viernes, 11 de julio de 2014

GRANDES ESPERANZAS

         En un panorama político y social tan agitado, con un descrédito galopante de unos políticos en los que ya nadie confía, que adolecen además de una falta cada vez más evidente de una necesaria aptitud e integridad para el desempeño del cargo, con unos índices de corrupción y despilfarro que han alcanzado niveles harto preocupantes que nos han hecho enrojecer en Europa, con una con una falta de apoyo cada vez mayor hacia los dos grandes partidos que se ha visto reflejado en las últimas elecciones europeas, y, en definitiva, con un distanciamiento cada vez más claro y expreso entre los partidos y los electores, se hace necesario un cambio, que ya no cabe esperar de dos partidos que se reparten el poder alternándose en el ejercicio del mismo, y que parece haberse manifestado tímidamente en las últimas Europeas, donde han surgido varios partidos, en principio de pequeño tamaño, pero que lo han hecho de una forma sorprendente, entre los cuales se encuentra Podemos, cuyo líder, después del éxito conseguido se ha prodigado escasamente, y de una forma extremadamente radical, que ha sorprendido a propios y extraños.
Ignoro lo que está pasando por la mente de su portavoz o representante más visible, Pablo Iglesias, cuáles son las intenciones reales de un personaje – y por ende de la iniciativa política que representa -  que se ha erigido en una nueva esperanza para sus electores y para muchos otros que tienen su punto de mira en este nuevo grupo político que ha ilusionado a tantos, y que parece haberse desinflado últimamente, según mi modesta opinión, pues al margen de otras consideraciones que expongo más adelante, parece haberse recluido en sus cuarteles – asamblearios según parece, pero ni incluso por ahí aparece – y haberse olvidado de unos votantes a los que no debería abandonar ni un minuto, pues considero ésta relación lo suficientemente frágil como para que una mínima desconexión entre ambas partes dé al traste con la confianza depositada en unas perspectivas que se han creado y que el hecho de no existir una continuidad y un seguimiento permanente, pueda ocasionar una ruptura y una pérdida de confianza por parte de su electorado actual y del abandono por parte de quienes se planteaban votarles en el futuro, léase elecciones generales, donde debería plantearse dar un golpe de efecto, en un panorama muy distinto al de las Europeas, con mayor poder y capacidad de influir en el escenario político nacional.
 Después del éxito conseguido en Europa, me da la impresión de que no están sabiendo gestionar el éxito conseguido. Están cometiendo demasiados errores con declaraciones radicales que les van a alejar de la mayoría de su electorado – hablo siempre de Pablo Iglesias, que parece ser el único que se pronuncia hasta ahora – al tiempo que como he manifestado, están dejando pasar el tiempo sin tratar de acercarse a sus posibles electores, sin mimarlos, sin cuidar delicada y dedicadamente de ellos, sin dar una imagen, quizás un poco más moderada que les aproxime a una mayoría de ellos, que no les van a admitir que se radicalicen de una forma absurda que no tiene cabida en la sociedad actual y entre sus votantes.
Sería deseable que se mantuvieran en lo esencial de su programa, alejándose de fundamentalismos y radicalismos ridículos que no les van a favorecer, ni a sus líderes, ni a la mayoría de sus seguidores, ya que si es así, no merecen estar donde sus votantes les han situado, porque representan una opción esperanzada, que espera cambios en muchos aspectos y sectores de la vida nacional, pero que de ninguna forma la inmensa mayoría de ellos desea una radicalización que no lleva a ninguna parte, y que esperan que tengan una deseada sensatez, de la que pienso que adolecen, ya que en caso contrario, me temo que van a ser flor de un día, algo pasajero, una esperanza más defraudada. Confiemos en que se moderen un mínimo, porque fuera de ahí, la mayoría de sus votantes les van a dar de lado. Pienso que deberían dar la cara con más frecuencia y que se definan definitivamente, porque pese a todo, suponen una alternativa, una novedad, una esperanza que confiamos en que no sea una vez más defraudada.

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