nula, por lo que  cada uno ha de ceñirse a su función, confiando entre ellos de tal modo y manera que cada uno se limite a su campo de actuación, sin extralimitarse lo más mínimo, guardándose una fidelidad y una lealtad absoluta entre ellos, que los garantice una amable paz social, sin la cual nada es posible, ni en este contexto, ni en ninguno.

Tema delicado el presente, con dos regiones históricas tan relevantes a lo largo de nuestra dilatada historia, que en 1883 constituían por separado  dos regiones, Castilla La Vieja, con ocho provincias – Santander, Burgos, Logroño, Soria, Segovia, Ávila, Valladolid y Palencia – y León, con tres provincias – León, Zamora y Salamanca. Después, Logroño se constituyó en La Rioja y Santander en Cantabria.

En 1983 Castilla y León se unieron, para continuar así hasta un presente incómodo para muchos, que reniegan de esta situación que no ha resultado satisfactoria desde sus orígenes para un importante sector de la población de ambas comunidades, que se opusieron entonces y lo hacen ahora con más ímpetu y decisión, y a quienes habrá que dar cumplida respuesta.

 La denominación de ambas regiones históricas, proviene del latín. Castilla lo hace de Castellum, tierra de castillos, mientras León proviene de Legione, legión, ya que allí se asentó la Legio Séptima Gemina Romana, y en cuanto al gentilicio, a los habitantes de las regiones anexionadas se las denominaría castellanoleoneses, y se expresa aquí en condicional, ya que no existe unanimidad al respecto.

Iniciamos así las hostilidades que augurábamos al principio, en gran medida justificadas, al resultar como mínimo, estética y éticamente inadecuado semejante término, que no contenta ni satisface a nadie, ni a castellanos ni a leoneses, que no se sienten representados en una denominación forzada y vulgar, falta de rigor histórico que mezcla y combina gentilicios de una manera tal, que resulta ajena, extraña y ausente  por completo a un necesario respeto por la historia, la cultura y la ciudadanía de ambas regiones.

Con derecho a conservar su gentilicio,  que nadie les puede hurtar, y con un sentimiento de apego a su tierra, historia y costumbres que nadie les ha de impedir ni puede negar, y al margen de consideraciones jurisdiccionales, de servicios, económicas, políticas y sociales, que no vamos a tomar aquí en consideración, por exceder de la intención meramente formal de estas líneas, y teniendo en cuenta que la Constitución permite, ampara y regula la posible alteración de la composición de las Comunidades, y obviando los avatares históricos en común, del reino de Castilla y del reino de León a través de los tiempos, que fueron numerosos y que dejaron su huella en su tierra y en sus gentes, deberían ser ellos, los ciudadanos que habitan sus campos, sus pueblos y sus ciudades, quienes decidan cómo han de plantearse su convivencia en el futuro.

Gobernar a golpe de relato

 

Lo deseable sería disfrutar de un gobierno serio y responsable, y por ende, un presidente que responda  a los mismos esquemas, en lugar de un gabinete hooligan, petulante y provocador, y por jefe del ejecutivo, un showman - así lo consideran de puertas afuera después del esperpéntico y monacal retiro - de quién después de la ridícula segunda carta afirmó que iba a regenerar la democracia, para al día siguiente, insultón como de costumbre, comenzara  a vocear acerca de  la máquina del fango, para dirigirse a la oposición, en una clara señal de lo que este ególatra jefe del ejecutivo entiende por regeneración democrática.

Para no perder el guión del relato al que últimamente se acoge, ahora da un paso más allá, y habla de un plan de calidad democrática, que procediendo de él, ya despierta todo tipo de sospechas, sobre todo, cuando habla de regenerar la justicia (la guerra judicial), y los medios de comunicación (los pseudomedios), aspectos ambos por los que viene demostrando una ausencia total de respeto, por lo que las citadas suspicacias, están más que justificadas.

