Vivimos unos
tiempos poderosamente influidos por los medios audiovisuales, capaces de
captar, tratar y transmitir imágenes y sonidos en cualquier lugar del mundo, a
cualquiera hora, en cualquier circunstancia que pueda rodear a un determinado
personaje o acontecimiento, con permiso o sin él, si de un ser humano se
tratara, a la vez que millones de personas en el Planeta pueden verlo, bien en
tiempo real, bien en diferido, pero siempre de forma inmediata, a través de las
denominadas redes sociales, que gracias a Internet, han transformado y
trastocado el mundo tal como lo entendíamos.
Cualquier
persona, puede registrar un suceso determinado y enviarlo al instante a
cualquier rincón del Planeta, para que a su vez sea visualizado simultáneamente
por millones de personas, a los que ya nada asombra, ni tiene capacidad para dejarlos
fascinados, hasta el extremo de deslumbrarlos, tal es el avance al que ha
llegado la tecnología humana, en un Mundo donde millones de personas carecen de
lo más indispensable para sobrevivir.
Pero las
modernas tecnologías, utilizadas también para denunciar las inmensas carencias
con las que convive media Humanidad, son empleadas fundamentalmente para
propagar imágenes de la otra mitad, utilizándolas como meros objetos destinados
a una utilización que no tiene otra intención que el mero divertimento, con
exhibición de fotos, mensajes y situaciones que no tienen otra intención que la
de distraer, divertir, informar, opinar y debatir, siempre con unos
destinatarios más bien próximos, conocidos, que son los receptores de dicha
información.
Estas redes
sociales, como el resto de los medios de comunicación audiovisual, son sin
embargo utilizadas con otros propósitos muy diferentes y concretos, con fines
muy determinados, como por ejemplo la divulgación de la imagen personal de un
político con intenciones de lograr un apoyo hacia sí mismo, su programa, su
partido político, y en definitiva, su promoción en aras de sumar votos mediante
la captación de adeptos a una causa que no es otra que la de aglutinar votantes
en torno a un ideario programático, mediante la utilización de los recursos
adecuados, de los que se encargan los correspondientes asesores de imagen, a
través de las oportunas técnicas, que sabiamente utilizadas, conseguirán divulgar
la imagen deseada.
Aplicado
exclusivamente a la política y los políticos, el resultado obtenido, es franca
y definitivamente devastador para quienes utilizan indebidamente estas artes
publicitarias, bien de una forma cicatera por insuficiente, bien de una forma equivocada
por errónea o antiestética, o bien porque se caracterizan por no llevar a cabo
ninguna promoción de imagen, que es el peor de los supuestos planteados, ya que
sin una imagen amable, atractiva e inteligente, el protagonista tiene pocas
opciones de conseguir sus fines.
De todos es
conocida la insultante carencia de habilidades comunicativas de un Presidente
del Gobierno que se caracteriza por huir de la prensa, por darle la espalda a
todo lo que suponga enfrentarse a una cohorte de periodistas de los que reniega
una y otra vez, a la par que su afición a las pantallas de plasma de
televisión, a través de las cuales se comunica con los viles redactores de
prensa, que se ven obligados así a escuchar y callar, pues no suele admitir
preguntas.
Son maneras
de actuar que le descalifican ante la ciudadanía, como Presidente, y le
perjudican como político. Si a todo ello sumamos su poco gracejo físico y su
nulo encanto personal, apaga y vámonos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario