viernes, 5 de septiembre de 2014

BRIZNAS DE HIERBA FRESCA

Repaso con presteza los titulares de los principales medios de comunicación, y me encuentro con las últimas noticias acerca del omnipresente campeonato mundial de fútbol, así como de la estrepitosa caída de la tan cacareada camarinha – léase selección nacional de Brasil – que ha provocado una hecatombe nacional de proporciones gigantescas, con una depresión ciudadana generalizada y un ambiente enrarecido, sobre todo después de los tremendos gastos habidos en unas infraestructuras que no han mejorado la calidad de vida de sus habitantes - uno de los que se les conoce por países emergentes – donde la miseria más absoluta campa por sus respetos en la periferia de las ciudades, y dónde se esperan gastos aún más ingentes, más desproporcionados, casi insoportables para este País, con motivo de la Olimpíada a celebrar allí en el dos mil dieciséis, que nuevamente supondrá un enorme sacrificio para los de siempre y un gigantesco beneficio para los que suelen beneficiarse de estos magnos acontecimientos, que España solicitó para el año dos mil veinte, aunque más que el País, quienes lo solicitaron fueron unos cuantos que hicieron el ridículo más espantoso y que afortunadamente no se consiguió - precisamente uno de los motivos ocultos por los que se denegó, fue el hecho de que no había negocio ya que tal como ingenuamente machacó la numerosa y costosa delegación, casi todo ya estaba hecho - y que hubiera supuesto unos enormes gastos, que tal como hizo Italia, simple y llanamente debiera haberse desistido de una solicitud que estaba fuera de lugar en un País sumido en una profunda crisis.
Contemplo también, los insoportables y soporíferos vaivenes de una política nacional, sumida en un profundo aburrimiento, fruto de unos políticos completamente desprestigiados por tanta corrupción, tanto engaño y tanta ineptitud como nos muestran día a día, y que continúan con el machacón y ridículo “y tú más”, que no resuelve nada, que los encierra en sus herméticas posiciones y que lo único que consigue es el estancamiento de una política en la que el rodillo de la mayoría absoluta es el que al final descarga todo su poder, destrozando las pocas briznas de hierba fresca que quedaban en un País, que observa cómo el paro apenas da un mínimo respiro, y siempre por motivos estacionales de temporada, con contratos en absoluto precario, y con unas retribuciones a la baja que quizás jamás se lleguen a recuperar.
Mientras tanto, leo cómo el Psoe, intenta levantarse, resurgir de sus cenizas y volver a mostrar su rostro más amable ante unos votantes que le han abandonado en las últimas elecciones y que están a la expectativa por si alguno de los tres aspirantes a la secretaría general es capaz de encauzar un partido político tan relevante como éste, con nuevas y sugerentes ofertas , más a la izquierda, más avanzado, más valiente, que sean creíbles y oportunas y que no se diluyan a la primera de cambio, a la par que unifique y discipline a todos sus sectores, léase el Psc catalán, consiguiendo así el resurgimiento de un partido que anda últimamente tan de capa caída, y que es necesario e imprescindible para esta incipiente democracia.
Junto a estas noticias, observo con incredulidad, con horror, con espanto y honda pena, la fotografía en la que un niño es rescatado por su padre entre los escombros de una casa en Palestina, bombardeada por Israel. Los brazos y la cabeza del niño, ensangrentados, yacen inertes, mientras el padre lo contempla con un indescriptible dolor. Las bombas no han dejado ni rastro de vida, ni apenas unas briznas de hierba, sólo desolación, mientras la comunidad internacional mira hacia otro lado. Es el rostro de la cobardía culpable.

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