Aunque ahora, más bien deberíamos hablar de “relatos”, término acuñado por el inefable, inquietante e intrigante fiscal general, al referirse a los datos reservados de la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, que ordenó difundir a la fiscal general de dicha Comunidad, indicándole que se apresurase a sacar la nota, para que no les ganasen el relato, léase el bulo, el cotilleo, la patraña, que es, según parece la comunicación oficial, o al menos oficiosa, que parece van a utilizar a partir de ahora, y que han dado en denominar “relato”, es decir, buscar la inmundicia en la casa del otro.

Todo ello como medio para dirigirse a los ciudadanos de este país,  que no logran salir de su asombro ante un gobierno, que unido a sus fieles servidores como el citado fiscal general, y contando con otros fieles colaboradores, como el siniestro superministro con tres carteras o el ministro de transportes, siempre en funciones de bulldog, para lo que haya menester, o la excesiva y exaltada hooligan principal del grupo, que no puede ser otra que la ministra de hacienda, siempre dispuesta a vitorear a su venerado jefe, o dedicada a buscar asuntos tibios del contrincante de turno, o a ponerlo a caldo desde la bancada azul, algo con lo que suele disfrutar, si no está aplaudiendo enfervorizada al presidente, tras alguna de sus intervenciones.

 Claro que en su defecto, y si nos encontrásemos en uno de los relatos monjiles del presidente, con falsa amenaza incluída de dimitir, la hallaríamos pidiéndole a voz en grito en Ferraz que no lo haga, que se quede, cada vez que le da por sopesar su temporal retiro, y nos amenaza con otra de sus insoportables cartas, que sin saberlo entonces, suponían ya un adelanto del novedoso acto instaurado ahora de gobernar a través de los citados e ingeniosos relatos.

Método con el que me temo nos van a engatusar como de costumbre, pero con el agravante ahora de maltratar a los ciudadanos, utilizando una vulgar y perversa forma de confundir y enmarañar el discurso, construyendo  e inventando relatos, en lugar de decretos, normas y medidas de diverso cariz, para lo que seguro ya tienen especialistas de sobrada capacidad, además de ministros altamente capacitados para estas labores, que seguro encontrarán amena y divertida esta ingeniosa manera de ejercer su labor, para la que algunos, han dado sobradas pruebas de madurez, después del largo tiempo que llevan en el cargo, pero con el añadido ahora de falsear y tergiversar los términos, mediante la seducción  que aporta el relato manipulado e interesado, dirigido al confiado ciudadano.

Incombustible Bruce Springsteen

 

En una de sus biografías, Bruce Springsteen habla de sus primeros pasos en el pueblo dónde nació, de la casa de su bisabuela donde vivía con sus abuelos sus padres, su hermana  Virginia y su perro Saddle, cómo su padre tuvo que dejar la escuela a los dieciséis años para ponerse a trabajar, cómo a los diez años se conocía todas las grietas y recovecos de las calles de Freehold, Nueva Jersey, cómo en ellas se sentía Aníbal cruzando los Alpes o un soldado atrapado en un cruento combate en plena montaña, un lugar dónde la gente vive sus vidas, sufre con dolor, disfruta de los pequeños placeres, y juega al béisbol, en esta población de infarto que engendra revueltas raciales, odia a los diferentes te estremece el alma, genera amor y odio y te rompe el corazón.

Mi madre, decía, leía novelas románticas y escuchaba los últimos éxitos radiofónicos. Me dio todo el cariño que no supo darme mi padre, el cual me explicaba que las canciones que escuchaba en la radio, formaban parte de un plan gubernamental para que te casaras y pagaras impuestos. Era un misántropo que rehuía a la mayor parte de la humanidad. Cuando iba a por él al bar, lo encontraba al final de la barra. Según decía, el mundo estaba lleno de estafadores en busca de un dólar. Éramos muy pobres, aunque nunca nos faltó lo más elemental para vivir.  Nunca salíamos al pueblo y no conocí el interior de un restaurante hasta que tuve veinte años.

