miércoles, 24 de abril de 2013

UN PAÍS INEXISTENTE

Escucho una de las emisoras de radio de titularidad pública, nacional o nacionalizada como parece en éste caso, en la que en uno de sus programas, el locutor que lo dirige y presenta, y eso, a fe mía que le honra, comenta la última encuesta oficial de audiencia de medios en la que no salen bien parados, sino todo lo contrario, ya que según comenta, ellos y otros programas de la misma titularidad, tanto de radio como de televisión, han perdido una considerable cantidad de oyentes en la última encuesta y en las precedentes a ella, y todo desde que se llevaron a cabo los cambios en el personal y en la dirección, que han dado al traste con la buena marcha que dichas emisoras llevaban hasta entonces.
Y es que parecen no haberse dado cuenta de que esta País ha cambiado, que ya no es y desde hace mucho tiempo, el País folclórico, beato y cortesano con el que nos quieren hacer comulgar cada día, y que la gente espontáneamente - ahí están las encuestas que ellos mismos tienen que sacar a la luz – rechaza unos contenidos con los que están en franca oposición y que se empeñan en machacar día sí y día también, pese a que esa España Oficial ya no existe, pese a ellos y afortunadamente, está cambiando y no parecen darse por enterados.
La gente está inmersa en problemas de un profundo calado económico primero y social después, que los medios oficiales se esfuerzan en ocultar unas veces y en disimular otras, consiguiendo con ello lo contrario de lo que se proponen. A la gente no se le puede engañar durante mucho tiempo, ya que tarde o temprano se descubre la trampa y el resultado es la justa indignación del personal, el cabreo generalizado y como consecuencia el abandono y espaldarazo a esos medios que tergiversan los hechos y que no responden a las expectativas de los ciudadanos.
Una de las emisoras de radio a la que me refiero, que ha sufrido radicales cambios en todos los órdenes y que confiesa haber bajado en gran medida su audiencia, está presente en las ondas en hora de máxima audiencia. Hasta hace poco tiempo, antes de los susodichos cambios, se alzaba con una envidiable media de oyentes que ahora ha caído en picado. Elemental. Ha caído en un folclorismo vulgar, mediático religioso – la semana santa ha sido espantosa y la gente tiene otros problemas más importantes que ver y oír continuamente los pasos mil veces ya vistos – beato y cortesano y con algunos colaboradores que proceden de la caverna más ancestral, de donde no deberían haber salido, y que nadie se explica cómo los pueden haber incluido en unos medios públicos donde no deberían haber tenido cabida y que la gente, a la vista está rechaza de una forma clara y palpable.
Se empeñan en seguir considerando a este País como aquel de la España de charanga y pandereta que dibujó Machado y que aún hoy continúa haciendo el paseíllo diario en estos medios radiofónicos y televisivos, que avergüenzan a cualquiera que los escuche o vea, donde igual entrevistan a un famosillo detestable y vulgar que a una tonadillera trivial y chabacana, que a un matador – espantoso nombre – que a un personaje salido de la caverna más recalcitrante.
Todo esto contrasta con una España real que no está en eso, que no se corresponde con la realidad, que es propio de un País inexistente en el que algunos se quedaron hace tiempo y de donde no saben salir y que siguen siendo los responsables de ese tópico que aún arrastramos en Europa – acabo de oír una encuesta europea que nos deja a la altura del betún – y del que no lograremos escapar con estos voceros de la España más cutre, vulgar y ordinaria, que pese a que aún quedan rastros de ella, afortunadamente vamos abandonando poco a poco, de lo cual no parecen haberse enterado estos medios de comunicación que con harta frecuencia repiten que son la radio y la televisión de todos, encerrados como están en su caverna mediática, demasiado alejados de la gente, de la realidad y de un País inexistente.

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