sábado, 3 de agosto de 2024

Ciudadano oresidente

 

A lo largo de la historia, se han dado casos en los que los protagonistas de la que podríamos denominar paradójica situación, han sufrido las consecuencias, no de los actos cometidos directamente por ellos, sino por motivos causados por terceros, de forma indirecta, por hechos sobrevenidos, inesperados, con conexión con el personaje, pero sin que los hechos causantes puedan relacionarse exclusivamente con él, y así atribuírselo sin lugar para la duda.

En otros casos, la caída del encausado, se debe a una actividad suya, pero distinta de la que motiva sus problemas, y que es la que le complica la vida, la que origina  su vertiginoso descenso a los infiernos, para sorpresa y enojo de quién es encausado por algo que no esperaba, pero que motiva finalmente su perdición, en una ceremonia de la confusión que causa sorpresa a propios y extraños, toda una paradoja, que en cualquier caso aprueban con entusiasmo quienes deseaban contemplar sus apremiantes problemas.

En este país, estamos siguiendo un proceso judicial en fase de investigación, que afecta a la esposa del presidente del gobierno, que éste interpreta que indirectamente va contra él, con el propósito de desacreditarlo y conseguir su dimisión, algo que desean quienes no lo conocen, ingenuos ellos. Apoyado por todo su gabinete, de una manera vergonzante, en la que tomando partido por una ciudadana, los ministros, incluido el de justicia, incurren en una incalificable discriminación que no tiene parangón alguno posible, pues pretenden favorecer a la esposa del presidente, por el simple hecho de serlo.

Los hechos se han ido precipitando de tal manera, que finalmente el jefe del ejecutivo, a la sazón esposo de la investigada, ha sido citado a declarar como testigo, lo que necesariamente no tiene por qué complicar su situación en el caso, aunque no podemos adelantar por dónde irán unos derroteros judiciales que se nos antojan imprevisibles.

Lo cierto es que si declara como testigo, el juez debe de considerar que alguna participación ha debido de tener en este caso, pero que no afecta a su imputación, que supondría dar un paso adelante de proporciones inesperadas, que no parecen vislumbrarse, pero que entraría en el supuesto contemplado al principio de estas líneas, es decir, se complicaría su posición como presidente, sin que la motivación, el origen, hubiera estado relacionado con su cargo, sino por personas y hechos ajenos.

Por supuesto, la fiscalía, cómo no, se ha opuesto a la susodicha citación como testigo,  a la vez que su partido político, que no obstante ya ha pedido al presidente, que no lo complique en el caso, ya que es un asunto estrictamente personal suyo, y así debe tratarlo, en una decisión lógica y aplastante, ya que se está maniobrando para evadir responsabilidades  propias y cargarlas a terceros, algo siempre rechazable por un partido que no quiere, porque no debe, sentirse complicado en un asunto privado como sucede con este caso.

Incluso sus socios en el gobierno,  a través de su jefa de filas, se han adelantado a mostrar su asombro por la decisión de citarlo como testigo, olvidándose de que es un ciudadano más, en una demostración más del incalificable y personal concepto que de la democracia tienen quienes a sí mismos se han colocado la etiqueta de progresistas, y que no se cansan de sorprendernos cada día que pasa con estas y otras milongas y jaranas varias, que sólo persiguen continuar acariciando una poltrona que vienen demostrando le han cogido un aprecio muy especial, que sin el jefe, el ciudadano presidente, no disfrutarían.

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