Así habla de su infancia este fenómeno de masas, que para suerte de los que amamos la música, continúa activo, como tantas otras figuras de este noble arte que han decidido continuar sobre las tablas más allá de lo que el cuerpo aguante, en un ejercicio de admirable y respetable valor, que tantos celebramos, y que no está exento de un íntimo goce que los hace disfrutar a ellos tanto como a quienes los seguimos escuchando desde que los oímos por primera vez, agradecidos por aquellos gloriosos vinilos que atesoramos ahora como oro en paño en un lugar privilegiado de nuestra discoteca.

Según él mismo afirma, antes de dedicarse profesionalmente a la música jamás tuvo un trabajo remunerado con un sueldo mensual fijo, nunca tuvo una nómina que le garantizase unos ingresos con una segura y cierta frecuencia, sobrevivía con algunos trabajos esporádicos que le surgían, y más adelante con los ingresos que obtenía con las bandas con las que actuaba puntualmente en bares y clubs, que le obligaban a viajar por todo el territorio nacional.

Y así, contaba cómo sin carnet de conducir y apenas sin experiencia alguna en el manejo de los automóviles, los miembros del grupo se turnaban para cruzar el país en una destartalada furgoneta, conduciendo toda la noche, comiendo algo sin apenas detenerse, conducía uno y dormía el resto, para de esta forma poder llegar a actuar allá dónde conseguían algún contrato, por muy lejos que estuviera.

A Bruce Springsteen se le conoce por The Boss, es decir, el jefe, sobrenombre que se lo adjudicaron en los primeros tiempos con la E Street Band. Él se ocupaba absolutamente de todo, tanto en términos musicales como administrativos que afectaban a la banda, así como de recaudar el dinero y de pagar a sus componentes, por lo que cuando alguien les preguntaba por alguno de éstos temas, siempre respondían “habla con el jefe”,  dando origen al Boss, nombre por el que es conocido universalmente.

Su música es reconocible de inmediato, yendo del rock más puro a las baladas más clásicas, con una envidiable capacidad para conectar de inmediato con un público de lo más variopinto que invariablemente llena los estadios y los espacios dónde actúan por gigantescos que sean. Siempre con un arrollador éxito que le ha acompañado siempre en su larga trayectoria profesional por todo el mundo. Born To Run, The River, Born in the USA, Tunnel of Love, Human Touch, The Rising, son algunos de sus más celebrados álbumes, de lo que han vendido millones de discos por todo el mundo.

Ha publicado más de sesenta álbumes, en una carrera musical que afortunadamente para sus millones de seguidores en todo el mundo aún tiene mucho recorrido. De carácter afable, próximo y comunicativo a todos los niveles, Bruce, Springsteen, el Boss, el Jefe, es, posiblemente junto con Elvis, el más popular de los cantantes de rock de toda la historia de la música.

Inasequible al desaliento, eternamente incombustible e imprescindible, jovial y siempre dispuesto a exhibir su contagiosa sonrisa, Springsteen recorre el planeta una y otra vez, sin olvidar jamás pasar por nuestro país, dónde sabe tiene el éxito asegurado, dónde llena siempre y se siente admirado y profundamente valorado, disfruta en el escenario acompañado de su Patti Scialfa y la sublime E Street Band, logrando entusiasmar y emocionar a quienes le estiman y le profesan un inmenso agradecimiento que él sabe, sin duda, valorar y agradecer, algo que esperamos se perpetúe en el tiempo.

Abuelo secretario abuelo panadero

 

Siempre disfruté cuanto pude de mis entrañables abuelos por los que sentía auténtica adoración cuando  vivíamos en el pueblo dónde nací. Pasaba con ellos gran parte de mi tiempo disponible, que era mucho, dada mi condición de chiquillo que después de la escuela poco o nada tenía que hacer, salvo algún recado que me encomendaba mi madre, y sobre todo, jugar con los amigos, sin límite espacial alguno, ya que la calle, las eras, el campo, las praderas junto al río, todo era nuestro, todo nos pertenecía, éramos los dueños absolutos del tiempo y el espacio. Sencillamente éramos felices.

