Son varias las definiciones que
el diccionario de la Real Academia de la Lengua aporta a la hora de resolver el
término conspirar, ninguna de las cuales me resulta aclaratoria ni
satisfactoria para dejar bien sentado y sobre todo, meridianamente adaptado a
las situaciones a las que se suele aplicar, un significado que se me antoja más
sencillo, rotundo y veraz, en lugar de unirse contra algo o contra alguien, que
son dos de las entradas de dicho diccionario a esta palabra, además de
concurrir a un mismo fin y convocar o llamar a alguien en su favor, que aunque
no están muy alejadas, parecen haberse quedado algo cortas, algo lejanas, excesivamente
escuetas y mínimamente clarificadoras, algo apartadas de las realidades
actuales y de los casos a los que se puede atribuir, y que, permítanme el
atrevimiento, yo definiría como la concurrencia de oscuros intereses de diversa
índole, utilizados con fines partidistas por quienes desean subvertir un
determinado orden, con el objeto de obtener inconfesables réditos de la nueva
situación creada, y siempre desde la impunidad que supone actuar desde el
anonimato.
Y así, desde el asesinato de
Julio César, pasando por el de Kennedy, la extraña muerte del papa Juan Pablo
I, la sospechosa muerte de la princesa Diana de Gales, el asesinato de John
Lennon, la muerte del presidente Allende y otros de signo diverso, como Pearl
Harbour, el extraño objeto que se estrelló en Roswell, la aniquilación de los
templarios y muchos otros que podríamos citar, menos veraces, menos creíbles y
sobre todo, más fantásticas como la duda de si realmente se llegó a la Luna,
sobre Tsunamis provocados, explosiones como la de Tungusca, los ovnis, los
extraterrestres, el gobierno mundial secreto, el calentamiento global y tantos
otros, se pliegan muchos de ellos a la perfección a la tan traída y llevada, y
a veces correctamente denominada, teoría de la conspiración, mientras que otros
no son sino un mero producto de la calenturienta imaginación de unos cuantos iluminados.
Hace unos días, se recreó en
televisión, una fabulación, una ficción acerca de los hechos acaecidos en el
golpe de estado del 23 de febrero de mil novecientos ochenta y uno – se tomó
como referencia y modelo una recreación sobre el viaje a la Luna, pretextando que
fue un montaje, en el que entre otros, intervinieron los astronautas que
tuvieron la fortuna de pisar nuestro Satélite - que ha causado sorpresa y estupor en algunos
círculos, lo cual no termino de explicarme, pues no fue sino una dramatización
a toro pasado, claro está, de lo que sucedió o debió suceder en aquellas días,
cómo se tramó el golpe, quienes participaron y en qué medida lo llevaron a cabo
y que en definitiva no es sino la manifestación de unos hechos que ya
conocíamos, dejando algunos huecos, espacios o flecos no aclarados aún, que
quizás algún día se conozcan y que en definitiva vienen a constatar que hubo
una trama o conspiración en la que intervinieron instituciones y personas,
algunas de las cuales aún están por determinar y cuyos objetivos, tal como
intentábamos aclarar en la definición del término conspiración, como en todas
las maquinaciones, eran siniestramente oscuros.
Existen diversas teorías, que
recurren a la conspiración en el caso del atentado de las Torres Gemelas, en el
que incluso se implica al gobierno de los Estados Unidos, que habría preparado
dicha acción, para utilizarla después como excusa para invadir Irak y
apropiarse de su petróleo.
Aquí, en nuestro País, y a
propósito del independentismo Catalán, se habla de la conspiración de las cien
familias catalanas todo poderosas, que controlan los medios de comunicación,
las grandes empresas, la banca, las instituciones deportivas, culturales, y por
supuesto políticas, que con su inmensa influencia, mueven los hilos de cuanto sucede
en Cataluña, incluido el movimiento secesionista, hasta el punto de atribuir a
este poderoso lobby o grupo en la sombra, el impulso dado a este afán
separatista, utilizando cuantos recursos poseen en los sectores más
importantes, decisivos y decisorios de Cataluña.
Queda por último, la más
importante conspiración permanente desde el principio de los tiempos, que
atribuye a supremos poderes ocultos en la sombra, de fuerza y capacidad de
decisión inimaginables, que decidirían sobre la vida y hacienda de los
habitantes del Planeta, vigilando y limitando la capacidad de acción de los
mismos, controlándolos y manteniéndolos dentro de unos márgenes, que en caso de
superarlos, actuarían para frenar de inmediato una escalada social y económica
que nunca van a permitir.
Si analizamos la situación
actual, todo parece indicar, que llevan unos años actuando y que dadas las
circunstancias, una vez más lo han conseguido, logrando no sólo frenar en seco
tan intolerables intenciones, sino recolocándolos varios escalones más abajo,
con margen suficiente para que pasen unos cuantos años antes de intentar volver
a recuperar el espacio perdido, tarea ardua donde las haya, que se nos antoja
harto complicada. Ciertamente parece la más real de las conspiraciones
conocidas, así como la más próxima e inmediata, y sobre todo, la que más afecta
al común de los ciudadanos de una sociedad permanentemente amenazada por
siniestros individuos, grupos e instituciones que actúan en la sombra.
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