Qué hastío me produce este
PSOE, sin rumbo, sin ilusión, casi a la desbandada, que no encuentra su camino,
que según afirman sus dirigente tiene alma republicana, y que sin embargo no
tiene reparo alguno en obligar a todos sus diputados a votar sí a la monarquía,
sin plantearse al menos la libertad de voto, sin unirse a quienes piden un
referéndum para elegir, si así lo desean, una forma alternativa de gobierno, la
República, término que pronuncian con cuidada y suma discreción y que sin
embargo tienden a utilizar de vez en cuando, o al menos parecen intentarlo,
sutilmente, tímidamente, con la boca pequeña, en voz muy baja, cuando hablan de
federalismo, y lo hacen, porque no lo tienen nada claro, cuando citan a los territorios
históricos, Cataluña, el País Vasco y Galicia y los conflictos que con estas
regiones se plantean, y que sugieren de alguna manera, que podrían solucionarse
cuando hablan de cambiar la Constitución.
Están desorientados y
absolutamente fuera de lugar, sin saber hacia dónde dirigirse, sin aclarar
hasta dónde llegarían en esos cambios, cuál sería el alcance de los mismos,
cómo quedaría una Constitución que, efectivamente está necesitada de ellos,
pero que son incapaces de determinarlos y comunicarlo a unos votantes que han
iniciado una huída hacia adelante en medio de una deserción anunciada,
pasándolos por la izquierda - cuando antes ya lo hicieron por la derecha, y ahí
está el partido popular, con su ayuda – y por la otra izquierda, léase Podemos
y Equo, entre otros, en una elección obligada por el hartazgo que produce un
partido que se desmorona, con una filial catalana que va a su aire.
La primera reacción ante este
desastre ha sido la dimisión del secretario general, limitándose a reconocer la
derrota y a promover un congreso y primarias con listas abiertas para elegir a
los delegados, en una misión harto difícil y complicada, dado el hecho de que
los candidatos más significados, no parecen satisfacer ni despiertan
entusiasmos, unos por no considerarlos preparados dada su poca experiencia,
otros, que teniéndola, no han alcanzado en su vida política la relevancia
deseada, otros por estar demasiado a la izquierda – esto sí que suena chocante,
utilizando un término harto esclarecedor -
y otros, porque dicen que les falta experiencia, pese a que han
demostrado poseer el tirón suficiente para obtener un excelente resultado en
las urnas, con lo que el panorama no es excesivamente optimista a la hora de
designar al sucesor de Rubalcaba.
El último aspirante al que me
refiero, preside la Comunidad Andaluza, Susana Díaz, que considero posee todas
las virtudes, aptitudes y capacidades necesarias para liderar el PSOE, que ha
demostrado que tiene tirón en las urnas, capacidad para arrastrar a la gente,
personalidad, carácter y temperamento suficientes para llegar a una presidencia
del gobierno que pienso que desempeñaría con sobrada solvencia y que lograría
dar una imagen de España muy diferente de la que estamos acostumbrados en los
últimos años, realmente frustrante, con unos presidentes de gobierno que no han
estado ni están a la altura de un País como el nuestro que debería ostentar una
posición muy diferente en la esfera internacional. Aunque tiene importantes
apoyos, creo que se equivoca quienes consideran, incluso ella misma, que
debería esperar una legislatura más. Sería un error.
Abogo por ella porque es capaz,
inteligente, joven y porque es mujer, pero ha decidido renunciar y ha sido
Pedro Sánchez el elegido. Espero, por el bien del PSOE, que la elección haya
sido acertada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario