Toda profesión requiere de un
estudio y de una preparación técnica que nos permita adquirir los conocimientos
necesarios que nos habiliten para desarrollar una actividad relacionada con los
habilidades adquiridas, aunque demostrado está que no siempre es así, y que con
demasiada frecuencia las tareas que se llevan a cabo, necesariamente no están
íntimamente ligadas a la preparación efectuada, con lo cual, uno se pregunta
qué sentido tiene dedicar unos preciosos años a una elevada formación, si por
experiencia sabemos que no vamos a poder desenvolvernos el área para el cual
nos hemos preparado. La respuesta, no obstante, es elemental e inmediata:
siempre merecerá la pena, si está a nuestro alcance, lograr la mayor y mejor
preparación posible.
Debería ser incuestionable el
razonamiento anterior, pero también es cierto que mucha gente, con un gran poder
de raciocinio práctico y perfectamente comprensible, decide formarse a un nivel
de destrezas y capacidades técnicas inferior, a la vista de la situación del
mercado laboral del País donde reside, y más teniendo en cuenta que no desea
tener que abandonarlo para encontrar trabajo allende sus fronteras – hemos sabido
recientemente que a esta necesidad se le llama ahora movilidad exterior – lo cual
es perfectamente lógico y lógicamente entendible - aún en el caso de los más
jóvenes que son los que en mayor medida se encuentran en esta situación.
Constituye toda una rémora para
España, para su nivel tecnológico y, sobre todo para el mercado laboral y por
ende para los jóvenes en edad de formarse profesionalmente, el hecho de que la
Formación Profesional, y lo pongo en mayúsculas para destacar su importancia, se
la haya situado siempre en un segundo escalón y se la haya minusvalorado de una
forma vulgar y absurda, infravalorándola de tal modo que la mayoría de los
estudiantes declinan llevarla a cabo por motivos tan simples como los
expuestos, sin conocer exactamente su alcance, sus potencialidades futuras
laborales y las posibilidades que tiene de dar el salto a escalones formativos
más altos desde ella, de lo cual es en gran medida culpable la Administración,
que nunca se ha empeñado en potenciar esta salida, ni la ha publicitado lo
suficiente entre los alumnos que llegado el momento, pudieran decidir tomar esta
opción.
Abruma, apena y desconsuela,
contemplar el fracaso escolar tremendo existente en nuestro País, y cómo no
obstante, las cifras de los estudiantes universitarios, teniendo en cuenta lo
anteriormente expuesto, resultan harto elevadas, con unos resultados en nada
halagüeños, y que desgraciadamente tendrán que enfrentarse al paro, incrementando
las listas del desempleo, una vez terminadas sus respectivas carreras, muchas
veces llevadas a cabo a trancas y barrancas, cuando podían haber elegido la
opción de la Formación Profesional, posiblemente más accesible para muchos y
con mayores y mejores salidas laborales, dejando a un lado las consideraciones
absurdas en cuando a la reputación que esta formación carga a sus espaldas.
Los políticos y la pésima concepción
y divulgación de los planes formativos, junto con los continuos cambios de sistema,
tienen gran parte de culpa en todo esto. Habría que preguntarse, no obstante, si dichos políticos están preparados para aconsejarlos. Todos hemos oído aquello
de la simulación en diferido, de la movilidad exterior y otras lindeces por el
estilo. Me pregunto qué hay que estudiar para ser político, pero sin duda, a la
vista de lo expuesto, no han de llegar muy allá.
1 comentario:
Hola José Luís,
He propuesto a tu blog como nominado a los Best Blog Awards.
Enhorabuena!!!. Espero para ti sea motivo de alegría y no algo engorroso.
Para más información acerca de lo que debes hacer ahora, sigue este link:
http://andrescarrillomolinero.blogspot.com.es/2013/04/my-best-blog-awards.html
Un abrazo.
Publicar un comentario