miércoles, 24 de julio de 2024

Blindar al presidente

 

No podemos, de ninguna manera, reconsiderar nuestra capacidad crítica, libre y objetivamente expresada, ante la desafiante campaña desatada por este prepotente gobierno contra los medios de comunicación, a la par que contra los ciudadanos, en una clara y rechazable ofensiva contra los que hipócritamente  denomina “pseudomedios” y contra todo lo que no se mueva y manifieste a su favor, en una palmaria demostración de un autoritarismo rampante, que nos produce un absoluto y radical rechazo ante una actitud impropia y condenable en una democracia, y que debería obligarnos a mantenernos vigilantes ante semejante desafío.

No se recuerda nada semejante en la historia democrática de este país, no se encuentran hechos que puedan compararse con el comportamiento de este gobierno, siempre a la defensiva, como si se sintiese acorralado en el férreo castillo que ha diseñado para gobernar sin control ni ataduras que le puedan limitar, como viene demostrando con su desafiante falta de respeto hacia unos poderes del Estado cuya separación no parece reconocer, y que le conduce a continuos enfrentamientos con el poder judicial, sus instituciones y sus representantes, a los que suele ningunear, que han motivado varios toques de atención de la Unión Europea ante diversas denuncias presentadas a tal efecto, de las que no parecen haberse hecho eco alguno.

La determinación de este ejecutivo a seguir adelante a toda costa, y que ha quedado patente a través de las numerosas cesiones y concesiones llevadas a cabo hacia quienes los mantienen en la legislatura, es de tal calibre, que están dispuestos a mantenerse en el poder al precio que sea necesario. No importa si se comprometieron a no saltarse determinadas líneas rojas, como ya han demostrado, lo harán siempre que ello suponga continuar, ya que de hecho, no contemplan ningún límite de ningún tipo, tal es su concepto de la dignidad, con la inapreciable ayuda de una ausencia total de seriedad, honorabilidad y respeto.

Si a todo lo expuesto se añade la figura del presidente del gobierno, dotado de una soberbia de considerables dimensiones, así como de una carencia total de escrúpulos, capaz de no inmutarse lo más mínimo ante una hemeroteca que le deja continuamente en evidencia, que le desmiente, y le deja en un ridículo espantoso cada vez que se enfrenta a sus mentiras – cambios de opinión, según manifiesta - el resultado global es demoledor: un ejecutivo decidido a continuar pese a todo y a pesar de todos.

Pero para lograrlo, necesitan blindarse como grupo, mostrarse y actuar como una piña, sin fisuras ni altibajos, ni dudas que los puedan debilitar, y, sobre todo, blindar al efe del ejecutivo, hacia el que sienten auténtica veneración, ya que saben que sin él, no son nada, por lo que las manifestaciones y actos de sumisión, se producen con frecuencia, como las desmedidas muestras de lealtad que llevaron a cabo con motivo del hilarante y ridículo retiro conventual.

Dicho blindaje, del que habitualmente dispone y diseñado en exclusiva para él, lo están reforzando ahora que parece mostrar algunos fallos de diseño, ya que ha permitido que se sienta acosado por problemas que implican a personas de su entorno próximo, que de alguna forma acabarán por afectarle a él, algo que rechaza y teme, y ante lo que su respuesta ha sido la de defenderse a capa y espada, con lo que denomina calidades y regeneraciones democráticas, que no son más que medidas preventivas para frenar a los medios de comunicación, en un preocupante gesto de desprecio hacia la libertad de expresión. Empeño, como claramente se seduce, de una incalificable práctica antidemocrática hacia la que desearía que nos  acostumbrásemos, pero que de ninguna manera vamos a permitir.

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