Y así, cuando nos cansábamos de corretear por el pueblo o teníamos hambre,  íbamos a ver a los abuelos, a merendar y a  charlar con ellos, que siempre nos recibían con esa expresión de alegría contenida que muestra una gratitud que sólo los abuelos saben transmitir a sus nietos, cuando los ven llegar, cuando contemplan cómo se acuerdan de ellos, cuando van a visitarlos aunque sea para pedirles agua: abuela, ¿me pones una rebanada de pan con aceite y azúcar? Claro, nieto, ven a la cocina.

En invierno, con las nieves y los hielos que parecían eternos en aquel pueblecito cercano a la sierra, Duruelo, solía ir a calentarme a su casa, al amor de la lumbre baja, sentado con ellos en torno a las trébedes que delimitaban el espacio dónde ardía y crepitaba la leña que de vez en cuando arrojaban los abuelos, charlando con ellos mientras nos calentábamos y comíamos las deliciosas patatas que asaban en los rescoldos de la lumbre.

Les hacíamos compañía, los ayudábamos si estaba en nuestras manos, los queríamos y respetábamos como abuelos, como padres de nuestros padres, como personas cariñosas que sabíamos que se alegraban de vernos, que nos querían como hijos de sus hijos, que nos cuidaban y nos mimaban como buenos abuelos.

Recuerdo cómo mi abuelo materno Pablo – la abuela Petra - cuando me quedaba en su casa y se hacía de noche, me acompañaba hasta la casa de mis padres porque me daba miedo pasar por una calle dónde había una casa semiderruida habitada por fantasmas, según creíamos los chavales, dónde los críos solíamos jugar, eso sí, exclusivamente de día.

 A mis abuelos paternos – Mateo y María – los conocí menos, de hecho, al abuelo no llegué conocerlo, pero iba también a ver a la abuela con frecuencia, y la recuerdo pequeñita y bondadosa, con sus faldas amplias y oscuras y su sempiterno pañuelo negro en la cabeza, como la abuela Petra, sentada sola, en la cocina frente a la lumbre, dónde me recibía siempre con cariño y alegría.

Mi abuelo Mateo, que no llegué a conocer, fue secretario de Administración Local del ayuntamiento de Duruelo, nombrado en diciembre de 1925, dónde ejerció como tal hasta su jubilación, sustituyéndolo su hijo Marcelino, mi padre, en el año 1943, que llevó  simultáneamente la secretaría de los ayuntamientos de Duruelo, Santa Marta del Cerro y Sotillo, para después ejercer el mismo cargo en La Velilla y Valleruela de Pedraza, pasando años más tarde a Muñoveros, y por último a Hontalbilla, dónde se jubiló, retornando de nuevo a Duruelo, su pueblo y el mío.

Mi abuelo materno, Pablo, padre de mi madre María, fue panadero. La proximidad de Duruelo al puerto de Somosierra, tuvo importantes consecuencias para ellos, ya que durante la guerra civil, ambos bandos se disputaban ese importante paso que comunicaba Madrid con el norte de España, por lo que allí se libraron duros enfrentamientos, que aunque no pasaron de la zona, tuvo sus repercusiones en las gentes de los pueblos de los alrededores.

Fue el caso de mi abuelo, que junto con su mujer, mi abuela Petra, tenían que llevar las alforjas repletas de pan a lomos de los burros. Repartían el pan por los pueblos aledaños hasta llegar a Robregordo. Para llegar allí, tenían que pasar por el puerto de Somosierra y el pueblo del mismo nombre, donde tanto un bando como otro, se disputaban su paso, por lo que andaban a la greña por aquellos lares.

Contaba mi madre, que mi abuelo atravesaba el frente sin problemas, que ya lo conocían y tanto unos como otros le dejaban pasar sin causarle problema alguno. Imagino que dirían, ya viene el panadero con sus hogazas de pan, paso libre para él, pues posiblemente, tanto unos como otros, se surtían de dicho pan en los pueblos donde se estableció cada bando hasta casi el final de la guerra civil.

Hermosas e inolvidables historias de aquellos tiempos, de aquellos queridos, entrañables y venerables abuelos, amables y bondadosos, siempre generosos, que permanecerán en nuestra memoria para siempre. Para ellos, todo el Cariño, el respeto y la devoción más sincera.