lunes, 26 de enero de 2015

POR LAS TIERRAS DE CASTILLA Y LEÓN

Muchos grupos de música folk de Castilla y León quedaron en el camino después de una larga y a veces difícil y complicada travesía a lo largo y ancho de su extensa geografía, cantando y contando a las gentes de los pueblos y aldeas de esta hermosa región, con música compuesta por ellos, con aires de jota en ocasiones, y letra que unas veces era suya, inspirada en los labriegos que trabajaban la dura y en ocasiones ingrata tierra, y en otras, eran los poetas, los de siempre, los que hablaban de una justicia negada y de una ansiada libertad relegada al olvido, inexistente en aquellos duros y penosos tiempos, tan necesaria como el aire que respiraban y cuyos versos cantaban estos trovadores de Castilla y León, como La Fanega, que hace tiempo decidió volver y regresar al camino que emprendió, hoy renovado por el paso del tiempo, conservando intacta su limpia trayectoria. Ya entonces, cantaban una jota que rezaba así: trabajando para otros / nos hemos pasado la vida / queremos un estatuto / para León y Castilla.
Nunca quedaron relegados al olvido pese al silencio de los años pasados, después de una difícil, pero venturosa y feliz andanza. Finalizando la década de los setenta, cuando los duros y eternos años de la dictadura parecían tocar a su fin, y la incipiente democracia llamaba a la puerta de este sufrido País, La Fanega decidió tomarse un respiro, después de grabar varios discos, con la colaboración de Alberto Gambino, que hoy, después de ese tiempo de espera, sigue con ellos, después de dejar atrás, aquellos impagables años, heroicos e inolvidables, en la taberna del pueblo, en el salón si lo tuviere, y en numerosos conciertos multitudinarios a veces, pero siempre emocionantes y dignos de recordar para todos aquellos que los seguimos, y que hoy los recibimos de nuevo con los brazos abiertos.
La Fanega, es algo nuestro porque surgió de esta nuestra querida Tierra Segoviana y de Valladolid, en el Corazón de Castilla y León, y porque cantan a sus campos y a sus gentes, y porque están enraizados aquí, nos pertenecen. Sus componentes, estudiantes entonces, con apenas dieciocho años y originarios de pequeños pueblos de la región, veían cómo sus padres que labraban los campos para salir adelante y a los que ayudaban en las faenas propias de los labriegos, lo hacían penosamente en una feroz lucha contra las inclemencias del tiempo, de la siempre imperante necesidad y de los numerosos avatares derivados de un régimen político que los ignoraba en una España dormida y atrasada.
Estos jóvenes, tomaron conciencia de la situación y ello les impulsó a movilizarse. Lo hicieron a  través de la música y de la palabra, utilizadas como armas arrojadizas contra la opresión y la ausencia de las libertades más elementales que en aquel tiempo brillaban por su ausencia. Hoy retornan pletóricos de ilusión y de una estética musical tan lograda como la magia que consiguen transmitir a través de unos temas sabiamente elegidos, que atrapan y seducen a su agradecido auditorio.
 Torre langa, con sentidos y bellos temas donde retratan los paisajes Castellanos, y Poéticos Encantados, son los dos últimos trabajos de La Fanega. Una excelente y cuidada selección de textos de Machado, Lorca, Miguel Hernández, Gil de Biedma, Salinas, y otros poetas, que arropados por una delicada música y unos magníficos arreglos, envuelven la sutil belleza de los versos en una cálida, poética y encantadora audición musical, con una colección de temas, que es un auténtico regalo para los oídos y el espíritu de quién quiere y sabe gozar de la música Folk, siempre popular, de La Fanega. Imprescindible.

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