Esperábamos
que la falta de escrúpulos de este ejecutivo le llevaría muy lejos en su
desmedida ambición por conservar el poder, pero a la vista de los acontecimientos,
ha superado con mucho unas expectativas que se han visto absolutamente
desbordadas por unos hechos que denotan que su supervivencia justifica
plenamente cuantas acciones llevan a cabo, como si se tratasen de una sociedad
limitada, comerciando con las instituciones, con las leyes y con cuantos
resortes de poder obren a su alcance, para mercadear con ellos, para
rentabilizarlos como si de una SL se tratara, como si el Estado les
perteneciera y pudieran disponer de él a su antojo.
Todo
ello con una estrategia claramente definida y estudiada al milímetro, con una técnica
simple y eficaz, basada en el intercambio de los apoyos necesarios para, por
ejemplo, cambiar inmunidad por votos, como en el caso de la amnistía, para
sacar adelante una legislatura o una presidencia, como en Cataluña a cambio de
un precio infame, léase la singular fiscalidad catalana. En definitiva,
mercadear con quien corresponda, para en cada caso, comprar y vender, no
importa qué, no importa con quién, si de
mantener el poder se trata.
Jamás
se ha visto nada igual en política, nunca se ha contemplado una desesperada y
tenaz voluntad por mantener el poder al precio que sea, a cambio siempre de conceder
prebendas de todo tipo - que no les pertenecen - por votos, jugando con
intereses estatales, con órganos e instituciones de la administración,
determinando discriminaciones sin cuento que suponen agravios comparativos
entre Comunidades, y por ende, entre ciudadanos.
Lo
último que han decidido llevar a cabo en esta guerra sucia para desprestigiar y
perjudicar a la oposición, es la investigación de la vida privada y pública de
los familiares más allegados de sus opositores políticos principales, con el
objeto de cargar sobre ellos cuanto puedan hallar, en una maniobra vil y despreciable,
que anuncian a bombo y platillo, pidiendo a sus bases que señalen a cualquier
familiar próximo de quién sospechen la mínima irregularidad que pueda llevarles
a utilizarlo contra el contrincante político.
Una maniobra,
una artimaña, unos manejos impropios de cualquier persona o entidad respetable,
y más aún cuando de un gobierno de un país se trata, y que responde a una contraofensiva
por la situación legal en la que se encuentran familiares cercanos al
presidente, como si esta actuación de urgente búsqueda fuese una respuesta a esa
situación, una especie de venganza que los equipare, por lo que ya imaginamos a
la hooligan del gobierno, la ministra de
hacienda, buceando en archivos y recónditos rincones de su ministerio, en busca
de material sensible para lanzarlo contra sus contrincantes, a través de hermanos, primos o un familiar
lejano que retrasó un pago, allá por la década de los noventa.
Es
la aplicación de la ley del talión que establece el “ojo por ojo y diente por
diente”, en una demostración más de la desesperada huida hacia delante de este
ejecutivo, cuya soberbia no le permite perder un ápice de poder, ni reconocer
dar un paso atrás, ni mucho menos ser conscientes de los errores cometidos, ni
asumir que el desprestigio les va comiendo terreno frente a sus opositores,
algo que les resulta absolutamente insoportable, acostumbrados como están a ejercer el mando y
el control total, sin ataduras ni límites de ningún tipo.
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