Lo
han manoseado de tal manera, lo han manejado a su antojo, y lo han llevado a
cabo de tal forma que lo están dejando irreconocible hasta tal punto, que la
separación de poderes, la independencia de las instituciones, el respeto por la
justicia y los jueces, pilar fundamental de un estado social y de derecho de un
estado democrático, han quedado relegados a un segundo plano bajo la presión de
un gobierno que ha entrado a saco, convirtiéndolo en un corralito de su
propiedad, dónde se desenvuelve sin el menor respeto hacia la legalidad
establecida, sin la cual la democracia pierde todo su sentido.
No
es un asunto baladí la deriva autoritaria de este gobierno, con unos
comportamientos soberbios y despectivos hacia los jueces que han motivado una
severa advertencia de la Unión Europea, así como una llamada de atención acerca
de la imparcialidad y el sometimiento al gobierno de un fiscal general que no
es sino la voz de su amo, léase el presidente del gobierno, que ya en su día
dejó bien sentado que dicho representante dependía de él, y que lidera la actitud
soberbia y despectiva del grupo que se mueve a sus anchas por un espacio que
consideran de su propiedad, y que gobiernan con una despótica y preocupante actitud
que mezcla la egolatría y la arrogancia a partes iguales.
Con la
citación como testigo del presidente en la causa seguida a su esposa, el
comportamiento de sus ministros, incluido el de justicia, ha sido totalmente
deleznable, pronunciándose como auténticos hooligans a favor de ella, y en
contra de la citación a él, en una ceremonia de la confusión que no tiene
explicación, presumiendo de la inocencia de ella y de la incomparecencia de él,
cuando no se trata de un asunto de Estado, sino de un tema personal, como así
se lo ha pedido su propio partido.
La
desfachatez de este ejecutivo alcanza niveles preocupantes. Nunca antes un
gobierno se ha mostrado con un absoluto desprecio ante los ciudadanos, a los
que no se siente obligado a rendir cuentas, llegando a extremos inconcebibles
cuando algunos de sus miembros, incluido el presidente se dirigieron a ellos
con calificativos insultantes, impropios siempre, pero más aún por razón de su
cargo, que no les preocupa en absoluto, con una insoportable chulería que
provoca indignación y rechazo, ante lo que supone, entre otras, una palmaria e
imperdonable falta de respeto, tal es su altanera arrogancia.
Inexplicable,
inasumible, indignante. Forman un bloque unido capaz de justificar lo
injustificable, rechazando todo aquello que les pueda limitar, apoyando incluso
una cuestión personal como si fuera un asunto de Estado, mientras rechazan toda
crítica, ya que consideran estar por encima del bien y del mal, mientras la sociedad
parece estar narcotizada, y la oposición apenas lo intenta ya que parece
dormitar en pleno verano, aunque al menos ha alertado a la Unión Europea de los
que se cuece en España, algo que debiera preocuparles, pero que no parece ser
así, ya que no es la primera vez que Europa los censura, y no han variado lo
más mínimo sus perversos comportamientos.
Todo
esto no es obstáculo para que pese a estas negativas actitudes, continúen
cediendo con los de siempre, en este caso para conseguir la presidencia de la
Generalitat, para lo que dejando a un lado la soberbia que aquí derrocha, allí
se ponga de rodillas – ha acudido presto allí para negociar más concesiones - ante
los que necesita desesperadamente de sus votos, para seguir disfrutando del
poder que ansía desesperadamente, cueste lo que cueste, aunque haya de desmontarlo
a fuerza de trocearlo, venderlo o arrendarlo, que tanto da, y quizás así,
renuncie, ya que la historia sólo habla de los más grandes, y él, de ninguna
manera está dispuesto a renunciar a ocupar un puesto en tan privilegiado lugar.
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